Capítulo 60
Capítulo para:
PaintBeU-Agustina
@maye_2107_
Miaisafaan1505
SHOUTOUT
Si quieren uno en el siguiente capítulo, las primeras 3 que me manden mensaje lo tendrán, o pónganlo en mi muro también.
YYYYY ADIVINEN QUIEN ACABA DE MANDAR SOLICITUD A LA UNIVERSIDAD DE CALIFORNIA... ¡YO!
Es mi sueño desde pequeña ir ahí, en serio, así que hopes up, a que pueda entrar.
Las amo.
P.O.V____
Teníamos un problema, uno más agregado a la lista de demasiados problemas que pueden ocurrirnos, y es que desde hoy todo Swellvew de seguro ya estaría vuelto loco con la búsqueda de Kid Danger, solo imaginen el caos que debería de haber. Afortunadamente para nosotros, y para el bienestar de Henry de las próximas horas, teníamos a un genio de la ciencia que pensaba siempre a la solución de todos los problemas.
Pero como sea, me encontraba parada junto a Schwoz, que tenía una especie de varita mágica que tomaba rayos x y los ponía en la pantalla de otra máquina, dejando claro todo lo que pasaba en el brazo de Henry.
Y lamentablemente su brazo estaba en dos partes, literalmente.
–¿Esa cosa también detecta músculos Schwoz?– preguntó Ray –porque estoy viendo el brazo de Henry y no veo ninguno–.
Henry se rió sarcástico –que divertido, me acabo de romper el brazo, momento perfecto para burlarte de mí–.
–Fue una broma, relájate ¿también te rompiste tu hueso de la alegría?–.
Asentí divertida –de hecho lo hizo– señalé a la pantalla –la fractura está en su húmero, al menos eso fue lo que Schwoz dijo–.
–¡Oh si!– exclamó Ray –justo ahí–.
Ray como el adulto inmaduro que es, comenzó a tocar el brazo roto de Henry, justo en donde estaba la fractura, no solo una vez, si no varias veces.
–¡Hey! ¿Qué te pasa viejo?– se quejó Henry.
–Justo donde mi dedo está tocando–.
–¡Ya! ¡Basta! ¡Estás tocando literalmente en donde está más fracturado! ¡Me duele!–.
–Justo ahí–.
–¡Basta! ¿Puedes detenerte? ¡Ray! ¡Me duele!–.
Era algo doloroso de ver, ya que podía imaginar el dolor, una vez en San Diego, hace 9 años más específico, me rompí el brazo con la patineta de Jack, y en el hospital, Max no dejaba de tocar mi brazo roto, era un idiota.
–Okayyy, tranquilo– Ray dejó de tocar su brazo.
Miré a Ray con cara de pocos amigos, y me acerqué un poco a Henry para tratar de aparentar que todo estaba bien.
–Te duele ¿no es así?–.
–Mucho– respondió –aunque estoy más preocupado por lo que gente esté haciendo para encontrarme–.
Alcé mis cejas –si algo he aprendido de las personas de Swellview, de algunas claro, es que se dejan llevar por lo que las demás personas digan, así que si los convencemos de que dejen de hacerlo, dejarán de hacerlo–.
–Okay, eso fue fácil, y tienes mucha razón–.
–Lo sé–.
–Gracias, ____– me sonrió.
Copié su gesto –de nada Hen–.
Desde nuestra plática el domingo en su habitación, las cosas habían estado tensas entre los dos, quiero decir, ya no hablábamos tanto, ya no nos abrazábamos, ya no iba a su casa después de la escuela como solía hacerlo o él venía a la mía, solo nos veíamos aquí y después cada quien a lo que fuera, y para ser sincera, extraño mi relación con él de antes del beso, porque aunque lo hubiéramos hecho antes, había algo diferente esta vez que causaba todo esto.
Y claro que también en la Capi Cueva, las burlas subieron a un nivel más alto. Yo solo quería que fuera un poco como antes, risas, bromas, abrazos, cosas de... mejores amigos, okay.
Estaba tan metida en mis pensamientos, que salté un poco desconcertada cuando escuché que alguien había llamado mi nombre.
–Ah, ah ¿qué?– sacudí mi cabeza.
–Oye ____– repitió Henry.
–Si, si ¿qué pasó?–.
Me miró confundido –te preguntaba si querías ir a mi casa a hacer tarea–.
Inconscientemente mordí mi labio inferior hasta que sentí que comenzó a palpitar, y una guerra entre decirle si o no se había formado en mi cabeza. Tenía que responder rápido si no se vería demasiado obvio, así que sin pensarlo solo...
–Claro– acepté –saliendo de aquí–.
–Genial– sonrió de nuevo.
–Genial–.
Después de eso ninguno de los dos dijo nada, solo nos quedamos ahí, esperando a que Schwoz volviera para poder proseguir con el nuevo plan.
Cuando por fin se apareció, caminó hasta donde estaba Henry y volvió a darle un vistazo a la máquina que tenía sus rayos x.
–¿Entonces cuál es el plan?– preguntó Henry.
–El plan es que soplas una burbuja y evitas que tu brazo cruja–.
Schwoz le entregó una goma color amarillo a Henry, y como si fuera su traje de Kid Danger, este comenzó masticarla.
–¿Ves? Yo también puedo hacer rimas– dijo orgulloso el pequeño científico.
–¿De qué hablas?– Ray soltó un bufido –vaya cosa que hiciste una rima, yo las hago cada...– se quedó pensando durante unos segundos –a diario– alzó su puño en el aire como si lo hubiera logrado.
Rodeé los ojos a la vez que me cruzaba de brazos, a veces me pregunto que hacía Ray antes de que llegáramos nosotros, si tenía a Schwoz y a un señor que no conocí llamado Gooch, pero es algo que me he preguntado durante lo que lleva mi estadía en la Capi Cueva.
Anyray, Henry sopló la burbuja haciendo que le apareciera un yeso de color azul en su brazo roto.
–¡Hey! ¡Woah!– exclamó el chico.
–Gran yeso, Schwoz– dije sonriendo.
Ray caminó a Henry –ahora si este problema está...– golpeó el yeso de Henry –resuelto–.
–Ow– se quejó Henry, como por décima vez en el día –este problema no está resuelto–.
–¿Por qué no?–.
–Porque si las personas ven que Henry se rompió el brazo, por el yeso que trae sabrán que es Kid Danger– contesté obvia.
–Gracias– Henry me señaló dándome la razón –entonces ¿cómo vamos a esconder esto?–.
Ray chasqueó los dedos –fácil, le rompemos el otro brazo– no puedo creerlo –así tendría dos brazos rotos, nadie pensará que él es Kid Danger, este problema está...– aplaudió –resuelto–.
¿Ven a lo qué me refiero? Es una de las ideas más bizarras, locas, y extrañas que había escuchado en mi vida, y tonta, en serio tonta, pero viniendo de Ray, realmente no me sorprende, de hecho lo que me sorprendió fue que pensó en una idea, wow.
Lo miré con cara nula –¿piensas lo que dices?–.
–No vas a romper mi otro brazo, viejo– le dijo de la misma forma.
–Entonces que Schwoz lo haga–.
–¿Qué?– pregunté confundida.
Henry negó –no–.
–De hecho– habló Schwoz –tengo un plan diferente– golpeó el yeso.
–Ow–.
Fue tan solo cuestión de segundos, cuando la puerta de engrane se abrió, dejando ver a Jasper y Charlotte que no habían estado desde que Schwoz los mandó a, no sé por qué cosas. Jasper traía una maleta gris y Charlotte traía un pedazo de tela color café.
–¡Encontré la maleta con brazos falsos!– gritó este mientras bajaba las escaleras.
–¿Dónde estaba?– preguntó Schwoz.
–A un lado del gran frasco lleno de piernas reales–.
Arrugué los labios –No quiero preguntar pero ¿por qué tienes un frasco lleno de piernas reales?–.
–Un tipo me debía 20 dólares, y me pagó en piernas– me respondió.
Asentí sonriendo falsamente, y por eso no quería preguntar, pero cuando sabes que este hombre te puede conseguir nuevos corazones reales... bueno, ya saben.
–Y esta fue la sudadera más grande que pude encontrar– habló Charlotte viendo la sudadera –estaba solo en un cajón, no cerca de ninguna parte del cuerpo, gracias–.
Charlotte le lanzó la sudadera a Schwoz, mientras él caminaba a la maleta gris llena de brazos falsos y la abría.
–Okay– empezó a hablar –el plan es, le ponemos a Henry uno de estos brazos falsos, luego escondemos su yeso debajo de esta sudadera gigante, de cuando a Ray en serio le gustaban los caballos–.
Abrió la sudadera, que tenía dibujos de muchos caballos.
–Ah si– se rió Ray –solía competir con ellos, aunque siempre me ganaban–.
–Bueno– siguió Schwoz –tengo muchas opciones de brazos para darte, pero tenemos que encontrar el perfecto así que– tomó dos de los brazos y los movió de arriba a abajo –¡Show de brazos falsos!–.
–¡Wooo!–.
–¡Wooo! ¡Wooo! ¡Wooo!–.
–¡YAS!–.
Todos como siempre, gritamos y celebramos.
...
Preparamos una clase de bebida color azul, con cosas random que el Auto-Snacker daba, cosa curiosa, sabía excelente, la servimos en unas copas, y la decoramos con popotes de colores, espirales, y todas esas cosas. Schwoz puso una cortina con todos los brazos falsos detrás de esta, para que Henry fuera detrás de esta, se pudiera cambiar los brazos, y nosotros juzgar.
Estábamos todos sentados en el sillón giratorio, cuando Henry apareció con la sudadera gigante y un brazo falso que le quedaba bastante bien.
–¡Woahhh!– exclamó Jasper alagándolo.
–¡Oh si!– Ray.
–Es genial– Charlotte.
–Me gusta– terminé.
Henry asintió –funciona bien–.
–Wow, en serio pensé que esto tomaría más tiempo– dijo mi amiga.
–Yo también– admití.
–Pero ya saben lo que dicen– habló Ray –el primer brazo siempre es el correcto–
–El primer brazo siempre es el correcto–.
–Eso dicen–.
No estaba mal, es decir, el brazo estaba al color de piel de Henry, si lo mirábamos muy de cerca parecía falso, pero si no le prestabas atención dirías que es su propio brazo, ni siquiera parecía que tuviera un brazo enyesado.
–Así que otra vez, este problema está...– Ray volvió a aplaudir –resuelto–.
–Uhhh, otra vez el problema no está resuelto– contestó Henry –digo este brazo falso podría funcionar como un día, no podrá engañar a las personas para siempre, digo mira esta cosa–.
Henry comenzó a mover su brazo falso, como el verdadero pedazo de plástico que era.
–Intenta meter una mano en tu bolsillo– dijo Jasper mientras se paraba del sillón.
–O por tu pulgar en la hebilla del cinturón– miré a Ray con cara de asco –es lo que hago cuando me quiero ver cool y varonil–.
–Ah si, si, si, intenta esto Henry–.
Ray y Jasper pusieron sus pulgares en la hebilla de cinturón del pantalón de cada uno, hacían movimientos que ellos consideraban "cool", pero solamente causaban que mi pesadilla de la lengua de Jasper se convirtiera en esta imagen perturbadora, que sinceramente iba a tardar en quitar de mi cabeza.
–____– Henry me susurró –soy yo o esto es raro–.
–Es raro– le contesté de la misma forma.
Los dos chicos seguían haciendo eso, lo que no sabían, era que nos habían tramado en cierto punto.
–Si, no voy a hacer eso– soltó Henry.
–Te lo pierdes–.
Gracias a todos los dioses, Ray y Jasper dejaron de hacer la cosa extraña que estaba haciendo, y para nuestra buena suerte, Charlotte se paró del sillón con su "cara de idea".
–Lo que podemos hacer mañana en la escuela, es plantear un accidente para que Henry finja romperse su brazo en frente de todos– dijo mi brillante amiga.
Hice un ademán –perfecto, sin necesidad de romper más brazos–.
–Así tendré una excusa por mi brazo roto, y nadie pensará que soy Kid Danger–.
–Y podemos hacer algo simple– continué –como...–.
–Jasper accidentalmente cierra la puerta de su casillero en tu brazo– terminó Char.
–Exacto– chasqueé los dedos.
–Problema finalmente resuelto–.
–Me gusta–.
–Bostezo– soltó Ray.
Cuando creeríamos que ya todo estaba resuelto, y cuando por fin había una genial idea en este equipo, Ray dijo "Bostezo", mientras le daba un sorbo a la bebida azul que habíamos preparado, ganándose la mirada de desconcierto de todos, y esperando a ver que no le parecía a nuestro querido jefe... sarcasmo.
–¿Qué?– pregunté irritada.
–Oh, dije "bostezo" porque ese plan me pone a dormir– respondió.
–Ah ¿disculpa?– volví a cuestionar.
–Digo, es aburrido, va a funcionar, probablemente sea perfecto– hizo una pausa –pero ¿dónde está lo divertido?–.
Solté un bufido –no se trata de que sea divertido–.
–Ah, misión cumplida– ironía, rodeé los ojos –tengo una mejor y divertida idea–.
–Hay que escucharla– Jasper golpeó el brazo falso.
Ray caminó a donde estaba Schwoz, lo miró con complicidad y chasqueó su lengua, algo que me decía que lo que fuera que se trajera en manos, iba a ser una tontería.
–¿Aún tienes esa catapulta?– le preguntó Ray a Schwoz.
De la nada, los dos comenzaron a reírse con malicia, y con una complicidad que me ponía los pelos de punta. Miré a Charlotte y me hizo una seña de que no hiciera caso, y lo haría, supongo que eso haría.
–Haremos la catapulta– siguió Ray dejando de reír, mientras que Schwoz se iba de ahí.
–¿Qué es una catapulta?– preguntó Henry preocupado –¿a dónde va él? Jasper podrías por favor dejar de jugar con mi brazo falso–.
Ray negó con la mano –no te preocupes, nosotros nos ocupamos–.
–Eso nos hace preocuparnos de todo– les dije.
–Ah, ah, ah, ah– volvió a negar con la mano –lo único que tienes que hacer es ir a la escuela mañana, vernos a Schwoz y a mí ahí, y te vamos a hacer un accidente que es mucho más gracioso que el tu novia y Charlotte–.
Y ahí está, cerré los ojos a al vez que apretaba mi mandíbula, y recibía un codazo discreto en las costillas por parte de Charlotte.
"No es mi novia", "No es mi novio" dijimos Henry y yo al unísono, logrando que nos volteáramos a ver sorprendidos, y rápidamente desviando la mirada. Recibiendo una risa casi inaudible de Jasper y Charlotte.
Justo por estos momentos todo se había vuelto incómodo, y justo ahora que iré a su casa.
–Claro, no lo son– siguió Ray con sarcasmo.
Henry asintió –no pudiste decirlo mejor, me voy, tengo tarea que hacer, vamos ____–.
"Uuuuuuuuhhhhhhh" exclamaron los tipos de la catapulta.
Sacudí mi cabeza de lado a lado, y junto con Henry comenzamos a caminar para el elevador.
–Si, yo igual– habló Char tratando de permanecer serie –estoy fuera como el ombligo de Jasper–.
Este dio un bufido –¡demasiado afuera!–.
Cuando ya estábamos por el elevador, iba a tocar el botón para que pudiera abrirse, pero justo como hace una semana, Schwoz comenzó a interrumpir y a llamarnos.
–¡Henry! ¡No dejes de tus padres vean tu yeso!– gritó.
–No lo haré– respondió este golpeando su brazo falso en el botón.
–Porque entonces sabrán que eres Kid Danger–.
–Si, lo tengo muy claro Schwoz–.
Entramos todos al elevador.
–Y tendremos que borrarles la memoria de nuevo–.
–Dije que lo tengo muy... espera ¿de nuevo?–.
Schwoz titubeó y sonrió –no lo sé–.
Él último en entrar fue Jasper, pero antes de que pudiera hacerlo, Ray le lanzó una cosa blanca que desprendía hilos.
–¡Jasper atrapa!–.
Era papel de baño –¿para qué es esto?–.
–Solo es por si pasas por un área de juegos en tu camino a casa–.
Como hace unos minutos, todos nos comenzamos a reír de nuevo a carcajadas, incluso esta ves Henry se reía con nosotros, ah, pobre Jasper.
–¡No soy el Ensuciador de Juegos!– reclamó este
–Si claro, viejo– dijo Ray sarcástico.
–¡Pero me lo voy a quedar! ¡porque creo que ya no hay en mi casa!–.
Y sin más que decir, las puertas del elevador se cerraron, dejándonos en un silencio extraño, bueno solo para Henry y para mí, los otros dos solo se reían y de vez en cuando, nos mandaban miradas y sonrisas pícaras, aumentando todo lo que había estado tratando de evitar para no estar así en casa de Henry.
Solo tenía que estar totalmente concentrada, no mirar sus labios, y no pensar en que tal vez pueda sentir algo por él.
Aparte no era la gran cosa, solo estaríamos él y yo, en su habitación como el domingo, haciendo tarea, solos... oh jeez.
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