Capítulo 9
Jimin salió de su clase de taller muy feliz de haber pasado el rato con Seokjin, gracias a Jungkook logró inscribirse al lugar correcto. La mochila colgando de un hombro y los pensamientos aún inmersos en la última novela que había discutido con Jin.
Mientras caminaba por el pasillo, absorto en sus propias ideas, una voz lo sacó de su ensimismamiento.
—Jimin, ¿puedo hablar contigo un momento?
Jimin levantó la mirada y vio a Yoongi, un chico conocido en la escuela por su fervor religioso. Era extraño que Yoongi quisiera hablar con él, ya que rara vez interactuaban.
—Claro, Yoongi. ¿Qué pasa?— respondió Jimin, deteniéndose.
Yoongi se acercó un poco más, con una expresión grave en el rostro.
—Es sobre tu amigo Hoseok, ¿Conoces a Jungkook?
Jimin frunció el ceño, algo confundido.
—Sí, sé que es el novio de Hoseok. Hemos convivido un par de veces, pero no lo conozco muy bien. ¿Por qué preguntas?
Yoongi respiró profundamente, como si estuviera preparando sus palabras con cuidado.
—Hay algo que necesitas saber sobre Jungkook. No es solo un chico común. Hoseok, él está bajo el control de un demonio. Y ese demonio es Jeon Jungkook.
Jimin parpadeó, sin estar seguro de haber oído bien, y luego se rió inocentemente.
—¿Qué? Eso suena... un poco loco, Yoongi. Está bien que sea un poco raro, pero no es un demonio.
—Lo sé,— admitió Yoongi, manteniendo la mirada firme. —Pero es la verdad. He investigado y he visto cosas que no puedo explicar de otra manera. Tienes que tener cuidado, y más importante, tienes que ayudar a Hoseok. Está en peligro.
Jimin sintió un nudo en el estómago.
La idea de que su mejor amigo estuviera en peligro por alguien a quien consideraba simplemente un conocido era aterradora.
—¿De qué tipo de peligro estás hablando?
—El demonio, o bueno Jungkook, tiene planes de casarse con Hoseok.— explicó brevemente, sacando de su mochila algunas hojas de su investigación—Puede que sea parte de un ritual para consolidar su poder en este mundo. Pero yo sé cómo podemos evitarlo.
Jimin se quedó en silencio por un momento, procesando la información. Aunque parecía sacada de una película de terror, la seriedad en los ojos de Yoongi lo hacía dudar.
— ¿Qué se supone que debo hacer?
Yoongi esbozó una sonrisa, aliviado de ver que Jimin estaba dispuesto a escuchar.
—Primero, tenemos que vigilar a Jungkook y asegurarnos de que no haga nada para avanzar en sus planes. Luego, hay un rito de protección que podemos realizar para mantener a Hoseok a salvo. —le entregó el mismo talismán que le dio a su amigo— Le di el mismo hace rato pero vi que lo tiró a la basura, debe ser demasiado fuerte el control que hay sobre él.
—Está bien,— dijo Jimin, asintiendo lentamente. —Haré lo que sea necesario para proteger a Hoseok. Dime qué tengo que hacer.
Mientras caminaban juntos por el pasillo, Yoongi comenzó a explicarle los detalles del plan, dejando a Jimin con una mezcla de miedo y determinación. Sabía que, a partir de ese momento, nada volvería a ser igual.
El sol apenas comenzaba a filtrarse por las ventanas cuando Jimin se levantó, sintiéndose inquieto por todo lo que Yoongi le había revelado el día anterior. Las palabras de su compañero resonaban en su mente, llenándolo de dudas y confusión.
Mientras bajaba las escaleras, intentaba ordenar sus pensamientos, buscando la mejor manera de hablar con Hoseok sobre lo que sabía, sin parecer que había perdido la cabeza.
Al llegar a la sala, vio a Hoseok dormido en el sofá, una manta desordenada cubriéndole las piernas. Sin embargo, algo más llamó su atención: una caja de pollo frito en la mesa de centro.
Jimin frunció el ceño, tratando de recordar si habían pedido comida anoche. No recordaba haberlo hecho, pero tal vez se había quedado tan dormido que no escuchó al repartidor.
Con un suspiro, decidió no darle más vueltas al asunto y se dirigió a la cocina para preparar el desayuno. Mientras rompía los huevos en un bol y batía la mezcla, sus pensamientos volvieron al plan de Yoongi. No podía dejar de preguntarse si todo aquello era una locura. Hoseok, controlado por un demonio, y ese demonio siendo su novio, Jungkook.
La idea era ridícula y aterradora al mismo tiempo.
Jimin respiró hondo, tratando de calmarse. "Tengo que proteger a Hoseok", se repetía a sí mismo, aunque no sabía exactamente cómo proceder.
¿Será que lo de su familia era un pretexto? ¿Su familia en realidad se enteró de esta situación y por eso Hoseok decidió escaparse?
El sonido de pasos ligeros lo sacó de sus pensamientos. Hoseok, con el cabello desordenado y los ojos aún medio cerrados, se acercó a la cocina.
—Buenos días, Hobi,— saludó Jimin con una sonrisa forzada. —¿Qué tal dormiste anoche?
Hoseok se estiró y se dejó caer en una silla.
—Bien, creo. Me quedé dormido en el sofá. —dijo mientras se frotaba los ojos.
Jimin asintió, sirviendo café para ambos.
—Sí, no quise despertarte. ¿Tienes algún plan para hoy? Es viernes, no tenemos clases después de las 12.
Hoseok tomó un sorbo de su café y suspiró.
—No lo sé, probablemente vea a Jungkook hoy. ¿Tu tienes algún plan?
Jimin se tensó ligeramente al escuchar el nombre de Jungkook, pero trató de mantener la calma.
—Nada fijo. Quizá salga a dar una vuelta más tarde.
—¿Tendrás una cita con Seokjin? —preguntó Hoseok divertido.
El rubio se relajó un momento, siguiendo en lo que estaba.
—Si tuviera la forturna de tener una cita con Jin hyung, no estaría perdiendo el tiempo ahora mismo.
Mientras preparaba el desayuno, Jimin escuchaba a Hoseok hablar sobre cosas triviales, tratando de mantener una conversación ligera. Sin embargo, su mente seguía trabajando febrilmente, intentando encontrar la forma de abordar el tema con su amigo sin parecer paranoico. Tenía que ser cuidadoso, pero también sabía que no podía ignorar las advertencias de Yoongi.
Se sintió un poco mal al profundizar las razones por las cuales Hoseok habría tenido que invocar algo como un demonio, su amigo siempre ha sido algo apartado de las personas por su familia y a duras penas logró amigarse así de cerca con él.
Trató de hacerse la idea de que lo hizo para no estar solo en casa.
Hoseok no pasó por alto el cambio de actitud en su mejor amigo, aunque no sabría como explicarle la situación.
Cuando llegaron a la escuela notó que Yoongi estaba en la entrada, sentado, mirándolo, como si con sus ojos tuviera el poder de cambiar sus decisiones. Pero también notó las miradas que le dio a Jimin, ambos parecían darse información con solo unos parpadeos.
Era muy raro que Yoongi haya llegado de esta manera a su vida, en el tiempo que han estado cursando juntos nunca se habría atrevido a dirigirle la palabra por temor a que lo tomara a mal. La escuela tenía cierto perjuicio por las religiones expresadas, así que a veces Yoongi era objetivo de burlas o apodos por ello. No quería que él pensara que se burlaría de la misma forma.
Y ahora que han cruzado palabras sabe que habría sido mucho peor si fueran amigos cercanos, eso le costaría no querer dañar su relación con Yoongi mientras protegía a Jungkook.
Jungkook llegó diez minutos después que ellos, esta vez optó por ropa que lo hacía ver cómo modelo. Hoseok sabe que el hecho de ser demonio no significa que le pagarán con dinero, él no es multimillonario pero aún así logra conseguir cosas que lo hacen parecer de alta clase.
Y tampoco pasó desapercibido como Jimin se tensó ante la presencia de Jungkook, su amigo siempre lo molestaba con preguntas sobre Jin o le hacía caras graciosas porque era fácil de fastidiar. Ahora el silencio que presencia es demasiado extraño.
¿Jungkook y Jimin habrán discutido algo?
Era poco probable, ellos no hablaban si no estaba Hoseok allí.
—Jimin-ah, ¿quieres ir a comer después de clase?
Jimin pareció ser tomado por sorpresa, ya que las hojas que estaba sacando de su casillero se le desparraman sin gracia sobre el suelo.
—¿Iremos con Jungkook Hyung?
Jungkook se encogió en hombros, confirmando que le daba igual lo que hicieran. Se agachó al mismo tiempo que Jimin para ayudarle a recoger sus cosas, cosa que al chocar miradas le resultó incómodo.
Jimin sintió que se le encogía el estómago al ver esos ojos tan profundos, parecían ser los de un depredador esperando cazar a cualquier criatura inocente.
—Entonces no iré, tengo algo más importante que hacer.
Hoseok no quiso entrometerse en lo que sea que su amigo pensaba, no quería causar problemas entre ellos si Jimin quizá ya no se sentía cómodo con Jungkook.
La actitud de Jimin realmente no la esperaba, el temor a que quizá sepa algo sobre su familia o ellos le hayan mencionado algo para que lo deje regresar a casa se instala de manera lenta pero dolorosa.
Después de eso se separaron durante las siguientes horas de clases.
El pasillo de la escuela estaba vibrante hoy por ser previo al fin de semana, con la energía de los estudiantes moviéndose de un aula a otra. Risas y charlas llenaban el aire, pero Hoseok se sentía atrapado en una maraña de preocupación.
En las últimas horas, había notado un cambio drástico en la actitud de Jimin. Lo que antes era una plática cálida ahora parecía estar envenenada por una distancia inexplicable. Hoseok no podía entender qué había causado este cambio repentino.
Mientras avanzaba por el pasillo, sintió una mano en su hombro.
Al girarse, vio a Jungkook, con una expresión que estaba mezclada entre despreocupación con una dosis sutil de arrogancia. Era lo único normal el día de hoy.
Él había ido a dejar unos documentos que logró falsificar para no arruinar su instancia allí.
—Hola —dijo Jungkook, inclinándose para darle una caricia en el cabello.—¿sucede algo?
Su tono era suave, pero había una frialdad sutil en su mirada que no pasaba desapercibida. No le importaba esto, le parecía lindo como sus rasgos no luchaban por disimular cariño que no sentía.
Hoseok intentó devolver la sonrisa, aunque la preocupación seguía siendo evidente en su rostro.
—Hola, Jungkook. —suspiró—Es que, he notado que Jimin ha cambiado de manera drástica. Parece distante y evita estar cerca de mí. ¿Sabes algo sobre esto?
Jungkook frunció el ceño, su expresión reflejando una mezcla de desdén y desprecio. Hoseok sabía que odiaba hablar de los humanos o como funcionaba sus emociones. Pero aún así obtenía una respuesta cuando la necesitaba.
—Oh, eso. ¿Jimin? Mmm... La gente cambia de actitud con una rapidez desconcertante. Es una de las cosas que menos soporto de los humanos. Un momento están felices, al siguiente, están completamente distantes. —Jungkook dejó escapar un suspiro, como si el cambio de humor de Jimin fuera una molestia—. La verdad es que las emociones humanas son tan volátiles y arbitrarias. No me sorprende que te estés preocupando por esto.
Hoseok miró a Jungkook con una mezcla de confusión e inquietud.
—¿Entonces no te preocupa? ¿Debería simplemente ignorarlo y esperar a que pase?
Jungkook le dio una palmadita en la espalda, su gesto parecía reconfortante pero cargado de un desdén sutil. Sus palabras estaban impregnadas de una superioridad calculada pero parecía que quería desafiar el entendimiento humano con el suyo esta vez.
—Confía en mí, Hoseok. Las emociones humanas son como el clima: cambian sin previo aviso y sin razón aparente. Jimin probablemente está atravesando una de esas fases sin sentido. No merece tu preocupación excesiva. Dale tiempo, y si el cambio persiste, entonces quizás deberías considerar hablar con él o pensar que es simplemente parte de su naturaleza humana.
Hoseok asintió lentamente, aunque el consejo de Jungkook le dejó una sensación de inquietud. La forma en que Jungkook hablaba no era la mejor pero ayudaba.
—Gracias, Jungkook. Intentaré no dejar que esto me afecte demasiado y ver cómo funciona la situación.
Jungkook le sonrió con una mezcla de ternura y le guiño el ojo, su mirada fija en Hoseok de una manera que parecía casi amorosa.
Hoseok sintió mariposas en su estómago.
—Exactamente. A veces, la mejor manera de lidiar con las fluctuaciones humanas es ignorarlas.—chistó como si fuera un anciano sabio—Si necesitas hablar o si te sientes abrumado, estoy aquí para ti, aunque la verdad es que estas preocupaciones a menudo no me parecen importantes para ti lo serán siempre.
Hoseok le devolvió la sonrisa con más entusiasmo, agradecido por el apoyo de Jungkook, aunque la conversación había añadido una capa de inquietud a sus sentimientos. Esperaba que Jimin no se alejara o que Hoseok solo asuma que está siendo infantil, no parecía una buena idea fragmentar su amistad por quizá algo tonto.
Mientras se dirigían al salón de clases, Hoseok trató de centrarse en el presente, con la esperanza de que la situación con Jimin se aclarara pronto.
La actitud despectiva y arrogante de Jungkook había dejado una marca en su mente, aunque su apoyo le ofreció un respiro momentáneo.
Estaba agradecido de tenerlo aquí.
El bullicio de los pasillos de la escuela era un eco constante, con estudiantes moviéndose de un lado a otro, riendo y conversando animadamente. Jimin caminaba con paso rápido, su mente aún procesando la conversación con Yoongi sobre esas cosas estúpidas.
Mientras se dirigía hacia el salón del taller, sintió una mano en su brazo que tiraba de él hacia un pasillo menos aglomerado. Al girar, vio a Yoongi con una expresión seria y un destello de conspiración en los ojos.
—Jimin, un momento —dijo Yoongi, bajando la voz mientras los estudiantes pasaban por su lado.
Jimin frunció el ceño, sorprendido por la repentina aparición de Yoongi y la urgencia en su tono. Miró alrededor para asegurarse de que no había nadie cerca antes de detenerse.
—¿Qué pasa, Yoongi? —preguntó Jimin, manteniendo la voz baja.
Yoongi arrastró a Jimin hacia un rincón menos concurrido del pasillo, cerca de una pared adornada con posters de eventos escolares. Su rostro mostraba determinación.
—Escucha, Jimin, necesitamos hablar sobre el plan para alejar a Hoseok de Jungkook —dijo Yoongi, su voz cargada de seriedad.
Jimin arqueó una ceja, sintiéndose un poco abrumado por la atmósfera cargada que Yoongi había creado.
—¿De qué estás hablando? Pensé que lo que me dijiste sobre Jungkook era solo una exageración.
Yoongi sacudió la cabeza, sus ojos brillaban con intensidad.
—No, no es una exageración. Jungkook ha estado manipulando a Hoseok, y si no hacemos algo, su influencia sobre él solo va a crecer. Necesitamos separarlos antes de que sea demasiado tarde.
Jimin lo miró con incredulidad.
—¿Cómo planeas hacerlo? ¿Qué podemos hacer para separarlos sin que se note?
Yoongi se inclinó hacia adelante, bajando aún más la voz.
—La clave está en crear desconfianza entre ellos. Tenemos que hacer que Hoseok empiece a dudar de Jungkook. Para ello, primero necesitamos una fuente de tensión creíble. —sacó un pequeño papel con sus anotaciones escritas—He estado pensando en algo, podemos difundir rumores sobre la verdadera naturaleza de Jungkook, algo que lo ponga en una mala luz ante Hoseok.
Jimin frunció el ceño, todavía no estaba completamente convencido.
—¿Y qué tipo de rumores?
Yoongi sonrió con una mezcla de malicia y satisfacción.
—Algo que haga que Hoseok se sienta traicionado y engañado. Podemos decirle que Jungkook ha estado involucrado en cosas oscuras y que ha estado manipulando a otras personas en el pasado. Algo que le haga cuestionar su lealtad y sus intenciones.
Jimin se quedó en silencio por un momento, considerando las palabras de Yoongi. La idea le parecía peligrosa y manipuladora, pero también sabía que los rumores podían tener un gran impacto en las relaciones. No quería lastimar a Hoseok así.
—¿Y qué pasa si Hoseok descubre que estamos detrás de los rumores? —preguntó Jimin, su voz está llena de dudas.
Yoongi se encogió de hombros, su expresión determinada.
—Eso es un riesgo que debemos tomar. Si conseguimos que Hoseok se aleje de Jungkook, habremos logrado nuestro objetivo. Además, si todo se maneja con cuidado, él nunca sabrá que somos nosotros quienes iniciamos todo esto.
Jimin asintió lentamente, su mente aún luchando con la moralidad de lo que estaban planeando.
—Está bien, lo haré. Pero debemos asegurarnos de que esto no se nos vuelva en contra.
Yoongi le dio una sonrisa de aprobación, claramente satisfecho con la decisión de Jimin.
—Perfecto. Nos vemos en la biblioteca después de clases para coordinar los detalles. Necesitamos estar listos para cuando Hoseok empiece a dudar de Jungkook.
Jimin asintió, aún con una sensación de incomodidad en el estómago.
Mientras ambos se dirigían hacia el salón de clases que les corresponde, la presión de la tarea pendiente se cernía sobre ellos como una sombra.
Aunque sabían que el plan podría alterar el equilibrio de sus relaciones, también eran conscientes de la urgencia y de lo que estaba en juego.
Jimin estaba consternado, su mente no quería actuar en este plan. A pesar de que estaba creyendo en todo lo que decía Yoongi ni siquiera sabe que versión tiene su mejor amigo sobre el tema que lo involucra.
Sabe que Hoseok no ignoró como ha estado actuando, y Jungkook a través de su indiferencia también parecía notar el cambio de ambiente.
Cuando llegó a la puerta de su salón vio que Seokjin no estaba allí, aunque en otra ocasión hubiera hecho el intento de buscarlo decidió que lo dejaría pasar.
A Yoongi no le gustará saber que en lugar de entrar a clase y comenzar a esparcir el rumor que se le asignó prefirió tomar su teléfono para enviar un mensaje.
Esperaba que Hoseok aclarara por si cuenta esto, así sabría en quien creer.
No costó mucho lograr escaparse del salón en cuanto leyó el mensaje. El profesor no prestaba mucha atención si tardaban en los permisos del baño, solo advertía que no hicieran nada que les costara un reporte.
Hoseok le dijo a Jungkook que tendría todo bajo control, quien tuvo que aceptar quedarse en clase para su aburrimiento.
La azotea del edificio escolar se había transformado en un pequeño lugar donde parecía que cualquiera podía ir a charlar sus problemas con amigos o tener un tiempo a solas.
Hoseok, con su cabello ligeramente despeinado y su energía contagiosa después de correr por los pasillos, había encontrado a Jimin en este refugio al aire libre, apartado del bullicio habitual del aula.
Era uno de esos días en que el sol brillaba con fuerza y la brisa ligera hacía que las hojas de las plantas se movieran suavemente.
Jimin estaba sentado en un banco, absorto en un libro, pero su concentración parecía quebrada.
Hoseok se acercó con pasos decididos, observando la expresión tensa de su amigo. Habían pasado un buen rato en la mañana, y la preocupación de Hoseok por la actitud extraña de Jimin se había intensificado.
—Jimin-ah —dijo Hoseok, con una mezcla de curiosidad y preocupación en su voz—. ¿Puedo hablar contigo un momento?
Jimin levantó la vista, mostrando una expresión que combinaba sorpresa y ansiedad. Sus ojos, normalmente tan abiertos y vibrantes, ahora parecían turbios y esquivos. Intentó esconder el libro detrás de él, pero Hoseok ya había visto el título de la portada.
Demonios entre nosotros, ¿Que debo hacer? Decía este libro.
—Hoseok, no es el mejor momento... —Jimin murmuró, intentando sonar casual, pero su voz temblaba ligeramente.
Hoseok se sentó junto a él en el banco, sus ojos fijos en el rostro de Jimin. La atmósfera del jardín, que debería haber sido relajante, se sentía densa con la tensión no expresada.
—¿Qué está pasando? Te noto raro hoy. ¿Hay algo que quieras contarme? —preguntó Hoseok, su tono más serio de lo habitual.
Quiza pasar tiempo con Jungkook había logrado contagiar su método de interrogación que hacía cuando le preguntaba a Hoseok como había estado su día.
Jimin desvió la mirada hacia el jardín, sus dedos jugueteando con la hebilla de su mochila. Hoseok notó que su amigo estaba claramente inquieto, algo que no pasaba desapercibido.
—Es solo... —Jimin empezó, pero se detuvo en seco, luchando por encontrar las palabras correctas.
Hoseok se inclinó hacia adelante, su mirada expectativa.
—Si hay algo que te preocupa, quiero que lo compartas conmigo. ¿Hay algún problema que debo saber? ¿O hice algo mal? ¿Mi familia te contó algo?
Jimin negó silencioso.
—¿Es...es Jungkook?
El rostro de Jimin se tornó pálido, y sus ojos se agrandaron. Su respiración se aceleró, y Hoseok pudo ver el temblor en sus manos.
Normalmente está situación era al revés, Jimin siempre estaba allí cuando algo pasaba en su casa y le insistía en saber cómo ayudarlo.
Finalmente, Jimin habló con voz casi inaudible, como si temiera que alguien pudiera escuchar.
—Ayer, mientras salía de clase, Yoongi me dijo algo raro... —Jimin miró a Hoseok, su expresión llena de preocupación—. Mencionó que tú estás bajo el control de un demonio. Según él, Jungkook es el demonio, es tu novio y te está manipulando para una cosa de poder sobre el mundo.
Hoseok se quedó boquiabierto, la sorpresa y la confusión claramente visibles en su rostro. Realmente habría esperado todo menos esto.
No planeaba que Jimin supiera esto tan temprano, consideraba contárselo en un par de semanas cuando al menos ya no viviera en su casa. O que Jungkook aprobara contárselo a alguien más.
Los cálidos rayos del sol parecían de repente menos reconfortantes, y el suave murmullo de las hojas se convirtió en un sonido lejano y sin sentido.
—¿Qué? —dijo Hoseok, la incredulidad en su voz—. ¿Yoongi te dijo eso? ¿Y tú crees que es verdad?
Jimin sacudió la cabeza rápidamente, tratando de ordenar sus pensamientos.
—No estoy seguro de qué creer. Yoongi parecía convencido, pero yo sé que tú y Jungkook tenéis una relación especial. No entendía por qué Yoongi diría algo así a menos que hubiera algo más detrás.
Hoseok se pasó una mano por el cabello, tratando de recuperar la compostura. Miró hacia el horizonte, pensando en cómo explicar la situación.
Jimin no merecía una mentira más, estaba igual de aterrado como cuando él se enteró de todo sobre su familia. Pero si le contaba la verdad no estaba tan lejos de la posibilidad de que se lo contara a Yoongi y ellos hicieran algo contra Jungkook.
Si bien Jungkook no le tomaba importancia a lo que pensaban los humanos, sabe que aún así tener el peso de una amenaza lo tendría más ocupado.
—Si te cuento la verdad, ¿Puedes prometer que será un secreto entre nosotros?
Jimin lo miró y asintió.
Hoseok esperaba que su tatuaje no atrajera a Jungkook en este momento. Después lidiará con él.
—Jungkook, si es un demonio.
Jimin jadeó sorprendido de su declaración, como si esperaba que negara lo que sabía.
—Es... complicado. Sí, es mi novio pero tampoco lo es, y no está controlándome. Esto tiene que ver con mi familia, ellos han hecho una especie de venta de almas colectivas desde siglos atrás y Jungkook solo es parte de esta locura. Pero al contrario de lo que esperaban todos, Jungkook ha estado protegiendome de ellos. Por eso está aquí, fingiendo estudiar conmigo y salir juntos.
Jimin lo miró con una mezcla de alivio y duda.
—¿Entonces todo esto de tener poder en el mundo, no es cierto?
Hoseok asintió, intentando mostrar seguridad a pesar de la confusión en su mente.
—No, Jimin. Lo que te dijo Yoongi es una locura. Jungkook y yo estamos juntos porque así decidió mi familia sin consultarnos alguna vez, y lo que hay entre nosotros es porque no tenemos opción. Puedo asegurarte que si fuera un demonio muy malo, nunca habría dejado que escapara de casa.
Jimin parecía aliviado, pero la preocupación seguía en sus ojos.
—Siento haber estado tan nervioso. Solo quería asegurarme de que estuvieras bien.
Hoseok le sonrió, agradecido por la preocupación sincera de su amigo.
—Lo aprecio. Gracias por hablarme. Si algo te preocupa, siempre puedes contar conmigo.
Ambos se sentaron en silencio durante un momento, mientras el sol seguía brillando sobre el jardín de la azotea, un símbolo de normalidad en medio de la tormenta de rumores y secretos.
—Entonces Jungkook es quien dejó esa caja de pollo anoche, ¿Cierto?
Hoseok sonrió al recordar lo bien que habían pasado la noche, estuvieron balbuceando hasta que Jungkook tuvo que ir a su oficina para corroborar que su trabajo fue recibido. Pero olvidó botar la caja en la basura.
—Deberia pedirle que haga mi examen de historia, seguro me servirá de mucho.
Ambos rieron, Hoseok atesoró que aún en esta situación Jimin no interfirió en su vida. Lo aceptó al saber que confiaba en él.
Eso le regaló esperanza en que su familia y él quizá pudieran arreglarse.
La brisa ligera y el susurro de las hojas ofrecieron un pequeño consuelo, mientras Hoseok y Jimin trataban de dejar atrás las sombras de la confusión y enfocarse en el valor de su amistad.
Al timbrar para salir de la última clase, Jimin acomodó sus cosas y se encontró con Hoseok en el pasillo. Al final decidieron que podrían ir a tomar algo y Jimin fue aprobado por Jungkook para poder saberlo todo.
Jungkook siguió indiferente, solo sonrió de ver a Hoseok más tranquilo y las nuevas emociones que estaba experimentando volvieron a él.
Los tres se dirigieron a la entrada, donde Yoongi parecía estar esperando a alguien.
Jimin se detuvo firmemente.
—Los alcanzo en un segundo.—les dijo a sus amigos y se quedó allí.
Yoongi respiró profundo, como si supiera ya que estaba pasando.
—No puedo ayudarte, estuve pensando y creo que deberías dejar de leer muchas cosas. Hoseok me contó todo y en realidad solo es Jungkook siendo Jungkook, no es un demonio. Solo es alguien demasiado serio y vanidoso.
El mayor cruzó los brazos un poco ofendido por su cambio de bando.
—¿Que te hizo dejar las dudas que tenías?
—Solo confío en mi mejor amigo, nos vemos —hizo una reverencia antes de irse.
Dejando a Yoongi reflexionando en qué puede hacer ahora.
Jimin ahora sabe todo y Yoongi no desiste uhh.
¿Que les pareció este capítulo?
Ya vamos para el capítulo 10, pero aún falta mucho para que termine esta historia ♥️ esperen la siguiente actualización.
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