43. Preferencias y permisos.
(CAPÍTULO 43:
Preferencias y permisos.)
LAS BATALLAS ERA ALGO QUE JASPER HABÍA EVITADO HACE MUCHO, pero el pensar que Leire podría encontrarse en peligro, le hacía tener que pensar en lo que él quería y lo que debía hacer, amaba a Leire sin dudarlo y pondría su bienestar sobre todo.
—¿Así que hubo un entrenamiento?—La ojiazul le habló, murmurando con la esquina de labio manchado de jarabe de chocolate.
Jasper llevo uno de sus pulgares a sus labios y retiro el chocolate, sintiendo el calor del rostro de la mortal, quien rápidamente se sonrojo ocasionando una risa nasal del texano.
—Sí, anoche salimos después de la fiesta—Leire le miró sorprendida—. Salí de la habitación cuando quedaste dormida, no quería molestarte.
—Pero...
—Te veías muy cansada, además de que en unos días volveremos a hacerlo—murmuró observando cómo la castaña comía los panques que muy difícilmente había hecho—. Sam informó que ellos estaban dispuestos a hacerlo por el bienestar de los humanos del pueblo.
Explicó, recordando la conversación que había tenido con el alfa de los lobos; el hombre incluso habia sido educado al hacerle saber que podría Leire ir cuando quisiera y Emily siempre estaría allí para ella, siendo eso último las propias palabras de su prometida.
—Entonces ¿Podre ir con ustedes?
La mortal le miró dulcemente, haciendo que el chico inevitablemente suspirara y asintiera.
—Si—Aceptó—, pero no te dejare acercarte más de lo debido.
—Me agrada eso—Leire le sonrío y paso una de sus manos por la mesa uniendo así sus manos—, por cierto, gracias por el desayuno
El rubio asintió sabiendo que ella apreciaba esas pequeñas cosas.
Sin evitarlo, ambos miraron a una joven pareja salir de la habitación de una cobriza, Caden le sonreía a Solar con tanta facilidad que Leire sonrió, ambos habían encontrado algo en una familia que era diferente...
La joven pareja se había despedido de los demás, yendo finalmente al hogar del mortal. Con aquella peculiar forma de andar ambos, llegaron rápidamente a la pequeña cabaña.
—¿Sabes? Te amo, Sol—Un castaño murmuró, observando a su pareja y caminando de la mano a su casa. La cobriza le miró y se detuvo, haciendo que así el menor se detuviera a su lado.
El de ojos verdes le miró buscando alguna respuesta, adquiriendo un color rosado en las mejillas al recordar sus palabras de hace unos minutos.
—Lo siento... yo...—Un dedo en sus labios ocasionó que se callara.
La vampiresa le miró, con el rostro serio antes de formar una gran sonrisa en sus labios.
—Esperaba que lo dijeras. No quería ser la primera en decirlo por que pensaba que te obligaría a decírmelo—Sus manos pronto se encontraron en la nuca del castaño quien suspiró aliviado y la rodeó por la cintura—. También te amo, te amo demasiado Caden Méndez—murmuró con una voz suave— te amo como no he amado a nadie en el mundo y no dejaré de hacerlo, no lo haré incluso cuando el mundo deje de existir.
El joven con el corazón desbocado, le sonrió y pasó una de sus pulgares acariciando con suavidad la mejilla de la chica, donde aquella peculiar cicatriz se encontraba.
—Eres lo mejor que me ha pasado.
Con aquello dicho, sabiendo que no necesitaba decir nada más, se inclinó uniendo sus labios en un beso ligero.
Uniendo sus frentes y sintiendo pequeñas hojas caer a su alrededor, se quedaron ahí.
—Solar.
Un pequeño sonido de la mayor fue la contestación suficiente para que siguiera hablando.
—Quiero que me conviertas—Aquellas palabras ocasionaron que la cobriza abriera los ojos, mirándole seria—. Ambos sabemos que mi apariencia es mayor que la tuya, en un par de años más nos veremos completamente diferentes para poder seguir juntos sin que digan que soy tu padre—Sin evitarlo la inmortal soltó una risa nasal—. Quiero transformarme ahora, no quiero que tengas que sufrir lo que Leire y Jasper pasan, no quiero que sufras dolor o miedo a perderme.
—Yo...—Esta vez fue el turno del joven poner un dedo en los labios de su compañera.
—Solo debes pensarlo, yo sé que quiero que seas parte de mi vida...
La de ojos cobre le miró embalsada y asintió, observando la determinación en los ojos del joven se acercó a su pecho, colocando su oído en el corazón de él, escuchando sus latidos.
Lo extrañaría, pero serían felices.
LOS DÍAS PARA LA BATALLA COMENZABAN A SER ALGO QUE SE VEÍA VENIR PRONTO, con los últimos arreglos y pronto tendrían que verse cara a cara con los neófitos, siendo un problema enorme para Jasper, quien pensaba mucho en cómo podría hacer que su compañera se mantuviera a salvo aquel día.
—Puede quedarse en La Push.
Las palabras de Jacob hicieron que Aarón le mirara completamente serio.
—Si eso hace que este cerca de ti, definitivamente no—El castaño murmuró—. Leire estará a salvo en otro lugar.
Seth que en ese momento les miraba angustiado pregunto sobre de lo que hablaban, preocupado por su recién amiga.
Jasper habló, observando a la castaña a su lado.
—El aroma de Leire es demasiado fuerte y el de nosotros dos juntos deja una pista inconfundible, y sería así incluso aunque yo la llevara en volandas. Nuestro rastro ya destaca entre los demás efluvios, y en conjunción con el de ella, siempre llamaría la atención de los neófitos. No estamos seguros del camino exacto que van a seguir, y a que ni ellos mismos lo saben aún. Si hallan su olor antes de que nos encontremos con ellos...
Aarón apretó la mandíbula, sabiendo que todo eso le causaba una jaqueca a Alice, además de ver preocupada todo el tiempo a su hermana aunque sabían que Caden saldría de viaje unos días antes.
—Ya ves las dificultades.
Seth asintió al igual que Leire, quien se encontraba pensando en muchas cosas, dirigiendo su mirada al pequeño lobo sonrió.
—Tiene que haber una forma eficaz.
El rubio completamente rendido rodeó sutilmente la cintura de la ojiazul, antes de que ella le detuviera tomándole de la chaqueta.
—Espera un momento—La castaña se giro y observó a ambos lobos—. Su aroma te disgusta incluso de muchos años de saber que existen y olerlos recientemente... entonces a ellos también les disgustara.
Con un entusiasmo de recordar aquello y ver la aceptación en los ojos de Seth y Aarón, giró observando a su compañero.
—No es mala idea. ¿Qué dices Aarón?—Sabiendo que el joven había vivido pequeños momentos como ese le pidió su opinión.
—Es una buena idea. La usaremos, Leire.
La felicito haciendo que la castaña sonriera suavemente, viendo que los chicos comenzaban a pensar una forma de hacer que eso funcionara, espero.
Jacob rápidamente se adelantó unos pasos, observando a la mortal.
—Vamos a ver si mi efluvio basta para ocultar tu aroma.
Leire retrocedió un paso, con la mirada seria negó y señaló a Seth, el cual le miró sorprendido sabiendo lo que se venía.
—Prefiero a Seth.
Aarón queriendo reír de la cara de Jacob finalmente sonrió y asintió.
—La llevarás con mucho cuidado, Seth—Jasper murmuró—. Te estoy entregando lo más preciado que tengo...
Con aquello, susurro sutilmente haciendo que solo ambos pudieran escucharlo.
—Lo haré.
Seth se acercó con el rostro en una expresión tímida, pidiendo permiso a la mortal quién le asintió, con timidez la tomó de las piernas cargandola, antes de girarse e huir hacia el bosque, cuidando con suavidad a Leire entre sus brazos, aunque antes de que pudiera seguir, la castaña lo detuvo y cambiaron se posición haciendo que pudiera disfrutar el viaje.
Dentro del denso bosque, a la ojiazul después de un momento se le oscureció la vista, aunque los sonidos de su alrededor le hacían saber que seguían alejándose.
Reconoció los aromas del bosque húmedo, además de escuchar los pasos rápidos de Seth quien se mantenía enfocado.
Finalmente se detuvieron, siendo Leire la que se sentara unos minutos por lo mareada que había quedado.
—¿Estas bien?
El moreno susurró temeroso, creyendo que que había hecho algún daño.
—Todo bien, solo algo de... mareo.
El de ojos marrones asintió y se sentó a su lado, escuchando pronto los pasos rápidos de los vampiros y Jacob.
—¿Y bien?—Jasper surgió de entre los árboles, situándose a lado de su compañera quien se levantó y unió sus manos.
Aarón asintió y se giró a Jasper, susurrando algo rápidamente para que solo pudieran escuchar ambos.
—Si no tocas nada en todo momento, imagino que no habrá problema con tu aroma. Nadie podrá distinguirlo siquiera—respondió Jasper besando la cien de su pareja, quien le rodeó la cintura con un brazo y se dejó hacer—, tu aroma se oculta muy bien.
—Un éxito concluyente.
Sonrió Leire, agradeciendo a Seth y a Aarón al recuperar la vista y ver donde se encontraba antes de mirar al rubio que comenzó a hablar.
—Tendrás que dejar una pista falsa hacia el claro, los neófitos estarán entusiasmados si detectan tu esencia y buscarán directamente a la caza; dirigiéndose a donde nos interesa a nosotros. De ese modo, no tendremos que preocuparnos del tema—Explicó, manteniendo la seriedad en su mirada—. Alice ya ha visto que el truco funciona. Se dividirán en dos grupos en cuanto descubran nuestro aroma en un intento de atraparnos entre dos fuegos. La mitad cruzará el bosque, allí es donde la visión cesa de pronto...
Eso hizo que Aarón sonriera sabiendo que el plan era un éxito.
Leire sonrió hacia Seth quien mantenía una linda sonrisa, mostrando un par de hoyuelos.
—Bueno, al menos vas a luchar contra algunos vampiros—murmuró Edward, llegando al lugar y leyendo la mente del licántropo mayor.
Aquello hizo que la ojiazul le mirara seria y bufara, girando a su compañero y comenzando a hablar con él en voz baja.
—¿Por qué te crees que estamos aquí?
Nuevamente bufo Leire haciendo reír a Jasper quien le besó la mejilla juguetonamente.
LEANDRO SE HABÍA ACOSTUMBRADO MUY BIEN a dejar que Leire saliera todo el tiempo, incluso dejar que durmiera en el hogar de los Cullen donde la mayoría de tiempo estaba con Solar y Rosalie, siendo la última un completo misterio para el hombre.
Conociendo desde hace varios meses a la primera al saber la relación que ella tenía con el hermano de su pareja.
En cambio Rosalie, quien siempre había sido algo diferente a su hermana Alice, con quien varias veces había hablado a comparación de la despampanante rubia, así que verla en su puerta una mañana con el cabello sujeto en una coleta despeinada era algo diferente.
Incluso parecía que había dejado la cara de haber lamido un limón agrio desde que había convivido con Leire; la expresión en su rostro había cambiado hace mucho.
Leandro se había quedado pasmado al ver aquella escena, por lo que Katya había sido su salvación al aparecer detrás de él y observar a una de las Cullen en el umbral.
—Buenos días... ¿Rosalie?
La mortal con una sonrisa suave le tendió una mano, siendo correspondida por la de ojos oscuros; quien le sonrió sutilmente al saber el parentesco que ella tenía con Caden.
—Mucho gusto, Rosalie Hale.
Leandro presentándose igual, le permitió pasar a su hogar, en donde la enfermera le ofreció algo de beber al sentir el frío que la joven emanaba.
Parecía que todos en esa familia eran de sangre fría.
—¿Se encuentra bien Leire?—El hombre murmuró sentándose frente a ella, mirando como la joven observaba los cuadros que se encontraban en la pequeña mesa de centro.
Pronto la azabache se encontró a su lado igual, viendo a la rubia.
—Sí.
Tomó con cuidado uno de los portarretratos murmurando eso; observó una versión menor de la ojiazul, con una gran sonrisa y unos ojos intensos del color del mar.
Leandro sin evitarlo comenzó a contarle de aquel día, hablando y hablando sin cesar y aligerando el ambiente entre todos, incluso Rosalie comenzó a reír pronto y se relajó, pudiendo disfrutar de aquel favor que se encontraba haciéndole a Jasper.
Katya de vez en cuando reía y golpeaba sutilmente el pecho de su pareja al escuchar algo que posiblemente la ojiazul no le gustaría que dijeran.
—Ella era muy dulce, siempre llevaba un caramelo en el bolsillo, diciendo que en cualquier momento encontraría a alguien que tuviera hambre y ella pudiera brindarle ayuda—El azabache suspiro recordando aquel día.
Leandro sonrió, tomando la mano de Katya quien se inclinó hacia la inmortal con curiosidad al verle sonreír.
—¿Has pensado en tener hijos?
—Desde siempre—No dudo en decir la de ojos ónix, con una melancolía en la voz.
—Es una de las mejores cosas que pudieras hacer. Los verás crecer y los amarás de tal forma que no querrás que nadie les haga daño—El hombre hablo, observando entre sus manos una foto recién de su hija.
Con el nudo en la garganta la rubia cambio de tema, siendo invitada a desayunar y disfrutando de la comida que el mujer le habla ofrecido al ser lo único que había.
—¿Y ahora sí nos dirás a que veniste?
Katya le miró curiosa escuchando como su pareja murmuraba aquello.
Ambos observaron como la rubia suspiraba antes de hablar.
—Hace días he querido darle un regalo a Leire por lo buena que ha sido conmigo y mi familia, así que decidí que podía llevarla de compras o acompañarla a algún lugar que sea agradable para ella.
Leandro escuchando aquello sonrió y se encogió de hombros, al igual que Katya quien cubrió su sonrisa tomando de su café.
—¿Has venido a pedir permiso?—Asintió con suavidad la rubia—. No te veo como ese tipo de chica—admitió con vergüenza y se levantó de su asiento tomando el cuenco vacío frente a la inmortal—. Creo que estaría bien que Leire salga con sus amigas, así que el permiso es concedido, solamente que no vayan a Seattle.
Katya sonrió y sabiendo que había acabado la incomodidad, finalmente pregunto intrigada por el cabello rubio de la joven, intrigada por aquella melena perfecta.
Pronto ambas hablaron de productos para el cabello que podrían servirle a la otra.
Rosalie finalmente se despidió de ambos y se dirigió a su hogar conociendo la sorpresa que le tenían a la ojiazul.
➥Nota de la autora📦📝
O1. Ya hacía falta un momento de Solar y Caden ❤️🥰
O2. Espero amen tanto como yo a Jaire 💙 tienen una relación completamente bonita 🥺💗
O3. La escena de Leandro conociendo a Rosalie al principio era solo él y finalmente agregué a Katya, amando el momento 🧡😉
O4. ¿Saben? Estamos apunto de ver la propuesta de matrimonio de Jaire 😩🩷 Y digo apunto, por que es más pronto de lo que creen 😉 así que no dejen de leer MELAY por que pronto se pone más potente 💗
JASPERHALE, 2024
© my eyes look at you fanfic
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