Capítulo 42
Y aquí estaba, con él chico que hacía bastante tiempo no había visto después de haberse mudado a Nueva York, con él chico que había compartido labios por primera vez, con él chico que hico sentir latir mi corazón por primera vez cuando era simplemente una niña y no tenía ni idea de que era lo que sentía.
Josh Matthews.
Por varios meses, años, días, me había preguntado como sería nuestro reencuentro cuando lo volviera a ver. Imaginaba yo correr hacia él, abrazarlo por el cuello, con la felicidad a flor de piel, sentir como si toda mi infancia volviera, y el recuerdo del mar, la arena, la brisa, la playa me hicieran recordar mi hogar y que ese sentimiento que le tenía que hacía mi corazón latir estuviera, sin embargo, fue todo lo contrario.
Aún recuerdo pensar en eso cuando tenía 16 años, cuando de vez en cuando extrañaba mi ciudad natal, a mis padres y todo lo que viví durante mi infancia, pero con el paso del tiempo todo eso fue cambiando, situaciones que por el momento no entraré en detalle, pero sí en como lo que sucedió en mi reencuentro con Josh hace unos minutos.
Era extraño caminar a su lado y no sentir que las manos me sudaban, tener miedo a que las palabras que salieran de mi boca no fueran las correctas, mi corazón ya no latía por él, fue en ese momento cuando me di cuenta que en verdad, mi corazón ya le pertenecía desde hace mucho tiempo a Henry Hart.
Solté una pequeña media sonrisa por tener eso en mis pensamientos. Se sentía bien eso en mí, que por un momento había olvidado que Josh estaba a mi costado, caminando, haciendo de su existencia ya nula para mí, en el sentido de que me gustaba.
–Okay– habló él rompiendo el silencio –estás sonriendo, háblame de él–.
–No siempre que sonrío de esa manera es por un chico–.
Josh río divertido –lo dices como si no te conociera, de nuevo–.
–Bueno, desde que llegué a Swellview he cambiado a como era en San Diego, y a como era la última vez que viniste aquí y decidiste desaparecer por años–.
Encogió los hombros –¿qué te puedo decir? Nueva York me ha tratado bien, mi hermano es lo máximo, al igual que mi sobrina y su... sus amigos–.
Entrecerré los ojos a respuesta de la frase de Josh, empezando por el hecho de que cambió sus palabras cuando se iba a referir a alguien en singular y no plural cuando mencionó lo de su sobrina, no obstante, decidí que no sería importante, no debía meterme más en su vida cuando no me gustaba, ya no hacía eso.
Asentí sin importancia –genial, me alegro por ti–.
Sonrío de nuevo –aún tienes que contarme sobre ese tal "Henry Hart" que Kid Danger no dejaba de mencionar–.
–Me sorprende que Ian o mis hermanos no lo hayan mencionado–.
–Oh créeme, lo hicieron– dijo con ironía –pero quiero escucharlo de ti–.
–De acuerdo– rodeé los ojos –te contaré sobre él, cuando lleguemos a mi casa–.
–Y ahora que lo mencionaste ¿a dónde se supone que vamos?–.
Suspiré y rasqué mi nuca –a mi trabajo, es una emergencia–.
Caminábamos por las calles de Swellview con destino a Junk N' Stuff, ya que tenía que encontrar a Charlotte para ayudarla a bajar decoraciones navideñas que justamente habían llegado hoy hace unas horas, el día de la Envygram Wall.
Como Ray o Henry no podían dejar el muro, y Jasper y Schwoz estaban despreocupados, Charlotte tuvo que correr por los tubos hasta la Capi Cueva para recogerlo, pidió ayuda en el chat grupal para esto, pero nadie contestó, así que yo como buena y excelente amiga que soy, decidí ir a ayudarla... sin mencionarle a Josh sobre eso, cambiando todo mi plan de pasar tiempo con él, y sin decirle a mi mejor amiga que no iría sola.
Y es que cuando Josh llegó, nos perdimos en la multitud de personas, estaba casi segura que ella ya se había ido.
–¿Trabajas?– preguntó sorprendido.
–Sí– contesté mientras tomaba la manija de la puerta de Junk N' Stuff.
–¿Aquí?– volvió a preguntar sin poder creerlo.
–Junk N' Stuff– bajamos las escaleras –donde vendemos basura... y más–.
–Creí que dijiste que tenías una emergencia en el trabajo– dijo divertido tomando una pelota de un estante –¿qué clase de emergencia puede haber en una tienda de basura?–.
Di una risa burlona –ni te imaginas–.
Josh frunció el ceño confundido, a la vez que yo alzaba mis cejas al darme cuenta de lo que había salido de mi boca. Traté de salvar el momento, por más no tan grave que fuera eso, cuando para mi buena suerte, las cortinas que daban a la parte trasera de la tienda sonaron, y mi amiga de rizos perfectos apareció agachando su espalda por falta de aire.
–¡____! Que bien que llegaste, a Ray se le ocurrió pedir muchas "Man Decoraciones" que...–.
–¡CHARLOTTE!– grité llamando su atención, logrando que volteara a vernos y dejara de hablar.
Abrió los ojos, arrugó la nariz –¡heyyyy...!– titubeó –hola, hola ____ y... hola ¿amigo de ____?–.
Como era de esperarse, la incomodidad e irracionalidad inundó la tienda en solo cuestión de segundos; no lo veía, no podía verlo, pero estaba 100% segura que Josh tenía su mirada aún más extrañada que hace unos momentos, mi mejor amiga me miraba tratando de pedir respuestas, mientras que yo tenía demasiadas cosas pasando por mi cabeza que no sabía por donde empezar.
Pero de la forma en la que el destino estaba hoy de mi lado, Josh dio un paso al frente y caminó hasta mi mejor amiga con su mejor sonrisa.
–Josh, Josh Matthews– le estrechó una mano.
–Charlotte– ella tomó su mano a la vez que asentía y me volteaba a ver –Josh Matthews, el famoso Josh–.
–¿Famoso?–.
–¡Sí!– corrí a la escena nerviosa –famoso en el sentido de que... Ian habla mucho de ti, siempre–.
Josh me miró no muy convencido –¿de acuerdo?–.
Volteé a ver a Char haciéndole entender que pronto le explicaría todo, gracias a su inteligencia ella lo comprendió en instantes, soltó la mano de Josh e hizo una de esas miradas "Charlotte" cuando quería hacer un punto o algo por el estilo.
–Sí, Ian siempre habla de ti– dijo Charlotte, me tomó el brazo bruscamente para jalarme hacia ella –si no te molesta, Josh, me tengo que llevar a ____, nuestro jefe está loco con las decoraciones navideñas para la tienda, tenemos que ir atrás ¿cierto, ____? Sí, eso creí ¡BYE!–.
Y sin dejarme decir ni una sola palabra, mi amiga me arrastró hasta el elevador que llevaba a la Capi Cueva, presionó el botón para llamarlo, y cuando el sonido indicando que había llegado inundó nuestros oídos, me hizo meterme dentro del elevador, las puertas se cerraron, presionó por segunda vez el botón para bajar, y el viaje loco por elevador a la Capi Cueva sucedió hasta que llegamos al fondo.
Salimos del elevador, aún con Char jalando de mi brazo, y nos detuvimos en medio de todo; ella estaba con una expresión enorme de sorpresa, y con la que podía decir tenía ganas de explayar todas las dudas que sabía que tenía.
–¿¡Ese Josh?! ¿¡El Josh de tu primer beso?!– exclamó sorprendida.
Sonreí inocente –ese Josh–.
Dio un grito ahogado –no puede ser– juntó sus manos en su boca –es muy lindo–.
–Meh– hice una mueca.
–¿A qué te refieres con "Meh"?– imitó mi expresión –ahora entiendo porque decías que te gustaba, es muy lindo– alargó la "u" de "muy".
–Sí bueno...– respondí titubeando tratando de evitar su hecho –la verdad es que yo tengo novio, y sí Josh es lindo, pero no más que Henry–.
–Hablando del rubio– alzó las cejas, movió una caja de decoraciones –¿ya conoció a este individuo conocido como el dueño de tu primer beso?–.
Asentí –Kid Danger lo conoció, pero obviamente Josh no sabe que se trata de Henry– Char abrió un poco la boca para decir algo –y sé lo que dirás, pero sabemos como es "él rubio", no recuerda que lo he mencionado en Verdad o Bengala como mi primer beso–.
–Y ahora es cuando agradecemos que no ponga atención– chocamos los puños –porque conociendo a Henry, ____ tú sabes que no se lo tomaría a la ligera–.
–Créeme– arrugué los labios –no es algo que quisiera presenciar–.
–Pero pasará–.
–Pero no si hablo con él y lo hago entrar en razón–.
–Henry celoso–.
Encogí mis hombros –nada es imposible. Iré arriba por otra caja–.
Sin más que decir, volví a adentrarme en el elevador para después presionar el botón que subía, mientras que en el camino, mi poder de tener la capacidad de hablar con Henry y hacerlo entrar en razón sobre un chico que no fuera él por sus famosos celos que lo hacían ser insoportable, comenzó a ser cuestionado por lo más profundo de mi mente.
¿Y si en realidad no logro hacerlo? ¿Y si todo termina mal? ¿Y si Josh termina yéndose con una mala idea de novio? Aunque no debería importarme eso, ya no me gustaba él.
Demasiadas preguntas que comenzaban en "¿Y si?", y tantas probabilidades a respuestas como la otra, creo que la verdadera era esperar a como reaccionaría, además, sabemos que Henry puede ser un tonto, pero un tonto que amo, y en todo caso de que no entrara razón, podía jurar que encontraría la forma de hacerlo.
... Esa era mi yo tratando de calmarme y convencerme.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro