Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 3

Viernes

–¿Hablas de que en serio puedo hacerme cejas falsas?–.

Suspiré resignada –si, te repetí que hace algunos años eso le pasó a uno de mis hermanos por jugar con fuegos artificiales–.

–¿Cómo dices que funciona?–.

–Solo debes dibujarte las cejas y colorearlas–.

–¿Cómo un dibujo?–.

Asentí –exacto, como un dibujo–.

–Entonces ¿puede ser con colores y plumones normales?–.

Me quedé mirando a Jasper con una expresión nula, intentando no sacar el quicio que me provocaba.

Estábamos en la Capi Cueva, Jasper y yo sentados en el sillón giratorio, conmigo explicándole que era posible volver a tener dos cejas aunque sea no naturales y con él "escuchando" lo que tenia que decirle.

Había estado más de 10 minutos repitiéndole la misma frase una y otra vez, describiéndole detalladamente el proceso que era demasiado simple, sin embargo, a pesar de eso no lo entendía y por más paciente que podía ser, comenzaba a volverme loca, es decir, a desesperarme.

–No– respondí cansada –te dije que debe ser con maquillaje–.

–No le hará nada a...–.

–No–.

–Puede ser...–.

–Tiene que ser especial para cejas–.

Asintió –okay, okay, okay...– hizo una pausa –creo que ya lo tengo–.

–¡Oh, gracias!– me levanté del sillón giratorio de golpe.

–¿A dónde vas?–.

–A un lugar donde no me preguntes lo mismo más de cinco veces–.

Guardé mi teléfono en el bolsillo trasero de mi pantalón y caminé a donde se encontraban Charlotte y Schwoz en los monitores, limpiando un aparato extraño. Me recargué en una esquina de este y por segunda vez solté un suspiro pesado.

–Hey– saludé.

–Hey– recibí por parte de mi amiga.

–¿Jasper no entiende lo que dices?–.

–Nope–.

–¿Cuántas veces le explicaste?–.

–Perdí la cuenta–.

–Bienvenida a mi mundo–.

Sonreí falsamente –que graciosa– me devolvió el gesto –hey ¿qué han dicho Ray y Henry? ¿ya atraparon al ladrón?–.

Encogió sus hombros –no lo sé, la última vez que escuchamos de ellos fue a la...–.

Charlotte se le levantó de la silla donde estaba sentada, y se dirigió a donde estaban los controles que monitoreaban la computadora. Abrió unas cuantas ventanas, deslizó el mouse por la pantalla, hasta que después de unos segundos, una imagen que decía "Estatus del paquete" apareció.

–1AM– completó.

–¿Qué?–.

–Aquí dice eso–.

Fruncí el ceño desconcertada –no puede decir eso, fue hace más de 5 horas–.

–Deberías llamarlos– dijo Schwoz mientras me extendía un micrófono –esa cosa está conectada con la camioneta de vigilancia, solo debes encenderlo y hablar–.

–¿Okay?–.

Tomé el micrófono, y presioné un botón rojo que se encontraba al costado para poder encenderlo, se escuchó un terrible chillido del otro lado pero que se detuvo al momento en el que jalé más el cable que estaba conectado al monitor. Moví un poco el micrófono a mi boca y comencé a hablar.

–Capi Cueva a la camioneta de vigilancia, Capi Cueva a la camioneta de vigilancia...–.

Pero no obtuvimos respuesta.

Miré a Charlotte confundida recibiendo una misma mirada de su parte, sin embargo, al no recibir ninguna respuesta de regreso por parte de los dos chicos, y conociéndolos podía imaginarme lo que había sucedido, además de que era la respuesta más obvia.

–Capi Cueva a la camioneta de vigilancia, Capi Cueva a la camioneta de vigilancia...– repetí –¿Ray? ¿Henry? ¿Pueden escucharme?–.

"Cinco minutos más mamá", "regresa aquí mamá de Henry" se escuchó del otro lado.

Rodeé los ojos –¿Hola? No hemos escuchado de ustedes en 10 horas–.

Como lo esperaba, Ray y Henry se habían quedado dormidos, no era un hecho del que se tuvieran pruebas claras, pero como había mencionado, era algo tan predecible cuando se trataba de estas cosas. Eran idénticos en cierto punto, solo que a veces Henry era más maduro que Ray y no solamente pensaba en él.

–Capi Cueva a la camioneta de vigilancia, Capi Cueva a la camioneta de vigilancia ¿me escuchan?–.

Si, si, si te escuchamos– contestó Henry con voz adormilada –te escuchamos fuerte y claro–.

Charlotte atrajo mi brazo que tenía el micrófono hacia ella –¿se quedaron dormidos?–.

Huh... no, no, no, no, no, no nos dormimos–.

Solté una risa –si se durmieron–.

¡No nos quedamos dormidos solo... estábamos descansando nuestros ojos!– gritó Ray intentando justificarse.

–De acuerdo– habló Charlotte –si no se durmieron ¿cuál es el estatus del paquete?–.

Uh, el paquete, sip, déjame ver...– Henry hizo una pausa –el paquete, ya... no está–.

No era una sorpresa. Charlotte negó con la cabeza, yo me reí incrédula, y Schwoz lo único que hizo fue reírse con esa risa que hacía enojar a Ray por lo ruidosa que era, además que cuando lo hacía, usualmente era para burlarse de él, justo como lo hacha en estos momento.

¡Cállate, Schwoz!–.

La comunicación con la camioneta de vigilancia de terminó al momento en el que Ray le gritó a Schwoz que se callara, pero como esto debo admitir era en serio divertido, Schwoz no perdió el tiempo y llamó a Ray por teléfono solo para seguir burlándose de él, a lo que hacía su risa contagiosa y me reí.

–Son unos completos tontos–.

La miré indiferente –¿y eso es algo nuevo porque...?– respondí –no es algo que no sepamos ya, son Ray y Henry, sin ellos Swellview estaría... extrañamente perdido–.

–Pero por eso tienen un equipo como nosotros que los ayuda a no destruir la ciudad–.

–En eso si tienes razón–.

Charlotte no contestó, lo único que hizo fue asentir ante mi oración, para después meterse a la puerta secreta desapareciendo por completo de mi vista.

Me quedé ahí parada, sin nada que hacer, cosa de verano, así que para matar ese tiempo, volví al sillón giratorio donde Jasper se encontraba sentado mirando su teléfono. Saqué mi teléfono para hacer exactamente lo que él hacía, no estaba ocurriendo nada de vida o muerte, sin embargo, el que Charlotte hubiera desaparecido y por sus palabras daba a entender que tenía un plan.

Tras varios minutos de espera, pasando por las fotos más recientes de celebridades y personas famosas de internet como: Jack Swagger, Jana Tetrazzini, el príncipe Fuh'ard de Yerba, me di cuenta que desde ayer no había visto ni una solo foto nueva de Piper, lo cual era extraño, ya que ella nunca pasaba más de dos horas sin subir algo nuevo a todas sus redes, incluyendo la de los Man Fans.

Centrada en el problema que me había desconcertado un poco, sentí la mano de alguien tocar mi hombro, sacándome completamente de mis pensamientos, haciéndome sobresaltar y alcé la mirada para ver de quien se trataba.

–Necesito tu ayuda– era Charlotte.

–¿Qué ocurre?–.

–¿Y por qué no necesitas mi ayuda?– preguntó Jasper.

–Oh, no, si la voy a necesitar–.

Mi amiga se alejó de donde estaba, se dirigió a la parte trasera del sillón y alzó una caja enorme que por su tamaño podía decir que cualquiera de nosotros, incluyendo a Ray, cabía dentro sin ningún problema.

–Debemos meter a Jasper ahí adentro– soltó dejando la caja en medio de la Capi Cueva.

Abrí los ojos sorprendida –¿qué?–.

–Si ¿qué?– habló Jasper.

–Como escucharon– siguió Charlotte con su famoso tono –Jasper, debes meterte en esa caja, ____, ayúdame a meter a Jasper en esa caja–.

Jasper y yo nos quedamos admirando la caja un poco confundidos pues no terminábamos de comprender muy bien lo que Charlotte tenía planeado hacer con él.

–No entiendo tu idea–.

–Si, yo tampoco– crucé mis brazos.

Suspiró desesperada –vamos a meter a Jasper dentro de la caja con esto– le entregó un taser –es el nuevo paquete falso como carnada, así que cuando se roben esta caja y la abran, Jasper saldrá, lo o la electrocutará y por fin atraparemos al ladrón de paquetes, en caso de que Ray y Henry se vuelvan a quedar dormidos–.

Lo he dicho y lo puedo decir muchas veces más, Char siempre iba un paso adelante que todos nosotros. La idea de poner a Jasper era brillante, más que brillante, era todo lo necesario para atrapar al ladrón en caso de que, y cito sus palabras, los dos superhéroes se quedaran dormidos de nuevo.

Fue entonces que con toda la tranquilidad para que Jasper no encendiera accidentalmente el taser, lo ayudamos a meterse dentro de la caja, y para que no estuviera incómodo por las horas que iba a estar ahí dentro, tratamos de acomodar sus piernas lo más cómodo posible al igual que sus brazos.

No digo que haya sido una tarea fácil, porque por más sencilla que pareciera, Jasper era una persona que tenía los huesos duros y no flexibles, pero como él era el único capaz de soportar horas en un espacio pequeño solo por ayudar a Capitán Man y Kid Danger, estaba dispuesto a dar toda su vida por ayudarlos.

De un momento a otro, terminamos de meter a Jasper dentro de la caja, que cuando ya estábamos a punto de sellarla con cinta adhesiva, la puerta del elevador se abrió, dejando ver a un Ray y Henry demasiados molestos.

Estos entraron a la Capi Cueva con paso firme, y por alguna razón comenzaron a caminar por toda esta, subiendo a la escalera de engrane, por los tubos, los monitores, soltando gruñidos y pisotones, ignorando por completo nuestra existencia.

–¡AHHH! ¡¿Cómo es posible que nos quedáramos dormidos?!– gritaba Ray.

–¡¿Cómo pudimos dejar que ese tipo se llevara el paquete justo ante nuestros ojos?!– le seguí Henry, en el mismo tono.

–¡ESTOY DEMASIADO ENOJADO!–.

–¡TAMBIÉN YO!–.

–¡Yo estoy más enojado!–.

–¡Eso es una mentira! ¡Por que YO soy el más enojado!–.

Ray dio un grito ahogado –¡NO! ¡Yo soy el Rey del Enojo! ¡Gobernante del Monte Furioso!–.

–¿Ah si? ¡Pues yo soy Rabia! ¡Dios Vengativo de la Ira!–.

Volteé a ver a los dos chicos con una expresión de asco al escuchar los nombres tan tontos que se habían inventado para demostrar el enojo de cada uno, no me lo tomen a mal, eran nombres buenos que se podían usar para una historia, sin embargo la forma en la que lo decían era lo que me hacía cuestionarme.

Sacudí mi cabeza de lado a lado con la boca entre abierta, y volví mi vista a la caja, ignorando todos sus gruñidos sin sentido.

–Pues yo, soy Charlotte, Reina de...– habló mi amiga –¡¿ya terminaron de estar enojados?!–.

Henry ladeó la cabeza amenazante –¡¿te parece que ya terminamos?! ¡¿Te parece que ya terminamos, Charlotte?!–.

Negué con la cabeza y rodeé los ojos –¡deja de gritar!–.

–¡Seguimos enojados!– contestó Ray –¡¿Qué no nos ves dando pisotones!?–.

–¡AAAAHHHHH!–.

Ray bajó las escaleras dando en efecto pisotones, seguido de Henry que las bajó gritando, una vez ya cerca de donde estábamos, Ray comenzó a patear el sillón giratorio demostrando su enojo, a la vez que Henry caminaba en círculos aún gritando.

Estuvieron de esa manera unos 20 segundos, gritando pateando, mostrando su enojo, mientras que Char y yo los mirábamos indiferentes, con los brazos cruzados, esperando a que terminaran su espectáculo, que dejaron de hacer esperando alguna respuesta de nuestra parte.

–De acuerdo– empecé a decir –Charlotte preguntaba porque terminamos de hacer otro paquete como carnada para poner el pórtico de Henry–.

–¡¿Qué?!– preguntó Henry incrédulo.

–¡Bueno...!– Ray comenzó a hablar enojado, tono que bajó al momento de entender a lo que me refería –¡...gracias!–.

–¡Eso realmente es de mucha ayuda!–.

Ray caminó a donde estaba el paquete, se agachó para cargarlo, lo tomó de los extremos, y cuando intentó alzarlo, no pudo ni siquiera levantarlo medio centímetro del suelo. Se incorporó con una cara enojada y nos miró como si tuviéramos la culpa de que no pudiera hacerlo.

–¡Este paquete está muy pesado!– dijo culpándonos.

–¿Por qué está muy pesado?– preguntó Henry de la misma manera.

–Porque Charlotte tuvo la idea de poner a Jasper dentro– respondí sin importancia.

"¡Hey, chicos!" gritó Jasper desde la caja "¡tengo un taser aquí!".

Habían sido buenos minutos sin que hubiera ocurrido, incluso era raro que todavía no ocurriera. Jasper activó el taser por accidente desde el interior de la caja, haciendo que esta se moviera de un lado a otro, soltando chispas de una esquina.

"¡Ow! ¡Funciona!"

–De esa forma– habló Charlotte –puede salir y electrocutar al ladrón en el caso de que ustedes dos se vuelvan a dormir–.

–¡¿Quedarnos dormidos?! ¡¿QUEDARNOS DORMIDOS?!–.

–¡Si, claro! ¡Nos vamos quedar dos veces dormidos, Charlotte!–.

–¡El Rey del Enojo no se duerme! ¡ÉL DA PISOTONES!– Ray dio pisotones.

Henry dio un paso al frente –¡¿Cómo quieres que nos quedemos dormidos, cuando estamos así de... ENOJADOS!?–.

Como hace unos momentos, Ray y Henry volvieron a caminar por toda la Capi Cueva, pateando el sillón giratorio, caminando en círculos, gritando que eran los reyes del enojo, él Dios... no se que, afirmando completamente seguros que no se quedarían dormidos... otra vez.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro