Raven McCartney

El primer día del segundo semestre estaba tratando de leer un libro que el profesor Clayton nos había dado de tarea para el fin de año. La verdad no era aburrido, pero me costó un poco concentrarme porque los inútiles de mi clase no dejaban de hablar y gritar sobre un evento o algo así...

—¿Ya viste la nueva publicación de Sean en Instagram?—me preguntó Lina mientras interrumpió mi lectura.

Lina es mi mejor amiga, literalmente hacemos todo juntas y nos conocemos desde chiquitas, es cómo mi hermana.

—Ey, Raven, respóndeme—insistió mientras empezaba a jugar con su cabello blanco.

Cuando éramos pequeñas, de 8 o 9 años, Lina vino a mi casa y nos pusimos a jugar con unos tintes de mi abuela, que trabajaba en una peluquería y tenía muchos tintes y otras cosas en casa. En fin, en nuestro juego yo era la estilista y debía ponerle ese tinte en la cabeza a Lina pero no sabíamos que debíamos dejarlo solo por 35 minutos y lo dejamos como 2 horas y media... cuando llegó la abuela, se puso histérica al ver a Lina con el cabello blanco y trató de quitárselo con todo tipo de productos pero era inútil. Mientras le secaba el cabello, ahora blanco, con el secador a Lina, me ordenó que le trajera el envase del tinte; en una esquina decía claramente: "tinte permanente". Han pasado 10 años y el tinte todavía no se va y tampoco creo que lo vaya a hacer, pero siempre molestamos a la abuela con eso.

—Sean Frey iba a celebrar una nueva fiesta este viernes—me contó cuando dejé el libro a un lado y me puse a escucharla; la verdad prefiero leer que escuchar chismes o cosas así pero ella es mi amiga.

—Siempre lo hace Lina, ya no es novedad como antes—era cierto, todos los viernes, o viernes por medio, Sean hacía fiestas en su casa porque ya no vivía con sus padres—¿y?, ¿qué pasa con esa fiesta?

Lina suspiró y me susurró:

—Se dice que va a haber una pelea o algo así...

—Ay, Lina, eso nunca es cierto, deja de ser chismosa y mejor anda a leer el libro...

La verdad no me gustaba pelear con Lina pero siempre teníamos discusiones así, por los chismes que ella misma se inventaba o alguien le contaba.

—Eres muy aburrida, no te gusta ir a fiestas ni nada...—en cierta parte, tenía razón; soy más de quedarme viendo una peli con Hannah, mi hermana mayor, o estudiar para complacer a mis padres, que ni siquiera se preocupan por mí, solo por mis calificaciones—ahhh, ya entendí por qué no tienes amigos y siempre estás sola, así no triunfarás, Raven, tenlo por seguro.

Era otra cosa cierta. No tengo amigos y eso me duele, pero lo peor es que ella lo sabía y ahora... ahora lo usaba en... ¿mi contra?

La verdad es que después de eso no dije ni una palabra y Lina notó que había metido la pata; me levanté con los ojos llorosos y me fui de la clase, seguida por Lina, que rogaba para que la perdonara.

Llegué al baño y me encerré en un cubículo; Lina trató de abrirlo pero le puse el pestillo.

—Raven... yo-yo, en serio lo lamento mucho, yo no quería hacerlo, te-te lo juro...

—Basta, Lina, esta no es la primera vez que lo haces, ¡y no quieres entenderlo!

Yo estaba muy triste, muy apenada, pero no iba a dejar que esto siguiera pasando.

—Vete—ordené—déjame sola, como tú dices.

—No, Raven, no me voy a ir...

—Vete—insistí.

Lina soltó un suspiro y la oí salir; cuando lo hizo, me puse a llorar. Me sentía muy mal y no quería salir de ahí pero sonó la campana y tuve que ir a la primera clase del día...

Salí del cubículo, me lavé la cara y salí del baño y cuando llegué a la clase me senté en mi puesto a esperar a la profesora Collins, de historia y geografía.

Antes de que terminara el primer semestre, nos dijeron que en el segundo nos íbamos a sentar con alguien al lado pero nuestro profesor jefe, el profesor Jills, iba a elegir las parejas; al llegar del baño me día cuenta de que me tocó al lado de un chico llamado "Joe Jackson", de seguro era nuevo porque jamás había oído de un "Joe Jackson" en nuestra clase.

Interrumpiendo mis pensamientos, entró la profesora Collins junto al profesor Jills y un chico.

Todos nos sentamos en nuestros lugares asignados y no sabíamos que iba a pasar, hasta que el profesor Jills empezó a hablar.

—Primero que nada, bienvenidos a este segundo semestre—inmediatamente, algunos chicos que se sentaban al fondo empezaron a aplaudir y el profesor les hizo señas de que se callaran—bueno, lo otro que les quería comentar, era que vamos a tener a un nuevo estudiante en el curso...

—¿Cuál es su nombre?—lo interrumpió Chris Hendler.

Chris era, bueno, él... la verdad no sé muy bien qué hace pero sé que practica basquetbol desde pequeño en la escuela y era un tipo muy sociable y amistoso, al parecer...

Todos esperábamos muy nerviosos que el profesor dijera su nombre hasta que lo hizo:

—Joe Jackson—fue lo único que salió de su boca.

Nosotros solo nos dedicamos a aplaudir, ¿qué más podíamos hacer en ese momento?

—Y bien, Joe, cuéntanos algo sobre ti—el chico empezó a jugar con sus manos y noté que no estaba nervioso, solo quería... ¿reírse?

Rio por lo bajo y empezó a contar cosas sobre él.

—Nací en Nueva York y ahora vivo aquí, en California con mi madre—por su tono de voz, este tipo no me agradó; no es que fuera un chico antipático ni nada pero en serio, parecía un payaso. Cada cosa que salía de su boca iba acompañado de una pequeña risa y la verdad no me gusta este tipo de gente, prefiero a alguien más... ¿serio?—mi padre vive al otro lado del país porque...

Todos estuvimos esperando a que terminara la frase pero no lo hizo.

—¿Por trabajo?—cuestionó el profesor Jills.

—Sí, sí, sí—dijo rápidamente mientras empezó a mirarme fijamente. Por su cara y sus gestos, pude adivinar que el tema le incomodaba no un poco, sino mucho.

Yo rápidamente desvié la mirada hacia un costado, no estaba muy acostumbrada a hacer contacto visual con un chico que no fuera mi primo, Lucas; Lucas está en la universidad pero viene a menudo al colegio a verme y a ayudar a algunos de sus profesores favoritos y estos siempre le dan una buena paga.

—Bueno, creo que ahora es tiempo de sentarte en algún lugar, Joe—continuó el profesor.

—Se puede sentar al lado mío—dijo inmediatamente Leah mientras se paraba de sus escritorio.

Leah era como la... "popular" de la clase pero con la diferencia de que no era muy pesada y era muy generosa y respetuosa.

—Lo siento, Leah, pero ya te sientas al lado de James...

—Bueno—se sentó de nuevo.

—A ver... creo que te debes sentar aquí, ahí está tu etiqueta—mostró con el dedo mientras se dirigían a mí.

—Bien, gracias profesor—Joe se sentó al lado mío y al instante pude distinguir un olor entre canela y manzana en él, no me molestaba, incluso me llegó a gustar.

Antes de irse, el profesor le dijo que cualquier cosa podía ir a su oficina en el segundo piso de la escuela.

Joe agradeció y se puso a sacar los libros de la asignatura de su mochila.

La profesora Collins estaba preparando sus materiales en su escritorio, por lo que todos empezaron a charlar y yo simplemente me puse a leer mi libro.

—Soy Joe—oí mientras empezaba a leer la cuarta página del libro. Lo miré y me estaba estrechando la mano pero lo ignoré. Minutos después volví a mirarlo y seguía con la mano en el aire—soy Joe—volvió a repetir—¿cuál es tu nombre?

Lo miré y solo dije:

—Averígualo tú—y me volví a sumergir en mi lectura.

Joe no tenía cara de ser un chico malo pero no me quería hacer su amiga porque siempre me pasaba lo mismo con algún chico: se me declaraba y yo salía corriendo. Yo no me siento lista aún para iniciar una relación y no creo que lo vaya a estar algún día .

—Oh, vamos—Joe interrumpió mis pensamientos—dime tu nombre.

—No, ya te dije—respondí de mala gana.

—Bien, pero yo sé que me lo vas a terminar diciendo algún día.

—Algún día muy lejano a este, te lo aseguro—volví a sumergirme en el libro y lo ignoré por el resto de la clase hasta que sonó la campana para el pequeño recreo de 15 minutos que teníamos antes de entrar a física, con el profesor Jules.