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Capítulo 70

GRACIAS A TODAS, DUDES,

5 AÑOS AQUÍ,

Y LA VERDAD SON LO MEJOR QUE ME HA PASADO.

NO CAPTAN CUANTO LAS AMO.

...

P.O.V____

–No lo voy a hacer– dije levantándome de la silla –no lo voy a hacer, no lo haré–.

–____, ya estamos aquí, además solo te meterán el arete–.

Lo miré con cara de "en serio" –voy a parecer una vaca, Henry–.

–No, claro que no... bueno tal vez un poco, pero solo hazlo–.

Estábamos en el lugar que hacían perforaciones y esas cosas, el único existente en Swellview, bueno, el único al que podíamos entrar por culpa de Piper, exacto, pero aún así no importaba, porque no me haría nada, aunque Henry me estuviera insistiendo todo el tiempo que me vería bien, el cual yo no consideraba en lo absoluto.

–¿Se hará esto o no?– preguntó el tipo de los piercings.

"No", "Si", contestamos los dos al mismo tiempo.

–¡Hazlo!–.

–¡No!–.

Antes de poder seguir con esta pelea sin sentido que estaba ocurriendo aquí, agradezco al teléfono de Henry que comenzó a sonar.

–¿Qué pasa Jasper?– respondió Henry –... ah si, estamos aquí... si, pero alguien no quiere hacérselo– me miró cuando dijo "alguien" –... yo se lo dije–.

–¡No lo haré!–.

Me dio una mirada indignada –ah ¿Estoy en el teléfono?– rodeé los ojos –si, supongo que si no quiere nos iremos ya... sip, tenemos que iniciar la dieta de comida líquida... ajá...–.

–¡Oh! ¿Para tener visión nocturna?– volvió a preguntar el tipo de las perforaciones –eso si funciona–.

Henry sonrió falsamente –lo sabemos, lo sabemos... si, te veo en el supermercado para comprar la comida y cinco licuadoras según Schwoz... antes tengo que ir a dejar a ____ a su casa... ¡no! ¡no le voy a decir todavía Jasper!–.

Abrí mis ojos sorprendida y rápidamente fui a la salida del lugar, dejando a Henry hablando por teléfono ahí en medio de la tienda, viéndome extrañado, sabía a lo que se refería, sabía a lo que se refería, rasqué mi cabeza y me quedé recargada afuera en la pared del establecimiento.

–Bien, no te podía obligar a querer algo–.

Arqueé mis cejas –gracias–.

–Tengo que ir con Jasper a comprar las cosas para la visión nocturna, así que, te llevo a tu casa–.

–No es necesario, digo, según Schwoz hay un tubo por aquí cerca, iré a tu ya sabes donde y después me voy a mi casa–.

Me miró no muy convencido –¿segura? No quiero que tus hermanos me maten–.

–Tu lo dijiste una vez, te adoran, no podrían matarte ni aunque los obligaran–.

–Bastante justo–.

Sonreí –así es, bien buscaré el tubo y te veo mañana para ir a la escuela–.

–Ah, sobre eso, no podré ir mañana, el vice alcalde nos necesita a Ray y a mí temprano–.

Hice una mueca –solo trata de regresar, ya has perdido muchas clases–.

–Lo sé, lo sé–.

No respondí, ni tampoco él, no había necesidad de hacerlo realmente, solo era el silencio lo que hacía este momento lo suficientemente bueno para ser verdad, era muy extraño también,como es que, terminó en señor gustándome Henry, y como el sentimiento llegó tan rápido, pero la verdad, no voy a mentir, amaba esa sensación.

...

Tres días pasaron más rápido de lo normal, no hubo nada fuera de lo común, solo que ahora bueno A.J y... el resto de mis hermanos sabían que me gustaba Henry, y no eran nada buenos en disimularlo, y casi me hacen una fiesta por esto, raro, lo sé.

La dieta de solo comer comida líquida se había convertido en nuestra prioridad 24/7, ya íbamos en el día tres, Schwoz se nos había unido, y Ray nos preguntaba al menos 5 veces al día sobre que hacíamos, le explicábamos, y nos ignoraba todas las veces que siempre le explicábamos, no nuevo la verdad.

Henryway, hoy era viernes, y estábamos en la Capi Cueva licuando lo que sería la cena de hoy, no mezclábamos nada que no fueran verduras o frutas, además tenía que tenerlo listo antes de irme a la casa de los Hart porque Piper específicamente me pidió ayuda con algo ¿qué era? No tenía idea, pero dijo que me fuera temprano porque era urgente.

Ray estaba sentado en el sillón giratorio, viendo las noticias divertidas con Trent y Mary en los monitores, eran noticias cuando los dos tipos daban literalmente las noticias, pero con juego de palabras y así que sinceramente daba mucha risa, y Ray siempre los veía.

"Las autoridades lo describieron como algo horripilante y bastante perturbador..." esa era Mary "... y esa es la historia de mi fin de semana, ¿Trent?".

"Noticias de una última, o debería de decir, noticias de..."

Prendimos la licuadora, haciendo que la broma no se escuchara, haciendo que Ray nos reclamara, aunque la verdad no pudimos escuchar lo que dijo.

–¡¿Qué?!–.

Contestó, pero nadie lo escuchó.

–¡No puedo escuchar lo que dices porque la licuadora hace mucho ruido!– le gritó Henry –¡no deja escuchar lo que dices porque la licuadora...!–

–¡No escucho la broma! ¡Apágalo!– ordenó Ray.

Henry asintió –¡apágala!–.

Antes de armar una guerra de discusión con Ray, apagué la licuadora rápidamente, dejando libre la voz de Trent y Mary dejándose de reír, haciendo bromas, y esas cosas que hacen ellos en días como hoy.

"¿Esa fue tu mejor broma?" preguntó Mary divertida, y volvieron a reírse.

–¡Vamos! Me estoy perdiendo el juego de palabras–.

"En otras notificas, la policía dice que un camión lleno de jamón de Venecia fue robado esta tarde. El jamón de Venecia, es el producto más caro en el mundo de los productos, también lo llaman el Ferrari de los jamones".

"Las autoridades también dicen, que algunos de los jamones tienen un dispositivo anti-robo, una cápsula con pintura azul, que explotará a quien sea que trate de comer el jamón".

"Pintura azul explosiva, más como explosivos...".

Volvimos a prender la licuadora. No nos lo tomen a mal, no nos dábamos cuenta que lo hacíamos cuando decían la broma, pero era muy gracioso.

–¡¿Es una broma?!– preguntó Ray molesto.

Lo volteé a ver –¡dijiste que te perdiste la broma así que...!–.

Solo que antes de que pudiera terminar mi oración, Ray sacó su láser y le disparó a la licuadora, haciendo que explotara, soltando chispas, humo y literalmente rompiéndose.

"Y esa es nuestra última broma del día" habló Trent entre risas.

–¡NNNNOOOO!–.

"Buenas noches, Swellview".

"Esa fue una buena Mary...".

"Claro que lo fue Trent".

Y como si fuera un show de plática motivacional de Oprah, el programa terminó con música jazz de fondo, todo el mundo aplaudiendo, saludando a los presentadores, con todo el equipo de producción en la cámara, el público, ni siquiera parecían noticias normales.

–Pues eso fue algo genial– dijo Ray enojado –quién sabe cuando las noticias estarán tratando vez–.

–Están todo el tiempo– le contesté obvia.

–Son noticias 24/7– Henry.

–El mismo horario todos los días– Charlotte.

Suspiró cansando –solo ¿qué pasa con la licuadora?–.

–Ah, estamos en una dieta de líquidos– respondió Henry.

–¿Mhm?–.

–Ah, estamos en una dieta de líquidos– repitió.

–Eso es tonto– exclamó Ray divertido.

–¿Mhm?–.

–Eso es tonto–.

Jasper lo miró mal –claro que no, lo vimos en un video de internet, que dice que si comes comida líquida durante tres días seguidos, tendrás visión nocturna–.

–Si– siguió Henry –puedes verlo todo, de noche–.

–Inteligente– señaló a Charlotte –loca en computadores– me señaló –científico loco– señaló a Schwoz –¿en serio lo creen?–.

Asentí feliz –claro que si–.

–Yo quiero visión nocturna–.

–A veces se siente bien ser parte de algo– terminó Schwoz.

Terminaba de llenar un vaso de comida líquida, o más bien, verdura líquida, cuando de repente la alarma de mi teléfono comenzó a sonar. Dejé en la mesa el vaso que tenía en la mano, y tomé una de las toallas para limpiarme un poco las manos, acto seguido saqué el teléfono del bolsillo trasero de mi pantalón.

"IR CON PIPER".

Decía en grandes letras rojas. Apagué la alarma para que dejara de sonar.

–Me tengo que ir– dije mientras caminaba al elevador –te veo mañana Ray, noches Schwoz–.

–También yo– habló Henry a mi lado.

Lo miré confundida –¿a dónde vas?–.

–¿A dónde vas tú?–.

Entrecerré los ojos –no puedes contestar una pregunta con otra–.

–Pero lo acabo de hacer–.

–¡Ninguno de los dos irá a ningún lado!– gritó Ray –tienen trabajo, un camión de jamones de Venecia acaba de ser robado y en serio...–.

La licuadora recién arreglada por Schwoz comenzó a sonar, logrando que Ray dejara de hablar y literalmente lo asesinara con la mirada, mientras que él otro sonreí y asentía, junto con Jasper y Charlotte.

–¡Rayos!– se quejó Ray por milésima vez.

Encogí mis hombros –¡no escucho lo que dices! ¡Así que me iré!– pulsé el botón del elevador para abrirlo.

–¡No te puedes ir porque...!–.

–¡¿Irme?!– preguntó Henry gritando –¡¿me voy?!–.

–¡NO!– respondió Ray.

–¡¿SI?! ¡Okay me voy–.

–¡También yo!–.

Henry y yo entramos al elevador, haciendo que hubiera un ambiente, no incómodo, pero si un tanto raro, no hablábamos, solo nos dirigíamos miradas de vez en cuando, asintiendo y sonriendo falsamente, por eso decía que era raro.

Cuando llegamos a Junk N' Stuff, salimos del elevador al mismo tiempo, logrando que la situación se hiciera más rara, seguíamos sin hablar, solo miradas y sonrisas. Así siguió todo el camino, que también iba a su casa, porque bueno íbamos en la misma dirección y ninguno nunca se desvió.

–No me sigas– dijo divertido.

Solté un bufido –no te estoy siguiendo–.

–Mmm a mi parecer lo haces– lo volteé a ver –bien, lo siento, pero en serio ¿por qué vamos en la misma dirección?–.

–Será porque ¿vamos a tu casa? Al menos que encuentres otra respuesta lógica...–.

Ladeó la cabeza –buen punto ¿vas a la cena?–.

Fruncí el ceño desconcertada –¿cena? Tu hermana me pidió que la ayuda a...– cerré los ojos y suspiré –claro–.

–Caíste en su juego–.

–Caí en su juego–.

Ambos reímos y seguimos caminando en silencio, solo que ésta vez ya no era raro, o algo por el estilo, había miradas, pero no eran incómodas, había sonrisas, pero ya no eran falsas, y también existía una nube llena de... bueno, ya saben.

Estuvimos caminando por unos 3 minutos más, doblamos la esquina que daba a su casa, subimos las escaleras de su patios y caminamos hasta llegar al pórtico para después entrar a la casa.

Henry tomó la perilla de la puerta y abrió esta para darme el paso, a lo cual yo le respondí con una sonrisa, que se borró enseguida cuando puse en pie dentro de la casa, haciendo una mueca de asco en mi rostro.

–¡Hola familia ya llegué... Oh por Dios! ¡¿Qué es ese olor?!–.

Jake llegó corriendo a nosotros y nos hizo señas de que no dijéramos nada. Puse una mano en mi nariz para no poder oler, era un olor demasiado denso, fuerte, que no creía que existía la verdad.

–Estoy cocinando– contestó Piper desde la cocina.

–Eso es lo que huela tan...– Henry pasó saliva –... ¿bien?–.

Nos volteó a ver –¿gracias? ____ ¿puedes ayudarme en la cocina?–.

Arrugué mi nariz y miré a Henry pidiéndole a ayuda, a lo que me respondió alzando los brazos en el aire indicando que estaba fuera del asunto.

Exhalé una gran cantidad de aire, bajé mi mirada y solté dos pequeños sollozos fingidos inaudibles.

–Si– dije con una sonrisa falsa –ya voy, ¿qué está haciendo Piper en la cocina?–.

Jake hizo una mueca –está haciendo lasagna de pescado– eew –cada capa es un pescado diferente–.

Esto tenía que ser una broma.

–¡Oigan!– no llamó Piper de la cocina –¿el bagre se puede podrir rápido?– lo olió –probablemente esté bien– juro que quería vomitar –¡____! ¡Te estoy esperando!–.

Alcé mis cejas –¡ya voy!–.

–Buena suerte– me deseó Henry.

Con las pocas ganas que tenía, y tratando de no vomitar o tener náuseas con el olor de la casa, empecé a caminar a la cocina donde Piper estaba más que entrada haciendo su lasagna, metiendo un pescado más.

Al llegar a esta, trate de ignorar el olor que radiaba, me recargué con las manos sobre la mesa, y suspiré.

–Entonces ¿qué necesitas?–.

–Quiero que me ayudes con Billy– respondió.

Lo miré confundida –¿Billy? El chico con el que sales ¿qué hay con él?–.

–En serio quiero que se lleve bien con familia–.

–Voy a necesitar más información– seguí un poco dudosa.

Piper gruñó desesperada –quiero que lo amen, que mi papá crea que en serio es el indicado, y que lo amen tanto que no puedan siquiera odiarlo, así como tu familia es con Henry–.

Así que de esto venía todo, no la voy a culpar, en serio me sorprendía forma en la que mi familia quería a Henry, y eso que era solo mi amigo, les ha dado varias razones para odiarlo, para no querer que fuera mi amigo, pero de todas formas seguía ahí; para mis hermanos era como uno cuarto ignorándome a mí, para mis padres era el quinto hijo que no tuvieron, y mis abuelos... ah, ni se diga.

–Dime como lo haces– pidió.

En cierto punto la entendía, era joven, tenía 14 casi 15, y por ser su primer novio, bueno en eso no le puedo decir porque, nunca he tenido, pero trato de entenderla.

A punto de decir mi argumento, fui interrumpida por el grito de Jake, que estaba con Henry al pie de la escalera.

–¡Henry! ¡Ven a ver estas muñecas Fresno que Piper trajo a casa hoy!–.

–¡Me encantaría papi!– respondió Henry.

Piper rodó los ojos –¡cuidado! esas muñecas valen mucho dinero–.

–¡Lo tendremos Piper!–.

Me seguía sorprendiendo como es que dejaban a Piper comprar muñecas todavía, ya que la mayoría que compraba eran ilegales en el país. Okay, me desvié.

–¿____?–.

Puse una mano en su hombro –la verdad, no tengo idea de cómo es que familia ama a Henry, pero créeme, no necesitas una clase de manual para que Billy le agrade a tu familia, solo disfruta tu cena y no forjes el asunto–.

–Te quedarás a cenar ¿Verdad? Necesito que te quedes a cenar–.

Asentí dudosa –si, me quedaré–.

–Gracias– me sonrió.

–No hay porqué– le devolví el gesto.

No tenía planeado quedarme la verdad, solo venía a ayudar, pero si Piper lo necesita, trataré de darle el mayor apoyo moral posible, y debo de admitir, que nunca la había visto así de sensible la verdad.

Pasaron dos segundos, cuando el timbre de la puerta sonó, logrando que Piper diera un brinco sobresaltada por el sonido de este.

–¡Llegaron!– gritó quitándose el mandil para comenzar a correr hacia la puerta –¡sean amables! ¡faja tu camisa! ¡no hablen de su trabajo o algo que pueda ser vergonzoso!–.

Caminé hacia donde estaban Jake y Henry, parados a un lado del librero que dividiendo la mitad de la sala y cocina; Henry me volteó a ver para después guiñarme un ojo y volver su vista a la puerta, ¡Dios!

–¡Ahola ¡Hora de la fiesta!–.

Era una señora no muy alta la verdad, usando un extraño abrigo color rosa, con una blusa gris con flores, un pantalón sucio, que se sentó en el sillón de la sala con los pies sobre este, seguida de un niño bien peinado, con un lindo suéter.

–Soy Jake– soltó el padre de Piper –soy un gerente de proyectos y me gustaría estar en un coro para adultos–.

Piper rodó los ojos –¿qué acabo de decir?–.

–Una disculpa porque no estoy usando zapatos– habló la señora –la semana pasada cuando estaba cortando mi césped descalza, me corté el dedo del pie–.

Interesante historia, nótese mi sarcasmo, la verdad es que no lo había notado, pero sí, la señora estaba usando unas calcetas bastante sucias, nada de zapatos.

–¡Mamá! Te dije que no hablaras de tu dedo cortado– reprochó el novio de Piper –y fájate la camisa–.

La señora se levantó –no puedo, está tapando la mancha que hay en mi pantalón, tiene la forma de una vaca ¿ven?–.

En tan solo un movimiento, esa señora levantó su playera y su suéter, dejando ver su enorme y repugnante trasero, con una mancha color café que en efecto tenía la forma de una vaca. Volteé a ver a Henry y Jake, que obviamente, tenían la misma mirada de asco que yo.

–Tóquenla, tóquenla– decía mientras tocaba la mancha –háganla hacer moo, moo–.

–No, no, no quiero hacerla hacer "moo"– habló Henry con una expresión nula.

Negué –tampoco yo–.

El novio de Piper ignoró a su madre con un ademán, y fue hacia donde estábamos Jake, Henry y yo, aún traumatizados por lo que acabamos de ver.

–Hola señor, un gusto soy Billy Bilsky–.

Wow, wow, wow ¿qué? Abrí mis ojos un tanto incrédula por lo que acaba de decir, específicamente por el apellido, y al parecer no había sido la única.

–SSSSShhhhh– calló Henry a su padre antes de que pudiera contestar –¿acabas de decir "Bilsky"?–.

–Así es– contestó la señora –yo soy Brittney Bilsky, tres veces Miss Swellview golpeadora de caras– extendió su mano como si fuera una princesa.

Sonreí falsamente –si, tampoco quiero tocar eso, gracias– bajé su mano.

–De casualidad no tiene un hijo llamado "Mitch" ¿o si?– siguió Henry.

En ese momento, como si lo hubiera invocado, la puerta principal se abrió de par en par, dejando ver a la persona que Henry hubiera deseado no ver, él chico criminal de al ciudad, que ya está muy viejo para estar en la escuela, y que cada vez que me ve... mhm, bueno, ya se imaginarán.

–¡No puede ser!– Mitch Bilsky –pero si esto es la casa de Henry J. Fart– no pasaron ni dos segundos cuando se dio cuenta de mi presencia –y la linda ____ Martin ¿qué pasa? ¿Ya saldrás conmigo? O te sigues escabullendo–.

Le sonreí falsamente y rodeé los ojos, no me caía de lo mejor, pero me daba a veces risa.

Miré de reojo como Henry lo asesinaba con la mirada, para después dar un paso hacia en frente, poniéndome detrás de él.

–Mitch Bilsky– saludó Henry con "entusiasmo"

–Hola– dije con fastidio.

–Mami– Mitch le dio un beso a su mamá en la frente –¡muah!–.

Jake soltó una risa burlona –"J", el segundo nombre de Henry es Prudence–.

–¡JA!– se rió Brittney Bilsky –¡¿Prudence?!–.

–¿Entonces es Henry P-Fart?– preguntó Mitch sarcástico, mientras que él y su madre se seguían muriendo de risa –¡esta cena será genial!–.

Arqueé las cejas, y negué lentamente tratando de sonreír lo menos falso que podía; Henry fulminado a Mitch con la mirada, el otro subiendo y bajando sus cejas... yep, Mitch tenía razón, esta cena será genial... espero que se note el sarcasmo.

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