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Machine Gun Kelly es mi sugar daddy :)

      I swear to God i'll never fall in love
               Then you showed up
                  And i can't get enough from it

Miré las cajas amontonadas de cualquier manera esperando que alguien las llevara al interior de nuestro nuevo apartamento y deseé ser la protagonista de una cursi serie juvenil para que un chico aleatorio atravesara el pasillo de casualidad y las cargara por mí. No me malentiendan, pienso que las mujeres no necesitamos a un hombre para que resuelva nuestros problemas y estoy totalmente en contra de todos esos libros que nos pintan como seres indefensos que necesitan ser salvados pero hoy...

Digamos que si apareciera Superman con todo y mallas, pues no me quejaría.

Justo cuando me había resignado a cargar las cajas y me agaché a por la primera, sentí unos pasos subiendo las escaleras haciendo que me quedara mirando hacia allá esperando a que esa persona apareciera.

La caja que no había levantado ni cuatro cm del suelo cayó con un ruido sordo cuando mis ojos se enfocaron en el chico con sudadera y jeans negros. No porque tuviera algo fuera de lo normal.

De hecho, todo en él era bastante común desde sus ojos castaños hasta sus Converse negras. Sin embargo, había algo en él que evitaba que lo pasaras por alto. Algo que te atraía como el imán a los metales y la luz a las polillas. Llevaba lo que parecían bolsas de comida china en  las manos.

Me miró mientras caminaba hacia mí. Quizás las series juveniles no fueran tan poco realistas después de todo, quizás esas situaciones sí pasaran en la vida real. Quizás...

Le pasó por encima a una caja que ocupaba el medio del pasillo y siguió de largo. Vale, las series juveniles siguen apestando.

Pasaron unos minutos más antes de que me atreví a levantar la caja de nuevo cerrando los ojos por el esfuerzo. La levanté con agilidad. Vaya, igual y estaba exagerando porque eso no pesaba nada. Abrí los ojos pensando que mis tres push ups semanales servían de algo y di un salto hacia atrás cuando me encontré al mismo chico de antes con mi caja en las manos.

—Ehh.. esto pesa, ¿sabes? —dijo en un tono que me hizo pensar que aunque pesara el doble, él podría cargarla sin esfuerzo.

Me apresuré a abrirle la puerta y indicarle un espacio vacío en medio de la sala para que la dejara. Así fue trayendo el resto.

El sonido de la puerta de mi habitación abriéndose con brusquedad me despertó.

—¿Por qué no te has vestido aún? —demandó saber Jess con un vestido negro con brillantes, bueno, un pedazo de tela con brillantes y unos tacones de infarto.

Miré su rostro perfectamente maquillado. Oh no. 

—¿Vestida para qué? —indagué sin querer escuchar la respuesta realmente.

—Para nuestra fiesta de bienvenida —me cubrí con la sábana hasta el rostro— No seas aburrida Dani. No puedes pasar tu primera noche en New York acostada en tu cama... —Hizo una pausa en la que pareció pensativa y añadió—: sola. Además Mumu va estar ahí. Quiero que lo conozcas.

Traté de bloquear su voz con una almohada. No funcionó.

—Está bien —sentí como la cama se hundía con su peso al sentarse— Si me acompañas a esta fiesta  limpiaré el apartamento por un mes.

Bajé el edredón para que sólo se vieran mis ojos entrecerrados con desconfianza.

—Por faaaaaavor —suplicó.

—Bien —acepté.

Intenté calmarme mirando a mi alrededor. Estaba en una fiesta por el amor de Dios, sí, la del idiota de mi ex pero una fiesta al fin y al cabo. Tenía que meterle energía positiva. Tenía que...

¿A quién quiero engañar? Ni The Chainsmokers harían de esta fiesta algo mínimamente disfrutable.

El aire frío que me acarició el rostro al salir al balcón logró calmar mi mal humor. Exhalé con fuerza.

—¿Demasiado ruido?

Me volteé a la figura sentada en el extremo opuesto del balcón, al que las cortinas le bloqueaban la luz proveniente de adentro sumergiéndolo en las sombras.

—El chico de las cajas —afirmé una vez que se acercó lo suficiente como para que pudiera verlo.

—Para ti Sam —respondió esbozando una media sonrisa.

—¿Qué haces aquí?

—Yo pregunté primero.

Desvíe la mirada al frente antes de responder.

—Sí, algo así. Las fiestas no son lo mío.

—Salud por eso —dijo sirviéndome un vaso con vodka. Pero yo tomé la botella  y bebí directo.

—Salud —concordé después de tomar un trago largo.

Sam levantó las cejas tipo: Uff...mejor ni pregunto.

Chico listo.

Seguimos hablando, de todo y de nada. Compartiendo chicles de menta, miradas sugerentes y risas íntimas. Sin darnos cuenta, nos habíamos ido acercando y ahora estábamos tan cerca que si tenía paciencia podía contar las pecas que le surcaban la nariz.

Se volteó y nuestros alientos se mezclaron.

—Dani, creo que...—sus ojos bajaron a mis labios y se quedaron ahí. Carraspeó— deberíamos irnos.

—¿Tan pronto? —susurré.

—Ya son las 2:00 am.

—Sí, probablemente debería irme ya —dije a modo de despedida y me encaminé hacia a la salida.

Me tomó la mano antes de que pudiera llegar a la puerta.

Llegamos al club mucho antes de lo que  que hubiera querido. No me sentía cómoda en los lugares muy concurridos, me abrumaban. Pero Jess era mi mejor amiga, una que había estado quejándose por meses de que nunca tenía el tiempo para conocer a su nuevo novio.

Jess conocía al security, como siempre, así que no tuvimos que hacer la larga fila para ingresar y entramos directamente entre miradas de admiración y protestas.

Una vez dentro seguí a Jess a través de la pista, por las escaleras que llevaban a la zona VIP. Y vaya si encontré a una persona muy importante...

Now we're in the back seat on the black car going home...

La tensión se podía palpar en todo el viaje en auto. No era una sensación, era un ente que se intaló entre nosotros. Uno que  no nos dejaba estar alejados pero tampoco acercarnos.

Tal vez fue el alcohol en mi sistema o que en dos horas sentía que me conocías mucho más que la gente con la que convivía a  diario. Algo me hizo decir:

—¿Está bien si subo contigo?

Me besaste. Y había tanto en ese beso, fueron tan intensas las sensaciones que despertó en mi interior que no me importó repetirlo. Una y otra vez. Todo el tiempo que estuvimos en la ciudad. Había jurado que no volvería a enamorarme pero apareciste tú y parecía que nunca tenía suficiente de ti.

Act like you don't see me. Won't play pretend.

—Dani, te presento a Mumu —Apoyó su mejilla en la de él que no hacía más que mirarme fijamente. Jess río como una niña pequeña a la que hacen cosquillas— Quiero decir a Samuel.

Sam..Samuel abrió la boca para decir algo, a la vez que trataba de quitarse suavemente a Jess de encima.

Your eyes already told me what you never said.

—Daniela, un placer.


























































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