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Capítulo 14

Él niño soltó a Piper adulta sobre el selo de una manera brusca y giró su mirada a la otra Piper, nuestra Piper de manera amenazante. Mi corazón comenzó a latir de una manera desesperada cuando él robot caminaba hacia nosotros, aunque no literalmente él iba contra la hermana menor de Henry, sin embargo, parecía que nada le impediría ir por ella. 

–____– Henry susurró a mi oído asustado. 

–¿Si?– contesté de la misma forma. 

–Esto es real– afirmó. 

Asentí –esto es real–. 

–Ese robot quiere aniquilarnos ¿verdad?–. 

Negué ligeramente –a ti no, a ella–. 

–Pero ¿por qué nos mira así?–. 

–Porque estamos tratando de proteger a tu hermana, genio, que es la que quiere aniquilar–. 

–Cierto, cierto–. 

Cuando se traba de inteligencia, Henry podía no ser él más listo en la habitación o simplemente no de inteligencia si no de razonar las cosas, y creo que es algo que nos ha dejado muchas veces con el paso del tiempo, que más da, él era mi novio y así lo quería... novio... todavía no me acostumbro a eso. 

En fin, para intentar alejar un poco al robot, empujé a Ray para que caminara hacia él, al fin de cuenta él era el indestructible, si lo atacaba no le causaría ningún rasguño. 

–Okay, okay– decía Ray –tal vez me hayas asustado, pero eso fuer porque no esperaba tú... ¡AAAAAAAAHHHHHHHH!–. 

De un momento a otro, antes de que terminara su oración, él niño robot tomó a Ray del brazo y sin hacer ningún esfuerzo lo lanzó por los aires haciendo un enorme agujero en el techo de la casa de los Hart. 

–¿¡Qué rayos?!– exclamó Piper. 

Abrí mi boca sorprendida y tragué en seco –la verdad no esperaba que ocurriera eso–. 

–No, ni yo–. 

Henry me tomó de la mano al igual que a su hermana, para después llevarnos a la cocina caminando lentamente a la vez que él niño robot se movía con la mirada amenazante sobre nosotros y que por alguna razón nunca quitaba de su rostro. 

–Okay, okay, yo te voy a proteger– dijo Henry –¡hey! Niño, amiguito, voy a necesitar que pares, voy a necesitar que dejes de moverte– lo miré extrañada –luz roja, debes parar si digo luz roja, esas son las reglas del juego–. 

Henry manejaba la situación de la mejor forma, si, si es sarcasmo, hablando con él robot con super fuerza, diciéndole que pare con juegos para niños, dando pasos hacia atrás cada vez que él robot se acercaba más a nosotros, demasiado valiente ahora mi chico. 

Solté la mano de Henry, crucé mis brazos y froté con una mano mi frente mientras esperaba a que este momento vergonzoso terminara, no quisiera imaginar ser el robot ahora; alcé mi mirada a donde se supone que se encontraba Piper para no encontrarla de la mano de Henry, si no con una silla de su cocina en las manos. 

–¿Qué haces?– le pregunté. 

Henry volteó a ella –si ¿qué haces?–. 

–Tranquilos– contestó ella, dio un paso al frente y apunto al robot con la silla –sé hablar idioma robot fluido–. 

Sin decir más, Henry y yo nos hicimos a un lado para que Piper pudiera caminar a donde estaba él robot, lo cual lo hacía de una manera demasiado elegante y confiada, como suele caminar ella. Una vez ya estando frente a éste, alzó la silla en el aire. 

–Goodbye, robot–. 

–Eso es inglés– dijo Henry. 

Piper rompió la silla de madera en la cabeza del robot sin causarle ningún daño o algo por el estilo, en realidad él robot solo se quedó ahí parado con una mirada nula como la que traía, solo que esta vez con una expresión más enojada antes de que Piper le rompiera la silla en la cabeza. 

–Huh–. 

–Creo que lo hiciste enojar más–  Henry jaló a su hermana del brazo. 

–¿Tu crees?– alcé las cejas con sarcasmo.

–¡Veamos como reacciona a esto!–. 

La Piper del futuro se levantó del suelo con una especie de arma en las manos, apuntó a este con toda la intención de dispararle, pero en el intento de poder hacerlo, y antes de poder hacer cualquier otro movimiento, fue derribada por un Ray que cayó del techo, haciéndola perder el equilibrio por completo. 

–¿Lo derroté?– preguntó Ray mareado –¿en qué caí?–. 

–Tu novia– contestó Piper. 

–¡No es mi novia!–.

No pude evitar soltar una media risa burlona ante el grito y las palabras de Ray, ya que solo esa frase me recordó a la época en la que Henry y yo negábamos ser novios cada vez que alguno de nuestros conocidos lo mencionaba o si alguna persona nos preguntaba si lo éramos, aunque conociendo esa época todos sabemos que era yo quien lo negaba más. 

Siempre. Todas las veces. 

En fin, mi risa burlona causó que Ray me diera una mirada asesina, mal momento para reírme lo sé. 

–Lo siento– carraspeé mi garganta. 

–Podemos discutir eso luego– dijo él, apuntó al niño robot con su láser –ahora tengo problemas de chicos que solucionar, y esta vez, voy a mantener una distancia segura–. 

Eso solo podían significar problemas, Ray estaba a un considerable metro y medio del robot, con el láser apuntándole, mientras que Henry, Piper y yo nos movíamos al lugar más seguro que había ahora en la casa, y éste era detrás del sillón. 

Creyendo que todo podía estar bajo control, hablando en verdad demasiado pronto, de la nada él niño desprendió los brazos de su cuerpo, los alargó el metro y medio que había en la distancia de él y Ray, y por si fuera poco, lo tomó del abdomen logrando que soltara el láser que tenía en la mano. 

–Wow– exclamó Ray mirando los brazos –ni siquiera estoy enojado ya–. 

Y como hace unos momentos, él pequeño niño robot lanzó a Ray hacia arriba, haciendo otro hoyo enorme en la casa de los Hart. Ahí iba nuestro superhéroe. 

Él robot se giró hacia la hermana de Henry que se encontraba parada a mi lado y agachó la cabeza profundizando su mirada en ella. Piper y yo nos volteamos a ver con la misma expresión de preocupadas y desesperanzadas por ese inesperado acontecimiento, sin Ray ahora solo quedaba Henry. 

–¡Aléjate de mi hermana!– gritó Henry mientras le apuntaba con el arma de Piper del futuro. 

Sin embargo, antes de que Henry pudiera disparale o de hacer cualquier otro movimiento, él robot desapareció en la sala dejándonos a todos en un estado de desconcierto. 

–¿A dónde se fue?– pregunté. 

–No a dónde se fue– contestó Piper del futuro –cuándo se fue–. 

–Uh... ¿justo ahora?– siguió Henry. 

Piper del futuro negó –los robots pueden saltar en el tiempo cuando se les plazca–. 

–¡¿Qué?!–. 

–Claro que pueden, okay– Henry le entregó el arma a su otra hermana. 

–Saltó adelante en el tiempo para evitar que le dispararan, regresará en cualquier momento, necesitamos irnos ya–. 

Di un paso la frente y crucé mis brazos –¿y cómo sabría él en que momento regresar?–. 

–Los robots hacen lo que quieren cuando quieren, son como niños máquinas–. 

Ladeé mi cabeza –eso son exactamente–. 

–Okay ¿quién es esta señora?– preguntó Piper. 

Estaba dispuesta a responderle a nuestra Piper, del presente, decirle toda la verdad de una vez por todas, cuando fui interrumpida por su hermano que se posicionó en medio de las tres, con su teléfono en la oreja, los ojos cerrados, soltando las palabras: "Necesito silencio absoluto", haciéndonos callar. 

Chasqueé la lengua –ella es...–.

–¡Necesito silencio absoluto!– repitió. 

–¡Puedes decirme...!– comenzó a decir Piper. 

–¡Silencio absoluto!– pero la interrumpió Henry. 

–Puede alguien decirme...–. 

–Ah, ah, ah, ah, ah–. 

Hice una mueca –ella...–. 

–Necesito silencio absoluto–.

Eran pocas las veces en las que Henry necesitaba silencio absoluto cuando intentaba pensar en algo, y eso quería decir que en serio estaba ocupando su cerebro para pensar en lo que era un buen plan, lo llamábamos el "Modo Charlotte", le pasaba al menos 2 veces por año a alguno de nosotros.

Ahora a Henry, le estaba sucediendo. 

–Hey, si Schwoz...– empezó a hablar por teléfono –...larga historia, resulta que todo lo que dijo esa mujer loca del futuro era verdad...–. 

Piper dio un grito ahogado –¡¿eres del futuro?!–. 

Su otro ella le hizo señas para que se callara –Henry necesita silencio absoluto–. 

Comprendía por completo el porqué Piper del futuro le había echo esa seña a la otra Piper para que no se adentrara más en el tema, había sido una bomba de información de la que nadie nunca está preparado, lo digo porque me pasó. La vez que me enteré sobre los viajes en el tiempo quedé con el shock durante meses... un poco a la fecha. 

–Un robot niño loco, extremadamente fuerte del futuro apareció en mi casa y lanzó a Ray por el techo un par de veces... si, fue muy gracioso– lo fue – pero escucha, este niño puede saltar en el tiempo entonces...–. 

–Hey, su jefe no ha regresado– dijo Piper –¿qué tan alto lo habrá lanzado?–. 

–No lo sé, pero fue muy gracioso– respondí. 

–... ajá... entendido– Henry colgó la llamada –Schwoz dice que puede hacer una trampa de tiempo si llevamos a este niño a la Capi Cueva–. 

–¿Cómo se supone que hagamos eso?– preguntó la otra Piper. 

–Vamos a usar a Piper como carnada–. 

"Bien", "okay", "¡no!" contestamos las dos Pipers y yo al mismo tiempo. 

El usar a Piper como carnada para que atrajera al niño robot directo a la Capi Cueva no era una mala idea, nada, sin embargo, si algo de ese plan salía mal era poner a Piper en completo peligro, lo cual no era una opción ni considerarlo. Solo esperaba que Henry supiera lo que hace. 

La hermana menor de Henry dio un paso al frente con toda intención de enfrentar a su otra ella, cuando de la nada, sin previo aviso, el sonido de un portal abriéndose apareció a solo unos metros de nosotros. 

Los cuatro volteábamos ligeramente en dirección de donde provenía el ruido, acción que hizo que mi corazón latiera más rápido de lo que ya lo hacía. Nunca había tenido un temor tan grande pasar por mi cuerpo de ese tamaño, las manos me sudaban, y aunque no viniera por mí, venía por alguien que me importaba. 

Retiro lo dicho acerca de la buena idea, acerca de la carnada. 

Tragué un poco de saliva para calmarme, cuando de repente sentí una mano tomar la mía. Giré mi cabeza al instante, hice contacto visual con él, para después recibir una sonrisa para tranquilizarme de su parte... una sonrisa llena de miedo, pero se le agradecía el gesto, muy lindo gesto. 

Con su otra mano libre, Henry tomó a su hermana del hombro y la atrajo a él. 

–¡Hey robot! ¡Aquí está mi hermana, nos vemos en la Capi Cueva! ¡Byeeeeeeeee!–. 

Sin más que decir, todos salimos de la casa de Henry, yo de su mano, Piper con el hombro en su otra mano y la otra Piper con el arma en mano apuntándole, cerrando la puerta detrás de nosotros, todo para ganar un poco de tiempo con el robot... como si eso ayudara. 

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