El esqueleto de bufanda roja caminaba por ahí tranquilo, era lindo todo lo que veía hasta que vio el portal... De ahí salio la muerte.

Rodó sus ojos al ver que traía un lindo peluche... 'Me quiere decir una estupidez' pensó.

- Ah, pero miren... Ahí esta la belleza de mi vida~ -sonrió abrazándolo desde la cadera-

- Ya ni siquiera puedo disfrutar de Echotale... -murmuro para así separarlo- Reaper... Te dije que te alejaras de mi -cruzo sus brazos-

- Oh vamos, ¿dejate amar? -beso su mejilla rápidamente dejándole en su bufanda la flor-

Los pómulos de Geno ardieron, no entendía como no se deshacía de ese tonto enamorado aunque... Sabia que nadie lo amaría como lo hacia él...

Suspiro y tomo su mano, entrelazando sus dedos esqueléticos y jalandolo entre las bellas flores. El mayor simplemente sonrió y se dejo llevar por su amado.

Al llegar al centro de todas esas bellas flores que repetían pasos y conversaciones viejas decidieron sentarse... Bueno, eso decidió el de ojo glitcheado.

- ¿Por que me trajiste aquí? -pregunto el de túnica para así tomar con cuidado los brazos de Geno y recostarlo con cuidado en su pecho-

- Por que... Se que nadie me amara como tu lo haces -soltó cubriéndose con su bufanda-

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- Así es como tu madre me dijo que me amba, Goth -soltó Reaper-

- ¡Oh! Pero mamá sigue siendo tsundere, ¿no? -contesto el menor aún sentado en el regazo de su padre-

- Si pero... Así lo queremos~ -le guiño el ojo recibiendo una risita de su pequeño-

Geno escuchó todo desde la cocina, sonrió leve mientras terminaba de cocinar aquellas deliciosas galletas de canela que sabia hacer.

Realmente agradecía estar con Reaper en esos momentos.

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Un cuento para Goth. Lindo, ¿no?

Nos leemos pronto ~