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Lisa's POV.
Mis manos sudaban y mi pulso se incrementaba conforme mis pasos se acercaban a esa puerta de madera desgastada. Miré la hora en mi reloj; rezando porque el se encontrará lo suficientemente desmayado por el alcohol para notar mi ausencia las últimas dos horas. Ya bastante tenía con solo recordar la paliza que me había metido está mañana por no haber cumplido con mi tarea de hacerle su desayuno; por haberme quedado dormida muy tarde debido a que quería terminar uno de los muchos dibujos que tenía pendientes.
Al él no le importaba en lo más mínimo el porque de mi desvelo porque para sus ojos solo era una basura que se encontraba, desgraciadamente, es su vida. Una simple escoria que se merecía cada uno de sus palabras hirientes y golpes pulsantes. No era nadie. Por eso no me sorprendí cuando entró a mi habitación, golpeando con fuerza la puerta y sacarme de la cama a patadas por ser; como él solía decirme, una inútil y buena para nada. Ni siquiera le importó cuando una de sus patadas había acertado en mi rostro, dejándome momentáneamente confundida. Solo salió de la habitación gritándome que le preparará su desayuno antes de que terminara de ducharse.
Llevé una mano a mi mejilla, estaba todavía un poco hinchada y estaba agradecida de haber perfeccionado mis habilidades en el maquillaje, así nadie se enteraría de la mayoría de hematomas que marcaban mi piel, como un tatuaje que me recordaba el infierno al que fui condenada a vivir. Abrí la puerta, cuidadosamente y metí solo mi cabeza girándola de un lado a otro para ver si había peligro inminente. Estuve aliviada al percatarme que su chaqueta no se encontraba en el perchero de la entrada; dándome a entender que no se encontraba en casa. Al menos, una cosa me salía bien ese día.
Entré completamente está vez; cerrando la puerta rápidamente. Me deshice de mi mochila junto con mi chaqueta que colgué en el perchero y caminé hasta la cocina, dejando el miedo inicial atrás por imaginarme haber sido atrapada y abrí la nevera. Mi estómago rugía. No había logrado comer nada decente está mañana porque estaba tan desesperada por salir rápido que no me preocupé por ingerir un mínimo bocado. Luego por estar tan concentrada en mi momento de inspiración y mi llegada tarde al trabajo; se me había olvidado por completo.
"Tengo que comprar más víveres mañana temprano" murmuré para mí misma al observar que nomás teníamos un poco leche y un tomate con la mitad cubierta de moho.
Tomé el bote de leche y lo abrí, oliendo un poco para saber si se encontraba podrida y para mí buena suerte aún se mantenía en perfecto estado. Cerré la nevera y bajé la caja de cereal arriba de ella; saqué un tazón del gabinete y me dedique a disfrutar de mi cena, al menos, hasta que ese hombre llegara. Terminé más rápido de lo que había pensado. Vaya, si que estaba hambrienta, pensé cuando estaba lavando los trastos que usé y una vez todo estuvo colocado en su lugar, caminé hasta la sala y sujete mi mochila para subir las escaleras en dirección a mi habitación.
No era gran cosa lo que tenía, solo una cama con un colchón viejo y una mesita de noche color blanca aún lado. Una pequeña lámpara y un pequeño armario al fondo de la habitación. Muchos podrían decir que era muy poco pero para mí era lo suficientemente que necesitaba para estar cómoda y agradecía que tuviera mi propio baño. Así no tendría que aguantarlo desde tan temprano. Me senté en mi cama y saqué mi libreta los dibujos hechos está mañana y guardarlos en mi compartimiento secreto.
Eran lo más preciado que tenía, porque para mí representaban una forma de expresar todos esos pensamientos que no podía decir en voz alta y dar rienda a mi inspiración sin temor de ser oprimida por sus palabras. Aún recuerdo cuando siendo una niña pequeña había roto mis esperanzas, diciéndome que con eso no iba a llegar a nada y que a lo único que podía aspirar era a hacer una fracasada. Me sentí devastada ese día. ¿Qué niño no se sentiría de esa forma después de ser aplastada por su padre en su más grande sueño? Era de esperarse y ciertamente llegué a cierto mundo a creer que era verdad; que nunca podría llegar a hacer lo que más anhelaba en el mundo, que nuca llegaría a ser esa pintora reconocida como las que veía en la televisión.
Sin embargo, llegó un punto en que lo que él dijera ya no me afectaba tanto; que sus palabras ya no tenían el impacto que tenían conforme iba creciendo. Conforme había tenido que madurar a temprana edad para poder salir adelante por mi misma. Por eso, desde eso momento, lo mantuve en secreto; ahorrando las pocas propinas que ganaba de los variados trabajos que tenía para seguir reponiendo los materiales que se acababan. Esperaba algún día, recaudar lo suficientemente para comprar el caballete que era lo único que faltaba para empezar a crear lo que sería mi más grande obra maestra.
Y estaba segura de lo que quería plasmar una vez el pincel estuviera entre mis dedos.
Era increíble como sus rasgos aparecían en mi mente, sin necesidad de esforzarme. Era como si una fotografía se hubiera imprimido permanentemente en mi mente cada vez que pensaba en su persona. No obstante, estaba consiente de que era comprensible del que eso sucediera porque se había convertido en mi inspiración el primer día que la ví; una fuente de inspiración que parecía interminable. Todo me recordaba a ella; desde el cálido sol toca do mi piel hasta el algodón de azúcar que algunos niños comían en el parque, las hojas moviéndose al compas del viento hasta las flores que cuidaba con tanta dedicación que se podía notar en su profunda mirada, pero para mí tenía sentido que eso sucediera. Después de todo, sin darme cuenta, terminé enamorada de ella.
¿Estaba loca por haberme enamorado de una persona que no conocía en absoluto?Probablemente sí. Inclusive si Jisoo se llegará a enterar que mis constantes retrasos eran debido a que me mantenía dibujandola por horas sentada en ese parque, me tacharía de demente y me llevaría al psiquiatra más cercano. Sin embargo, no tendría que preocuparse porque era conciente de los límites y aunque me doliera tenía que aceptar que la única conexión que tendríamos sería mediante mis dibujos. Esa razón era suficiente para que suprimiera mis sentimientos y los guardara únicamente para mí. Mis sentimientos por mi musa, por mi flor favorita.
Me acosté en mi cama, ya con mi pijama puesta, una vez me asegure de haberle puesto seguro a la puerta; no correria correría el riesgo de ser golpeada nuevamente y me refugié en las sábanas. Evitando incrustarme algún resorte suelto y dejé que el cansancio se apoderará de mi cuerpo. Esperaba que todo mejorará al día siguiente y pudiera ver su dulce sonrisa nuevamente, para reemplazar el dibujo, con mucho pesar, se me había perdido esta mañana. Sin escuchar el mensaje que había llegado a mi teléfono.
Jisoo.
No vayas a llegar tarde. Recuerda que hay alguien importante que quiero presentarte.
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