Ruben camina apurado, a su lado va Miguel, tratando de seguir su paso.
-¿Por qué vinimos?-El mas alto susurra, mirando con una mueca a los chicos riendo.
-Es lunes, todos los lunes venimos al parque.
-Pero están ell...
-Te dije que no dejaras que te afecten.-La voz de Miguel le suena más como un reclamo que consejo y ruben se encoge de hombros suspirando, se sientan en el suelo y apenas sus traseros hacen contacto con la hierva una voz capta la atención de ambos.
-¡RUBIUS!-Una peliroja se acerca sentándose con ellos, y Miguel considera si seria demasiado inapropiado vomitar frente a ellos, ese apodo era demasiado estúpido.

Miguel se pregunto porque no se le ocurrió llamarle así primero.
-J-ennifer, hola.-Ruben tartamudea un poco, esta sorprendido de que aquella chica le hablara.

Nunca habían hablado excepto esa vez en que ella le pidió una respuesta en pleno examen de ciencias.

Patética.
-¿Como estas? Se que no hablamos casi, pero es que te vi solo aquí y...-Tantas palabras saliendo de su chillona voz lo atosigan y la corta con tres simples palabras.
-No estoy solo.-La pelirroja lo mira sin entender.-El es Miguel.-Señala a su pelinegro amigo y este murmura un "hola" bajito, jennifer se queda en silencio unos minutos hasta que levanta la mano con toda seguridad y sonríe.
-Gusto en conocerte, Miguel.
-Eh, jennifer, Miguel esta aquí.-Toma su muñeca y corre su aun palma extendida mas hacia la derecha. La pelirroja ríe tontamente, como si fuera la cosa mas graciosa del mundo.
-Lo siento ¿y como estas Miguel?
La rubia pregunta y ruben choca su palma contra su frentr , con exasperación.

Corre la cara de la chica un poco más hacia la derecha, indicándole que anterior mente la hablaba a la nada.

Esto tardaría un rato.

...

-¡No me importa una puta mierda si el quiere verme!-Ruben grita, Miguel se mantiene a su lado en silencio, su madre esta en la puerta mirándolo atenta, preparada para el ataque de pánico que podría venir.
-Escuchame rub, te prometo que él...-Ruben gruñe, sus ojos llenos de lágrimas, da un golpe seco a la pared, logrando que esta se astillara, su mamá da un paso atrás, y el señor que estaba atrás da uno adelante.
-Ruben.

El mencionado para de golpear cosas, sus ojos se empañan de lágrimas.
-Papá.

Pronuncia el nombre con asco, su padre lo mira con los brazos cruzados.
-Creía que estabas demasiado ocupado con tu otra familia para acordarte de nosotros.-Escupe sin temor.
-Escuchame, ruben.
-No, llegaste tarde, papá.
-Yo te quise ayudar.-Se defiende el señor, y ruben se aguanta las ganas de llorar de llorar de la impotencia.
-¡Tuviste la oportunidad de sacarme de salvarme de el filo y me empujaste más!-Se exalta.-¡Tu me Rompiste el alma!-golpea la pared-¡Tu destruiste a ruben doblas!
-Yo nunca quise a un hijo trastornado.

¿Oirlo de alex? Lo aceptaba. ¿De luzuriaga? Lo aceptaba. ¿Oirlo de su padre? Lo rompía en mil pedazos.

-Dejalo rub...-Miguel susurra por primera vez y ruben lo mira.
-Eso trato, Miguel.

Su padre mira la escena estupefacto y da un golpe a la mesa sobresaltandolos.
-¡Eres un trastornado! ¡Miguel no existe! ¡Estas loco! ¡Loco!
-¡Callate!-Ruben grita ahogado, con los ojos llenos de lágrimas, lo empuja y sale corriendo.

Ruben corre escaleras abajo mientras recuerdos lo atormentan.

Se sienta en las escaleras de la entrada, miguel lo esperaba ahí .
Ruben se tira en sus brazos, llorando desconsoladamente.
-Hey, hey.-Miguel llama su atención y el lo mira, echo un mar de lagrimas.-¿Quieres olvidar el dolor?

Ruben asiente, y miguel se acerca, juntando sus labios, ruben pasa sus brazos por su cuello.

Siente unos labios sobre los suyos.

Pero solo siente frío, vacío.

Vacío igual que el que hay en su corazón.