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La etapa de la preparatoria es una de las más importantes de la vida, una en la que, posiblemente, ocurran más eventos significativos que formarán tu actitud y personalidad en el futuro. Es el momento en que algunos lazos se unen, mientras que otros se desvanecen con el tiempo. Aquí es cuando haces nuevos amigos y te alejas de los antiguos, como un proceso de "renovación".

Los adolescentes, por lo general, no piensan o no utilizan su cerebro al 100%. No son completamente conscientes de sus actos y mucho menos de sus emociones. Pero, ¿a qué se debe esto? La inestabilidad emocional y la falta de interés por conocerse a sí mismos son factores clave. Esto puede desencadenar ciertos comportamientos algo desordenados, como tener conflictos con los padres, obtener malas calificaciones, tomar decisiones erróneas o, en algunos casos, seguir lo que algunos llaman el "mal camino", es decir, el comportamiento rebelde de un adolescente que se ve reflejado en sus "enemigos".

Y, ¿qué significa "enemigos" en esta etapa? A veces, simplemente hay personas que no te agradan, pero no sabes exactamente por qué. Puede ser porque su peinado es extraño, su voz te resulta insoportable, o incluso puede que creas que no sabe hablar bien, o que su forma de ser es tonta.

O tal vez, los juzgas sin conocerlos, y cuando finalmente lo haces, descubres que son mucho mejores de lo que parecían a simple vista. O quizás, las probabilidades se dividen 50/50.

Este es el caso de Jisung, un adolescente promedio que aún se come los mocos, no lava su ropa y, a pesar de todo, le gusta usarla todos los días. Intenta ser atractivo para las chicas, pero en lugar de atraerlas, se convierte en un repelente.

¿Y qué tiene que ver todo esto? Bueno, Park Jisung tiene un problema bastante grande. ¿Cuál? Odia a casi todo el mundo.

No soporta a sus padres, detesta a sus compañeros de banda, y cree que todos son más estresantes de lo que deberían ser. Sin embargo, hay una persona que siempre lo saca de quicio, alguien que es la gota que colma el vaso: Zhong Chenle.

El presidente del colegio, un típico cliché: el niño rico que parece querer controlar a todos según su propio gusto. Chenle no deja que Jisung sea como es, lo hace sentir incómodo, y eso es lo que más le molesta.

Y claro, Jisung podría seguir las reglas... si fuera una persona normal. Pero, como aún cree que los zombies se comerán el cerebro inexistente que hay en su cabeza, claramente no es un humano promedio.

Es más parecido a ese término que está muy de moda: "espanta viejas tres mil". Último modelo, lo mejor de lo mejor, buenos resultados.

Pero volviendo al tema, ¿qué más odia Jisung de Chenle, además de su privilegiada posición en la escuela? Su popularidad. Chenle es atractivo, no lo puede negar. Su hermana incluso dice que parece un "twink". ¿Qué es eso? No lo sabe y tampoco le interesa saberlo. Tiene dientes perfectos, cabello negro impecablemente acomodado, gafas nuevas cada medio año y unos ojos que imponen respeto.

Pero no solo es su aspecto. Lo que realmente le molesta de Chenle es su actitud de "superioridad". Como si estuviera por encima de todo el mundo. Como si tuviera derecho a decidir qué es lo que está bien o mal, y quién es digno de su atención.

Algo que desencadenó aún más su relación, fue un día en la tarde durante un examen final de matemáticas. Jisung, que no es precisamente un modelo de estudiante, se encontraba en uno de esos días donde las distracciones eran demasiadas y la motivación, nula. Mientras los demás intentaban concentrarse, Jisung decidió que lo mejor era copiar. No lo hizo con mucho cuidado, lo cual fue un error fatal. La prueba era difícil, y en un momento de desesperación, miró al compañero de asiento. De alguna manera, su mirada terminó directamente en el examen de Chenle.

Jisung pensó que nadie se daría cuenta, pero como ya es costumbre, Chenle, con esa maldita obsesión de ser el "sheriff" del salón, lo vio todo. Y en lugar de hacer lo que cualquier persona normal haría —ignorar la situación y seguir con su vida—, Chenle no dudó ni un segundo en levantar la mano y señalar a Jisung frente a toda la clase. ¿Resultado? Un castigo directo. 10 horas de servicio comunitario.

Jisung jamás olvidará ese momento. ¿Por qué? Porque fue completamente innecesario. Y porque, por supuesto, Chenle lo miró con esa cara de "yo soy el mejor", mientras el chico promedio se hundía más en su agujero de incomodidad.

—¡Park! —El grito lo sacó de sus pensamientos, y Jisung reaccionó rápidamente. —Pasa al frente y continúa con la lectura.

—Está bien —respondió sin mucho entusiasmo. No, en realidad no estaba bien. No tenía ni idea de en qué página estaban, ni en qué clase se encontraba. Demonios, se distrajo tanto mirándolo que olvidó completamente prestar atención. —Emm, bueno, continuando con la lectura: "Los cocodrilos son unos reptiles..."

La maestra lo dejó continuar, lo que significaba que la mayúscula con la que había comenzado estaba correcta. No había quedado en ridículo... aún.

Llamar la atención siempre había sido algo que Jisung había evitado, hasta que llegó al segundo grado, donde se dio cuenta de que tenía cierto potencial en su apariencia. Un toque de desodorante, y listo.

Totalmente equivocado.

A las chicas no les gustaba un chico con el pelo desordenado y actitud de idiota. Bueno, tal vez si tenías una motocicleta y tu banda estaba triunfando, quizá sí, pero esta era la vida real, no un fanfic que encontró en internet.

Las clases finalmente terminaron, y con ellas, su peor sufrimiento. Ahora podría enfocarse en su verdadero interés: la banda, "Chicken Boy's". Sí, el nombre era horrible, pero Jaemin insistió en que tenía que ser algo original.

Tras guardar sus cosas en su mochila llena de llaveros extravagantes, aceleró el paso para escapar de las garras de un chico con complejo de profesor.

—Park Jisung —una voz firme lo llamó desde atrás. Jisung giró lentamente, sabiendo perfectamente de quién se trataba. —Aún debes 10 horas de servicio comunitario. No sé si alguien te lo dijo, pero eso no desaparece mágicamente.

El chico irritante, el demonio en todas sus pesadillas. ¿Cómo alguien tan lindo podía tener una alma tan horrible?

Espera, no es lindo.

—Sí, bueno, tengo cosas que hacer. Estoy ocupado, así que lo haré... —dijo mientras hacía una pausa, mirando sus dedos como si estuviera contando los días.

—Hablas como si tuvieras algo importante que hacer.

—De hecho, sí, después de las clases debo comer, dormir, jugar videojuegos y volver a dormir. Tal vez para ti no sean importantes las siestas, pero para mí sí. Dile a la señorita Yoon que ya me estoy retirando. —Se dio media vuelta para irse, ya cansado de la conversación.

—¡Alto ahí! —Chenle lo agarró del brazo para detenerlo. Sin embargo, Jisung fue más rápido y lo tomó de la mano, girándolo para quedar atrapado entre sus brazos. —Te voy a patear.

Jisung siempre era fastidioso, pero Chenle también lo buscaba y era totalmente intenso. Además, nunca se atrevería a patearlo... Chenle era tan débil que... —¡Mierda! ¿Tu pie es de cemento o qué?

La rodilla de Jisung golpeó el suelo con un impacto fuerte, mientras sus manos tocaban suavemente su pantorrilla, claramente adolorido.

—Ahora son 12 horas más por faltar el respeto a la autoridad —Chenle comenzó a marcharse con paso firme, como un muñeco sin articulaciones.

¿Qué demonios le pasa?

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