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Capítulo 89

Después de haber escaparnos por la ventana del cuarto de Henry, y evitar que la loca, desquiciada, desesperante, pero así la quería Piper tratara de matarnos, lanzándonos agua con la manguera, y que Jasper le gritara loca, logramos salir de la casa casi ilesos, claro la katana de Ray casi nos apuñala, pero de ahí en fuera todo había salido bien.

Ideamos un mejor plan para matar a Halley de una vez por todas, y entre tanto buscar y pensar, y con pensar me refiero a solo usar unas cuantas cabezas de las 5 que había, Charlotte tuvo el mejor plan que nunca pudo haber imaginado.

Solamente que cuando íbamos en camino a la Capi Cueva, Charlotte y Jasper tuvieron que irse porque ella lo ayudaría a él con un tema de la universidad... que por cierto yo también había armado una "cita" con ella para que me ayudara con ese tema... rayos.

Como sea, tras varios minutos de solo caminar, y de ciertos acontecimientos extraños interesantes, habíamos por fin llegado a Junk N' Stuff.

–No puedo creer que ese policía haya intentado quitarme mi espada– decía Rea mientras entraba a la tienda.

Rodeé los ojos –¿en serio?–.

–Es una linda espada, puedo entenderlo–.

–Eres un niño– le dije –un niño adulto–.

–Si, si, si, si, si, todos sabemos eso– intervino Henry –ahora, vayamos con el plan–.

–De acuerdo, este es el plan– habló Ray –destruimos ese cubo brillante donde está Halley ¿todos tienen claro el plan?–.

Cerré los ojos y suspiré –um... ¿todos? Charlotte y Jasper se fueron hace rato...–.

–¿Todos están listos para destruir?–.

–Te estás poniendo muy raro, viejo– soltó Henry.

–Apoyo esa idea–.

Ray caminó a nosotros –vayamos–.

Encogí mis hombros –okay–.

Sinceramente no estaba muy segura de participar en esto, quiero decir, no era muy buena cuando se trataba de destruir o pelear contra cosas, prefería quedarme del otro lado, ayudándolos fuera del área de pelea, además la única vez que participé fuera de esa zona fue cuando besé a Henry en el satélite, y todo Swellview se enteró sobre eso.

Nueva York fue del lado de los monitores, así que no cuenta.

Pero tras varias insistencias de Henry, sobre que debía ir con él para después irnos al lugar que él quería ir, acepté ayudarlos a destruir a Halley, aunque admito que mi primer plan era quedarme en Junk N' Stuff.

Tomé un palo de golf que había en uno de los estantes de la tienda para poder llevarlo abajo y tal vez con eso poder destruirla, así como Henry tenía una pelota de bolos, y bueno Ray su katana, pero cuando estábamos a punto de bajar por el elevador, Ray gritó interrumpiendo el momento.

–¡Esperen!–.

Henry y yo nos detuvimos. Este tomó un bate de baseball que había encontrado, dejando su espada en el estante.

–Ah, de acuerdo, de acuerdo, bate de baseball, hay que ir–.

–¡Esperen!–.

Arrugué mi nariz –¿qué?–.

Ray soltó el bate que traía en las manos, para después acercarse a una sierra eléctrica que estaba sobre otra mesa.

–Una sierra eléctrica, genial– dije tratando de sonar interesada –vámonos–.

–¡Esperen!–.

–¡¿QUÉ?!– contestamos Henry y yo al unísono, gritando desesperados.

Como debía de ser el colmo, Ray volvió a la mesa del mostrador donde había dejado su espada antes de tomar el bate de baseball, al momento de admirarla sus ojos se iluminaron, e incluso la expresión era diferente, como si nunca la había visto en toda su vida, mientras que Henry y yo lo miramos con una cara de confusión.

Ray tomó la espada y la sacó de su estuche –siiii...–.

–Viejo, esa es la misma espada con la que entraste–.

–Lo sé– respondió Ray –ella es la misma, pero yo he cambiado... ¡todo mundo sígame!–.

Sin más que decir, este salió corriendo por la puerta que llevaba al elevador, dejándonos a nosotros dos más desconcertados de lo que ya estábamos, desapareciendo por completo de nuestra vista.

–Me preocupa– relamí mis labios –en serio me preocupa–.

–Al menos no eres la única–.

...

El modo fácil de llegar hasta la Capi Cueva era por elevador, solamente que gracias a Halley no funcionaba, y había una entrada con forma de resbaladilla para hacerlo, pero por alguna razón... Gente Topo... explotamos una Capi Cueva... esta estaba cubierta de tierra y rocas que nos impedía por completo el paso.

Fue cuando a Henry se le ocurrió que bajaríamos por una cuerda 1 kilómetro bajo tierra, hasta llegar al elevador, y fue cuando se me ocurrió ir con ellos esta última vez, no volvería a hacerlo, nunca más. Podía ser valiente, y soportar todo esto, pero no era lo mío.

Anyray, después de haber visto mi vida pasar frente a mis ojos, llegamos al elevador que estaba parado completamente inmóvil, las puertas no se podían abrir, así que Ray optó por forzarlas con su espada.

–¿Estás bien?– me preguntó Henry.

Suspiré –si, después de haber bajado 1 kilómetro por una cuerda sin ninguna clase de seguridad, claro que estoy bien–.

–Ya, tranquila, vamos a recuperar la Capi Cueva, además fuiste de gran ayuda, deberías salir a las misiones con nosotros–.

Solté una carcajada –en tus sueños rubio, me quedo aquí, donde morir no sea una opción–.

–Vamos, ____, podrías ayudarnos en eso de atrapar villanos, ladrones y...–.

–¡Oh, mira! Ray abrió la puerta– lo interrumpí –hay que entrar–.

–No dejarás el tema a la mitad–.

–Como si tu no lo hubieras hecho–.

–Uh... ¿qué?–

–"Uh... ¿qué?"– lo imité divertida.

Para evitar alguna clase de discusión de imitaciones, opté por seguir a Ray dentro de la Capi Cueva, que había logrado abrir la puerta con solo su espada, pero cuando entramos, nos habíamos encontrado con una imagen demasiado incómoda, perturbante, que la que vimos esta mañana.

Schwoz estaba vestido con un traje de color rosa, como era judío traía puesto un kipá en la cabeza, mientras que Halley usaba un velo de novia y en las computadoras estaba el fondo de una playa con un altar de bodas, todo indicando que esto acababa de salirse de nuestras manos.

–¡Ray, Henry, ____!– gritó Schwoz cuando nos vio entrar –¿dónde han estado? ¿dónde están Charlotte y Jasper?–.

–¿Acabas de casarte con Halley?– ignoré su pregunta.

–¡SI!– respondió él feliz –pero voy a tomar su apellido, entonces ahora soy Schwoz Número Serial 1 7 5...–.

–¡Aléjate del cubo, Schwoz!– le ordenó Ray.

Este lo miró confundido –¿por qué?–.

–Porque, tu computadora esposa trató de "eliminarnos"– contesté.

–Si, luego nos succionó por el tubo fuera de la Capi Cueva– siguió Henry.

–No, no, no, no, no, Halley nunca haría nada...–.

–¡Deja de hablar! ¡Es hora de aplastar!– Ray –¡Yaaaaaaaahhhhhhh!–.

Tal y como lo esperaba, Ray se lanzó sobre Halley sin dudarlo dos veces, a la vez que él chico rubio y yo íbamos detrás de él para evitar que hiciera algo que no fuera apuñalar a Halley, pero en ese intento de hacer el "bien", la computadora pensó primero que nosotros, algo demasiado obvio.

"Activando rayos de gravedad".

Del techo de la Capi Cueva, aparecieron unos rayos color rojo intenso, que nos rodearon por completo, haciendo que todo nuestros cuerpos se volvieran pesados para el lugar donde estábamos, me quedé parada, estática, Ray cayó sentado al pie del sillón giratorio, y Henry terminó acostado en el suelo.

–Halley ¿qué está pasando?– le preguntó Schwoz.

"Aumenté la gravedad en su lugar, no se pueden mover".

–Si, eso es un hecho– dije con problemas al respirar.

Henry levantó un poco la cabeza –Schwoz ayúdanos–.

–Por favor, Schwoz–.

–Yo no quería venir– recibí un silencio de desaprobación –¿qué? Es la verdad, pude haberme quedado arriba en lugar de estar aquí, inmóvil, a punto de ser asesinada, pero gracias– sarcasmo.

"Te quejas mucho, ____, no deberías estar pasando por esto".

–Gracias Halley–.

"Incrementar 20% a la posición de ____".

–Si... esto está pasando–.

Como lo haba dicho la computadora, que ahora odiaba más, el lugar donde había logrado mantenerme parada se convirtió más pesado de lo que ya estaba, haciendo así que cayera de rodillas en el suelo, como una clásica mala película.

–Halley ¿por qué estás haciendo esto?–.

"Ellos son una amenaza, deben ser eliminados".

–¡No puedes eliminarlos! ¡Son mis amigos!–.

–¡Si!– concordé.

–¡Amigos!–.

–¡Lo somos!– terminó Henry.

"¿Lo son? He revisado videos archivados de las múltiples cámaras de la cuarta pared de la Capi Cueva".

Los monitores cambiaron, de una imagen de boda de playa, a varios videos de la Capi Cueva en ocasiones anteriores.

Iniciando con uno donde Henry lanzaba una pelota a un casco de Schwoz dejándolo inconsciente. Seguido de otro donde Henry le apuntó a este con un láser dándole en el ojo, otro cuando los chicos fueron al espacio y Ray le disparó a Schwoz para que bajara del techo, Ray amenazando con golpearlo, y por último, cuando metió dos salchichas en sus fosas nasales, y la piña entera en su boca.

Ahora entendía porque decía que eran una amenaza para la Capi Cueva, o porque dudaba si eran sus amigos.

Ray empezó a reírse –mira eso, soy tan gracioso–.

–Viejo ¿en serio te estás riendo ahora?–.

–Claro que si– contestó aún riéndose –puse una piña entera dentro de la boca de Schwoz, eso ni siquiera puede ser posible–.

–¡Ray, cállate!– le grité –¡Halley está a punto de eliminarlos!–.

–¿Por qué no te incluyes a ti?– cuestionó Ray.

–Uh... en ningún momento mi cara salió en ese video haciéndole daño a Schwoz, pero no quiero que los maten, al menos no a Henry, así que cállate o los va a eliminar de una vez por todas–.

"No, no lo haré".

Di una media sonrisa –oh, genial–.

"Schwoz lo va a hacer".

–Espera ¿qué?–.

Ray siguió riéndose –una piña en su boca, que divertido–.

"Schwoz, estamos casados ahora, prueba que me amas y elimina a tus amigos".

La forma en la que Schwoz se había quedado titubeando en hacerlo o no, estaba concertándome un poco, sabía que él a pesar de que Ray fuera una persona pesada con él, se querían pues habían sido amigos por años, y digo lo mismo con Henry, simplemente que ahora no sabía si realmente era capaz de sacar todo eso.

–No lo hagas Schwoz– le pedí –no los elimines–.

"¡Hazlo!".

–¡No lo hagas!–.

"Levanta la espada, Schwoz".

Y a un lado de él, estaba la famosa katana justicia que Ray soltó cuando cayeron los rayos de gravedad, Schwoz se acercó hasta ella, la tomó entre sus manos, y regresó al lugar donde estaba parado.

Traté de negar con la cabeza –no, no lo hagas, Schwoz...–.

–¡OH POR DIOS ES LA FRITTLE PLATINUM!–.

–¡No....! Espera ¿qué?– preguntó Henry.

Fruncí el ceño –¿qué?–.

–Si ¿qué?–.

–Miren, justo ahí, por mi mano– siguió hablando Ray –¡es la Frittle Platinum del concurso!–.

Después de buscar entre montones de frittles, después de haber olido ese aroma a queso que llegó a marearme, después de habernos robado un cargamento de Frittles no reclamadas, ahí estaba, la Frittle Platinum, resplandeciente, era de un color plateado que... no puedo creer que no hayamos visto antes, era demasiado llamativa.

–Oh, okay, eso es genial pero...– comencé a decir.

–¡Vamos a ir a Frittlelandiaaaaa!– interrumpió este, con un tono como si estuviera cantando.

–No si Schwoz nos eliminaaaaa– respondió Henry de la misma forma.

–Cierto, cierto–.

"Hazlo, Schwoz, no les importas como me importas tú a mí".

Hubo un silencio de varios segundos, con Schwoz titubeando, en serio teniendo en cuenta la opción de eliminarlos, algo que nunca esperaría de él, y cuando creí que en serio iba a hacerlo, unas palabras fueron lo que le impidió.

–Schwoz– habló Ray –voy a demostrarte que me importas–.

–Okay...–.

Ray se estiró lo más que pudo para poder tomar la Frittle Platinum, entre todo ese campo de gravedad, hasta que por fin lo consiguió.

–Schwoz...–.

–Si–.

–Ganar este concurso ha sido mi sueño...– hizo una pausa –desde que me enteré de el esta mañana, pero ahora que sostengo esta papa de concurso ganadora en mi mano, me doy cuenta que lo que más importa, es la amistad–.

Abrí mis ojos un tanto sorprendida al escuchar esas palabras salir de la boca de Ray.

Y quedé aún más sorprendida, porque de la nada aplastó la Frittle Platinum en su mano, y la sopló de ella de la forma más dramática que pudo haberlo imaginado.

Sonreí –eso fue tierno–.

–Gracias–.

–¡¿Qué acabas de hacer?!– preguntó Henry.

–Aplasté la papa, y soplé el resto así– copió su acción de hace unos momentos.

–¡¿Por qué?!–.

–Si también quiero saber porqué–.

–Fue un gran gesto–.

Henry puso su cabeza contra el suelo –creí que se la darías–.

–No, la sacrifiqué para demostrarle que nuestra amistad vale más que el concurso, además que la forma en la que soplé esa papa fue...–.

Ladeé mi cabeza –sabes, pudiste simplemente dársela, y probablemente nos hubiera llevado con él–.

–Exacto– dijo Henry.

Aunque haya sido un lindo y tierno gesto por parte de Ray, más frases que nunca creí decir, pudo haber sido más sencillo que le hubiera dado la Frittle que nos tomó mucho tiempo encontrar, en vez de destruirla frente a nuestros ojos, repito, lindo gesto con gran significado, pero muy mala decisión.

"Bueno, cualquier cosa que hubiera sido, no funcionó".

–De hecho lo hizo– respondió Ray –miren a Schwoz–.

Alcé mi vista a donde estaba él, para encontrarlo llorando a todo lo que daba, con la espada en sus manos, y bastante mascara para los ojos corriéndole por toda la cara, harsh.

–Esa es la cosa más tonta y hermosa que alguien pudo haber hecho por mi– decía entre sollozos.

"¡¿QUÉ?!".

–Si ¿qué?– siguió Henry.

Lo miré confundida –¿en serio estás usando maquillaje?–.

–¡Claro que lo estoy!– contestó –¡vamos a tomar fotos de boda! ¡quiero que resalten mis ojos!–.

Eso tiene sentido, si yo me fuera a casar y tomara fotos al aire libre, también hubiera optado por esa opción, pero soy demasiado joven.

"¡SOLO ELIMÍNALOS!" le ordenó Halley "luego iremos a nuestra luna de miel en Harrisburg, como lo habíamos planeado".

–Oh Halley, casarme contigo ha sido mi sueño desde que te programé esta mañana...– Schwoz nos miró a todos –¡pero nunca debiste pedirme que matara a mis amigos!–.

De la nada, Schwoz enterró la katana en el núcleo brillante de Halley, causando que todo en la Capi Cueva se volviera loco por unos momentos, el rayo de gravedad había desaparecido liberándonos de él, los tubos se movían de arriba a abajo, las luces no dejaban de parpadear, la puerta del elevador se abría y cerraba, y todo mientras que Halley se derretía en su propio magma y explotaba.

Tragué en seco –Schwoz, destruiste a Halley–.

–Si, lo hice–.

–Gracias, amigo– agradeció Henry.

–Hey, los amigos siempre primero que las computadoras ¿no es así?– Schwoz abrió los brazos para abrazarnos.

Moví mi cabeza –la verdad nunca había pensado en eso–.

Sin más que decir, los tres nos juntamos en un abrazo amigable grupal, que debo admitir se sentía tan bien, que me hacía ponerme más nostálgica sobre el hecho de que me iría en un año, me había encariñado tanto con estos chicos, que a pesar de que me volvían loca, los quería, en serio los quería.

–Hey, Ray, estamos teniendo un abrazo grupal– le habló Henry.

Solté un gruñido –pero se está volviendo muy duradero–.

–Si, ven a abrazarnos, hermano–.

Cerca de los monitores, estaba Ray, con una mirada enojada, con lo que quedó de su espada en la mano pues el resto se derritió junto con Halley, y por la expresión que traía, tenía la idea de que alguien no saldría vivo de esto.

–Destruiste mi espada– dijo él enojado.

Schwoz se separó de nosotros y caminó para atrás –yo... yo... salvé tu vida–.

–Exacto digo...–.

–¡Esa espada era lo único que amaba en este mundo!–.

–¡Maté a mi computadora esposa por ti!–.

–¡Pagarás por esto Schwoz!–.

–Ray, solo compra una nueva– traté de hablar.

–¡No! ¡Ven aquí Schwoz!–.

Volviendo a la normalidad, Ray comenzó a perseguir a Schwoz por toda la Capi Cueva tratando de asesinarlo, mientras que Henry y yo mirábamos la escena tratando de comprenderla o simplemente dejarla pasar, fue por eso, que tomamos dos latas del montón que estaban aún ahí y nos fuimos alejando lentamente.

–¿Crees que esto termine pronto?–.

–Nah– Henry se metió una papa a la boca –no se lo perdonará nunca–.

–Si, tienes razón– encogí mis hombros –hay que irnos–.

–Vámonos– caminamos al elevador –hey, entonces ya es noche, ya terminamos con este asunto– subió y bajó sus cejas –¿estás lista para ir?–.

Alcé mis cejas –¿en serio? ¿después de casi morir me preguntas eso?–.

–Puede ser que no quieras ir– me sonrió.

Le devolví el gesto –Henry, es verano, somos libres, es contigo, obvio que quiero ir–.

–De acuerdo, entonces hay que irnos–.

La puerta del elevador se abrió, para adentrarnos en este, e iniciar nuestro camino a lo que fuera que Henry tuviera planeado ir, empezando a volverse la situación desde este momento, lo que yo creo será algo increíble, fascinante, y posiblemente cariñoso.

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