—¿Cuándo?

—Pronto, hijo, pronto. Hablaré con tu mamá, lo prometo.

Jungkook estaba molesto y tenía razones para estarlo. Jinhu no quería ir de paseo con los de la escuela porque él sabía que esos días su papá iba a buscarlo para estar juntos, algo que no se logró porque su madre no lo permitió pues prefirió mandarlo de campamento.

Había sido difícil calmar las lágrimas de Jinhu, estaba demasiado abrumado por todo lo que estaba pasando, sumándole el hecho de que no había podido ver a su papá desde hacía mucho tiempo, así que volver a escuchar su nombre y voz, lo emocionó y comenzó a desahogar su molestia con él, contándole con palabras torpes lo triste y enojado que estaba porque no pudieron pasar el rato.

—Si.

—Bueno, ya no llores, papá encontrará una forma. Levántate, pídele a Angel que te ayude a lavarte la cara y ve a jugar con tus amigos, no la pases mal.

Jinhu volvió a asentir, sabía que tenía que despedirse y regresar con su grupo, sacudió la mano en cámara, Jungkook hizo lo mismo y el teléfono regresó a manos de Brook, ambos levantándose del suelo.

—Te llamaré de nuevo en un rato.

—Por favor. Estaré pendiente.

Colgó, notó lo afectado que estaba, así que prefirió darle tiempo. Observó a Jinhu, tan pequeño y triste, sus ojos hinchados la miraron y levantó su mano, pidiéndole a Brook en silencio que lo ayudara a llegar con el resto quiénes se habían alejado un poco.

El enojo casi la consumió, que persona tan descuidada, no se daba cuenta de la ausencia de uno de sus niños.

—¿Anye?

—Sí, Jinhu. Mucho gusto— le sonrió, antes de tomar su mano, revisó su bolsa, en momentos como ese agradecía cargar con palitos húmedos para todas partes— ven, vamos a limpiarte antes de ir con tus amigos.

Él negó con la cabeza.

—No amigos.

—Oh— limpió sus manos—¿No te gustan tus compañeros de escuela?

Volvió a negar, le preguntó si estaba cansado y si quería que lo llevara cargado, aceptó sólo porque ella era amiga de su papá. Siguió hablándole con suavidad, él todavía estaba muy sensible y enojado, así que intentaba no molestarlo más de lo que ya estaba.

Funcionó hasta que llegaron con la maestra, Jinhu no se dejó cargar o tocar de ella, la evadió y solo regresó con el resto, Brook le pidió a la mujer que por favor no lo gritara, pero fue en vano porque hizo lo que quiso.

—Ella es jodidamente injusta, todo el tiempo estoy intentando llevar este asunto por la paz, pero no lo quiere de esa manera, lo peor es que ella sabe que voy a conseguir la custodia compartida y que si no cumple con ella, podré quitarle a Jinhu.

Brook lo escuchaba en su enojo y lo entendía, a quien definitivamente no comprendía en absoluto era a la mamá de Jinhu, no tenía sentido prohibirle al niño ver a su papá, eso solo crearía resentimiento en él hacía ella. Solo le hacía daño.

Se acomodó en su tienda de acampar, ya era de noche, hacía un poco de frío, pero nada que no pudiese tolerar.

—Jungkook. Dime cuál es tu color favorito.

Lo escuchó respirar, logrando recuperar la calma.

—El negro. Ahora dime el tuyo.

—Púrpura.

Ahora lo escuchaba reírse de forma perezosa, entonces suspiraba y según intuía, estaba igualmente acostado mientras le hablaba.

Ambos estaban llenándose de costumbres, hablar antes de dormir se había vuelto una, así como almorzar juntos cada vez que podían, porque Jungkook tenía que cumplir con ciertos horarios y entrenamiento en la estación, Brook estuvo muy consumida por la universidad, el trabajo y su papá, así que verse muy seguido no era una opción.

—¿Hablaste con tu padre?

Parpadeó, normalmente no le era difícil hablar de él, pero por alguna razón, con Jungkook siempre le entraban las ganas de llorar.

—Lo hice— murmuró— está... está muy cansado, su tratamiento es agotador y él no está muy a gusto en el hospital, pero mamá y yo hemos intentado que su habitación se sienta más cálida para él, como si fuera casa.

—Tu mamá me invitó a entrar cuando fuí. Muy amable, quería conversar y... llamó a tu papá, hablé con él.

Se sentó, rió.

—Ah, no puede ser, seguro se puso muy feliz... y me lo perdí, te odio.

—Si se notó muy contento, me pareció la jodida cosa más tierna, hace muchísimo tiempo que no tenía una conversación con un hombre mayor que fuese fanático de mi anterior vida... fue interesante, lo disfruté, no me sentí incómodo hablando sobre mi tiempo como boxeador lo que es un milagro.

—Ciertamente lo es.

—No eres graciosa, Angel. No lo eres y empiezo a creer que te gusta verme gruñón...

Se burló, ya veía su drama llegar.