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Capítulo 37

"Derecha e izquierda y arriba y adentro, doblo servilletas y al centro".

"Derecha e izquierda y arriba y adentro, doblo servilletas y al centro".

–Te quiero, viejo–.

–Yo igual– le respondió Jasper.

–Te amo, ____– me sonrió.

–Te amo más, Henry– y le devolví la sonrisa.

Habían pasado una semana desde aquel Día de Gracias en el que Henry y yo nos prometimos amarnos para toda la vida, literalmente, después de aquella escena con nuestro post-it, que admito fue una gran referencia a uno de mis shows favoritos, Henry y yo pasamos lo que restó de la tarde entre besos, abrazos y charlas divertidas así como solíamos acostumbrar ser.

Para ser sinceros, ese Thanksgiving se convirtió en mi día festivo favorito, y es que además mi novio y yo acordamos en "renovar" cada año aquellas promesas que nos hicimos como señal de nuestro amor, solo para ponerle un toque más formal a nuestro asunto, porque sí, aunque no nos estuviéramos casando ya, era algo lindo, y los dos al tener 18 años ya sabíamos la madurez que se debía tener para hacerlo.

Anyray, hoy era viernes, un día casual en la Capi Cueva así como cada viernes después de la escuela. Charlotte, Jasper, Henry y yo nos encontrábamos en esta doblando servilletas con un muy buen ambiente y felicidad que la razón por la que lo hacíamos lo hacía más emotivo.

Estábamos siendo felices, doblando servilletas sobre una mesa, cantando una canción que lo acompañaba, tres de nosotros sin importar lo que sucediera, mientras que mi mejor amiga nos miraba confundida por nuestras acciones.

"Derecha e izquierda...".

–Sí, no lo entiendo– habló Charlotte interrumpiendo nuestra canción.

Encogí mis hombros –es sencillo, solamente tienes que... doblar a "derecha e izquierda y arriba y adentro"–.

Decía yo a la vez que doblaba una servilleta y la ponía junto al montón ya hecho.

–No, sé cómo doblar servilletas, simplemente no sé por qué lo estamos haciendo–.

"¡ARGHHHH!" se quejaron Henry y Jasper al unísono. Froté mi frente con una mano.

–Uh, es para la caridad, Charlotte– dijo mi novio con cierto tono de obviedad, sacó un folleto de su pantalón –"Servilletas para los Necesitados"–.

–Exacto– siguió Jasper –puedes ser parte del problema o parte de la solución–.

–Depende de ti– terminé.

Char arrugó la nariz –de acuerdo, pero doblar servilletas ¿cómo se supone que ayude a los necesitados?–.

"Oh por Dios", "¿No crees que las servilletas ayudan?", "Las servilletas son esenciales".

–Sí, sí son esenciales, solo creo que deberíamos darle a los necesitados cosas básicas como ropa o comida–.

–Bueno uh ¿cómo se supone que los necesitados limpien sus bocas después de comer tu preciada comida, Charlotte?– preguntó Henry con sarcasmo.

–Sí, y no sé diga de su ropa–.

Ladeé mi cabeza –no es por estar de su lado, pero eso arruinaría la ropa que les acabas de dar–.

–¡Piensa, Charlotte!–.

Sin más que decir, y al darse cuenta que no podía decir nada en contra de nuestra lógica, que podía parecer un poco ridícula para ser sinceros, sin embargo, cuando la ponías en discusión se lograba comprender bastante y comenzaba a tomar algo de sentido, quiero decir, las servilletas si eran esenciales y casi siempre los necesitados nunca las tenían.

Estábamos haciendo una buena acción, así que no le quedó más remedio a mi amiga que seguir doblando servilletas a nuestro lado cantando esa hermosa canción que daba armonía.

"Derecha e izquierda y arriba y adentro, doblo servilletas y al centro".

Cuando de la nada, el sonido del elevador indicando que alguien había llegado resonó interrumpiendo nuestra canción, las puertas se abrieron y de este salió un Ray corriendo bastante feliz y emocionado por alguna razón.

"¿Qué hay?", "¡Hey!", "¡YOOO!", "¡Hola!" saludamos los cuatro al mismo tiempo.

"Derecha e izquierda y arriba y adentro, doblo servilletas y al centro".

–¡Okay!–.

En su emoción inexplicable, Ray lanzó nuestro montón de servilletas a un costado de la mesa haciendo que todas cayeran en el suelo, recibiendo quejas molestas por nuestra parte como: "¡Hey!", "¿¡Qué te pasa?!", "¿¡Por qué hiciste eso?!", "¡LOCO!".

–¡Okay! ¡De acuerdo! ¡Les voy a decir!– gritó él.

–¿Decirnos qué?– le pregunté.

Ray se movía de un lado a otro –Capitán Man y Kid Danger, acaban de ser contratados para seguridad en... ¡MOM COOOOOON!... ¡Sí!... ¡Sí!... ¡Siente eso! ¡Sí, sí, sí, sí!–.

Como era de costumbre, y ya no era en lo absoluto raro, Ray empezó a festejar por toda la Capi Cueva dando saltos en el aire, haciendo lagartijas, colgándose de la puerta del elevador, dando golpes al aire, mientras que todos lo observábamos más confundidos de lo que ya estábamos, teniendo por mi parte la pregunta: ¿Qué rayos era Mom Con?

–¿Qué es Mom Con?– gritó Jasper.

–Vete a casa, solo vete– ordenó Ray molesto apagando su festejo.

–Yo tampoco sé lo que es Mom Con– dije.

–Ni yo– Charlotte.

–¡BYE!– hizo un ademán para que nos fuéramos.

Henry dio un paso al frente –Mom Con es una convención de mamás–.

Ahora eso tenía sentido del porqué toda la emoción.

–Es la madre de todas las convenciones– completó él hombre-niño-inmaduro.

–Y viene a Swellview cada año–.

–Y solo hay dos formas de entrar a la Mom Con: ser una mamá o trabajar seguridad–.

Mi novio asintió irritado –así es, y el año pasado el disfraz de Ray de mamá fue terrible, tengo una foto–.

Reí –okay, yo quiero ver eso–.

Henry sacó su teléfono, entró a su galería y tras haber pasado la mitad de fotos de nosotros como novios y mejores amigos, llegó a las fotos del año pasado donde mostraba a Ray vestido de la manera más ridícula que se lo pudo haber ocurrido y que había visto en mi vida, incluido el traje de "Asombro Ray" y "Niño Truco".

Usaba una peluca corta rubia, pantalones de mezclilla ajustados, una blusa rosa, maquillaje, zapatos de mamá y una muñeca a su lado que tenía el letrero de "MI HIJA"; no bastaron más de dos segundos cuando todos estallamos en risas al ver eso.

–¡Está tan desesperado!– dijo Henry entre risas.

–¡Lo necesita demasiado!– seguí de la misma manera.

–¡Le he perdido todo el respeto!–.

–¡Eso en serio es no tener dignidad!–.

Ray soltó unas risas falsas haciéndonos parar –creo que les dije a ustedes tres que se fueran–.

Alcé las manos rendida. No era mi culpa no saber exactamente lo que era "Mom Con", o siquiera saber de su existencia, si bien, desde hace un año que conseguimos boletos para el "Cactus Con", una convención para nada más cactus, no me sorprendía que hubiera alguna convención de cualquier cosa, incluyendo una completa para mamás.

Y pensándolo bien, era más que obvio que Ray quisiera ir, quiero decir, él ama a las mamás más que nada.

–Viejo, no quiero trabajar seguridad en la Mom Con, es aburrido–.

–Henry, tú sabes como adoro a las mamás ¿okay?– eso está establecido –por favor no arruines esto para mí–.

–____, ayuda–.

–Yo...–.

–No pidas a tu novia ayuda para salir de esto– Ray me interrumpió –es rápido, literalmente no te pediré ayuda en nada más en tu vida nunca más–.

Mi novio cerró los ojos –de acuerdo, trabajaré Mom Con contigo– accedió.

–¡Genial!– nuestro jefe aplaudió –solo necesito tu ayuda en otra cosa...–.

–¿¡Qué?! Pero dijiste que...–.

–¡Eso fue el pasado, Henry! ¡Concentrémonos en el futuro! En especial este fin de semana cuando tú y yo estemos custodiando la EnvyGram Wall–.

–¿Qué?–.

"¿Qué es la EnvyGram Wall?".

Di un sobresalto en mi propio lugar al momento en el que una voz ajena a la de nosotros apreció dentro de la conversación, y lo que más causó el impacto, fue que provenía desde debajo del escritorio de las computadoras.

Schwoz, con paja en la cabeza.

–¿De dónde saliste?– preguntó Ray.

–Estaba tomando una siesta en mi conejera cuando ustedes me despertaron– respondió.

Sacudí mi cabeza de un lado a otro –la EnvyGram Wall es un mural que viaja por todo el país–.

–Si tienes mínimo 10,000 seguidores en EnvyGram puedes tomarte la foto frente al muro para poner a todos celosos– habló Char.

Jasper bajó la mirada –yo quiero tomarme una foto frente al EnvyGram Wall–.

Señalé a mi amigo –¿Ves? Así es como funciona–.

Acerca del EnvyGram Wall sabíamos que vendría, quiero decir, es un muro que los influencers más grandes de todo el país presumían en sus cuentas de EnvyGram, en cambio a los simples mortales como nosotros que lo máximo alcanzado era 1,600, mirábamos de lejos el mural, haciéndolo claro, no indispensable.

–Henry y yo debemos custodiar el mural y asegurarnos de que personas solo con 10,000 seguidores o más se acerquen a ella, todo el fin de semana– soltó Ray desde el otro lado de la habitación leyendo una revista de mamás.

–¿Todo el fin de semana?–.

–48 horas seguidas, sí– contestó Ray sin despegar la vista de su revista.

–Viejo, ____ y yo tenemos una cita importante mañana– Henry negó constantemente –nope, nope, nope, no haré eso–.

Ray dejó su revista a un lado –¡hey! Si con cita te refieres a besarse todo el día hasta quedarse sin labios puedes estar custodiando el mural–.

Fruncí el ceño –deja de hablar–.

–Y...– ignorada por segunda vez –... las personas de Mom Con me dijeron que la única forma de trabajar seguridad era si custodiábamos el mural primero–.

–Pero, ____ y yo...–.

–Te quiero en ese mural, Henry ¡Te necesito en ese mural!–.

–Me importa más mi novia que Mom Con–.

–¡No te interpongas entre Mom Con y yo!– gritó de la forma más madura, sí, es sarcasmo –¡te voy a destruir!–.

–Wow– rasqué un costado de mi mejilla –demasiado maduro–.

Me encaminé un poco hacia Henry, tomé de su brazo y lo jalé un poco alejándolo de donde estaba ocurriendo todo el momento de Mom Con y el EnvyGram Wall para tratar de que se relajara y evitar que ocurriera una escena de la que podría arrepentirse, y de igual manera hablar con él.

–Hen–.

–No quiero hacer esto, ____, en serio no quiero hacerlo, mañana tenemos nuestra cita tú y yo y quería hacer eso especial y...–.

Cliché, lo sé, me paré en las puntas de mis pies hasta llegar a sus labios y depositarle un ligero corto beso en estos, el cual hizo que se callara en segundos, y dejara de quejarse. También, últimamente nos habíamos estado besando más que antes.

–Okay, eso no lo esperaba– lo miré con una mirada de "¿hablas en serio?" –de acuerdo, sí, lo esperaba–.

Asentí –lo sé, pero es en serio Hen, hazlo por Ray, nuestra cita puede esperar, ya van a ser vacaciones de invierno, Navidad, Año Nuevo, tenemos tiempo para otras citas–.

–Sí, vamos, Henry– Jasper llegó a nuestra conversación abrazando a mi novio por los hombros –Ray lo necesita–.

–Y mucho– Charlotte entró ahora –ha estado enojado desde que ese video de la paloma haciendo del baño en su boca se hizo viral–.

Henry río divertido –oh si, olvidé eso por completo–.

–Y vas a seguir olvidándote de eso o ¡te voy a destruir!–.

Los cinco nos quedamos en silencio durante algunos segundos esperando a que alguien volviera a mencionar lo gracioso que fue aquel video, y sí, a Ray no le gustaba cuando hablaban sobre él, pero en verdad fue lo más divertido.

–¿Alguien quiere ver el video?– preguntó Schwoz al aire.

–¡Oh claro que sí!–.

–Por favor–.

–Todo el tiempo–.

–Te estás tardando en ponerlo–.

Caminamos hasta la computadora del monitor.

–¡Schwoz!– exclamó Ray –¡no se te ocurra poner ese video o te voy a destruir!–.

Moví mi mano para restarle importancia –siempre dice eso–.

–Ya ponlo–.

–Presiona play–.

Y en menos de un segundo, el video comenzó a rodar. Se trataba de una nota que se supone que Ray debía dar a KLVY como Capitán Man, así que dentro de la toma estaba él y Brian, uno de los reporteros de las noticias.

"Capitán Man, has viajado por el tiempo, espacio e incluso en el subterráneo para mantener a Swellview a salvo" decía Brian "entonces dinos... ¿cuál es tu Spice Girl favorita?".

"Uhhhhh...".

En el instante en el que Ray alzó la cabeza y pensar en su respuesta, su boca se encontraba abierta, para su muy mala suerte una paloma iba pasando, la cual sin imaginar lo que hacía ya que bueno, es una paloma, hizo sus necesidades y cayeron dentro de la boca de Ray.

"¡ARGH! ¡EWWW!".

Lo que causó que todos los que veíamos el video estalláramos en risas y carcajadas.

–¡Es un perdedor!– soltó Henry.

–¡¿Dónde quedó su dignidad?!–.

Negué con mi cabeza –no lo sé, pero es muy gracioso–.

–¡La perdió por completo!–.

–¡DEJEN DE REÍRSE DE MÍ!–.

De repente, Ray sacó un láser gigante de sus pantalones, raro, lo sé, y apuntó directo a las pantallas de la computadora para dispararle a estas sin pensar en lo que hacía o quien se atravesaba, sin embargo, no contaba con que el disparo rebotaría en una de las pantallas y caería sobre él, haciéndolo volar por los aires.

–Entonces ¿ya hiciste los monitores a prueba de láser?– preguntó Ray sin aliento en el suelo.

–Sí– respondió Schwoz orgulloso.

–Buen trabajo–.

Rodeé mis ojos divertida ante la situación, y cuando estaba sacando mi teléfono para entrar a EnvyGram y perder el tiempo, sentí la mano de Henry atraerme de nuevo hacia él, solo que esta vez, sus movimientos fueron demasiado rápidos que no logré captar el momento en el que terminamos detrás de la puerta secreta.

Al igual que siempre.

Pasé mis manos por su cuello –esto ya es costumbre ¿no?–.

Me dio un corto beso –lamento haber arruinado el fin de semana–.

–Está bien, lo entiendo– le sonreí.

–Puedes ir a visitarme, si tú quieres–.

–Podría, pero no creo que sea bueno que la prensa me viera besando a Kid Danger–.

Henry miró a la nada –rayos, es cierto–

Entrecerré mis ojos –puedo ir en la madrugada, cuando no haya nadie, y solo estén Ray y tú–.

–¿Harías eso?–.

Solté un bufido –¿qué no haría?–.

–Por eso te amo–.

–Y yo a ti–.

Sin más que decir, Henry y yo volvimos a besarnos así como todas aquellas veces que lo hicimos a escondidas en este lugar; con sus manos en mi cintura, las mías en su cuello atrayéndolo más ¿qué puedo decir? Esa tarde después de las promesas todo lo cambió, y no había nada que pudiera cambiarlo...

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