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Principal Sospechosa

Todo ocurrió demasiado rápido. Todavía no podía creer que toda esta mierda de verdad estuviera pasando. 

De verdad yacía en el suelo un cuerpo sin vida. Akali lloró pensando que Twisted se levantaría, como el demonio inmortal que supuestamente era. 

Deseó que así fuera. Pero no. 

Ahí estaba Twisted Fate. Seguía siendo un mortal y simple humano. Un humano muerto de un disparo en la cabeza, ¡un disparo que el mismo se propinó, JODER! El ex novio de Evelynn se acababa de quitar la vida frente a los ojos de la ninja, y lo peor de todo: Akali aún sostenía entre sus manos el arma suicida. 

"Esto no puede estar pasando" pensó ella soltando, por fin, la pistola que cayó sobre el suelo lleno de polvo y piedras pequeñas soltando un ruido cóncavo, como si no fuera la gran cosa y como si ese pequeño objeto no acabara de asesinar a un hombre gigantesco y rudo. 

—Twisted, por lo que más quieras, ¡levántate! —exclamó Akali, aterrada.

No hubo respuesta. 

Frente a ella tenía una escena que la perseguiría por siempre y probablemente también recordaría los últimos segundos del demonio. No iba a olvidar con facilidad esos ojos cargados de frustración, ira, sufrimiento y orgullo ni la forma desesperada en la que él aferró sus grandes manos a las manos de la ninja para forzarla a sostener el arma mientras se apuntaba a sí mismo en dirección a su boca, todo para finalmente apretar el gatillo y ser atravesado por una bala que le hizo perder la órbita de los ojos a medida que estos se llenaban de sangre y el cuerpo se desplomaba en el suelo. 

Akali miró sus dedos salpicados de sangre y supuso que su cara y su ropa debían estar en la misma condición ¡Esa bala le reventó la jodida lengua a ese sujeto! ¿cómo se supone que debía superar una imagen como esa? 

Tembló como una niña pequeña y asustada a pesar de que todo el peligro ya había pasado. Talon y su auto no estaban por ningún lado. A la chica no le quedó más remedio que volver hasta el asentamiento urbano sola y caminando en medio de la oscuridad hasta que la sorprendiera el alba afuera de la estación de policía; ahí sería su próxima parada. 

Se sentía con el deber de contar a las autoridades la terrible tragedia, aunque le parecía irónico no hacerlo por una demanda contra Twist y el otro sujeto como hubiera imaginado. 

¿De qué carajos servía ahora demandar a un muerto? 

Tenía la esperanza de que cuando la policía acudiera al lugar de los hechos, el cuerpo de Twisted ya no estuviera, que siguiera vivo incluso era una buena opción pues existía todavía la posibilidad de que el muy desgraciado le estuviera jugando una broma muy mala y pesada para vengarse de ella. 

Su teléfono sonó con una llamada entrante mientras caminaba de manera lenta y desganada por el camino pedregoso. Sacó el aparato con desconfianza y vio el nombre de Eve escrito en la iluminada pantalla. 

Debía contestarle, naturalmente; había tenido sexo del bueno hacía unas pocas horas atrás y no quería hacer sentir a su chica usada. La amaba y quería hacerla sentir querida siempre aunque las cosas no fueran tan bien -de hecho, terriblemente mal- como ahora. 

—Hola —contestó tratando de ocultar su angustia y sonar tan apática como era su costumbre. 

"¿Estás bien?" fue la sorprendente pregunta de Evelynn. Akali olvidó como articular las palabras por un momento. Se paró en medio de la carretera desértica y sobó su frente con su mano libre, pues sentía la bilis subiéndole a la boca. Qué malo era esto. Deseó con todas sus fuerzas decirle a su demonia que todo estaba bien y que contaba los minutos para verla otra vez ¿por qué tenía que ser tan difícil amarse libremente?

Para ser honestos, nada andaba bien. Mordió su labio inferior y se obligó a enfrentar con valentía lo que estaba ocurriendo. Y sola. Evelynn no querría saber a las cinco de la madrugada que su perturbado ex novio le había hecho a su actual casi novia una emboscada para, finalmente, quitarse la vida delante de ella. No, por favor. 

"No contestabas mis llamadas, creí que te habías dormido en el Uber" continuó Evelynn, "¿Por qué no contestabas mis llamadas?"

Akali siguió guardando silencio. 

"Kali, ¿estás ahí?" insistió la súcubo "¿Estás bien?"

—Sí, Eve... Sí, podría decirse que estoy... Bien. 

Estaba viva, ¿no? Eso era lo realmente importante. Además, twisted ya no molestaría a Evelynn, a menos que se hiciera un espectro para venir a jalarla de los pies, pero eso sería un problema... mínimo. 

—Ya descansa, hablamos más tarde ¿sí?

"De acuerdo" Hubo cierta decepción en la voz de la Súcubo. Creyó que Akali también terminaría perdiendo su interés en ella. 

—Te quiero, Eve... Todo va a estar bien —susurró la chica con suavidad antes de colgar la llamada y guardar su teléfono en el bolsillo. 

Interrogaron a Akali hasta el cansancio en la central de policía. A la ninja le pareció casi grosero que la pareja de detectives de turno la mantuvieran en una fría y húmeda sala de cuatro metros cuadrados, sentada en una silla vieja de ecocuero negro y gastado justo en frente de un escritorio vacío como si ella fuera la asesina e ignorando brutalmente que ella era casi tan víctima como Twisted. Estaba cansada, lastimada, angustiada y anonadada con todo, pero la única diferencia es que estaba viva. La chica cerró los ojos y deseó por un breve instante haber muerto también para ahorrarse todo ese mal rato. 

Pensó de igual manera en todo aquello que sucedería si el ex novio de Evelynn seguía siendo un cadáver desangrándose en un terreno baldío para cuando la policía fuera a corroborar los hechos narrados por la joven. En palabras simples, todo se iría al carajo: la reputación como idol de Akali, KDA y, por supuesto, su relación con Evelynn; y eso era nombrar solo algunas de las cosas que para ella eran actualmente importantes y que del mismo modo se verían afectadas. 

Se quedó aguardando el veredicto final, agotada y silenciosa después de una noche intensa tanto en el buen sentido, como, por desgracia, en el malo. La policía se encargaría de confirmar la presunta muerte de Twisted en el terreno baldío y casi desértico a las afueras de la ciudad que la ninja había indicado. Demás estaba decir que pasó a ser automáticamente la principal sospechosa de la muerte de ese hombre que momentos atrás había intentado matarla también. Requisaron las armas de las chica en las cuales había rastros de sangre... Y eso ya era empezar mal. Mierda.

La policía llegó pasada una hora con el informe y para la mala suerte de Akali, efectivamente, el cuerpo de Twisted fue hallado sin vida en el lugar señalado y el arma involucrada actualmente estaba en manos de la policía y sería útil para la investigación. Genial, pensó la ninja con sarcasmo, lo único que encontrarían en esa cosa serían sus huellas y, por si eso no fuera suficiente, era cuestión de tiempo para que descubrieran en sus armas la sangre del demonio y luego el servicio médico forense encontraría los cortes de piel en el cadáver, indicadores irrevocables de la batalla que ambos tuvieron antes de que todo acabara en tragedia. 

"Voy a hacerte infeliz toda tu vida, hija de puta" recordó Akali con pesar. Apoyó los codos en la mesa de acero y sobó su nuca con sus temblorosos dedos suavemente. 

Maldito fuera. Este era su plan desde un principio. 

—¿Qué le pasa? —le preguntó el detective sentándose en la silla al otro lado del escritorio. Supuso que estar de pie iba a poner a la joven todavía más nerviosa.  

El detective era un hombre que bordeaba el medio siglo de edad, pero, probablemente, su obsesión por mantenerse en forma y saludable para el trabajo lo hacía verse más joven. Lo apuesto lo aportaba su traje gris pues, a decir verdad, era un sujeto bastante difícil de mirar.  

—Nada. Solo estoy cansada. —Akali soltó su cabeza y miró al hombre con la mirada apagada. — Ya les expliqué lo que pasó, quiero irme a casa. 

—Tengo algunas preguntas que hacerte antes de eso —comentó el hombre posando los antebrazos en la superficie que había entre ellos y cruzando los dedos de ambas manos tratando de disimular su impaciencia. 

Como Akali temía, la juzgaron.

—¿Por qué querría este hombre, Twisted Fate, hacerle daño? Usted me dijo que se conocían. 

—Sí —afirmó la chica, "Por desgracia" pensó. 

—¿De dónde se conocían?

Akali echó la cabeza un poco hacia atrás recordando dónde fue la primera vez que lo vio. 

—Hice un trío con él y otra chica —respondió finalmente, sin tapujos. —Esa chica acabó su relación con él, él me culpó a mí y nunca pudo aceptar que lo hubieran dejado. 

—Y por una chica. —Fueron las palabras del hombre. —¿Cuál es el nombre de esta chica? La ex novia de él...

Oh, no. Evelynn ya tenía problemas con la justicia por ser sospechosa de la muerte de sus ex novios; novios que el mismo demonio reconoció haber matado. Decir el nombre de la súcubo sería darle motivos a la policía para sospechar también de ella. 

—No lo sé —mintió Akali, demasiado dubitativa. Se sentía sumamente exhausta e incapaz de pensar en la mejor opción para Evelynn. Solo sabía que quería protegerla porque la amaba y no se le ocurrió una mejor idea que negarla. —El problema de Twist era conmigo... Era a mí a quien buscaba —continuó en una desesperada manera por centrar la atención de la policía de nuevo en ella. No pensó que, de todas formas, era obvio que iban a dar con Evelynn tarde o temprano. 

Bufó cargada de frustración, pero solo cerró los puños para no demostrarlo. Siempre odiaría verse débil delante de los demás. 

—¿Usted y esa chica tenían algo?

—No —negó enseguida, sin mirarlo a los ojos. 

—... Ok. Me dijo que usted acababa de salir de la casa de su pareja, ¿por qué simplemente no se quedó en casa de él por todo lo que restaba de noche?, digo, era peligroso. Ya era de madrugada y usted andaba sin auto propio, ¿acaso iba a llegar la esposa de sujeto?

Qué carajos acababa de insinuar ese detective. Akali figuró una breve mueca de asco frente a la implícita acusación. Si ya le estaba aguantado con mucho esfuerzo que el detective la tratara de hetero; el que la tratara como si fuera "la amante" le pareció insólito.   

—No me podía quedar, pero por trabajo. 

—¿El no fue capaz de ir a dejarla a su casa? Aunque... Los ninjas son por lo general...

"¿Esta mierda es en serio?" se preguntó la chica. 

—Mire. —Levantó la cabeza y subió la voz apenas un tono para expresar su descontento. —No sé lo que usted está insinuando pero, por favor, deténgase ¿Acaso es ilegal volver a casa a las tres de la madrugada? 

—No —dijo el policía sonriendo un poco. —Pero es peligroso... para cualquiera, ya sea hombre o mujer. Son tiempos peligrosos. 

—Soy una ninja, es verdad y no siento vergüenza alguna de mis raíces, aunque aparentemente esto también le parezca sospechoso. Siento que está juzgándome por todo; por mi descendencia, por el barrio al que pertenezco, por andar sola, por ser mujer, por disfrutar de mi sexualidad. —miró al hombre fijamente a los ojos. —YO NO LO MATE —reconoció, con energía. —Lo que sucedió no es mi culpa, ¿No le parece injusto? piense un poco en qué hubiese pasado si la víctima fallecida hubiera sido yo; si tan solo yo no hubiese sido la mujer fuerte que soy, ¡la ninja que soy! Ese hombre habría cumplido con su acometido, yo estaría muerta o seriamente lastimada y él, definitivamente, no estaría aquí siendo brutalmente juzgado. 

—¿Piensas que eso habría pasado solo porque él es hombre? —El detective levantó una ceja, tenía una feminazi en frente y pretendía debatir con ella, pero Akali puso los ojos en blanco. 

—NO —aseveró. —Pudo haber sido también una mujer, pero no lo fue, fueron dos hombres y uno de ellos lamentablemente salió muerto, pero yo no disparé, ni siquiera sé si puedo apelar a la legítima defensa, porque luché por mi vida mientras pude, pero él cometió suicidó. 

—Va a estar difícil, señorita, no hay testigos —dictó el detective. —Quedará en libertad, pero seguirá siendo la principal sospechosa.  

Nota de la autora

Y la culpa no era mía, ni dónde estaba ni cómo vestía 🎶 :v
Recuerdenlo siempre.
El resto de la canción me parece que violenta y pasa a llevar al otro género, pero siento que es necesario tener muy claro que las malas intenciones de terceros no son nuestra culpa.

Eso. Gracias por leer. Sean felices niños.

Los adoro

Magaa






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