25. Presencias misteriosas y... esperadas
(CAPÍTULO 25:
Presencias misteriosas y... esperadas.)
Los rayos de sol se filtraron por las cortinas a lo que Leire gruño ligeramente, sabía que Jasper se había ido y decidió permanecer un poco más en cama. Acarició a su mascota al tenerla cerca, extendiendo una de sus manos busco su teléfono, pero sintió un papel a lo que se sentó en su cama y la tomó rápidamente.
"Leire...
Hace tiempo Solar me dijo que ella aprendía escribir en braille para poder darte mensajes para que tu solamente leyeras... bueno, esta nota es escrita por que decidí que si tú estás conociendo un poco más de mi vida, yo puedo conocer un poco más de la tuya.
Te amo Leire... esta mañana me tuve que ir... pero sabes que volveré, conserva el anillo que te di como una muestra de promesa.
Pronto estaré a tu lado
Tuyo, Hale."
Con un suspiró apretó la nota entre sus dedos y sonrió, sonrió sintiendo el cariño a través de la carta. Amaba a Jasper y si él había tenido que irse un tiempo, ese tiempo lo usaría para poder estar con sus amigos.
Tenía decidido desde hace tiempo, ser un poco egoísta y poder pasar el resto de su vida con aquel empático. Habían hablado de ello y sabía que Jasper la querría a su lado, por lo que ella también lo quería.
—¡Leire! Ha desayunar—Los toques en su puerta hicieron que sonriera y se levantara, entró al baño para ducharse y finalmente ponerse aquel conjunto de ropa que el sureño había dejado.
Leandro preparó el desayuno aquella mañana al saber que uno de los amigos de Leire la había invitado a salir. Tyler había llamado aquella mañana para poder invitar a la ojiazul a caminar por la playa o a ir por un helado con Ángela, Jessica, Eric y Mike.
La ojiazul después de un rato bajo y Leandro sonrió viéndola, sabía que había alguien ayudándole en los conjuntos que tenía.
Desayunando juntos y platicando acerca del día de ambos y que harían, Leandro que informó que Tyler había llamado para salir esa tarde a lo que Leire sonrió y pidió permiso.
La tarde rápidamente llegó, a lo que el moreno se encontraba aparcando en el hogar de la castaña, los demás chicos se encontraban emocionados por el día y cuando vieron a la ojiazul acercarse a ellos, comenzaron a charlar.
Habían decidido comprar helados y estar un tiempo entre el bosque y así lo hicieron, entre varias risas de parte de todos llegaron a un supermercado.
—¿Qué gustas pedir, Leire?—Ángela habló a la ojiazul mirándola sonriente, la pelinegra había hablado muchas veces con la ojiazul y gracias a ella se acercó un poco más a Eric.
—No lo sé... ¿Me recomiendas alguno?—Con la elección de parte de Ángela, caminaron animadamente a pedir aquellos, siendo Mike el que mirará confundido a una mujer parada en aquel lugar.
Su apariencia física le recordaba a los Cullen, lo cual era raro teniendo en cuenta que ellos se habían marchado y que aquella mujer se veía con un porte más atrevido. El cabellos rojizo era algo que atraía la atención así que se le quedó mirando, sus ojos de la mujer eran cubiertos por unos lentes lo suficiente oscuros.
—¿Mike?—la voz de Eric hizo que el rubio le mirará—, ¿Tú? ¿Qué decides?
—Da igual, elije tú por mi—El rubio separó la mirada del moreno y buscó con la mirada aquella mujer, aunque al buscarla no se encontraba y suspiró.
La mirada de Mike rápidamente buscó a Leire viéndola sonreír, tal vez si ella hubiera visto a esa extraña mujer, recordaría a los Cullen y exhalo con fuerza, se acercó sonriendo a la castaña y la abrazo animándola un poco, haciendo reír a la chica.
—¡Hoy será un buen día!
Las risas de todos hicieron que Mike sonriera, Ángela rápidamente apareció con el helado de la ojiazul y sonrió al ver como Leire disfrutaba del sabor, algodón de azúcar.
Durante toda esa tarde Leire acompañada de todos, pudo disfrutar de lo que había perdido en su antigua vida. Donde perdió los amigos que en algún momento tuvo, pero aunque se encontraba sola, jamás le faltó el cariño de nadie; tenía el de su padre y su madre, ahora también tenía el de Katya, Caden, los Cullen y Jasper... y ella también quería a todos.
Sobre todo a Jasper, siendo el que trajera a maravillosas personas a su vida. Su sonrisa estuvo todo el tiempo y con Tyler a su lado se sintió lo suficiente completa; el moreno era el hermano que jamás tuvo.
La noche cayó y con ello un nuevo día, siendo Solar la que caminara por su hogar, mirando las ventanas y como cada espacio de aquella gran casa guardaba vivencias de todos ellos. Sonrió recordando que Jasper y Alice les habían tomado de sorpresa y aunque estuvo a punto de atacar a la pixie, al ver un futuro cercano de ellas conociéndose lo ignoró y dejó que se presentarán.
Sin evitarlo su mente viajó a muchos años atrás; Aarón había sido uno de sus amigos que le amaba con todo su corazón, aunque ambos sabían y conocían de los sentimientos del otro, jamás dieron el paso por temor a arruinar todo lo que tenían, por lo que siempre habían sido simples amigos y hoy la violinista se sentía agradecida de haber conocido a aquel chico, se sentía un poco mal por lo que sucedió y la marca en su rostro evidenciaba aquello.
Aarón había intentado ayudarle, pero su poder comenzó a ser más poderoso de lo que era antes y el haber tocado su rostro con ilusiones, ocasionó que una ilusión se quedará por siempre en su mejilla.
—Aún así eres hermosa...
Suspiró sonriéndose a sí misma al verse en un espejo, la grietas podían cambiar de lugar dependiendo el día y su estado de ánimo extrañamente. Aunque siempre habían iniciado de la raíz de sus cabellos hacia afuera provocando zarcillos de líneas oscuras que contrastaban con lo blanco de su piel.
Se alejó del espejo, se había duchado durante la madrugada por lo que las prendas oscuras hacían que su cabello resaltase de una forma preciosa, sus ojos ocre sin dudarlo era algo que llamaba la atención por lo que tomó su cabello en una coleta. La chaqueta de cuero, los pantalones negros y unas botas fueron ideales para que pudiera hacer guardia por unas horas en el hogar de la ojiazul.
Entre sus manos se llevó un libro que había encontrado en el despacho de Carlisle, sabiendo que el hombre dejó los que no tuvieran nada que ver con los vampiros suspiró. Caminó por el bosque angosto y sus pasos eran sutiles para no llamar la atención de ningún ser que pudiera estar cerca.
Su decisión había sido mantenerse en la rama de un árbol unos metros lejos al hogar de Leire y así lo hizo, los pocos rayos de sol de aquel día eran exquisitos para Solar. Rápidamente estando en la rama, se sentó comenzando a mirar aquel hogar.
Sabía que su hermano Jasper se había ido con Aarón para ayudarle, eso había sido apenas ayer así que se sentía tranquila al saber que la castaña no tendría de su parte, ninguna amenaza que pudiera dañarle.
—¿Solar?—Al escuchar aquello se tensó, observó hacia la ventana de la cocina donde se podía mirar directamente al árbol donde se encontraba.
Miró como el castaño de ojos verdes le miraba por la ventana completamente sorprendido, rápidamente bajó del árbol dejando caer el libro de sus piernas, antes de poder correr el castaño había salido del hogar y al ver a la violinista gritó.
—¡No te vayas!
La de ojos dorados se giró lentamente y observó como Caden tenía entre sus manos el libro.
—Estas aquí...
La voz suave del chico hizo que se tensara un poco, Caden tenía la mirada puesta en ella y de cierta forma se sentía tranquilo al conectar su mirada con la de ella. Solar camino un poco lentamente hasta estar lo suficiente cerca de él.
—Caminaste... muy rápido—la voz del chico era tranquilizante y un poco curioso a lo que Solar suspiró y se acercó más al chico.
Caden al detectar aquello quiso caminar hacia atrás, pero el agarre en una de sus muñecas le hizo detenerse.
Solar titubeó, pero susurró.
—No te alejes...
El castaño al escuchar aquello soltó el libro y teniendo un sentimiento de libertad, se acercó un poco más a la violinista, Solar levantó la mirada al ser un poco más baja que el ojiverde y casi ronroneo al sentir la mano del chico en su mejilla.
—¿Qué te... sucedió?—susurró al ver la herida de la cobriza, la de ojos cobre estuvo a punto de alejarse, pero el castaño murmuró—, sigues igual de hermosa que la primera vez... menos por la camiseta, esa era de otro color.
La chica sin evitarlo soltó un risita suave y se permitió disfrutar de la caricia del chico, Caden al escuchar aquello soltó una carcajada y se dio cuenta que el libro había caído, pero decidió que el libro podía ser ignorado por la persona frente a él.
—¿Quién eres, Solar?—la pregunta salió sin querer, tenía curiosidad de ella, había pensado por días acerca de aquella chica de cabellos cobre y ojos dorados.
Le miro fijamente y fue como si mirará la mejor escultura que alguien podría haber hecho, una hecha con las mejores facciones de una persona y se sentía grato de poder contemplarla, suspiró embobado; pasó su pulgar por la mejilla de ella sorprendiéndose por las grietas que en su rostro portaba.
Era como un ángel y sabía que si en ese momento moría, lo haría con gusto al poder contemplar alguien como la violinista.
"Besaría cada una de tus grietas si así puedo conocerte mejor..."
Pensó y sonrió suavemente, su sonrisa fue algo que a Solar le hizo sentir un vacío en el estómago. Aquella sonrisa tan perfecta venía con aquellos ojos tan verdes como las esmeraldas que alguna vez vio en un aparador de Italia, en un costoso y bonito collar que sin dudar, estaría envidiando no tener el mismo color que trasmitía vida de los ojos de Caden.
Sus ojos recorrieron el rostro del mortal, mirando un poco de oscuridad bajo sus ojos delatando las noche en vela del joven, deseo ser la causa de ello y su corazón pareció cobrar vida nuevamente, pero se apagó como lo hizo. Un vacío.
No quería que todo fuera como con los que había conocido... Aarón y Edward habían sido las únicas personas para conocerla lo suficiente y aún con eso, al final no podían quedarse con ella o no debían.
—¡Caden!—la voz de Leandro retumbando en el lugar hizo que el mortal se tensara y Sol mirará por su hombro.
La de ojos ocre miró al ojiverde y suspiró con fuerza, se deshizo del agarre de ambos y teniendo el atrevimiento de acercarse aún más, tomó la barbilla del chico y plantó un beso, un beso que pareció un aleteo de mariposa en su barbilla.
Un pequeño beso que hizo que todo al rededor de ambos se detuviera, fue un segundo, pero fue el mejor segundo del mortal.
Caden sintió su corazón latiendo aceleradamente, podía asegurar que Solar escuchaba sus latidos.
La vampira se separó rápidamente y botando la conmoción del humano sonrió, dejando a la vista una hermosa sonrisa.
—Volveré esta noche... te explicaré quién soy...
Con aquello miro al padre de la ojiazul saliendo del hogar para hablarle a un conmocionado Caden.
Le gustaba sin dudarlo.
➥Nota de la autora📦📝
O1. Amo tanto Cadlar 🥰 es mi ship creado original preferido❤️
O2. Voten, voten, voten! 🩷
JASPERHALE, 2024
© my eyes look at you fanfic
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