–No sabes cuánto extrañaba eso, ____, en verdad–. 

–No entiendo porque nos tardamos tanto en darnos otro beso–. 

Henry ladeó la cabeza –Bueno por lo que tengo entendido, y porque Charlotte me lo dijo, después de todo lo que pasó, reafirmar nuestra confianza como más que amigos llevaba tiempo... y creo que pudimos comprobarlo–. 

–Charlotte es muy inteligente– concordé –es nuestro primer beso, como novios, no como algo complicado, no como Verdad o Bengala–. 

–Es real ¿sabes?– asentí sonriendo –y déjame decirte que me gustó mucho más que todos los anteriores–. 

Fruncí el ceño –pero si eso habías dicho de todos los anteriores, incluso del primero–. 

–El primero fue algo increíble, solo que sólo éramos mejores amigos, pero ahora hablo en serio, muy en serio–. 

Di una ligera risa –muy bien, creo que estoy totalmente de acuerdo contigo ¿ahora qué?–. 

–Ahora me podría quedar aquí todo el tiempo del mundo besando a mi mejor amiga...– Henry sacudió la cabeza de un lado a otro –quiero decir, mi novia, MI novia–. 

–La salvaste bien–. 

–Lo sé–. 

Henry me abrazó de la cintura, haciendo que yo lo abrazara del cuello, y ahí en medio de todo, pero no cerca de las ventanas de las personas, nos dimos otro largo beso que nos mantuvo ocupados por lo menos 6 minutos. 

Era algo de lo que estaba segura no me cansaría nunca, además de que, creo ya haberlo repetido demasiadas veces, los labios del rubio que me volvía loca eran adictivos de una forma que ninguna persona podía imaginarse, ahora puedo entenderlo. 

Sin embargo, todo lo bueno debe tener un fin el algún momento, Henry y yo dejamos de besarnos cuando una señora de más de 60 años, nos golpeó con su bolso y nos dijo "juventud de hoy en día, ya no hay respeto", logrando que claro está, él y yo nos separáramos, y volviera a golpear a Henry con su bolso. 

Anyray, después de eso, y de que él se peleara con ella un poco más, tomé su mano para sacarlo de esa situación que estaba segura lo haría meterse en problemas si no paraba en algún momento. Incluso cuando la señora se ponía agresiva. 

–¿Qué estás haciendo?– me preguntó ya cuando nos habíamos alejado –estaba a punto de...–. 

–¿De que te metan a la cárcel durante una noche como a Jasper?– di una risa sarcástica –a pesar de lo agresiva que ella estaba siendo tu eras él que se metería en problemas–. 

–Ella fue la que empezó, ____– le di una mirada de pocos amigos –lo siento, tienes razón–. 

–Bien, ahora vámonos–. 

Estuvimos caminando durante 5 minutos, no estábamos tan lejos de la casa de Henry después de todo, y es que era el mejor lugar al que podíamos ir después de lo que pasó en la calle y lo que ocurría en la Capi Cueva... por un momento casi olvido todo eso. 

Como sea, cuando llegamos a la casa de los Hart, abrí la puerta principal para poder entrar a esta, encontrándonos con Piper sentada en un sillón, con los pies sobre la mesa y su teléfono en la oreja, indicando que estaba hablando por teléfono. A la vez que en el patio trasero, se escuchaba a todo volumen música la cual desconocía por completo. 

–Saludo– dijo mientras movía su mano de un lado a otro en señal de sus palabras. 

"Asentir con la cabeza" respondimos Henry y yo al unísono, haciendo la acción. 

–Wow, ustedes dos si son él uno para él otro– repitió ella. 

Sonreí –muy graciosa ¿con quién hablas?–. 

–Un segundo– habló al teléfono –con nadie–. 

–¿Mhm?–. 

Piper asintió –estoy fingiendo hablar por teléfono para que papá no me pida ayudarlo en el patio tarsero–. 

–¿Qué está haciendo en el patio trasero?– le preguntó Henry. 

–Escuchando K-Pop a todo volumen y construyendo una pista de patinaje–. 

Así que eso era lo que escuchaba. Asomé un poco mi cabeza a la ventana de la cocina que daba al patio trasero y en efecto ocurría todo lo que Piper había dicho. Jake Hart en un atuendo 80s, con una banda elástica en la cabeza, mientras escuchaba K-Pop a todo volumen y patinaba con dificultad. 

Creo que alguien había entrado a la crisis de la edad. 

–¿En serio... en serio está construyendo una pista de patinaje?– volvió a preguntar Henry, solo que esta vez con un tono incrédulo –porque le dije algo así a mi jefe para salir del trabajo–. 

Crucé mis brazos –¿cuándo le dijiste eso?–. 

–¡Wow! ¿En serio dijiste eso para salir del trabajo?– habló Piper con sarcasmo. 

–¿Por qué te estás burlando de mí?– le siguió Henry. 

–"¿Por qué te estás burlando de mí?"– lo imitó Piper. 

–Solo está jugando contigo–. 

–No tiene sentido solo quiero tener una conversación con mi hermana–. 

–Que está jugando contigo–. 

–"Que está jugando contigo"–. 

La miré sorprendida –¿por qué repites lo que digo?–. 

–"¿Por qué repites lo que digo?"–. 

–Piper–. 

Fue así como de un momento a otro, los tres nos involucramos en una mini pelea de palabras, solamente porque Piper nos había comenzado a imitar, cosa que debo admitir era bastante molesto, y más porque lo hacía como si para ella fuera lo más divertido, lo cuál lo era, pero también molesto, una combinación de ambos. 

Seguimos gritándonos y peleando, sin llegar a más, por solo un par de segundos, cuando de la nada el ruido de libros caerse en el librero que dividía la cocina de la sala, nos hizo callarnos al instante y voltear a ver lo que pasaba. Y claro, era Jake con sus patines que había tropezado. 

–¡Hey! ____, Henry– nos saludó mientras trataba de levantarse –oye Piper ¿quieres venir para...?–. 

–Uh... ¿como? ¿50?– pero Piper "había vuelto a su teléfono". 

–Oh, lo siento, sigue en el teléfono–. 

–Hola, Sr. Hart–. 

Jake avanzó tomándose del sillón –hey, oigan, ustedes dos ¿quieren venir a patinar conmigo? ¡En el patio trasero!–. 

Henry río –no puedo creer que en serio construiste una pista de patinaje en el patio trasero–. 

–¡Más te vale creerlo!– respondió su padre sonriente –solo tengo que aprender a bailar con estas cosas...– movió sus patines de un lado a otro –... y mi crisis de la edad se habrá terminado–. 

–¡Lo sabía!– chasqueé los dedos. 

Patinar, bailar patinando, ropa de los 80s que quiero suponer era lo que usaba en su juventud, mi padre había pasado por esa crisis hace dos años, aunque tenía la misma edad que Jake. Sólo que él venía a Swellview cada fin de semana, convivía con Max y Jack, los avergonzaba, a A.J en la escuela... agradezco que pasaba todo mi tiempo en la Capi Cueva y no tenía que ver todo eso. 

–Eso me pone incómodo así que cambiaré el tema– dijo Henry. 

–¡Por favor, hazlo!–. 

–Entonces... uh...– empezó a hablar mi novio –¿cómo lidiaste con los cambios de humor de mamá cuando estaba embarazada?–. 

Jake abrió los ojos asustado –¿¡QUÉ?!–. 

–Si ¿¡qué?!– Piper dejó su teléfono a un lado y se levantó del sofá –díganme que es lo que estoy pensando–. 

–¿Qué?– preguntó Henry confundido. 

–Henry, Prudence, Hart– siguió hablando Jake, solo que en un tono firme –¡no puedo creer lo que hiciste!–. 

–¿De qué están hablando?– le pregunté a Henry en un susurro. 

–No tengo idea– contestó de la misma forma –solo fue una pregunta–. 

–... ¡Tú madre se va a enterar de esto! ¡Son demasiado jóvenes!...–. 

Jake y Piper no dejaban de gritarnos acerca de un tema del que al parecer solo ellos podían comprender, pues Henry y yo no sabíamos nada a lo que se referían, por cosas como estas Charlotte es la inteligente del grupo. Pero al parecer parecían creer que los entendíamos, uno estaba molesto y la otra emocionada. 

Y lo único que hizo Henry fue hacerle una pregunta de los cambios de humor en el embarazo, que claramente era una cosa con referencia a Ray pero... pero ellos no sabían que nuestro jefe estaba embarazado. Fue en ese preciso momento cuando caí en la cuenta de todas las cosas que pasaban por su cabeza. 

Creían que era yo quien estaba embarazada... oh jeez.