🍄 N u e v e 🍄
ᨳCapitulo nueve: ¡Puedo ser como tú!
Ese día de buenos augurios, un jóven de cabellos alborotados y marrones acababa de despertar, en una agradable y floja media mañana de sábado.
Aquel día no había trabajo, así que planeaba tomárselo con calma, después de todo, últimamente sus medicinas eran compradas con gran frecuencia, y podía permitirse un descanso.
Uno pensaría que un brujo es un hombre de verrugas en el rostro, aspecto descuidado de ropas negras con una escoba con la cual volaría repartiendo el terror. Pero Jimin era la excepción.
Quizá, en alguna parte del mundo o universos, exista un brujo que utilice sus poderes para correr la sangre bajo la plateada luz de la luna, no podría negarlo, después de todo, la magia es un poder bastante tentador.
Sin embargo, el lindo protagonista de mejillas abultadas prefería utilizar su gran conexión con el mundo y lo inentendible para el bien.
No era un brujo de gran rango, no podría mandar a volar una roca enorme con solo chasquear sus dedos o sanar una herida grave, requería de más energía y experiencia, algo que tomaría años, he ahí el motivo de invocar un ser de energías sobrenaturales y sobre todo, positivas.
Aún con los ojos cerrados, fue al baño en busca de quitarse ese mal aliento y comenzar con sus actividades (tirarse a la cama todo el día y comer tartas), tropezando con todo a su paso, incluyendo su pobre escoba.
Apenas acabó, un pequeño golpeteo contra la madera de su puerta se oyó haciéndole gruñir, y con un frustrado "Ya voy", comenzó a arreglar mínimamente el lugar, recogiendo cosas y haciendo volar otras hasta sus sitios, o más bien, hacía el closet para ocultarlas y fingir que todo estaba más que limpio.
Su café ya estaba hirviendo en el calor del fuego bajo suyo, también se quejó por eso apagandolo y corriendo a tomarlo mientras otro tocar impaciente se oía- Maldita sea, ¡Son las doce y media de la madrugada! Es muy temprano para que me molesten- farfullaba entre dientes- ¡Ya voy!- gritó a nuevas cuentas antes de chillar al vaciar el café sobre la taza y quemarse. Chupó su pobre dedo maltratado y dejó las cosas desparramadas cuando otro golpe se hizo presente. Ya había un tic en su ojo.
Con el ceño totalmente fruncido, abrió la puerta y casi pierde los estribos: no había nadie allí.
¡Debió haber sido una broma de esos engendros del pueblo!
Apretó los dedos contra la madera dispuesto a cerrarla de un enfurecido portazo, pero, una voz le hizo paralizarse.
-Eh... ¿Disculpa? Estoy aquí.
Con los ojos grandes bajo la vista, y ahí estaba, una pequeñita figura de alitas dulces, mirándolo fijamente.
¿Cómo hizo esa cosita tan linda para que su toque se oiga tan fuerte? Aunque se lo preguntó por un segundo, no le importó nada, entre su impresión, apenas fue capaz de balbucear- H-hola...
-Hola- el hada sonrió abultando sus cachetes, se veían más rojitos que de costumbre, eso causó un revoltijo de ternura en el humano- ¿Puedo pasar?
-¿E-eh? ¡Oh, oh, sí! Claro, pasa- Jimin balbuceó trabandose con sus propias palabras mientras se hacia a un lado para dejar pasar al chico de orbes morados.
Que situación tan confusa y extraña.
-Y... ¿Qué te trae por aquí?- por fin preguntó viendo al bonito ser sentado cómodamente sobre una almohadilla, con el rostro adorablemente lleno de migajas por la galleta que comía.
-Tú me necesitas, ¿No?- fue, directo al grano, mientras llenaba su boquita de comida, era como una ardilla, una muy glotona. Jimin se cuestionó cuánto tardaría en atragantarse- Pues a eso vine.
Al menor se le iluminó el rostro, asintió rápidamente mientras sus manos hacían puñitos, ¡Al fin!, Oh, que alma tan bondadosa, tan pura y caritat-
-Pero tengo una condición- tarareó cantarin con una gran y satisfactoria sonrisa.
La felicidad: por el caño.
-oh...- el pelimarron rascó, incómodo, su nuca- ¿Qué tipo de condición? ¿Qué deseas?- suspiró con pesar. No todo lo bueno en la vida es grátis.
Entonces, Yoongi se levantó de un saltó repentino soltando la deliciosa galleta y exclamó- ¡Quiero que me enseñes el mundo humano!
El pelimarron se atragantó bruscamente con el café que bebía- ¡¿Qué?!
El pálido hizo un puchero, cruzando sus brazos, en otro momento Jimin habría pensado que era tierno- ¿Por qué te sorprendes tanto? ¿Acaso es tan extraño que un hada desee conocer algo más que el bosque?- se quejaba amargamente.
El contrario se obligó a tranquilizarse, pasando la mano una y otra vez sobre su rostro- Eso es muy arriesgado, Yoongi. Además, podrás ser muy pequeño, pero resaltas bastante. Sería difícil intentar ocultarte sin que nadie repare en tu cara asomándose por algún lado.
-¡Eso no es problema alguno!- chilló antes de volar cerca de la palma de Jimin y reposar sus piecitos sobre ella- ¡Puedo ser como tú!
Y el brujo se habría detenido a analizar su frase, quizá preguntar más a fondo, quizá, porque antes de procesar ya había un gran cuerpo aplastando su pobre y aterrorizada existencia.
-Entonces, ¿Por qué esperaste tanto a volverte grande si podías hacerlo?
-¡Fácil! Porque la comida es más grande si no lo hago.
(。・ω・)ノ゙ hello
¿Capitulo kk?
Hay más de donde vino esto >:D
Bye Bye Nya (*ฅ́˘ฅ̀*)
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