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—¿Qué opinas sobre esto?— Jinyoung le habló, abrochó bien su cinturón de seguridad y lo escuchó viéndolo arrancar—Yo paso por aquí casi todos los días, puedo llevarte a la universidad cuando esta sea mi ruta. Tengo tu número, te avisaré.
Aunque no le gustaba aceptar favores de nadie, eso le ahorraría mucho dinero, así que tomó la oportunidad que le ofreció.
—Me serviría de mucho, gracias.
—No hay que darlas.
Jinyoung no era su amigo, ellos no hablaban para nada más que trabajos, solían juntarse específicamente para ellos porque sabían que se entenderían bien y cada uno haría su parte de manera perfecta. Les convenía para sacar buenas notas.
No lo conocía muy bien, al menos no de manera personal, solo a simple vista sabía que tenía un grupo de amigos de otras carreras y eso era todo, creía que también tenía novia, pero no estaba segura.
Brook no solía prestarle gran atención a las personas que la rodeaban, solo a veces, a quienes frecuentaba, prefería deducir en su cabeza en lugar de preguntar.
Ese día llovía mucho y supo que su tiempo planchando su cabello sería desperdiciado, pues no le pasó por la mente llevar paraguas cuando en el pronóstico estaba impuesto un día soleado, sin nubes cerca.
—Espera— la detuvo de bajarse, el tramo de la biblioteca a la universidad no era muy largo, ni siquiera cinco minutos.
Jinyoung bajó del auto, abrió el paraguas que como hombre precavido sí llevaba consigo y rodeó el auto, abrió su puerta y le ofreció su mano ayudándola a bajar, por supuesto que haría eso, él era un caballero con todas las letras. La escoltó hasta la entrada y luego caminaron juntos hasta el salón dónde verían la primera clase del día.
Eso sí era nuevo, que Jinyoung caminara con ella en lugar de solo despedirla e irse con sus amigos, no le molestaba, pero era extraño.
Más extraño fue cuando se sentó a su lado en clase.
—Hola, estoy buscando a Jeon Jungkook.
—Lo sé, eres la chica del otro día— señaló detrás suyo— él debe estar almorzando justo ahora, con suerte y te atiende.
Un pequeño restaurante no muy concurrido, se veía como el lugar perfecto para tener paz y ella sabía que terminaría perturbando la del bombero.
—Gracias.
Caminó hasta el sitio, también debía almorzar de todas maneras, tal vez si no la terminaba echando, podría comer allí.
Entró, se sentía la calidez, olía muy bien y Jungkook estaba en una de las mesas al fondo, todavía no empezaba a comer, así que supuso que apenas iba a pedir. Llevaba su uniforme y la expresión hastiada de siempre, se acercó y tomó asiento frente a él.
—La rubia...
—¿Me recuerdas?
—Eres la única rubia que he conocido— suspiró— no me agradan las rubias y tú menos.
—No me conoces ¿Cómo puedes decir que no te agrado? Y mi nombre no es rubia, es Angeline Brooklyn— pasó saliva, incómoda con la mirada confundida del mayor— puedes llamarme Brook.
La mesera llegó, Jungkook hizo su pedido, uno extenso mientras Brook solo pidió una sopa y poco arroz, su apetito no era mucho.
—Escucha, rubia, como ya te dije el otro día... no voy a ayudarte en nada, no me importa, es pasado.
—Un gran pasado que dejó marca en muchos.
—Una mierda de pasado que no te concierne.
—Soy estudiante de periodismo, todo eso me resulta interesante y soy fanática, así que...
—Creí que no me podías caer peor, estás superándote con creces.
Apretó sus manos en puños en su regazo, odiaba insistir, pero lo haría hasta que aceptara o la demandara al punto de poner una orden de alejamiento.
—Por favor.
—No iré a ver a nadie, me tiene sin cuidado.
—¿Al menos un autógrafo?
—¿Jamás te han negado algo?
—No.
—Pues mi respuesta es clara y sigue siendo un no.
—¿Una foto?— continuó— ¿Una notita de voz? Diciendo, espero que se mejore señor Park, atentamente, Jeon Jungkook.
—Joder, me tienes harto, nadie jode tanto como me estas jodiendo tú. Que no, rubia, que no.
La comida llegó y Brook se mantuvo en silencio a partir de ahí, sabía que la estaba mirando, seguramente evaluando su ánimo el cuál era muy diferente al que traía cuando la conoció, pero como no le importaba porque no la conocía, pues no preguntaría.
Cuando estuvo segura de que no la estaba mirando mucho más, fue su turno para verlo y detallarlo, tenía muchos tatuajes, algunos de estos eran nuevos, nunca los vio en pantalla, no mentía al asegurar que era una gran fanática, recordaba a la perfección cuál era su apariencia mientras hacía boxeo y era evidentemente diferente a su físico actual.
Siempre ha sido guapo y en persona mucho más, si quisiera, podría tener a cualquier mujer con él, no se sorprendería si ese era el caso.
Terminó su comida, observó la hora en su teléfono y tenía los minutos contados antes de tener que volver a trabajar, suspiró con pesadez y de su bolso sacó su libreta de hojas de colores y bolígrafo, escribió su nombre y su número de celular, deslizándolo a través de la mesa y tocando la mano apoyada de Jungkook.
—Por favor, piénsalo. Vendré otro día.
Se colocó de pie, acercándose a pagar lo que había consumido y dejando el lugar a paso rápido, muchos taxis pasaban por el lugar, así que no fue problemático conseguir transporte.
Seguiría intentando.
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