—¡MALDITO! ¡SUELTA A MI DEMONIO!

Jimin se separó lentamente de Jungkook dejando a este, ido en su mundo.

—No entiendo porque tu molestia, de todas maneras tenias planeado asesinarlo ¿O me equivoco?—Jimin sin duda estaba haciendo enfadar a Taehyung, pues este poco a poco comenzó a desprender un aura para nada agradable.

—¡¿De dónde sacas eso?!

—Señor Taehyung, no soy tan estúpido, sé perfectamente que le hacías a cada ángel después de enamorarlos, pero esta ocasión a Jungkook no te lo dejaré.

—¡Cierra tu puta boca! —Taehyung se abalanzó sobre Jimin, incrustando su cola en uno de los brazos de este. Después de todo Jimin ya no era puro, había besado a un ángel igual a él.

Taehyung lo sabía, sabía perfectamente la regla de los ángeles y se aprovechó de ello, atacó a Jimin todo lo que pudo, sin duda estaba totalmente enojado, al final Taehyung también se había enamorado de Jungkook aunque de una forma enfermiza y manipuladora, él así lo amaba.

Jimin ponía todas las fuerzas que le quedaban para evadir los ataques de Taehyung, pero su fuerza disminuía poco a poco. 

Taehyung estaba a punto de matarlo, y no dudaría en hacerlo, pues había tocado a algo que era de su preciosa pertenencia.

—¿Algo que quieras decir antes de morir? —Taehyung sonrió con burla al ver a Jimin en el suelo.

—Una...—Jimin escupió sobre el pavimento—, nunca descuides tu espalda.

—¿Qué ra...—Taehyung no logró terminar su pregunta, pues algo estaba atravesando su pecho.

—Lo siento Taehyung, pero no eres más que un demonio —Esa mezcla de voces tanto malvada como dulce producía cierto temor.

Jungkook retiró su ala incrustada en el cuerpo de Taehyung, Jungkook no era ni ángel ni demonio, pues ambas partes formaban parte de él, su rostro mostraba la mitad de ángel y la mitad de demonio al igual que todo su cuerpo. Así es, Jungkook estaba atacando a Taehyung.

—Jungko...—Taehyung de nuevo fue interrumpido por otro ataque, está vez Jungkook en verdad podía matarlo sino lograba recordar sus sentimientos por él.

Yugyeom y Hoseok aparecieron, sabían que el reino y su hogar estaba en riesgo, por lo que decidieron subir a ayudarlo, pero era claro que no eran rivales para Jungkook.

—¡Jungkook recuerda quien es él! —Gritó Yugyeom al observar como Jeon se acercaba para atacar de nuevo a Taehyung.

—¿Por qué se ve mitad y mitad? —Hoseok no podía quitar la mirada de Jeon, pues era la primera vez que presenciaba algo así.

—Porque en el aún vive ese demonio enamorado de Taehyung, por eso no puede ser del todo ángel y no puede ser del todo demonio, se presencia solo la mitad.

Jungkook no dudó en atacar a Hoseok y Yugyeom, ambos eran hábiles pero no competentes, eran bueno pero no lo suficiente.

Jeon los destrozó, dejándolos sin movimiento. Hoseok tenía graves heridas en todo su cuerpo mientras que a Yugyeom un hueco lo atravesaba por completo.

—Ahora, ¿en qué estaba? —Jungkook se acercó peligroso a su presa, era definitivamente cierto que lo mataría.

Taehyung gritaba sin cesar cada vez que Jungkook lo quemaba con su vista, o cuando enterraba sus alas como cuchillas.

El cuerpo de Taehyung estaba destrozado, y solo hacía falta explotar su cabeza para acabar de una vez por todas con él.

Jeon se inclinó observando a Taehyung.

—Siento que te conozco, pero desgraciadamente debo matarte, así que me quedaré con la duda —Jungkook extendió sus alas y las endureció para ser incrustadas en el cráneo de Taehyung.

—Eres un imbécil Jungkook —Taehyung era un demonio, y su arrogancia moriría con él, pues Jungkook acercaba lentamente sus alas—. Te amo...

Esas últimas palabras hicieron detener a Jungkook de golpe, pues de nuevo esas imágenes de recuerdos regresaron, aquel ser hermoso y tierno se había presentado de nuevo en su mente, es persona que lo enamoró, esa persona que lo hizo sentir especial, esa persona que lo engañó pero que aún así amaba.

Jungkook miró a Taehyung fijamente, y esa hermosa cara llena de alegría y completamente pura había regresado. Los sentimientos se Jungkook regresaron, y al ver que estaba a punto de matar a su más grande amor, comenzó a llorar incontrolablemente, se abalanzó sobre Taehyung y lo abrazó con fuerza.

—Taehyungie, lo siento...—Jungkook se aferraba a Tae como si fuese lo último en la faz de la tierra.

—Tranquilo Jeon...deja de actuar como niño, gracias por regresar.

Ambos sonrieron, algo que no duró mucho pues sus sonrisas se borraron al ver que algo los había atravesado por completo.

Jin se había levantado y condujo su lanza haciendo que atravesara a aquel par de individuos.
No podían moverse, y de nuevo sintieron otro ataque está vez de Hoseok, el demonio devorador.

Era la primera vez que ángeles y demonios se unían para asesinar a alguien, Jungkook y Taehyung gritaban arduamente, sus quejas podían escucharse por todo el infierno y por todos los cielos.

—Jung...kook, mi...rame —Taehyung sostuvo la cabeza del menor y dejó un beso en su frente— Te...amo...

—Yo...tamb...ien —Jungkook apenas dijo en un susurro.

Yugyeom, Hoseok, Mingyu y Jin se unieron, y entre los cuatro decidieron asesinarlos, pues presentaban un grave peligro con su romance, tanto para los infiernos como para los cielos.

Era irónico, que la historia de Vasariah y Leviatán que hubiera repetido.

Taehyung y Jungkook ya no eran demonio, o ángeles. Ahora no eran más que polvo que se vuela con el viento, Jungkook y Taehyung ya no existían más.

Sus últimas palabras fueron un te amo, y la pluma de la madre de Jungkook desapareció por completo. La historia de amor enfermizo y puro había sido terminada.

Ambos murieron como debía ser, murieron amándose entre ellos, murieron sin necesidad ya de luchar. Ambos estaban agotados y sabían que tarde o temprano su historia debía concluir de esa manera.

No había lugar a donde fueran Jungkook y Taehyung después de muertos, sus cuerpos desaparecían por completo sin dejar rastro de que alguna vez habían existido. 

Porque su amor fue el pecado, y fue su debilidad más grande.