Capítulo 35
P.O.V____
Se había formado un círculo alrededor del cactus más venenoso del mundo, se comenzó a hacer bullicio por toda la habitación, y los ciudadanos empezaban a hacer planes para poder robar el cactus que ahora Henry estaba cuidando solo, pues Ray estaba fuera de servicio y no había donde transformarse, y nosotros, hablo de Char y de mí, como personas comunes no había mucho que pudiéramos hacer.
Eran demasiadas personas, todos estaban ahí, incluyendo a mis hermanos... traidores.
–¡Okay! ¡Okay– gritaba Henry –¡cálmense!–.
–¡¿Qué?!– contestó la policía.
–¡Cálmense!– volvió a gritar Hen, todos se callaron –ahora, se que todos quieren ese millón de dólares que una persona misteriosa les prometió si llevaban ese cactus– señaló el cactus detrás de él.
De nuevo todas las personas comenzaron a alegar, a gritar, a quejarse, mientras que Henry seguía tratando de calmar a la multitud, pero no creo que iba a ser suficiente con solo él, quiero decir, si es súper rápido, pero son cientos contra uno.
–¡Hey! ¡Hey! ¡Hey!– gritó la policía, silencio otra vez –¡Kid Danger tiene razón!–.
Ja, alguien que tiene sentido común en este edificio.
–Gracias– dijo Henry firme.
–¡Este cactus si vale demasiado dinero! ¡Ahora vamos por él!–.
Las personas volvieron a volverse locas, juraba que estaban a punto de lanzarse sobre Henry y aplastarlo solo por conseguir ese cactus, pero como mi chico es más listo... digo, como él es más listo, rápidamente sacó su láser y comenzó a dispararlo a su alrededor, causando que las personas se hicieran para atrás asustadas.
–¡Uh-oh!– levantó el láser–papá quiere el pedazo grande de pollo esta noche–.
Espera ¿qué?
Me giré hacia Ray y Charlotte, y puse una mano sobre el hombro de este.
–Dios, estaría genial que Capitán Man apareciera en este momento– dije de manera insinuante.
–Tienes razón ____– siguió Char con el mismo tono –Capitán Man ayudaría demasiado–.
–Argh lo sé ¿verdad?– exclamó Ray –es el mejor–.
Solté un suspiro y puse una mano sobre mi el puente de mi nariz, mientras que Charlotte hacía una mirada de "no puede ser, pero no me sorprende".
–Analiza–.
Ray se quedó mirando a la nada, hasta que regresó –¡oh si! es cierto, hay muchas personas para transformarme–.
–Ya se, tengo una idea– chasqueé los dedos –vayan hacia ese cactus donde no hay nadie, yo me quedaré aquí por si Henry necesita ayuda–.
–Bien, y toma– Ray me dio un láser –solo por si acaso–.
Tomé el aparato –okay, okay, ahora corran–.
Ambos se fueron para la parte de atrás, dejándome con un láser y un Henry preocupado sin saber que hacer y con solo la ayuda de... su zapes, o láser como quieran llamarle, Ray necesitaba apurarse si no quería que su sidekick, fuera la nueva alfombra de la convención, okay eso sonó mal, terrible.
–¿Qué están esperando?– de nuevo la policía.
–Tiene esa cosa que lanza luces– respondió un chico asustado.
–Si pero hay muchos de nosotros y solo uno de él–.
¡Dang it! Eso era cierto, un punto a su favor, pero lo que no sabían ellos, y para ser sincera tampoco yo, era de que Piper se levantó de su trono y con su cetro, se abalanzaba sobre los ciudadanos.
–¡Mal!– gritó la niña –¡hay dos de él!– fruncí el ceño –¡dos de nosotros! ¡cállense!– golpeó su cetro en el suelo como hace rato –¡vengan a mí idiotas!–.
Jamás había visto a Piper de esa forma, y menos con ese lenguaje, pero justo eso era lo que necesitábamos, agresividad, resistencia, todo par evitar que el cactus fuera robado. Y tan solo pasaron unos segundos, la convención se había convertido en una guerra de lasers y de Piper atacando con su cetro, y digo guerra de lasers, porque tomé el que me dio Ray y comencé a dispararle a las personas discretamente.
Las personas nos tenían miedo, bueno a Kid Danger y a Piper, pero por más que disparábamos, simplemente llegaron más y más, hasta que de la nada, un chico lanzó un cactus.
–¡Ouch!– se quejó Henry.
–¡Tiren cactus! ¡Son su debilidad!–.
Como era de esperarse, todos comenzaron a lanzar cactus hacia donde estábamos, así que rápidamente fui detrás de una maceta y me escondí detrás de ella, por Henry, bueno, el con su súper reflejos esquivaba las bolas puntiagudas.
Volteé a ver a donde estaban Jasper y Patina, y el pobre chico estaba siendo escudo humano de ella, recibiendo todas las espinas para evitar que se enterraran en el traje de la chica.
–¡AYYYYYAYAYAYAYAYA!– gritó Piper mientras se adentraba a la multitud.
Dejando a Henry solo otra vez.
–¡Solo hay uno de él otra vez!–.
–¡Equivocado!– Ray llegó –¡hay dos de él! ¡nosotros! ¡cállate!–.
–¡Viejo!– la policía –¡ese cactus vale 1 millón de dólares! ¡estás parado entre mí y comprarme un alce! ¡Y no nos pueden detener a todos! ¡mamá quiere un alce!–.
A veces pienso, la gente de Swellview es muy... diferente al común denominador, quiero decir, tienen gustos extraños, leyes extrañas, las personas tienen algo diferente al resto del país, pero creo que eso me hacía querer mucho este lugar.
Henryway, la pelea de lasers, se había convertido en una pelea de golpes, bueno yo seguía dándole a las personas detrás de la maceta, y Charlotte hacía lo mismo desde el otro lado de la habitación. El equipo de la Capi Cueva estaba peleando contra todo Swellview, era divertido, creo que me gustaba dispararle a las personas con el láser, y con Ray y Henry golpeando a todos, esta se había convertido en la mejor convención a la que haya ido.
Tras varios segundos, todos habían quedado inconscientes, y logramos mantener a salvo el cactus, lo mejor es que nadie salió herido.
–Eahhhhh– todos menos Jasper, que tenía su cuerpo lleno de cactus por proteger a Patina.
–Jasper, estuviste increíble– exclamó feliz Patina –y te abrazaría pero esas espinas romperían traje–.
–Lo entiendo– respondió casi agonizando.
–Eh toma Capitán Man– dije mientras le entregaba el láser –tiraste esto durante la pelea–.
–Y esto– siguió Char copiando mi acción.
–Huh... gracias niñas que no conozco–.
Alcé mis cejas y puse mis manos dentro de mi bolsillo.
–Lo hicimos– habló Henry entusiasmado.
Ray suspiró –si, salvamos a la gente de Swellview una vez más–.
Cosa irónica, las personas que estaban tiradas en el suelo empezaron a quejarse y moverse del dolor que sentían, si no era una muy bonita escena.
–¡Baile de victoria!–.
Ray bailaba de una manera demasiado graciosa, que saqué mi teléfono y comencé a grabarlo.
–¡Hey!– lo llamé –¡has un mortal!–
–¿Qué? Ah, no, no lo sé–.
–Ni siquiera lo pienses, solo hazlo– dijo Hen.
Acto seguido Ray siguió bailando, para después sin ni quisiera pensarlo, logró hacer un mortal hacia atrás perfecto, que parecía como si nada de ayer hubiera pasado, 10/10 a Ray, fue asombroso... la única imperfección solo fue se le cayó el láser.
–¡Bien! lo hiciste– celebró Henry.
Char y yo aplaudimos.
–¡Bieeen!–.
Ray se agachó para recoger el láser que se le había caído, y cuando lo tomó para alzarlo, sin querer presionó el botón de disparar, haciendo que saliera un destello de luz con dirección a Patina, que como era de esperarse, rompió el traje de burbuja... ah, Capitán Man.
–¡Patina tu traje!–.
–¡Olvida el traje... mi dendua!– la lengua de Patina se empezaba a poner roja y a inflamarse demasiado –mmm, aldien podidia devadme ad hodpidal–.
Henry se acercó a Patina para tomarla de la cintura para cagarla, involuntariamente tensé mi mandíbula y la sangre subió hasta mi cabeza.
"No, ____, no" me repetía constantemente.
Gracias al universo lo que hizo Henry fue en vano, pues antes recibió un golpe de cactus en el brazo y no pudo cargarla, así que Ray intervino, la cargó y se la llevó al hospital junto con Jasper que en serio estaba en demasiado dolor.
–Buen trabajo– le dijo Char a Henry.
–Gracias– contestó él y se acercó a mí para abrazarme de los hombros, debo admitir que eso bajó la sensación –y buen trabajo a ti también–.
Solté una risa –me gusta dispararle a las personas–
–¡También a mí!– gritó Charlotte –me iré a casa, hago mal tercio aquí, nos vemos mañana–.
Le hice gestos a mi amiga para que se quedara pero solo me ignoró, y se fue por la puerta de la convención, esquivando a los "cuerpos" que estaban sobre todo el suelo, insisto, suena mal, y se ve mal; cosa bizarra, mis hermanos no estaban durante la pelea, solo al inicio, pero después se desaparecieron de la nada.
–Entonces ¿me podrías comprar mi helado de cactus?–.
Lo miré sonriente –si hubiera gente en donde los venden si, pero no podemos robar, es contra la ley–.
–Yo soy la ley– arqueé mis cejas –bueno Ray es la ley que yo pero de acuerdo, aunque aún me lo debes, al igual que me debes una salida–.
–¿Ah si?– crucé mis brazos –¿te la debo yo o tu a mí?–.
–Bien yo te la debo– reímos –pero a pesar de que no estuvimos juntos hoy...– soltó mis hombros y bajó la mirada.
Su voz comenzaba a sonar nerviosa, rascaba su nuca, y daba pequeñas risas. Dos segundos después, tomó mi mano, a lo que yo abrí los ojos sorprendida por el tacto, y por como actuaba.
–Quiero decirte algo– tragó saliva, mi pulso aumentaba –es algo que he querido decirte desde hace mucho tiempo y bueno pensé que hoy, que salvamos a Swellview, sería buen momento para decirte– volvió a rascar su nuca –y lo digo porque salvamos al cactus más venenoso del mundo... y ya no está–.
Dirigí mi mirada a donde Henry estaba viendo, y en efecto el cactus ya no estaba. Solo había una tarjeta sobre la mesa.
Caminamos a donde estaba esta y Hen tomó la tarjeta en mano.
–¿Qué dice?– pregunté.
–Dice "Gracias por el cactus. Game On"– contestó.
Detrás de la tarjeta había un logo extraño, que juraba que había visto en otro lado, solo que... ¿En dónde?
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(2022: Escribí lo de Sierra Burgess hace dos años y creo que fue la última vez que vi esa película. Tenía 17, era tan joven y tenía un trauma extraño desde los 16 con esa película, además era cuarentena.
Sé que es horrible :) ahora lo entiendo, CHILL)
Estoy viendo Sierra Burgess, y definitivamente es mi película favorita de Netflix, creo que van más de 100 veces que la veo esta cuarentena.
____ está a nada de...
Sorpresa, las amo, adiós.
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