Los secretos detras de esa mirada azul
-Mansión Dunbroch-
Todo el camino los dos chicos no hablaron nada, Mérida estaba perdida en sus pensamientos mientras que Hiccup estaba maldiciendo a Jack por interrumpirlo. Como era costumbre apago el auto.
-Hiccup-Mérida se dirigió al castaño-Al centro-
-Pero acabamos de llegar señorita-respondió Hiccup.
-Te di una orden, no te pregunte-se cruzó de brazos la pelirroja-Si quieres conservar tu virilidad te recomiendo que hagas lo que te indico-
A regañadientes Hiccup encendió el auto una vez más y se fue en dirección al centro, aun no entendía como podía ser tan bipolar aquella señorita. Al llegar al centro Merida le indico a que tienda tenía que ir, aquel lugar era enorme para el castaño.
-Deja de babear y acompáñame-camino con velocidad la pelirroja.
Con paso veloz Hiccup alcanzo a la pelirroja, entre cada tienda la pelirroja se detenía precisamente en el área departamental para caballeros. Habría pasado quizás 4 o 7 tiendas pero para Hiccup era una eternidad cargando miles de bolsas, desde unas muy diminutas hasta otras muy exageradas.
-¿Para que es todo esto señorita?-pregunto el castaño tomando 5 bolsas más.
-Es un regalo-le dio otra bolsa la pelirroja-No me gusta deberle nada a la gente por lo que estamos de compras-
-¿Deberle a alguien?-pregunto con cierta curiosidad
-¿Acaso no es obvio?-levanto una ceja la pelirroja liberando una sonrisa-Le debemos todo al señor Jack Frost-soltó un pequeño suspiro-Sin él te hubieran dado una paliza o peor, es obvio que es un hombre fuerte y audaz al ayudarte-
Mientras la pelirroja continuaba con sus compras, Hiccup rezongaba las palabras que había dicho Merida. Después de la larga tortura que había pasado era hora de regresar, Merida aún seguía perdida en sus pensamientos mientras que el castaño suspiraba de alivio al no tener todo ese peso en sus manos. Si algo se le daba bien a la pelirroja eran las compras, en especial las que eran en gran volumen.
El resto del día paso lleno de tranquilidad, Merida estaba sonriente al mandar los regalos a la oficina de Jack, mientras por otra parte el castaño maldecía el nombre de Jack Frost una y otra vez.
-¡Hiccup!-los gritos de la pelirroja no tardaron en escucharse por toda la mansión-¡Ve aquí inútil bueno para nada!-
Eugene, Easter y Naveen solo entrecerraban los ojos seguidos de una mirada de lastima, el trío sabía perfectamente que ese tono de voz anunciaba que Merida había despertado de mal humor. Y para desgracia del castaño seria el sacrificio perfecto al ser nombrado, con un poco de miedo el chico trago saliva y se apresuró a entrar a la habitación de la pelirroja.
-¿Sucede algo señorita?-entro un poco temeroso-¿Necesita algo?-
-Alista el coche- de un movimiento acomodo uno de sus risos rebeldes-Saldremos en 10 minutos y no quiero retrasos-
El bicho de la curiosidad le exigía a gritos preguntarle a la pelirroja, pero al saber que ese humor solo podría traerle golpes y patadas prefirió apresurarse a acatar las órdenes.
-Fuera de la mansión-
El porte y elegancia de la pelirroja se hizo presente en aquel restaurante, gran parte de los presentes sabían quién era la persona que había entrado a ese lugar. Otros solo murmuraban y admiraban la belleza y el porte imponente que tenía la pelirroja; fue en ese momento que encontró una cabellera blanca entre las mesas.
-Merida...-pronuncio Jack dejando el café que tomaba en la mesa-Por favor toma asiento-
La pelirroja solo se dedicó a seguir la instrucción del alvino en espera de alguna respuesta, aunque en su interior sentía mil y una cosas entre ellas los nervios.
-He recibido una gran cantidad de regalos-aquellos ojos azules se posaron en la heredera de Dunbroch-Es un lindo detalle-
-Bueno es un pequeño gesto de agradecimiento-sonrío mostrando su perfecta dentadura-Por haberme salvado-
-Sin embargo me temo que no puedo aceptarlos-tras varios movimientos el alvino coloco las bolsas llenas de los presentes-Son demasiado costosos-
Merida por su parte solo se cruzó de brazos analizando la situación ¿Costosos? Se preguntó mentalmente.
-Jack...-dudo por un momento-¿No crees que eres hipócrita?-
Aquel comentario desconcertó al alvino, por parte de Merida sabía bien que cada palabra que salía de sus labios tendría un costo.
-¿Hipócrita?-levanto una de sus cejas blancas.
-Como heredero de la compañía Frost me parece algo sumamente hipócrita-agrego la chica-Decir que son costosos... esto no es nada para ti-la reacción de Jack aún estaba en shock por sus palabras-Además de que eso de atacar a los millonarios... como heredera del grupo Dunbroch puedo decirte que es lo más cínico e hipócrita que he escuchado-
Jack solo se limitó a levantarse del su lugar para darle una mirada rápida a Merida.
-Sabes cuando era más joven me metí en muchos problemas junto con mi mejor amigo-durante unos segundos dudo pero continuo-A mí me dejaron solo porque tenía dinero mientras a él le arruinaron la vida-
Dicho eso Jack abandono a la pelirroja dejándola pensativa y en parte enojada por lo sucedido, no era para nada de su agrado ser rechazada y mucho menos que le dieran una lección de vida que jamás pidió.
-Tú no sabes nada de nada Frost-gruño entre dientes mientras salía del lugar.
-Mansión Dunbroch-
El martirio de Hiccup inicio en el momento que Merida subió nuevamente al auto, el tranquilo y como silencio que había disfrutado al llegar al restaurante se fue a volar junto con el humor decente de la pelirroja.
Para suerte del castaño no recibió golpe alguno o grito por parte de su señorita, con una gran tranquilidad resolvía los asuntos de la mansión sin prisa alguna. Entre algunos silbidos de aquella canción que adoraba limpiaba el lugar, era muy grato tener recuerdos tan lindos de esa bella melodía.
-Hiccup-el silbido de Hiccup se perdió al ver a su amigo Eugene.
-¿Qué sucede Fitzhertbert?-pregunto con un tono burlón.
Un sonoro Auch se escuchó, no era para nada grato para Eugene escuchar su apellido.
-Tienes que ir a la bodega para hacer cuentas sobre los vinos que hay-el castaño levanto una de sus cejas un poco confundido-Y sin peros-
-Lo que digas Fitzherbert-sonrió aun burlo Hiccup.
El molestar a su querido amigo Eugene le era gratificante, había pasado tanto tiempo desde la última vez que lo había llamado de esa forma.
Con un suspiro el chico se adentró al lugar, había miles de cajas en aquel lugar. Algunas tenían licores, jugos, plaque entre otras cosas.
-Veamos-hablo Hiccup para sí mismo-Si yo fuera una linda caja de vinos ¿Dónde estaría?-
Un poco perdido el castaño continuo su paso buscando las cajas donde se suponía que debería estar el vino, entre su recorrido un sonido muy peculiar se escuchó logrando asustar al castaño.
-¿Quién está ahí?-pregunto un poco temeroso
Más nadie respondió.
Un poco asustado tomo algo de coraje y continuo su camino, el sonido se hacía más grande mientras se acercaba. En uno de los taburetes de madera que se encontraba, logro ver un pequeño celular del cual provenía el dichoso sonido.
-¿Me asuste solo por esto?-bufo al ver que el celular ya no emitía sonido alguno-Debí verme como todo un estúpido-sonrió para su tranquilidad.
Hiccup estaba a punto de retirarse cuando un quejido lo paralizo, lentamente se dio vuelta en espera de que nada estuviera a sus espaldas.
-¿Quién eres?-pregunto mientras tragaba saliva-De preferencia no contestes si eres un objeto-
Nuevamente las quejas resonaron en el lugar, era el momento justo para que el castaño saliera corriendo. Maldijo a su bicho por la curiosidad que le provocaba, aterrado se dio vuelta para observar de que o quien se trataba. Lamentablemente la sorpresa que se llevó no era la que esperaba.
-¿Tú?-respondió la voz de una Merida con los ojos entrecerrados-Bien, bien que este aquí-de su lado derecho tomo una botella y se la dio-Ábrelo-
Las mejillas de la pelirroja se encontraban rojas al igual que dos grandes manzanas mientras que su cabellera estaba desordenada, el castaño solo parpadeo un par de veces.
-Señorita...-trago un poco de saliva al acercarse-¿Está usted ebria?-levanto una de sus cejas.
-¡Ábrelo ahora!-exigió la pelirroja perdiendo la paciencia.
Sin más que decir Hiccup accedió y destapo aquella botella, una copa se había extendido en espera de ser llenada. Con mucho cuidado Hiccup derramo aquel liquido rojo sin derramar una gota.
-No debería estar aquí señorita-respondió el castaño aun sujetando la botella-Será mejor que la lleve a su cuarto-
-Eso no te importa-remarco la pelirroja con sus mejillas rojas-Anda-un pequeño ademan dio a entender que lo quería a sentado a su lado-Te vas a hacer más viejo y feo de lo que estas si no te sientas rápido-
Hiccup solo ignoro el comentario y accedió a colocarse a su lado, nuevamente la pelirroja extendió su copa en espera de que la llenara. Fue ahí donde noto que tres botellas estaban perfectamente alineadas al costado de la chica, totalmente vacías.
-¿Y puedo saber que la tiene tan mal?-pregunto el castaño llenando nuevamente la copa.
-¿Tú no quieres?-Merida tomo una copa que estaba a lado de las botellas-Se habla mejor con un buen trago-
-No-negó con su cabeza Hiccup-Estoy bien así-
-Gallina-de un movimiento la pelirroja le quito la botella para llenar la otra copa y dársela-Más te vale que te la tomes-
Lo único que podía hacer Hiccup era suspirar y darle un pequeño sorbido a la bebida, aquel líquido quemaba su garganta pero le daba un gran sabor.
-¿Me contara entonces?-pregunto Hiccup sin dejar de ver la copa llena.
-Dinero-respondió la pelirroja-Todo es culpa del dinero-una gran sonrisa broto de los labios de la chica-Todos los que se preocupan por ello son unos idiotas, dime ¿Tú te preocupas por ello?-levanto su cara para ver a los ojos al castaño.
-Aunque no quisiera lo hago-Hiccup sabía perfectamente que no podía darse los lujos que muchos se daban-Tengo que trabajar duro si quiero sobrevivir-
-¡¿Por qué todo es puto dinero?!-con una gran ira la pelirroja arrojo la copa logrando que esta se estrellara en la pared-El maldito dinero siempre es el culpable de todo-
La actitud de la pelirroja había tomado por sorpresa al castaño, estaba asustado pero intrigado por su actitud.
-¿Le paso algo hoy?-los nervios de Hiccup estaban al mil por hacer aquella pregunta.
-Ese idiota-escupió con rencor la pelirroja-Es igual al otro estúpido-de un movimiento recargo su cabeza sobre el mueble de madera-¿Por qué tengo la culpa de haber nacido de esta forma? Yo no pedí nacer millonaria-
Varias lágrimas se derramaban en los ojos azules de la pelirroja, Hiccup no pudo sentirse mal al verla en ese estado. Era como ver a una pequeña niña llorando, sola y sin nadie a quien acudir.
Hiccup sabía perfectamente que algo en el interior de Merida estaba mal, era como si algo hubiera derrumbado a la imponente heredera del grupo DunBroch y la hubiera convertido en una niña asustada.
-Cuando era más joven...-interrumpió el silencio la pelirroja-Conocí a un chico...era sumamente encantador-una gran sonrisa broto de sus labios-Hacíamos todo juntos y siempre busca la forma de decirme que me amaba-su sonrisa se extendía aún más al perderse en sus recuerdos-Mi abuelo no aprobaba nuestra relación. A pesar de que habían pasado muchos años de la muerte de mis padres y hermanos, seguía herido por lo que solo me sobreprotegía-
El relato estaba dejando helado a Hiccup, de un sorbo tomo todo el líquido de su copa. Una vez que Merida vio su actitud sonrió y le dio otro trago, le pareció gracioso ver la cara del castaño al tomar el vino.
-Siempre me decía que solo quería los millones de mis cuentas, que nunca me amo-para Merida todo era irónico-Nunca le creí nada, el siempre trabajaba duro para demostrarle a mi abuelo que podía darme una vida sin preocupaciones, yo...-Merida se detuvo en ese momento-Yo estaba dispuesta a renunciar a todo ¿Sabes porque?-
El castaño negó mientras tomaba el trago que le daba la pelirroja,.
-El me pidió matrimonio-las lágrimas salían al igual que su sonrisa-Me pidió que nos fugáramos para iniciar una vida juntos-lamentablemente para el castaño su sonrisa desapareció-Un día antes de irnos juntos el.... Simplemente desapareció-
Hiccup no sabía que decir en aquel momento, pensó que unas palabras de aliento la ayudarían pero simplemente tenía la mente en blanco.
-Mi abuelo me dijo que solo le pidió dinero para dejarme-respondió Merida-Pero se muy bien que el lo amenazo para que se alejara de mi, cuando volví a buscarlo fue tarde-
-Realmente lo lamento-el brazo del castaño se colocó en su hombro para reconfortarla con un abrazo-No tenía ni idea-
Merida no dudo y se soltó en llanto, los recuerdos que le venían a su mente desde la pérdida de su familia hasta la de su primer amor le dolía demasiado. Hiccup simplemente se separó un poco para ver los ojos de la pelirroja, eran unos ojos un poco hinchados pero con un brillo igual a dos grandes joyas azules.
Sin más que decir Merida le contaba entre copa y copa que tomaba el castaño lo sucedido con Jack Frost, las mejillas de Hiccup se habían vuelto de la misma tonalidad que la de Merida mientras que su cabeza le daba vueltas.
-¡Es un hijo de la guayaba!-grito el castaño ebrio-¿Le devolvió la ropa?-
-Si-contesto Merida.
-El tipo sí que es un idiota-
-Lo se-le siguió Merida-¡Al fin alguien que habla mi idioma!-
-Definitivamente es oficial-con mucho esfuerzo trato de levantarse de su lugar pero solo logro caer en su trasero-No debe volver a ver a ese hombre-al girar observo como la pelirroja lo veía con sus dos ojos azules y grandes.
La mirada de ambos se perdía en el color del otro, por acción o impulso ambos se acercaban lentamente hasta sentir que sus respiraciones chocaban; los labios de ambos estaban a punto de rozarse.
-Te amo amor-la voz de una mujer los detuvo en ese momento-Siempre eres tan guapo-
-Yo te amo más mi linda reina de la nieves-aquella voz pertenecía a la de un hombre.
Tras haberse alejado un poco los dos se asomaron levemente por el mueble para ver de quien se trataba, no era nada más ni menos que Elsa Arendelle y Hans de las Islas del sur. Dos de los sirvientes a merced de Merida.
-Creo que mejor nos vamos por un poco de aire-susurro el castaño mientras volvía a esconderse-No quisiera estar en este lugar durante un largo rato-
-Vamos-susurro la pelirroja tomando la botella que habían abierto.
Con algo de sigilo ambos caminaban observando como la ropa de los dos volaba, se necesitaba de un gran esfuerzo para no reír. En especial por parte de Merida al ver que unas pantaletas azules caía en la cabeza del castaño.
Una vez fuera los dos chicos corrieron a las afueras de la mansión, Merida continuaba con su botella mientras que el castaño corría mientras reía. Aquella acción le pareció divertida por lo que al llegar a la fuente, se subió en ella para caminar sobre el borde. Hiccup por su parte caminaba a un lado de ella para evitar que ella cayera sobre el agua, de un pequeño salto la chica se lanzó sobre el castaño haciendo que ambos cayeran sobre el pasto.
-Tremenda cogida le deben estar dando-rió Merida al pensar en lo que estaban a punto de ver-Ahora entiendo porque en ciertos lugares a veces escuchaba sonidos raros-
Hiccup solo rio al imaginarse a la pelirroja dando media vuelta por aquellos sonidos sexuales, con mucho cuidado ambos se levantaron para irse a sentar en la pequeña banca cerca de la fuente.
-Al menos ya sabe a que hora puede tomar vino sin pasar por ello-respondió el castaño divertido.
-Y tú al menos ya no tienes esa cara de muerto-la mano de la pelirroja choco levemente en la mejilla del castaño-Hasta podría decir que te ves decente-
-Yo soy muy hermoso-quiso sonar insultado-En todo momento me veo bien-
Aquello hizo reír a la pelirroja ¨Hace tanto tiempo que no reía de la misma manera¨ pensó al ver al castaño.
-Que le den a ese Frost por fresco-reprocho la pelirroja-No lo volveré a ver-dicho eso soltó un gran bostezo.
-Esa me parece una excelente idea señorita-con ánimos se dirigió a ver a la pelirroja.
Fue una sorpresa ver como Merida se acomodaba en su hombro bostezando levemente al igual que un pequeño gato, algo en ese momento le dio ternura.
-¿Señorita?-más no hubo respuesta por parte de la pelirroja.
Con mucho cuidado Hiccup tomo a la chica entre sus brazos y entro con mucho sigilo y cuidado a la mansión, con algo de trabajo abrió la habitación de la pelirroja para recostarla en su cama. Al observarla un poco más de cerca podría jurar que veía dormir a una pequeña niña, una niña a la cual la vida le había quitado cosas desde muy pequeña. Las punzadas en su corazón se hicieron presentes, en parte ahora entendía porque la mayor parte del tiempo se comportaba como una niña malcriada e incluso infantil.
¨Hay cosas que el dinero no puede comprar¨ pensó el castaño.
Noto que en el mueble cerca de su cama se encontraba una pequeña caja, la curiosidad lo invitaba a investigar que era. Merida solo murmuraba cosas dormida, por lo que aparto la vista del objeto para concentrarse en la chica.
Con mucho tacto el castaño cubrió a la pelirroja con las sabanas para después darle un casto beso en la frente.
-Dulces sueños My lady-susurro antes de dejar la habitación.
I*m Back!!
Lo se me ausente mucho tiempo pero aqui les traigo capitulo, y lo mejor momento Mericcup 7u7 solo para su vista y deleite XD ¿Qué les parecio la historia de Merida? ¿Les gusto la convivencia que tuvieron algo ebrios estos dos? XD a mi en lo persona me dio risa XD ¿Que opinan que pase? Como siempre dejenme sus comentarios y teorías al respecto.
¡Nos leemos luego!
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