Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 4

Joe Jackson


Ha pasado alrededor de 1 o 2 semanas desde que nos asignaron el trabajo de biología y con Raven no hemos avanzado casi nada, ni siquiera hemos terminado de buscar la información sobre las células o algo así; la verdad es que yo no me esfuerzo mucho porque no soy yo el que hace el trabajo o el que busca la información, solo me siento a meterle conversación a la chica o a molestarla. Siendo sinceros, creo que Raven no estuvo muy feliz cuando conseguí su número pero no sé por qué.

—Ella es... "anti-chicos", Jackson—me explicó Drake, mi mejor amigo; lamentablemente Drake no viene a nuestra misma escuela pero le he contado mucho sobre Raven y lo que me pidió Sean.

Pero también he notado que desde ese día, Raven me trata diferente. No sé cómo explicarlo... pero siento que algo en ella cambió, cambió conmigo.

—La idea de Frey me tiene impaciente, no sé si pueda hacerlo, no me siento capaz de jugar con sus sentimientos—Drake estaba en mi casa y mi madre había salido a hacer unas cosas fuera de la ciudad, por lo que empezamos a hablar sobre Raven por alguna razón—O sea, claro que puedo, pero con ella es diferente, todo es diferente; pero lo peor no es eso, es que ella en serio no me gusta pero me atrae, mucho, mucho... tiene algo que me acelera el corazón...

Drake me miraba de una forma curiosa, no sabía qué decir.

—¿Puede ser el perfume?—preguntó mientras jugaba con su arito en la nariz.

—Mmm, tal vez, huele a uva con algo más, pero no sé...

Nos quedamos en silencio durante unos momentos.

—Amigo, no creo que tú estés interesado en la petición de Frey.

—Claro que sí, Harper—él odia su apellido, por lo que siempre trato de llamarlo así para molestarlo.

—No, Jackson, tú estás interesado en ella, no en la petición—trató de explicarme—si no fuer por la petición tú ya la habrías conquistado, amigo, estás muy presionado y no tienes tiempo de pensar en cómo hacerlo...—quizás él tenía razón y me quedé mirando la ventana mientras pensaba—Jackson... ¡Jackson, espabila!

—¿Qué?—dije mientras le puse atención.

—Deja todo esto, por favor...

—¡No!—le grité mientras me puse de pie y me dirigía a la cocina—¿acaso no entiendes que si no lo hago Frey va a perder a su novia?, ¿cuántas veces debo explicártelo?

—Eres muy débil, Jackson, sientes lástima por todo el mundo y te olvidas de ti mismo.

Quise matarlo, me estaba sacando de mis casillas.

—Cállate, Drake, solo... cállate.

—No, porque eso te hace daño.

—Sí, como si la droga no te hiciera daño a ti...

Drake tenía algunos problemas con sus padres adoptivos y no quería ir donde un psicólogo, por lo que acudía a fumar sustancias tóxicas; los padres de Drake murieron cuando solo tenía 2 o 3 semanas de nacido en un accidente automovilístico y fue llevado a un orfanato. Lo adoptaron a los 12 años pero sus padres adoptivos no sabían la cantidad de traumas, problemas o maltratos que traía desde pequeño y accedieron a pagarle a una buena psicóloga para que lo atendiera pero este solo fingía ir y se quedaba en mi casa jugando videojuegos. Pensándolo bien, recuerdo que Drake y yo nos conocimos por un juego online o algo así. Creo que los padres de Drake nunca se dieron cuenta de que este no iba a la psicóloga pero siempre lo quisieron como un hijo propio.

Drake me miró dolido por el comentario.

—Drake, llevas al menos 4 o 5 años fumando y no hace bien... déjalo y te ayudo a llevar una vida normal.

—No, Jackson, prefiero morir antes...—se levantó y se dirigió a la salida—quedas advertido, pero tú ves lo que haces con Raven...

Salió de la casa y lo vi marcharse por la calle; en el pasado hacía eso cuando estaban a punto de llegar mis padres ya que a ellos no les gusta que me junte con Drake... pero eso se acabó cuando mis padres se divorciaron hace 2 años y mi madre cayó en depresión. Desde entonces ya no he visto a mi padre y no quiero verlo, no me agrada, nunca lo hizo; siempre me regañaba y jamás hacía cosas padre/hijo conmigo, solo con Axel, mi hermano mayor de 22 años que vive con él, siempre me dejó de lado.

En la TV no daban ningún programa bueno, por lo que decidí ver que onda con Raven. Desde que conseguí su número, cada día le escribo para hablarle o molestarla por al menos 5 minutos.

Raven—no hubo respuesta—Raven—volví a insistir—Oye, ¿estás?

¿Qué quieres, Jackson?—responde al fin.

Necesito un consejo... de una chica.

Ya. Dime.

Aquí vamos.

Me gusta una chica, pero no es cualquier chica... pero no sé si le agrado y no sé cómo acercarme a ella... ¿me ayudas?

Tardó algo en responder pero lo hizo.

No me considero una experta en el tema, mejor pídele ayuda a Leah o a Jean, saben más que yo, ambas tienen novio o algo así.

Vaya.

Pero quiero que TÚ me ayudes.

¿Por qué yo?

Solo dime qué debo hacer para acercarme a ella...

Bien... sólo debes ser tú, y que nadie te lo pida; debes ser respetuoso y detallista, a las chicas les encantan los chocolates y las flores o algo así.

—Y... ¿a ti no?

—No. Ya tienes tu consejo, vete.

Se desconectó y me dejó con la duda, ella si sabe ser mala y cruel conmigo.

Ya era algo tarde, por lo que decidí irme a la cama mientras revisaba las historias de Instagram de algunos compañeros. Cuando me cansé, dejé a un lado el celular y me dormí profundamente sin lavarme los dientes.

Al día siguiente me duché muy rápido y al terminar de vestirme bajé a desayunar algo para irme rápido a la escuela; llevaba 10 o 12 minutos de retraso.

Mi mamá estaba haciéndose un café, como de costumbre, para empezar a trabajar.

—Buenos días, Joe—me saludó—te despertaste un poco tarde hoy, ¿o no?

—Sí, olvidé encender la alarma—mentí—mañana no va a pasar, mamá...

—Claro que no, hijo, mañana es sábado—reí y se fue a su cuarto.

Saqué un bol, le puse cereales y leche del refrigerador. Comí rápidamente y lavé lo que usé.

Agarré mi mochila y me fui caminando al colegio.

Conclusión: llegué 15 minutos tarde, por culpa de un choque y mucho tráfico en la mitad del trayecto, por lo que me citaron a detención después de clases.

—¿Dónde estabas?—me exigió saber Raven.

—Me quedé dormido—me encogí de hombros—y bien, ¿cómo vas con la información?

Suspiró.

—Joe, la tienes en tu cuaderno, ¿lo olvidaste?

Esa fue la primera vez que oí que me llamara por mi nombre. La primera. La verdad me gustó, se oía bien.

—Raven... si te soy sincero... olvidé todos mis libros en mi cama de nuevo...—Raven parecía de tan buen humor y no quise arruinarlo pero era la verdad, no podía mentirle, no quería, no debía.

Inmediatamente me agarró por la polera y acercó mucho su anatomía a la mía. Pude notar su respiración, estaba alterada.

—Jackson—okey, ahora ya no me gustó como sonó—hoy van a revisar la información y esto es el 50% de la nota... ¿acaso no oíste?

—Yo... ¿cuándo dijeron esto?—me atrevía a preguntar.

—¡Hace 1 semana!—explotó—¡tú nunca escuchas a nadie!

Me soltó y salió corriendo del salón. Me dejó la polera doblada, esta chica tiene fuerza, pero eso no era lo importante; la había cagado y tenía que hacer algo. Salí detrás de ella mientras todos nos veían, sí, incluso la profesora.

Estaba corriendo por los pasillos y la agarré de la mano e hice que parara.

—Raven, ¿qué pasa?, ¿por qué saliste así?

Pero no me contestó.

Su mirada estaba perdida y apagada y solo se limitó a llevar su mano derecha al pecho.

—No, no, no... ahí viene de nuevo... —empezó a decir muy alterada mientras se apoyaba en la pared.

—¿Raven?—me asusté y la tomé de las manos; estaba temblando, sudando y también estaba muy pálida—¿qué te pasa?

No me hacía caso. Se dejó caer hasta el suelo y yo me senté a su lado muy asustado.

Sin que me pudiera dar cuenta se puso a llorar amargamente y rápido la abracé, sin saber muy bien que pasaba.

—Tranquila, tranquila...—le repetí muchas veces mientras lloraba aferrada a mí.

Después de 5 minutos dejó de llorar pero seguía aferrada a mí.

En ese mismo momento, me di cuenta de que Raven me importaba mucho y no soportaba verla en tal estado.

Cunado se calmó, me atreví a preguntar:

—¿Qué... qué ocurrió...?

Me miró a los ojos y pude ver los suyos, irritados. Se separó de mí, aunque seguíamos de la mano.

—Un ataque de pánico...

—¿Qué es eso?—pregunté algo más aliviado por saber qué le había pasado.

—Es cuando una persona siente pánico y... por muy ridículo que suene, siente como si se fuera a morir...

Wow.

—O sea... ¿tú tienes eso?

—Sí, y no es solo una vez; desde hace 1 año y medio que los tengo y son realmente molestos...

Estaba un poco deprimida y decidí apretarle un poco la mano, como señal de ánimos.

Nos quedamos así de las manos y en silencio por lo que debieron ser minutos hasta que se soltó y dijo:

—Júrame que no le dirás a nadie...

—Claro—respondí—pero ¿por qué?

Suspiró.

—No puedo dejar que nadie vea que esta enfermedad mental me hace débil...—una lágrima salió por su ojo hasta su mejilla y la sequé con un dedo.

—Hey, tú no eres débil—le sonreí—sigues siendo la misma seria y enojona Raven McCartney que conozco...

Pensé que se iba a enojar, esa era mi intención, pero en vez de eso solo sonrió y me golpeó suavemente.

—Volvamos a clase—dijo después de un rato.

¡¿Qué?!

—No, no, no y no—contesté rápidamente.

—¿Por qué?—quiso saber. La verdad parecía muy confundida.

—No estás en buen estado para tener a una pinche vieja amargada dando cátedra sobre el por qué no trajimos los apuntes—reímos mucho con mis palabras.

—Entonces, ¿a dónde vamos?, aún falta una hora para que la clase acabe—dijo mirando su reloj de reojo.

Me quedé pensando por unos instantes.

—Ya sé—tuve una idea y me puse de pie. Le extendí las manos para ayudarla a levantarse pero decidió pararse por su cuenta—sígueme.

Empezamos a vagar por el colegio hasta llegar a una esquina del terreno.

—¡Tachán!—exclamé señalando a la esquina.

—Jackson, si me trajiste hasta aquí solo para mostrarme una esquina, te vas a arrepentir... estoy muy cansada.

—Sí, sí, lo sé... pero no era eso lo que yo te quería mostrar...—me moví un poco y al lado de la esquina había un gran agujero en la reja que daba a la calle—vamos a escaparnos del colegio—concluí.

—Oh, no, no, no—dio unos pasos hacia atrás mientras negaba con la cabeza—para eso usamos la salida, que está al otro lado del terreno.

—No, no podemos porque hay un guardia y no estoy de humor para inyectarles algo hoy...—me miró horrorizada—vamos, será divertido. ¿Acaso no confías en mí?

Creo que no estaba muy convencida de lo que iba a hacer.

—No, definitivamente no confío en ti—me dijo mientras se acercaba un poco.

Me acerqué rápidamente al agujero y salí por este hacia la calle.

—¿Ves?—dije—es muy fácil... inténtalo.

Logré convencerla y lo hizo.

—¿Y ahora?—preguntó.

Me quedé pensativo.

—Siendo sinceros, no pensé que llegaríamos tan lejos—confesé y me dio un golpe en el brazo mientras que yo me reía.

Caminamos un tiempo por las calles de la ciudad hasta encontrar una cafetería.

—¿Tienes hambre?—le pregunté a Raven.

—No, gracias—respondió.

Seguimos caminando, y sin darme cuenta, llegamos a su casa.

—Gracias por... ¿la escapada?—"agradeció", o al menos intentó—¿quieres pasar? Solo lo hago por cortesía, por si acaso—aclaró rápidamente.

Reí.

—Bien.

Entramos. La casa era enorme, supongo que era de 2 pisos por la escalera, pero era muy linda.

Para mi sorpresa y suerte no estaban sus padres.

—No puedo creer que vivas aquí, Raven... juraba que vivías en una cueva con tus libros—reí y luego me golpeó de nuevo en el brazo.

—No bromees, Jackson.

—Solo dije la verdad—me encogí de hombros y luego de eso me mostró el segundo piso, incluyendo su habitación.

Era grande y tenía las paredes rosa muy claro con algo de... ¿beige? Era como melocotón. La verdad es que yo no sé de colores así que mejor no opino nada. En el aire había un olor a chicle de uva que inundaba la habitación; de seguro era su perfume.

—Quédate aquí—ordenó—tengo que hacer una pequeña llamada... no toques nada—me advirtió y luego oí como bajaba las escaleras.

¿Quedarme aquí sin tocar nada? Oh, por favor, eso no existe para mí.

Inmediatamente me empecé a mover por la habitación en busca de algún lugar donde husmear y lo encontré; debajo de su cama había una caja, de unos 40 o 35 cm de largo y 20 de ancho, y la saqué de su escondite. Me senté en el medio de la habitación y la abrí. Lo único que tenía era una libreta, un lápiz y una bolsa con chicles.

Saqué un chicle y lo introduje en mi boca. Wow, esta mierda si sabía mal; tenía sabor a canela o algo así. Rápidamente lo boté en el cubo de basura de su habitación y me puse a hurgar en la libreta.

Afuera tenía una etiqueta que decía: Raven McCartney. La abrí y en la primera página estaba escrito:

Hola

Saludar a una libreta es algo estúpido que solo un imbécil podría hacer.

Esto se podría considerar un diario, pero ¿quién mierda deposita sus secretos en una libreta que puede ser abierta por cualquier persona con acceso a ella?

Me encantó la primera página y pasé a la segunda:

Bien, si soy sincera, cambié de opinión y escribiré mi vida y otras cosas aquí... comencemos:

Me llamo Raven McCartney, tengo 16 años y voy a cumplir los 17 en 4 semanas más. Vivo en California con mis padres y mi hermana, Loren, de 18 años.

¿Loren? Al parecer tenía una hermana.

Viviría también con Abby, mi otra hermana de 14 años, pero eso es algo de lo que prefiero evitar hablar, o escribir en este caso.

Vaya.

Creo que esa va a ser toda la presentación. De todas formas, no escribo porque quiero, es porque mi psicóloga me lo ordena. Dice que tengo que dejar ir mis penas y toda esa mierda pero yo no creo en esa basura. La principal razón por la que voy es

Quería empezar a leer la tercera pero oí que Raven volvía y lo único que se me ocurrió hacer fue guardarme el libro entre la polera y el suéter y cerrar la caja y volverla a su lugar. ¿Qué? Sé que soy un chismoso pero necesito conocer mejor a esta chica, es por su bien, por el mío y por el de Sean.

Me paré del suelo y justo ahí, entró ella.

—¿Y?—pregunté tratando de sonar natural.

—¿Y qué?

—¿Con quién hablabas?

—Métete en tus asuntos y deja de joder, Jackson—rodó los ojos.

Hubo un minuto de silencio pero lo rompí cuando dije:

—Bueno, debo irme, se me hace tarde...

Estaba saliendo cuando ella preguntó:

—¿A dónde vas?

Me voltee.

—Métete en tus asuntos y deja de joder, Raven—repetí—se nota que no puedes vivir sin mí...

Me fui apurado y salí a la calle antes de su respuesta.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro