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Capítulo 34

3er. Jueves de Noviembre

Cuando se trata de festividades en Estados Unidos, las personas se pueden tomar muy en serio el sentido de celebrarla, y no hablo de cosas simples como simplemente poner un adorno en la casa o recordar gracias a la televisión, Envygram o antes Twitflash que existen, claro que no, cuando se trata de alguna celebración importante en Estados Unidos, todo el país se encarga de que todo el mundo se entere que lo celebran.

Y no importa si en otra región no lo hacen, el país es de igual manera famoso por traer festividades de otros países debido a todas las personas que llegan de estos diversos. Desde América Latina, Asia, Europa, en fin, todos los días del año hay celebración de algo; de hecho hace algunos años Henry, Char, Jasper y yo fuimos a casa de Oliver para festejar el Año Nuevo Chino, bastante interesante debo decir yo.

Anyray, las personas siempre se han tomado muy en serio todas las celebraciones que, vaya la redundancia, se celebran alrededor del año, desde Navidad, Año Nuevo, San Valentín, Pascua, Día de San Patricio... el día del Aguacate que no sabía que existía hasta este año gracias a Ray y Schwoz, Halloween que es de nuestras favoritas como pareja de Henry y yo, que bonito suena eso... me desvié y claro como olvidar Día de Gracias, Thanksgiving.

Cada año, el tercer jueves de Noviembre, las personas se toman el día en el trabajo y escuela, para pasar la tarde con sus seres queridos y dar gracias por todo, comer una cena deliciosa, mirar el desfile de Macy's en Nueva York era una buena costumbre, literalmente, mas sin embargo si quieren mi opinión, está sobrevalorado.

Lo que si puedo decir, era que este día marcaba la diferencia entre el otoño y el inicio de las fiestas invernales, también conocido como la Navidad, que eso era lo épico.

No era que no me gustara el Día de Gracias, la comida siempre era de lo mejor, pero desde mi punto de vista debías dar gracias todo el año, no simplemente en una ocasión especial, pero que podía decir, todo mundo amaba el Thanksgiving, y siempre era bueno salir más temprano de la escuela, tener un poco de tiempo para uno mismo... y para no estar montando decoraciones en el trabajo.

Habíamos salido 3 horas antes de la escuela, Charlotte, Jasper y yo teníamos planes de ir cada uno a casa como solía ser la costumbre del día, no obstante, cuando pusimos un pie fuera de la escuela, nuestro teléfonos sonaron al mismo tiempo indicando que nos había llegado un mensaje de texto.

Sin necesidad de sacar nuestros teléfonos sabíamos los tres de que se trataba, mis dos amigos y yo soltamos un gruñido de desesperación, y sin muchas ganas de nuestras acciones, comenzamos a caminar directo a Junk N' Stuff para bajar a la Capi Cueva.

–No puedo creer que estemos aquí, en Día de Gracias– dije quejándome mientras colgaba hojas de otoño en las paredes –se supone que es día de descansar–.

–¿En serio creías que Ray nos daría el día libre? Hay más emergencias hoy que en Navidad–.

Encogí mis hombros –las personas se vuelven locas en los supermercados para comprar pavos y todas las cosas para su cena–.

–Tiene un lado positivo esta situación, les darán una cena completa gratis a Capitán Man y Kid Danger por su servicio, y podremos ir a...– Charlotte rodó los ojos –... ya sabes donde–.

Di una risa divertida –no puedo creer que le vayan a dar a Ray su propio estadio–.

–Estadio "Capitán Man", esto durará varios meses–.

–No, no, meses– le corregí –vendremos en Día de Gracias dentro de un año y seguirá hablando sobre eso–.

–Y el año que viene, si es que no le dan otra cosa–.

–Recuerda que muere por una estatua...–.

–¡SSSHHH!– solté los pequeños pavos para la pared gracias al sobresalto que me causó mi amiga –no debes decir eso en voz alta–.

–Pero ni siquiera está aquí– contesté susurrando.

–Sabes a lo que me refiero–.

–Jeez...– alcé mis brazos en son de paz –lo siento–.

Desde hace algunas semanas, Halloween para ser exactos, Ray había sacado mucho el tema sobre que quería una estatua en la ciudad, se quejaba porque la familia Thunderman tenía una pero él no, lo cual era aceptable, pero conociendo a Ray hacía de esto una situación insoportable.

Como sea, estuvimos media hora más decorando gran parte de la Capi Cueva, Char y yo por nuestra cuenta mientras que Henry y Ray seguían tratando de mantener el orden en Swell Foods, Schwoz preparaba un aparato para que los pavos se cocinaran por si solos y Jasper... bueno, no había rastro de Jasper por ningún lado, que en realidad debía de estar ayudándonos.

–Yooooo– hablando del rey de Roma –de acuerdo, acabo de mandar mi solicitud a Harberd, espero su respuesta en dos semanas–.

Lo miré confundida –¿Harberd? ¿En serio? ¿Qué no te decían en menos de una semana?–.

Negó –nope, por alguna razón les llegaron más solicitudes así que, tengo que esperar–.

–Pero nadie conoce Harberd–.

–Y nadie conoce Harvard, Charlotte, solo lo conoces tú porque entraste–.

–De hecho, todo mundo conoce Harvard–.

Jasper soltó un bufido –sí claro–.

Mi mejor amiga rodó los ojos por segunda vez ignorando los comentarios de Jasper que al igual que siempre nunca tenían sentido y caminó hasta la mesa del sillón giratorio donde teníamos la mayoría de las decoraciones.

–¿Qué me dices de ti, ____?– habló ella –¿cuando tienes respuesta de NYU o Berkeley?–.

En ese momento, sentí un escalofrío recorrer mi espalda, me alejé un poco de la pared cerca de la puerta del engrane donde era que ponía los mini pavos, e hice mi paso hasta donde estaban mis dos amigos, mirándome, esperando mi respuesta a la pregunta de Charlotte.

Siempre fue un tema de polémica para mí la universidad, en el sentido de que no me sentía lo suficientemente madura para mudarme a otro estado, aunque no se lo dijera a nadie, además, me sentía con algo de molestia al no poder hablar de esto con Henry, ya que bueno, hablábamos siempre de todo, conocíamos todo de cada uno.

Y el no poder hablar de un tema importante para mí me causaba en serio conflicto, y más cuando el evitaba toda costa el tema de la escuela.

Pero que podía hacer, era mi novio, era mi futuro, terminaba haciendo las cosas a pesar de eso, sabía que me apoyaría después de todo.

Suspiré –NYU conoceré en marzo, Berkeley a finales de enero–.

Char puso una mano en su pecho mostrando orgullo.

–No puedo creer que yo haya creado todo para que puedas entrar a dos de las mejores escuelas en el país–.

–Pues créelo– sonreí –aunque yo tampoco creo que sea verdad–.

Jasper caminó hasta donde estaba y pasó un brazo por mis hombros.

–¿Lo ves, Charlotte? NYU existe–.

–Al igual que Harvard...–.

–¡HARVARD NO ES REAL!–.

–¡HARBERD NI SIQUIERA EXISTE, JASPER!–.

De esa manera, antes de que pudiera haber algo más, una pelea de palabras sin sentido y algunos argumentos se desató entre Jasper y Charlotte rompiendo con esa armonía de Día de Gracias, que si debemos ser sinceros, me hacía el día por completo, más que nada me olvidaba de los problemas como de la universidad.

Pero admito que ahora si estaba del lado de Charlotte, por más que no me guste estar del lado de los inteligentes, y aunque no fuera, estaba completamente segura de que Harberd no existía... al menos eso creo.

Pasaron los minutos y mis dos mejores amigos se seguían peleando, pero ahora ya no por universidades claro que no, bueno, algo por el estilo, Charlotte ganaba el debate sobre las palabras que eran reales y que Jasper no creía que existían.

Estuvieron con esa discusión bastante tiempo, mientras que yo terminaba de decorar la Capi Cueva demasiado Día de Gracias, cuando de la nada, el sonido de los tubos bajando los hizo detenerse pues todo indicaba que Ray y Henry habían regresado.

En efecto así lo era, los dos chicos aparecieron con sus trajes de superhéroe, llenos de plumas, rasguños en la cara, cuello y su cabello despeinado como si algo les hubiera explotado.

–¡Hey, volvieron!– exclamé –¿cómo estuvo la pelea por comida en Swell Foods?–.

–Casi me arrancan un pedazo de ropa por un pavo, pero...– Henry me dio un corto beso en los labios saludándome –todos tendrán comida para esta noche–.

–Y nosotros igual– habló Ray.

–¿El Vice Alcalde si les dio la cena gratis?– preguntó Charlotte.

–Uh... no solamente una cena...– le contestó Ray.

–¿Entonces?– siguió Jasper.

–Tenemos...–.

En ese preciso instante, el elevador abrió sus puerta dejando ver tres cajas enormes con un interior desconocido.

–¡Así! es!– gritó Henry emocionado.

Asentí –cajas–.

–El Vice Alcalde les dio... cajas–.

–¡Adivinen!– Ray.

–Las cenas de Día de Gracias vienen dentro de las cajas– dijo Schwoz detrás de los dos sin emoción alguna.

Eso tenía más sentido.

"Y ahí lo tienes", "arruinó la sorpresa", "sabía que esto pasaría" "por eso no debiste mostrarle las cajas" "¡yo como iba a saber" dijeron Ray y Henry al unísono.

–¿Dónde estabas?– le preguntó Charlotte.

–Bajé las cajas que le dio el Vice Alcalde luego anduve... por ahí–.

–Bastante justo–.

Schwoz rascó su nariz –por cierto, ____, hay un chico arriba en Junk N' Stuff que te está buscando–.

Oh jeez. Uno de mis peores temores que había evitado desde hace varias semanas se había cumplido.

Todos dimos un grito ahogado en cuanto Schwoz terminó su oración, incluido Ray, para después voltear a ver a Henry, él cual ya tenía la expresión que esperaba y no me sorprendía, él Henry insoportable, él que era terco como una mula, damas y caballeros: Henry celoso.

Tal y como lo esperaba, Henry borró la sonrisa de su rostro en el segundo que la frase "chico, arriba, buscándote" aparecieron en su cabeza. Los demás no dudaron ni dos segundos en correr hasta las escaleras de la puerta del engrane quedando lo más alejados de todo esto, era obvio, dejándome a pelear sola.

–Henry...– empecé a decir.

Henry sonrió falsamente –¿qué...? ¿qué?... ¿Qué chico Schwoz?–.

Este alzó los hombros despreocupado pues no había entendido la situación.

–No lo sé, tenía cabello largo, nariz puntiaguda...– Schwoz me volteó a ver –se parecía a ____–.

Fruncí el ceño y crucé mis brazos –¿dijo su nombre?–.

–Yo como voy a saberlo– respondió.

–Lo siento–.

–Pero sí, su nombre comenzaba con "A"–.

Abrí mis ojos de par en par. Oh no.

–¡ANDREW!– gritó Henry –¡es Andrew! ¡sé que es él! ¿¡Schwoz?!–.

–¡No!– se defendió él –su nombre era demasiado corto para llamarse And...dre...w...–.

No puede ser, era demasiado obvio, como no lo adiviné antes. El nerviosismo de Schwoz no lo dejaba decir las pistas de forma correcta o por lo menos dar una oración concreta, y lo entendía, tener a Henry celoso de presión debía de ser aterrador, sin embargo, comprendí la persona a la que se refería Schwoz, no entiendo como no lo supe antes.

Caminé con paso firme hasta el elevador, ya con las cajas que había sacado Schwoz, y me adentré a este para poder subir a la tienda.

–¿A dónde vas?– preguntó Henry.

–Arriba– respondí.

–¿Irás con Andrew?–.

Sonreí divertida –Nope–.

–Espera, yo voy contigo–.

Sin más que decir, la puerta del elevador se cerró justo en la cara de Henry antes de que él pudiera entrar, y era mejor de esa forma, a decir verdad, prefería estar un tiempo a solas con esa persona antes de que mi novio llegara a hacer un desastre y luego quedara como tonto por no darse cuenta de quien era.

Puedo simplemente decir, cuánto extrañaba a mi hermano.

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