Capítulo 24
HENRY'S P.O.V
Me encontraba en el pórtico de mi casa completamente sólo, con la puerta principal de ésta abierta de par en par, admirando todo lo que ocurría a mi alrededor, ya que era impresionante la forma en la que como un simple tanque de agua podía hacerme ver todo como si fuera de verdad y no una simulación cualquiera, menos por la parte en la que era de noche, había truenos y todo el ambiente de Noches de Brujas que en serio Ray creía que me asustaría estuviera presente.
Aunque se podía comprender eso, Halloween estaba a la vuelta de la esquina y conociendo a Ray, quería estar en estilo de la época.
"Entonces Henry" y siguió narrando "¿qué se siente estar en una casa embrujada?"
–Uh... te diré como no se siente: aterrador– contesté –así que deberían rendirse ya porque no se quedarán con mis cortes de carne–.
P.O.V____
Mientras que Henry seguía dentro del Story Tank, nosotros por nuestra parte habíamos terminado de contar los cortes de carne que obtendríamos, un movimiento un tanto rápido sin tener ni una idea de que podía pasar, sin embargo, me temía que nos confiáramos un poco pues no estábamos seguros si Henry sí podía terminar siendo asustado o no.
Todos mis amigos estaban en el sillón giratorio escuchando la historia de Ray, que éste se encontraba parado en serio tratando de sonar aterrador y misterioso que debo admitir lo podía lograr muy bien, es como si fuera un actor, y bueno Schwoz y yo seguíamos en la computadora midiendo los niveles de Fearatol, los que sorpresivamente, sí, si es sarcasmo, seguían intactos.
–¿No está asustado?– preguntó Charlotte.
Negué fríamente –nope, sus niveles de Fearatol siguen en 100–.
–Lo que es como 0 en niveles Fearatol– completó Schwoz.
–¿Entonces por qué no lo hacen 0 en lugar de 100?–.
Rodeé mis ojos –no discuto con la ciencia, no es mi área–.
–Como deberías–.
"Hey chicos, mis niveles de aburritol están por los suelos, entonces uh ¿podemos seguir con la historia?".
HENRY'S P.O.V
Para decir verdad y demasiados sinceros, me había aburrido en los últimos 30 segundos al no haber nada relacionado con la historia, los demás se pusieron a hablar sobre niveles de Fearatol y de cosas sin sentido, dejándome en el olvido, y no era como si pudiera hacer la gran cosa, el estar en el tanque de agua me hacía nada más hacer lo que Ray dijera, dándole órdenes a Schwoz y a mi novia para que las llevaran a cabo.
Era tan aburrido.
"Si" escuché hablar a Ray "estás a punto de entrar a una casa embrujada... pero no estás solo".
Solté una pequeña risa –¿qué hay? ¿cómo un fantasma en la puerta o algo así?–.
Y así pareciera que leyera la mente Ray... porque había veces en las que, no es por presumir lo hacía, Jasper disfrazado de fantasma con cadenas alrededor de su cuerpo y "tratando" de asustarme, aparecieron en la puerta principal de mi casa.
"¡No, no!" gritó Ray "no, no hay un fantasma en la puerta".
Jasper fantasma desapareció, demasiado obvio, demasiado predecible.
"Pero hay alguien más..." siguió hablando "un amigo...".
Ahora Charlotte había aparecido saludando en el marco de la puerta, pero que se desvaneció en segundos, cuando Ray terminó de hablar.
"...un amigo guapo, con músculos gigantes y ojos que arden como un atardecer..." Ray imaginario se hizo presente, con una descripción de él demasiado egocéntrica que ya no me sorprendía si era sincero "y cabello como una cascada..." no obstante comenzaba a sacarme de quicio.
Arrugué mi nariz fastidiado y di un gruñido –¿podemos seguir con la historia?–.
"Claro".
–Sígueme... si te atreves– dijo el Ray de la historia señalando la puerta con la mirada.
Encogí mis hombros –me atrevo– y caminé dentro de la casa.
–¡No, espera! ¡Se supone que debes seguirme!–.
Al momento de entrar a la casa, no se veía nada de lo que supone que debía ser "escalofriante", todo se encontraba exactamente igual a mi casa, algo que incluso hacer que la historia comenzara a hacerse aburrida y sin ningún sentido.
Suspiré –wow, se parece a mi casa– dije con sarcasmo.
–Solo más espeluznante–.
–Mismo sofá, así que...–.
–Si, bueno el sofá es algo grande, es difícil de mover...–.
–Si, bueno nada más estoy diciendo que si el sofá fuera diferente puede que sea más aterrador–.
Ray soltó un gruñido desesperado –la historia no es del sofá–.
–Bueno podría ser, entonces–.
Seguía caminando por la sala de mi casa para nada aterradora que lucía igual a la original, con Ray detrás de mí en el intento de seguir asustándome, cuando de la nada, desde la barra de la cocina apareció un hombre que... era mi padre, con una sonrisa y mirada malévola ¿qué?
–Wow– exclamó Ray dando un grito ahogado en mi oído –¿de dónde provino él?–.
Lo miré confundido –¿la cocina?–.
–Me iré por el invierno– dijo mi papá caminando hasta nosotros –y necesito a un velador para esta casa–.
Esto cada vez se ponía más extraño.
–Nosotros la cuidaremos– respondió Ray –cuidar esta casa me dará tiempo para escribir, soy un escritor–.
Mostré una mueca –asqueroso–.
–¿Qué estás escribiendo?– preguntó mi papá.
–Bueno, me llevará todo el invierno pero voy a escribir "El Gran Meme Americano"–.
"¿Qué?", "¡Ohhhh!" contestamos al unísono.
Ray alzó las cejas orgulloso –va a estar basado en una fotografía de archivo y tendrá un título divertido y capturará la voz de nuestro tiempo–.
"¡Me encantan los títulos!", "eso es lo que son los memes" de nuevo respondimos al mismo tiempo.
De un momento había perdido sentido a lo que esta historia iba, y perdí aún más el interés cuando Ray mencionó que escribiría un libro acerca de memes, no es una mala idea, pero no para él; era muy malo escribiendo pues siempre intentaba de hacer todo sobre él, así como el verdadero libro que escribía, que olvidé el nombre por ser tan ridículo, hablando en serio.
–Toda la suerte del mundo a ustedes– habló mi papá mientras caminaba a la puerta con una maleta en la mano –pero antes de irme tienen que saber una cosa–.
–¿Dónde están los baños?– pregunté con ironía.
–No...– contestó "él dueño de la casa" –bueno, si, pero también deben saber que él último cuidador de esta casa se volvió... loco–.
Antes de que mi papá pudiera decir algo más, afuera de la casa se escucharon truenos, aparecieron relámpagos y Ray giró su cabeza hacia mí con una mirada loca en su rostro, haciéndome caer en la cuenta que... claro.
–Ah, lo entiendo– dije con obviedad –Ray se va a volver loco–.
–Tal vez lo haga–.
–Bueno sé que lo harás...–.
–Tal vez si lo haga...–.
–Por que ¿qué más puede pasar?–.
–Meh, tú nunca sabes–.
–¡Espero que no se vuelva loco!– gritó mi papá logrando que nos calláramos –porque él último cuidador de esta casa, cosió la ropa de sus hijas juntas– empezó a caminar para atrás a la entrada –ahora esa ropa estará junta para siempre... y siempre... y siempre... y siempre... y siempre–.
Mi papá desapareció por la puerta principal de la casa, diciendo por siempre como si fuera la gran cosa, a la vez que la puerta se cerraba sola, y como era de esperarse claro está, Ray haciendo el rechinado de la puerta, hasta lograr que se cerrara por completo. Haciendo que una mirada de confusión hacia él se formara en mí.
–¿Por qué no vas arriba y desempacas?– preguntó girándose hacia mí –mientras yo me quedo aquí... no volviéndome loco–.
Fruncí el ceño –¿desempacar qué? No traje maletas–.
Y cuando creía que esto no podía ponerse más extraño de lo que ya era, una maleta roja de tamaño mediano, apreció de la pared que nunca podemos ver, deslizándose por sí sola, con obviamente Ray haciendo el sonido de las llantas. Grandes efectos.
–Bien–.
–Si–.
–Pero demasiado mal para ti– dije tomando la maleta –no le tengo miedo a las maletas–.
–¡Sube las escaleras, okay!–.
–¡Okay!–.
De cierta forma era algo divertido ver a Ray y a los demás tratar de asustarme, aunque jamás lo lograrían, de ninguna manera, no existía nada en el mundo que podía asustarme y eso lo estaba comprobando ahora... bueno, quizás si exista algo, tiene que ver con ____, si, no tiene que ver que termine conmigo, sin embargo, definitivamente situación relacionada con nosotros... me da escalofríos pensarlo, pero eso no lo tienen que saber ellos, además debo de verme valiente para mi chica.
No contando las veces que la tomo por los hombros y me oculto detrás de ella.
Así que, sin más que decir por mi parte y seguirle la corriente a Ray, comencé a caminar hasta las escaleras para ir a lo que suponía era mi habitación, no obstante, cuando estaba a punto de subir las escaleras, la voz de mi jefe me detuvo.
–¡Pero cuidado!– exclamó éste –nunca sabes lo que te podrás encontrar al final de las... escaleras–.
Rodeé los ojos para después ignorarlo y seguir con mi camino.
–Ahem, dije "nunca sabes lo que te podrás encontrar..."–.
–¡Te escuché!–.
Seguí subiendo las escaleras hasta llegar al segundo piso, donde por obvias razones no encontré nada más que el mismo camino que a mi casa real; caminé hasta mi habitación, abrí la puerta, y dejé la maleta sobre la cama.
Todo iba bien, empecé a abrir la maleta para sacar las cosas y meterlas a los cajones, cuando de repente...
"Hola, Henry"
–¡AHHHH!–.
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