Capítulo para:

lpv2005

... 

–¿Qué están haciendo?– pregunté confundida. 

–¡Dejen de jugar a la papa caliente! y pongan esa cosa en la aspiradora ya– gritó Schwoz. 

Después de que Jasper había tirado la parte de la aspiradora al suelo, Henry la levantó para poder llevársela abajo, pero cuando esta comenzó a quemarle, se la lanzó a Jasper como hace unos momentos, luego él se la volvió a lanzar a Henry y así viceversa, durante los últimos segundos, perdiendo el tiempo. 

–¿Cómo se supone que hagamos eso si está demasiado caliente?– esta vez preguntó Henry –¡No, no, no, no, no!–. 

–¡No la pongas en la cama!–. 

De lo caliente que estaba la parte de la aspiradora, Jasper la puso sobre la cama de Henry. 

–¡Está demasiado caliente!–. 

–¡Pero no la pongas ahí!–. 

–¡Y si la tocas!–. 

–¡Se va a incendiar!–. 

–¡Es una linda cobija!–. 

Y mientras nosotros tres estábamos peleando, sobre como Jasper no debió poner la parte de la aspiradora encima de la cama de Henry, porque sinceramente tenía una cobija muy bonita, Schwoz sacó una especie de control y apuntó a un cuadro de Henry que tenía en la pared. 

El cuadro se abrió como si fuera una puerta, y dejó al descubierto un agujero secreto. 

–Solo usen estos guantes para poder llevarla– dijo Schwoz mientras sacaba unos guantes de cocina. 

Henry los tomó mirándolos confundido, al igual que Jasper y yo, a la vez que Schwoz simplemente actuaba como si fuera una cosa normal... y podría serlo, esconder cosas en el cuarto del compañero de tu jefe, muy normal, nótese mi sarcasmo. 

–¿Cuántas cosas más escondiste en mi cuarto, viejo?–.

–¿En serio quieres saber?– Schwoz le respondió divertido, y golpeó a Henry en el hombro. 

Él chico se quedó pensativo uso momentos –SI–. 

Como hace unos momentos, él científico volvió a sacar el control que utilizó para abrir el cuadro, solo que esta vez, apuntó a otro cuadro, esta vez naranja, que estaba a lado de la ventana, y exactamente como lo esperaba, el cuadro se abrió, con la excepción de que ahora había una expendedora de jugo con la foto de Schwoz encima, con popotes y vasos a un costado. 

Los tres vimos como Schwoz caminó a la máquina, tomó un vaso y lo llenó de jugo, de nuevo, como si fuera todo lo normal del mundo. 

–Tienen solo 90 segundos antes de que esa parte se derrita, o si no Charlotte se quedará atorada en esa aspiradora de 4 a 6 semanas, en lo que ordeno la nueva parte de China–. 

–¿Una expendedora de jugo?– pregunté incrédula ignorando lo que había dicho –¿en serio? Eso toma tuberías, plomería–. 

Henry sacudió la cabeza de lado a lado –¿cuándo hiciste todo esto?–. 

Schwoz sacó su reloj –85... 84... 83...– empezó a contar los segundos. 

–¡Ya vámonos!–. 

Por la presión que se estaba poniendo sobre nosotros, corrí a la puerta para poder abrirla, Henry tomó los guantes que Schwoz le había dado, agarró la parte de la aspiradora que quemaba más que la lava, literalmente, y salimos por la puerta hacia la planta baja, para así poder sacar a Charlotte de lo que ella describía como casa de Jasper. 

Bajamos las escaleras con cuidado y en silencio, aunque no demasiado lento ya que no teníamos tanto tiempo, para encontrarnos con la familia Hart y Ray, hablándole a "William Shakespeare" fantasma, donde les decía que los actores son los verdaderos héroes, no los escritores... eso si tiene sentido. 

–Están demasiado cerca al Súper Succionador– Henry movía la parte de la aspiradora de un lado a otro –¿cómo se supone que ponga eso ahí sin que nadie me vea?–. 

–Tengo un plan para hacerlos cerrar los ojos– respondió Jasper. 

–No te quites los pantalones– le dije. 

–Okay, tengo otra forma de hacerlos cerrar los ojos–. 

Nos quedamos en silencio durante unos segundos esperando a que dijera la su segunda opción como plan, cuando de la nada, Jasper salió corriendo por las escaleras gritando: "¡TODO MUNDO CIERRE LOS OJOS!" 

Alcé mis brazos en el aire –¿qué estás...?–. 

Pero antes de que pudiera escucharme, ya había bajado las escaleras, logrando que todos los presentes lo voltearan a ver confundido, e ignoraran sus palabras. 

–¿Qué se supone que hagamos?–. 

Henry encogió los hombros –síguele la corriente–. 

Sin dejarme decir algo, por segunda vez, Henry saltó por las escaleras, dejándome con la palabra en la boca, demasiado confundida, sin ninguna otra opción más que hacer lo que me había dicho. 

–¡CIERREN LOS OJOS!– grité mientras bajaba las escaleras –¡ES IMPORTANTE!–. 

–¡SI!– siguió Jasper –¡CIERREN LOS OJOS! ¡ESCÚCHENME! ¡PERO NO ME VEAN!–. 

Asentí firme –¡Porque sus ojos deben de estar cerrados!–. 

Tal y como lo esperaba, Kris, Jake y Piper, nos miraron como si fuéramos unos completos fenómenos parlantes. Mientras que Henry se escabullía por la cocina, y le hacía señas a Ray de que era hora de poner la parte en la aspiradora. 

–¿De qué están hablando?– preguntó Piper. 

–Uhhhh– empezó a hablar Ray –¡si! ¡____ y Jasper tienen razón! ¡todo mundo cierre los ojos! ¡el fantasma está a punto de salir!–. 

Jake hizo una mueca –¿cuál de todos? ¿William Shakespeare? ¿Janey la chica vaquera? ¿el fantasma japonés que solo puede decir "konichiwa"?–. 

–Si– concordó Kris –pensé que podría decir más que eso–. 

–Ñeeee, solo todo mundo cierre los ojos–. 

–Yo no quiero cerrar mis ojos– Piper alzó una ceja –quiero ver cuando el fantasma de ahí–. 

Levanté mi cabeza un poco, y pude ver a Henry detrás del sofá escondiéndose, listo para poner la nueva parte de la aspiradora. 

–Si no cierras los ojos el fantasma de va a perseguir por siempre– dijo Ray –es más, va a robar tu alma–. 

Piper lo miró con cara de "en serio" –eso no es posible–. 

"¡SI ES POSIBLE! ¡VOY A ROBARME TU ALMA!" gritó Charlotte desde adentro con una voz amenazante "¡AHORA CIERRA LOS OJOS, PIPER!"

–¡Conoce mi nombre!– gritó Piper. 

"¡TAMBIEN SE DONDE VIVES! ¡AHORA CIERRA LOS OJOS!"

Por primera vez en mucho tiempo había visto a Piper asustada, no era que nunca lo estuviera para nada, pero creo que la última vez que la vi realmente asustada, fue cuando nos enfermamos de Green Fingers, tuvimos que estar en cuarentena, y para no poder salir Bork estaba en la puerta, eso fue lo que asustó a Piper. 

En fin, cuando al fin todos con excepción de nosotros y Ray habían cerrado los ojos, Henry se arrastró por la alfombra de la sala para llegar a la mesa de centro, donde estaba la aspiradora. 

–Okay, ahora todos mantengan sus ojos cerrados, hasta que les diga que pueden abrirlos– decía Ray. 

Henry se levantó del suelo, y con cuidado puso la parte recién reparada sobre la aspiradora de la mesa, él me volteó a ver sonriendo y con una expresión de extrema felicidad, a lo cual le respondí devolviéndole el gesto y alzando mis pulgares dándole señales de "bien hecho". 

Todo estaba bien, todo había casi vuelto a la normalidad, solo faltaba presionar el botón de "expulsar" y listo, pero cuando Henry se estaba acercando a este para poder hacerlo, de la nada, los guantes que traía puestos se incendiaron. 

–¡Ah!– dio un pequeño grito mientras se levantaba del suelo. 

–¿Qué fue eso?– preguntó Kris aún con los ojos cerrados. 

–¡Ah!–. 

–¡Es el fantasma!– contestó Ray –¡voy a sacar al fantasma ya! ¡todo mundo mantenga los ojos cerrados!–. 

Cuando Henry se levantó del suelo, empezó a dar pequeños saltos sin saber realmente que hacer, al igual que Jasper, ay no. 

Con mi mirada le hice entender a Ray de que activara la aspiradora, para después tomar a Henry de los hombros y arrastrarlo hasta la cocina, para poder quitarle los guantes y evitar que se incendie mi novio... próximo novio... próximo. 

Como sea, sacudí mi cabeza de lado a lado saliendo de mis pensamientos, para poder quitarle los guantes a Henry y dejarlos en el lavabo, y después observar como es que la aspiradora, después de ser activada, comenzaba a sacar todo lo que tenía dentro, se movía de un lado a otro en el aire, creando una gran cantidad de aire, además que sacaba toda clase de cosa, más de la basura que había de la fiesta. 

La aspiradora estuvo expulsando durante medio casi toda la basura que tenía dentro, logrando así que los Hart gritaran porque creían que salía un fantasma de esta. 

–¡NO ABRAN LOS OJOS!– gritó Ray. 

Más y más basura seguía saliendo, incluso había confeti, serpentinas, cajas de pizzas, una guitarra, cuando de repente, una figura salió volando cayendo encima de Jasper, era Charlotte, se levantó con cuidado de Jasper y susurró un "¡si!" triunfante. 

Sonreí de oreja a oreja emocionada, y sin pensarlo dos veces corrí a ella para abrazarla unos segundos, tenía basura por todo el cuerpo y su cabello en serio que estaba echo un lío, pero la verdad es que no me importaba.  

–No me vuelvas a dejar con los hombres, no sobreviviría–.

–Uno de esos hombres fue la razón por la que me comió una aspiradora–. 

–Por eso mismo–. 

Estuvimos abrazadas hasta que la aspiradora se detuvo, cosa que nos hizo separarnos enseguida para que ella pudiera salir corriendo por la puerta, solo en caso de que a algún Hart se le ocurriera abrir los ojos. 

–No abran los ojos, todavía puede haber fantasmas ahí adentro–. 

Henry y yo le tendimos las manos a Jasper para que pudiera levantarse, que al parecer había quedado un poco mareado por el golpe que se dio al recibir a Charlotte, y lo recargamos sobre la barra de la cocina. 

Y antes de que pudieran abrir los ojos, Henry le disparó con su láser al teléfono de su hermana para borrar todo lo que fuera posible evidencia; giré mi vista para asentirle ligeramente a Ray, y que presionara el botón de "Apagado", solo que fue demasiado lento,  ya que de un momento a otro, como dijo Schwoz, la aspiradora explotó. 

Henry me abrazó por la espalda para agacharme y escondernos detrás de la barra de la cocinar. 

Suspiré exaltada –la aspiradora explotó–. 

–Ajá– respondió Henry de la misma manera. 

–Gracias por evitar que recibiera el golpe de la explosión–. 

Me abrazó más fuerte –no hay porqué–. 

Jasper, Henry y yo nos levantamos con cuidado del suelo, y dirigimos nuestra mirada a la sala, donde estaban todos llenos de polvo causado por la explosión y por alguna extraña razón, sarcasmo, Ray encima de la madre de Henry protegiéndola. 

–¿Ya terminó?– preguntó ella. 

–¿Los fantasmas se fueron?– Jake. 

Piper se levantó rápidamente del sillón –¿qué le pasó a mi teléfono?–. 

–Esas son excelentes preguntas– Ray comenzó a levantarse del sillón –pero la verdad es que tengo que ir ahora a mi otra cosa de... fantasmas así que...– tomó su mochila y caminó hasta la puerta –esta casa, está limpia–. 

Y salió por la puerta. 

Todos nos quedamos mirando la casa incrédulos, bueno Piper a su teléfono, pero creo que nadie podía creer lo que había pasado, y nos incluyo sinceramente, pero al menos Charlotte ya había salido de esa cosa, y no había resultado ningún herido, espero. 

–Bueno– empezó a hablar Henry –los fantasmas se fueron, eso es bueno–. 

–¡No! ¡No lo es!– le gritó Piper –mi teléfono está frito, entonces no tengo ningún video de los fantasmas–. 

–Y la casa está más sucia de lo que ya estaba– exclamó Kris con asco –¿quién va a limpiar esto?–. 

Jake chasqueó los dedos y se paró del sillón decidido –¡invoco!... ¡la rueda de tareas!–. 

Como era de esperarse, todos dimos un grito ahogado. 

–Papá ¿acaso estás loco?– dijo Henry con ironía. 

... 

La Rueda de Tareas había sido utilizada por segunda vez en el día, solo que esta vez, que era la respuesta más lógica, había caído en Jake, ya que bueno, él la había invocado, así que con toda la flojera del mundo, limpió su casa mientras que esta vez, el resto de su familia de burlaba de él, al igual como ellos lo hicieron de Henry hace unos momentos. 

Henryway, nos encontrábamos en el cuarto de Henry viendo Will & Grace, Temporada 2 en su computadora, hoy era sábado, no había escuela, y se podía contar como la cita que íbamos a tener ayer en la noche. 

–¿Cuántas veces hemos visto esta temporada?–. 

Negué con mi cabeza –no tengo idea–. 

–¿Alguna vez te cansas?–. 

–Jamás ¿y tú?–. 

–Nunca–. 

–Perfecto–. 

Después de eso nadie dijo nada más, simplemente nos dispusimos a seguir viendo la computadora, era uno de esos momentos en los que nadie tenía que decir algo, solo éramos él, yo, su brazo alrededor de mis hombros, y listo, no podría pedir más en estos momentos. 

–¿Esto cuenta como nuestra cita?– volvió a hablar rompiendo el silencio.

Lo volteé a ver alzando una ceja –no lo sé, tú dime–. 

–No, no cuenta– dijo despreocupado –quiero decir, si, es un lindo momento estando contigo, pero no hemos podido tener una cita bien desde que somos más que amigos–. 

Ladeé mi cabeza a un lado –buen punto–. 

Y Hernry tenía razón, desde que somos más que amigos lo único que hacíamos era estar en la casa de uno o del otro, estar en Junk N' Stuff, la Capi Cueva, pero realmente nunca habíamos ido más allá de eso, de igual manera creo que sería algo extraño, no en el mal sentido, si no en el sentido de que éramos mejores amigos, y lo seguimos siendo, pero de la nada salir como algo más... con todos viéndonos, Swellview era una ciudad pequeña... ah que más da. 

–Entonces hay que salir ahora– se paró de su cama. 

Lo miré incrédula –¿hablas en serio? ¿ahora?–. 

–Si, ahora–. 

Encogió sus hombros –¿y por qué no? Son las 7 de la noche, estamos cubiertos en polvo de aspiradora, estoy seguro que nos dejarán entrar a Sotto Voce– fruncí mi ceño –bueno, no a Sotto Voce, pero al menos a Nacho Ball o a Fred Lobster, donde sea, solo, hay que ir–. 

La mirada de Henry me pedía a gritos un "si", y más porque reconocía su mirada de pedir algo en cualquier lado, debo admitir que me era casi imposible decir que no a su cara, es decir, sólo mírenlo, ese chico era una de las caras más codiciadas de todo Swellview, y lo digo porque Kid Danger estaba en el Top 5 más guapo después de Ray, es decir, Capitán Man. 

Bueno, una vez Kid Danger estuvo en el Número 1, Ray casi se vuelve completamente loco cuando vio eso, habló con el alcalde, con la prensa y lo único que logró fue hacer que nombraran una calle más con su nombre, al menos eso le bajó el ego un poco. 

Henry seguía parado, esperando mi respuesta, la cual no debía de pensarla más, ni siquiera sé porque la "pensé". 

Me levanté de la cama y caminé lentamente a donde estaba él chico parado, bajé mi mirada a una de sus manos, tomé su mano, devolví mi vista a sus ojos para mirarlos directamente, levanté un poco mis pies para quedar a su altura y darle un corto beso en los labios. 

–¿Eso es un si?– preguntó cuando me separé de él. 

Reí divertida –¿por qué siempre cuando te doy un beso respondiéndote a algo preguntas?–. 

–Solo quiero asegurarme que sea la respuesta que creo–. 

Volví a darle un beso, solo que esta vez un poco más largo, logrando que pudiera sus manos alrededor de mi cintura cada vez que el beso seguía y seguía. 

Me separé del beso –¿más seguro?–. 

–¿Puedes volver a asegurarme más? Es que realmente me quedé con la duda así que espero que me lo vuelvas a decir...–. 

Rodeé mis ojos divertida para después poner mis brazos alrededor de su cuello y atraerlo hacia mí, volviéndonos a besar, por tercera vez, en su habitación, y he de admitir que se estaba volviendo adicción, ahora entendía al chico.