Baile de las cartas
Las horas pasaron cada vez más y más rápido, como si de inmediato los minutos cambiaran a segundos y los minutos a horas. El momento mas temido por los hijos mayores de la familia Park estaba por llegar y ya no podían hacer absolutamente nada por que el momento ya estaba aquí.
- Chicos el baile de las cartas ya va a iniciar- grito Jung Min desde el piso de abajo, ya estaba en compañía de su esposa vestida con un bello vestido rojo con detalles negros, un collar de rubís y aretes de ónix negro.
La omega llevaba en brazos a su hijita quien iba con un vestidos dorado con detalles rosas en forma de flores que iban desde su hombro derecho hasta el final del vestido.
Ya estaban los tres en la sala de estar preparados para partir pero los 4 hijos mayores aun no bajaban y retrasaban la partida con cualquier excusa relacionada con su aspecto.
Por el lado de Jung Min el estaba feliz por la supuesta "preocupación" de sus hijos mayores por su aspecto ya que estos no se notaban emocionados cuando les dio la noticia del evento pero al parecer ahora se lo tomaban mas en serio.
Por otro lado Karen podía notar bien las pequeñas mentiras que los chicos arrojaban seguramente sin ningún remordimiento hacia su padre, le iba a decir a su alfa que tal vez lo mejor seria partir sin sus hijos pero cuando vio aquella sonrisa en la cara de su esposo cada vez que los menores le decían que se estaban asegurando de que su aspecto fuera perfecto decidió dejarlo gozar de aquella pequeña felicidad, falsa pero felicidad.
Mientras tanto en el piso de arriba escondidos en la habitación del Jimin, estaban los 3 alfas junto con el Omega que parecía ser el líder de los 3, pues era el que les daba instrucciones y les decía que siguieran lanzando excusas para no bajar como niños escondiéndose de sus padres en el primer día de escuela.
- ¿Entonces de verdad no vamos a bajar?- pregunto Jay, si bien no quería ir al baile sabia que la presencia de su familia era de suma importancia y el hecho de que la familia no fuera completa solo daría una muy mala imagen.
- ¿Quieres estar en un lugar cerrado con mas de 3 000 omegas, alfas y betas y todos sus aromas combinados en el aire que tu vas a respirar por unas 6 horas?- pregunto sarcásticamente, sabia bien los puntos débiles de sus hermanos, los estudio desde que era pequeño esperando el momento indicado para utilizar todo ese conocimiento en su contra.
- Pensándolo bien la casa es hermosa y hay comida en la nevera, podremos sobrevivir- respondió con un pequeño toque de humor.
- Oigan se me están acabando las mentiras, en la ultima casi digo que estamos lavándonos los pies- susurro Hyo para no ser escuchado por sus padres ya que el alfa estaba al lado de la puerta por ser el que inventaba las excusas
- ¿Por que nos estaríamos lavando los pies?- pregunto Jun Seo.
- Exacto- respondió Hyo algo alterado.
- Jimin creo que deberíamos bajar, el que la familia no vaya completa al baile daría un muy mala imagen y seria una grosería ante la Diosa Luna- dijo Jay, trato de negociar con Jimin pero sabia que el pelinegro era como una roca.
- ¿Y desde cuando nos importa que imagen tengan los demas de nosotros?- pregunto retóricamente el de ojos verdes, era cierto, jamás le importo que pensaran los demas de el, solo le importaba la imagen que el tenia de el mismo.
- Pero si tu no vas entonces adivina quien va acaparar toda la atención- el pelinegro lo vio de reojo- Cho-a se llevara todas las cámaras, los halagos y toda la atención del lugar- todo Aquiles debe tener un talón y precisamente Cho-a era el talón de Jimin.
- Es verdad, piénsalo hermanito, Cho-a será la única a la que van a poder elogiar por que tu no vas a estar ahí, toda la organización se olvidara de ti y la nueva favorita, hasta de mamá, adivina quien será- tal vez el favoritismo de Karen fue un golpe bajo, si había algo que Jimin amaba mas que a su propia vida era a su madre, la única que no lo cambio por alguien mas, la única que siempre lo entendió y apoyo ¿ahora dejaría ir todo eso por su simple orgullo? claro que no.
- El único favorito aquí soy y siempre seré yo, me da igual quien se interponga juro por la Diosa Luna que el único favorito, excepcional, y hermoso de este lugar soy yo ¿entendido?- dijo Jimin, el pelinegro agarro su amada catana de la cual luego sabrán la historia y se fue acercando poco a poco hacia sus hermanos, iba rebanando todo en su camino hasta los alfas que temblaban de miedo.
Tal vez insultar a Jimin con su madre fue mala idea ¿no lo creen?
- Si si si- respondieron todos los alfas rápido y al unísono.
El miedo empezo a invadir sus cuerpos cuando notaron los ojos de su hermanito menor, ese brillo les era tan familiar y aterrador a la vez, es el brillo que obtiene Jimin cuando enloquece, cuando su cordura lo abandona y en su lugar llega una gran sombra de egocentrismo, lujuria e inhumanidad, la 3 cosas que mas distinguen a Jimin.
- Bien, ahora vámonos- dejo su catana de lado y con el ceño fruncido bajo las largas y lujosas escaleras para llegar a la sala donde apenas minutos atrás sus padres junto con su hermana menor los esperaban.
- Vaya hasta que bajan, pensé que ya no vendrían- respondió Jung Min con humor sin embargo todo termino en una vergonzosa y solitaria risa por parte del alfa mayor.
- Mejor vámonos antes de que cambiemos de opinión- Jimin se apresuro a salir de por las grandes puertas lo mas rápido posible evitando todo aquel contacto con su padre.
Los 6 miembros de la familia restantes salieron segundos despues del pelinegro para montarse en la lujosa limosina que esperaba por ellos justo afuera de la residencia. Una vez que entraron a la limosina Jung intento sentarse a lado de Jimin pero el contrario al notar la presencia de su padre se movió a otro asiento quedando con su madre a la derecha y Jun Seo a la izquierda.
- Ahora damas y caballeros, cachorros y cachorras, reciban con un gran aplauso al hombre sin el que todo esto no seria posible, Park Jung Min- recibió con aplausos al alfa que iba subiendo al escenario con detalles de oro.
- Gracias Suho y muchas gracias a todos ustedes por estar aquí hoy...-el alfa seguía hablando ignorando por completo que a la derecha en la esquina del salón otro alfa lo veía con gran furia y rencor.
Por que justo en frente de la salida al jardín se encontraba un alfa que se encargaría de jamás volver a ser la sombra de nadie, un alfa que había probado el poder y ahora quería un porción mas grande, un alfa que en un tiempo todos temblaran al escuchar su nombre y eso seria mucho mas pronto de lo que cualquiera, incluso yo en mi humilde posición de narradora, pudiera imaginar.
- Yoongi ¿vez a ese intento fallido de alfa, agradeciendo a todos por hacerlo ganar millones para que su avaricioso y corrupto corazón se llene?- pregunto retóricamente, el ver a ese alfa agradeciendo a todos por un trabajo que están obligados a hacer, algo patético a los ojos del viejo alfa.
- Lo veo padre, tranquilo, las ridiculeces de Park Jung Min llegaran a su fin muy pronto- su mirada era insensible y fría, sin brillo, sin rencor, sin furia, simplemente estaba vacía
- Querido eres nuestra ultima esperanza, tu debes sacarnos de la oscura sombra en la que ese bueno para nada y su omega zorra nos metieron, tu le darás a nuestro apellido el honor y respeto que se merece- dijo una omega de unos 32 años, que miraba con gran envidia a Karen, su hermoso y costoso vestido, sus bellos aretes, el como Jung Min la mira con tanto amor. Ya tenia suficiente de esa omega con las constantes comparaciones de su esposo, no necesitaba mas de esa mujer.
- Tranquila madre, te prometo que lo hare y todo Corea al fin nos dará el respeto que merecemos, ya no seremos mas la fría y despiadada sombra que protege al líder- juro con furia, apretó sus dientes y su mueca seria fue reemplazada por una sonrisa cínica que no podía reflejar mas que maldad pura sin una sola pizca de piedad
Yoongi paseo sus ojos por todo el lujoso lugar viendo a todos los omegas, alfas y algunos betas de todos los rangos. Algunos peleando por las apuestas, otros charlando de temas triviales y otros celebrando que ganaron en los juegos de cartas.
En otras palabras, los mismo de cada año.
Pero algo diferente le llamo la atención esta vez, justo al lado del escenario lo vio a el, el chico del que había estado detrás desde hace tanto tiempo.
Park Jimin
Pero no le llamo la atención la inigualable belleza del Omega aunque si era hermoso, más bien le llamo la atención el hecho de que todos los hermanos estaban jugando o hablando entre si pero Jimin estaba ignorando todo.
Cómo si no hubiera nadie a su alrededor, como si el fuera el único, como si estuviera solo. Una parte de Yoongi logró identificarse con eso, con la soledad.
- Padre- al alfa lo miro- hay que ir a saludar- dijo con una fingida amabilidad, sin embargo los ojos de Yoon Hyun Min no eran tan rápidos para notar el sarcasmo en la voz y ojos de su único hijo.
Hyun Min se posicionó un poco adelante de Yoongi quien iba seguido por su madre: la hermosa Omega, Min Hyo Rin.
Jung Min bajo del gran escenario tras ovaciones de sus subordinados, socios y uno que otro guardia. Fue recibido por los brazos abiertos de su esposa y su hija, sin embargo ni Jun Seo, Jay, Hyo Ri o Jimin se acercaron a el, mucho menos el Omega de en medio. Al menos los demas alfas menores lo felicitaron o aplaudieron pero Jimin ni siquiera había escuchado de que se trataba el discurso del alfa mayor.
- Jimin, hijo ¿hay algo que le quieras decir a tu padre?- pregunto Karen, estaba consiente de que Jimin ni siquiera quería ir a la celebración pero ese no es pretexto para ser tan maleducado mucho menos con su mismo padre.
- No gracias, estoy bien- negó el omega, siendo sinceros, Jimin si iba felicitar a su padre o bueno al menos sonreírle pero cuando vio al alfa bajar del escenario y dirigirse a su esposa e hija lo noto, noto lo feliz que el alfa era cuando veía a su hija y lo decepcionado que se veía cuando lo veía a el y a sus hermanos.
Noto como abrazaba a su hija y como besaba la mejilla de su esposa, noto como veía a las 2 Omegas de su vida y ahí se dijo <<Tu no eres bienvenido ahí>> noto que el y sus hermanos solo hacían de mal tercio, que ellos ya no cabían en esa familia por que ya estaba completa.
Se sentia ¿mal? ¿triste? ¿enojado? ¿ridiculo? ¿decepcionado? ¿sorprendido? la respuesta es si, simplemente si, se sentia mal por ser tan inmaduro, se sentia triste por saber que el ya no tenia familia, se sentia enojado por que una simple mocosa le había robado su lugar, se sentia ridiculo por creer que algún día todo volvería a ser como antes, se sentia decepcionado por que su padre ignoraba el gran dolor en el pecho del menor y se sentía sorprendido por no haberse dado cuenta antes de lo estupido que era al creer que podía fingir ser un chico feliz con una vida feliz.
Y entonces como si fuera por arte de magia, poco a poco vio como alguien se acercaba a ellos, vio como esos fríos y muertos ojos se instalaban en los suyos, vio esa sonrisa burlona al ver su desafortunada situación pero lo que no vio fue que ese apuesto chico de piel pálida y ojos gatunos podía ser su Parca personal montando su carruaje de egocentrismo, cinismo y lujuria.
- Park Jung Min, cuanto tiempo- saludo con una sonrisa socarrona y la cabeza en alto, ofreció su fría y venosa mano a su querido socio y alguna vez amigo
- Yoon Hyun Min, viejo amigo pensé que no vendrías- saludo el animado alfa, aceptando ingenuamente el "amigable" saludo de su socio mas fuerte.
- Te presento a mi omega, Min Hyo Rin- tomó con delicadeza la mano de la recién mencionada y con cuidado la puso a su lado. La Omega solo sonrio en grande y puso su cabeza en alto casi tan alto como su ego.
- Un placer madam, veo que Hyun Min al fin hizo algo bien- alago el alfa mayor, sus labios depositaron un inocente beso en los nudillos de la mujer quien se solo se sintió mas alagada de lo que ya se sentia- Mi esposa, Karen Park- tomo a la Omega de la cintura ya que esta ya estaba a su lado, una de las cosas que Hyo Rin mas envidiaba de la Omega, el hecho de que su alfa no la trataba como una inútil mantenida y la dejaba involucrarse con el en todos los sentidos, la dejaba gobernar a su lado y eso era algo que Hyo Rin no podía soportar.
- Un placer, tan hermosa y bella como dicen- dejo una beso en los nudillos contrarios junto con un coqueto guiño que paso desapercibido por todos los demas- Creo que aun no conocen a mi hijo, Min Yoongi- el mencionado dejo a un lado su amargura y saludo cordialmente a sus "superiores"
- Un placer señor y señora Park- hizo una leve reverencia levantándose despues de unos segundos para fijarse en alguien en especifico.
- Un placer muchacho, les presento a mis hijos: Jun Seo, Jay Park, Hyo Ri, Cho-a y.....amm.....ji.....ji- trato de recordar el nombre de su hijo de en medio, vaya mierda de padre ¿piensan ustedes? pues esperen se pone peor.
- ¿Jimin?- y esa fue la gota que derramo aquel vaso que no tenia como contenido agua, tenia veneno, un veneno puro y negro que poco a poco fue llenando cada pequeño trozo del destrozado corazón de Jimin hasta volver a unirlo pero esta vez de una manera diferente, ahora era solo una masa negra que bombeaba sangre.
- ¡Cierto Jimin! lo siento mucho- trato de tomar el hombro del Omega con cariño pero este retiro su mano con brusquedad evitando todo contacto.
- Con permiso- sin esperar respuesta Jimin se abrió paso entre la gente para llegar hasta el gran jardín ya que ahí no había nadie por el congelador frio de la noche.
Jung Min intento alcanzarlo pero una delicada mano lo paro- Tranquilo yo voy- susurro Karen liberando por unos segundos sus dulces feromonas para tranquilizar a su esposo y a su hija que se había alterado un poco con el reciente show.
Por el lado de los hermanos solo vieron todo con indiferencia, como si esto fuera cosa de todos los días y es que la verdad estaban decepcionados mas no sorprendidos. Su padre había olvidado ya el cumpleaños de todos los varones y el primero en ser olvidado por supuesto fue Jimin, era obvio que no tardaría en olvidar hasta su nombre.
- Jimin cariño ¿estas bien?- la Omega mayor se acerco al menor, estaba desesperada, enojada y triste ¡¿a que clase de padre se le olvida el nombre de su propio hijo?!
- No, no madre no estoy bien, estoy frustrado y enojado y triste y solo quiero saltar del maldito edificio mas malditamente alto de esta maldita ciudad y olvidar toda esta maldita vida que me toco a mi- se volteo bruscamente para por fin encarar a su madre, para por fin decir todo lo que piensa, para por fin demostrar todo su dolor que nacía del rechazo por parte de su progenitor
- Oye, entiendo tu enojo pero cuida tu lenguaje, estamos en una fiesta de negocios de tu padre- trato de calmar a su hijo, no sabia si su propia furia era por su ignorante y orgulloso alfa o si era por el completamente racional aunque innecesario enojo de su hijo.
- Claro ¿por que es todo lo que importa en esta estúpida familia verdad? los negocios junto con Cho-a ¿Y que hay de mi? ¿Qué hay de Hyo Ri? ¿Qué hay de Jay y Jun Seo? también somos sus malditos hijos y solo nos toman como niñeras de una estúpida mocosa inútil, malcriada, ingenua y ladrona- tenia que gritar justo ahora, tenia que gritar mil y un maldiciones pero no había nadie que lo escuchara gritar así se quedara sin voz.
Aunque estaba rodeado de personas se sentia tan jodidamente solo, atrapado e impotente, sentia como poco a poco su ser se iba desvaneciendo en el aire como si se tratara de una foto hecha cenizas que estaba siendo desvanecida por una fría brisa de invierno dejando solo un gran vacío que nada podría llenar, por que el amor de un padre no es algo que se pueda reemplazar, cuando se pierde solo se pierde y jamás vuelve.
- Tu sabes bien que Cho-a no es la única, tu padre también los ama a ustedes mas que a nada- se estaba dando por vencida, ya no sabia con que otros argumentos contra atacar la terquedad de su hijo pero empezo a pensar que tal vez no era terquedad si no realidad y eso era algo que la azabache no podía aceptar, aun no.
- Claro ¿por eso olvido mi nombre? ¿por eso me trata como una niñera? estoy seguro de que de no ser por que me pide que cuide a esa mocosa ya me habría echado de casa junto con Jun Seo, Jay y Hyo Ri- las saladas gotas de agua iban cayendo por sus delicadas mejillas mientras su voz cada vez se iba cortando mas y mas como si alguien le cortara las cuerdas vocales desde adentro de su garganta.
- ¿Por que eres tan duro con el? cometió un pequeño error como todo alfa, omega o beta de cualquier rango lo haría- por mas que a la Omega no le gustara dejar de lado los sentimientos de su hijo para darle paso a la racionalidad, sabia que en este momento era necesario.
- Claro, un error ¿Cómo cuando olvido mi cumpleaños por que estuvo ayudando a Cho-a con una tarea que debía hacer ella sola? ¿Cómo cuando falto a la feria de cencías por que Cho-a fingió estar enferma? ¿Qué hay de las veces que yo me quedaba sin desayuno por que le daba a Cho-a el ultimo panqueque? ¿Esos también fueron errores madres?- recordó todas las veces que Jung Min lo hizo aun lado, todas las veces que lo despreció, todas las veces en las que con sus mismas acciones su padre le decía que el no pertenecía ahí.
- ¡Park Jimin, cálmate y entra de nuevo cuando puedas dejar de actuar como un niño mimado!- el contrario la observo con una mirada rota.
Su madre jamás le había gritado y mucho menos cuando intentaba desahogarse, sentia que ahora también perdía el amor de su madre, pero ¿era cierto? ¿estaba actuando como un niño mimado? tal vez pero esa no es excusa, el sabia que no exageraba, sabia que su dolor y furia eran completamente comprensibles y que el tenia la razón, debía tenerla si no su orgullo se iría a la lista de cosas que ha perdido.
- Dices eso por que sabes que tengo razón pero estas tan enamorada de Park Jung Min que no lo puedes ver- soltó el Omega menor, si su madre lo atacaba el también atacaría, despues de todo ya no tenia nada que perder.
- Continuaremos esto en casa- ni siquiera se limito a mirar a su hijo, pues sus palabras la hicieron dudar de algo de lo que jamás había dudado......
"El amor de su esposo"
Atte. SAG. . .
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