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Le hizo levantar y seguirla a la cocina, pidiéndole que se quedara quieto en lo que ella preparaba algo para los dos.
—¿Cuál es el menú de hoy, Angel?— rió— Y tienes razón, no todo son buenas noticias, pasó algo horrible.
—¿Qué pasó?
—Tuve que hablar con la mamá de mi Jinhu.
—Jungkook... recuerda que es la madre de tu hijo y que hubo un tiempo en el que la querías ver todos los días— detuvo su sermón, girándose a verlo— aunque eso no lo sé.
—Mm, mi historia con ella es agridulce, pero no mentiré, si la quería— suspiró, no melancólico, algo confundido— amo a Jinhu, con toda mi alma, es lo mejor que me ha pasado y no me veo sin él.
Brook dejó haciéndose la sopa de algas, a ella le encantaba la sopa en todas sus presentaciones, todos sus tipos y se emocionaba preparándola. Se giró para prestarle más atención a Jungkook.
—¿Pero?
—Pero, él no estaba en mis planes— confesó — sólo estaba en los planes de su madre y no porque ella lo anhelara...—rascó su mentón— más bien era porque quería atarme de alguna manera.
—¿Qué?— asintió—No puede ser cierto.
—Lo es. A ella nunca le gustó que me dedicara al boxeo, era algo que me reclamaba cada día con la esperanza de que lo dejara, pero yo no cedía, papá y mamá unían fuerzas para hacerme abrir los ojos y entender que ella no era una buena compañera— se encogió de hombros— pero, yo era ciego e imbécil, todavía lo soy, pero antes más, yo no quería escuchar a mis padres porque estaba seguro de que yo podía solo con todo.
—Suele pasar.
—Pero, tú sabes que hay algo mal cuando tus padres son seres humanos que no odian a nadie, pero sí quieren sacar del pelo a tu novia cada vez que va a casa y yo puedo aceptar todo, un temperamento difícil, una opinión distinta, todos somos muy diferentes, cada persona es un mundo, sin embargo— gruñó— cuando empieza a herir, a ofender y consumirte hasta apagarte... lo mejor es desprenderse y ella no solo me hería a mí, también a mis padres y amigos, los primeros ya no están conmigo, pero los demás sí y yo valoro mucho su amistad. Ella logró apartarme de todos ellos por un tiempo, no sé cómo, pero me di cuenta de que era hora de acabar esa relación.
—Y lo hiciste, luego...
—Luego me dijo, sabes qué, estoy embarazada, no creo que quieras dejarme así.
Brook abrió la boca, sorprendida.
—¿Eso dijo?
—Así tal cuál. Yo seguí firme con que nuestra relación había terminado, asegurándole que iba a cumplir mi rol de padre con todo el jodido amor del mundo— sacudió la cabeza — y para resumirlo, hablé con ella hace poco y me dijo que si tanto quería tener a Jinhu, que solo tenía que volver con ella y ya estaba, así de sencillo.
—A jugar a la familia feliz— suspiró, regresando con su sopa y luego buscando tostadas para acompañar, no sabía si a él le gustaría, pero tenía fe de que sí— parece muy resentida y un poco ingenua al creer que no puedes conseguir la custodia de Jinhu cuando parece que tienes todas las pruebas y herramientas, por decirlo de una manera. Si quieres mi mundana opinión, solo ignórala, que los hechos hablen por si solos.
Se giró cuando no recibió respuesta y casi deja caer las tostadas al suelo por el susto de verlo casi invadiendo su espacio personal. Jungkook se rió y ella enrojeció un montón.
—Lo siento, no me aguanté.
—Eres un... un...
—Vamos, tu puedes, alguna maña mía tiene que quedarse en tí.
Bufó, con ganas de seguirlo en su risa.
—¿Y tiene que ser la boca sucia lo que se quede en mi?
—No necesariamente— se tomó la libertad de peinar su cabello y colocarlo detrás de sus orejas, despejando su rostro— hay otras cosas mías que puedo poner en tí.
Estiró la mano, apagando lo que tenía hirviendo. Brook estaba a nada de estallar, no dejaba de enrojecer y se quedó estática, sentía que cualquier movimiento que hiciera allí, sería uno torpe y lo que menos quería en ese momento, era avergonzarse más.
Escuchó su teléfono sonar en el bolsillo de su pantalón y lo sacó pensando que era su madre, pero era Jinyoung. Jungkook leyó el nombre, tomó el teléfono, colgó, lo apartó y reclamó su atención otra vez.
Brook tragó grueso.
—¿Qué otras cosas?
Era un milagro que su voz no temblara, no podía creer que logró controlarse en ese aspecto.
—No sé, hace rato quiero empezar poniendo mi boca en la tuya, pero me la estás poniendo difícil— aseguró— tengo que rogar demasiado, pero, me gusta.
—¿Que sea difícil?
—Rogar.
Quería matarla, eso seguro. Escucharon la puerta y Jungkook alcanzó a besar la comisura de sus labios antes de alejarse, volviendo a su lugar como si nada, sonriendo y bromeando con su madre mientras ella tenía que lidear con un rostro carmesí y sus piernas temblando.
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