Capítulo 54
DUDEEEEEE
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AAAAAAHHHHHH
LAS ADORO DEMASIADO, MUCHAS GRACIAS
P.O.V____
No recordaba el momento en el que me había quedado dormida, mi mente aún seguía atrapada en todo lo que pasó ayer, parecía un muy mal sueño, pero a la vez sabía que era mi realidad. Mi mamá quería que regresara a San Diego solo porque me besé con Kid Danger, y porque según ella no era nada responsable de mi parte.
Henryway, desperté gracias a la maldita idea de Ray, de despertarme con una corneta de aire comprimido. Salté en mi propio lugar desconcertada, mirando a todos lados.
–¡Desperté!– grité mientras me paraba –desperté– lo miré mal –¿por qué tenías que despertarme así?–.
–Son las 11 de la mañana y estás dormida en mi sillón–.
Ladeé mi cabeza –bastante justo, pero ya desperté–.
–Asombroso– respondió Ray sarcástico –ahora que has despertado, podrías explicarme por qué no dejan de llegar mensajes a la Capi Cueva con el hashtag "#kiddangerxdesconocida"–.
Presionó un control que estaba en el monitor, dejando ver en la única pantalla no rota, la imagen de Henry y yo besándonos anoche arriba del satélite.
–Y no solo es en la Capi Cueva, ____– presionó otro botón –el internet no deja de hablar–.
–Perdón ¿de acuerdo? Yo sé que hice mal en besarlo y...–.
Ray negaba constantemente con la cabeza, y tenía en sus caderas sus manos en pose de diva. Podía ver que si estaba muy enojado
–Ya despídeme– le pedí, me di cuenta de que mis palabras no iban a hacer gran cambio –solo despídeme–.
Él se quedó pensativo durante unos cuantos minutos, bueno al menos lo estaba pensando. Pero es que en todos los sentidos si estaba mal lo que estaba pasando, cuando Swellview descubra que era yo la que besó a Kid Danger, sabrían que lo conozco, no me dejarían de molestar, incluso algún villano podría secuestrarme y obligarme a decirle todo lo que sé.
No era más que un problema terrible, y por mi culpa ahora todos estaban en riesgo.
Estábamos en un silencio demasiado incómodo, Ray estaba pensado en si despedirme o no, aunque ya no importaba, me iría de todas formas, mientras yo estaba ya rendida parada en medio de la Capi Cueva. De la nada, se escuchó el sonido del elevador indicando que alguien había llegado.
–Si... si, no se preocupe– era Charlotte –le prometo que si sé algo de ella le diré...– volteó a verme –...la verdad no idea de donde pueda estar Sra. Martin... no, no vino al trabajo... de acuerdo... adiós–.
Charlotte colgó el teléfono y caminó a paso firme a donde estaba. Me tomó de los hombros.
–____– comenzó a decir tranquila –le acabo de mentir a tu madre para salvarte, no ha dejado de buscarte en todo el día ¿qué rayos hiciste? y no sabía que tu mamá estaba en la ciudad–.
–Además de besarse con Henry, no tengo idea– respondió Ray por mí –tú madre es algo exagerada, son las 11 de la mañana, eso no es todo el día–.
Rodeé los ojos –llegaron anoche y Ray, ya te dije lo que hicieras–.
–Lo sigo pensando–.
–¿Qué debe de pensar Ray?– preguntó Charlotte.
Solté un suspiro para después quitarme de su agarre, volteé a verla, luego a Ray, y volví a suspirar.
–Anoche toda mi familia vio lo que pasó con Henry en el satélite, mi madre está más que enojada–.
Char alzó sus cejas de arriba a abajo y me miró pícaramente, yo solo le di un golpe en el brazo indicándole que no era el momento. Abrí la boca para decir algo, pero Ray le interrumpió.
–Yo también lo vi– habló Ray sarcástico, entrometiéndose –tienes un gran problema en tus manos–.
–Lo sé– respondí mientras caminaba hacia él –por eso solo despídeme–.
–No he terminado de pensarlo– movió su mano restándole importancia.
–¿Quieres que Ray te despida?– volvió a preguntar pero esta vez preocupada –____ ¿qué... ¿qué?–.
Volví a rodar los ojos, y me giré hacia ella que tenía una cara de confusión enorme, no sabía si contarle lo que mi madre planeaba hacer conmigo, sobre lo de irme a San Diego, sé que lo había ya tomado como un hecho, pero algo me decía que podía hablarlo con ella, aunque sea solo intentarlo, sin embargo, Charlotte era mi única amiga aquí, no podría solo no decirle, Girl Code. Así que la tomé del brazo y la llevé alejándonos de Ray.
–¿Qué está pasando?–.
Pasé saliva –todo lo que pasó anoche–.
–Besaste a Henry ¿huh?– me miró pícaramente –dime ¿fue él o tu?–.
–Yo– contesté, logrando que pusiera una cara de felicidad –pero ese no es el tema–.
–Pero lo hiciste, tú lo hiciste, no él, y no fue por reto, fue tu decisión–.
–No es el tema–.
Dio un bufido –lo es, ____ a pesar de que están en grandes problemas, es algo que nos alegra a todos aquí créeme, por fin–.
Fruncí le ceño confundida –tengo más cosas importantes en las que pensar, que en los besos de Henry–.
–Cierto ¿por qué quieres que Ray te despida?–.
Arrugué mi nariz y tomé una gran cantidad de aire para poder decirle a mi amiga que era lo que estaba ocurriendo en verdad, ya saben, sobre lo de mi mamá, y es que tenía planeado no decirle pero, Girl Code.
–Mi mamá después de ver las noticias anoche, quiere que regrese a San Diego con ustedes–.
–¿Qué?– preguntó impactada –es una broma ¿verdad?–.
Negué –quisiera que lo fuera, pero se puso tan enojada anoche, estaba exagerando claro, que me dijo que mañana nos iríamos–.
–¿Y? ¿y? ¿No piensas hacer algo? Te ayudo a pensar, no quiero que te vayas–.
–Pienso hablar con ella ya cuando esté más tranquila– respondí –al menos puedo tratar de hacerla entender–.
–Hacerla entender sobre el por qué te estabas besando con un superhéroe–.
–Algo por el estilo si–.
–Te ayudaré a buscar una buena excusa y convincente– me abrazó –no quiero que te vayas, eres mi única amiga chica en este grupo de... ya sabes–.
–Créeme tampoco me quiero ir–.
Dios no, no me había dado cuenta de lo mucho que amaba este lugar, a las personas, y todo lo que hay aquí, era demasiado feliz, y solo por eso encontraría la forma de hacerle entender a mi madre que no podía llevarme solo porque si, debe de escucharme, anoche no lo hizo porque estaba demasiado enojada, pero se que podía.
–Bien– dijo mientras me soltaba del abrazo –primero tienes que regresar a casa, hablar con ella, luego arreglaremos lo que pasa aquí–.
–Buen plan– sonreí –solo no quiero decirle a ninguno de los chicos que me voy a ir en especial a...–.
–¿Henry?– asentí –no te preocupes no le diré nada–.
–Gracias, no quiero decir nada hasta que sea seguro, que técnicamente lo es pero todavía hay algo de esperzana–.
–Y yo entiendo eso–.
Nos quedamos en un silencio que fue interrumpido por el sonido de los tubos, segundos después bajó un tubo, dejando ver a un Henry, triste, desolado, pero a la vez un tanto ¿sonriente? No lo sé, solo sentí un escalofrío pasar por mi columna junto con una punzada en mis labios, la memoria sensorial.
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