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"No es por nada, pero Akali es lesbiana"

—Su nombre es Wukong. 

No era muy apuesto su novio, para ser honestos, pero tenía encanto y parecía ser leal y dulce, era un mayor de la armada que había ascendido alto a pesar de su corta edad a causa de su comportamiento intachable acompañado de buenas aptitudes físicas. Al igual que Ahri, no tenía vicios y presumía un modo de hablar educado y suave no esperable en alguien uniformado, pero si estaba vistiendo esa ropa y alardeando cuatro estrellas en el hombro era por algo. La Kitsune y el soldado hacían una muy bonita pareja, pues ambos eran seres de naturaleza apacible y comprensiva, sin embargo guardaban un carácter digno de líderes. Wukong presumía además un excelente estado físico y su cabeza iba acorde con su cuerpo musculoso como no pasaba en la mayoría de los casos aunque, fácilmente, las chicas podrían haber dejado pasar un detalle como ese solo perdiéndose en sus fuertes brazos casi estrangulados por la camisa de manga corta.

—Ah, ¿no estabas soltera?, Dios, haz lastimado mi corazón —comentó Akali con voz calmada llevando su mano al pecho fingiendo dolor. En seguida dejó el drama y soltó una ligera risita junto a todos los demás incluyendo al joven soldado. Evelynn solo sonrió de manera forzada, pues su personalidad posesiva y celosa veía verdaderamente a Ahri como una amenaza. 

—Kali, qué bien te ha hecho el gimnasio —exclamó Kai'sa casi interrumpiendo a su compañera. —Mira lo perfecto de esos brazos, joder, todo en su lugar.

—Podrías jugar a las vencidas con Wu —bromeó Ahri.

—Y ganar, por supuesto —dijo la ninja separando sus palillos de madera para disfrutar de su sopa con una sonrisa retadora que encendió el ánimo de las chicas.

Wukong, siguiendo el juego, levantó su brazo para presumir su bícep en todo su esplendor y Akali lo imitó. Claramente, el brazo del mayor era más grande que el brazo de la joven, pero la ninja no estaba mal, de hecho, sus brazos tonificados la hacían ver sumamente sexy y fuerte. Evelynn cruzó las piernas de manera inconsciente y mordió su labio inferior si afortunadamente nadie la notara.

—Evelynn está soltera, Wu, quizás quiera conocer a Talon, ¿qué piensas? —comentó la kitsune de pronto a su chico. 

—Talón también está soltero. Harían una buena dupla juntos —comentó el mayor con una sonrisa en medio de su recortada barba. —Salgamos en grupo y veamos qué pasa. 

—¡Se pensó y se hizo! —exclamó Ahri, dando aplausos cortos para demostrar su entusiasmo. —¿Te gustaría? —Miró hacia su amiga con ojos muy vivaces. 

—Claro, ¿por qué no? —dijo Evelynn, obligándose a sonreír.

—Kali, ¿quieres ir, cariño?, ¡será divertido!

Akali pensó un poco la respuesta, pero finalmente sonrió.

—No, gracias. Tengo planes con alguien más para ese fin de semana —soltó llena de misterio.

Era agotador para ambas su juego de ir y venir. Akali se empeñaba en no ser el juguete de Eve y mientras, la demonia se negaba a aclarar sus sentimientos y ser franca consigo misma. Gran parte de ella se negaba a creer que pudiera estar enamorada de una mujer ¡De una mujer! joder, ni pensarlo. 

Aceptó salir con el amigo de Wukong, soldado también, solo para olvidar su tormentosa relación con Twisted, quien por fin había dejado de insistir. Quería comenzar de nuevo, y esta vez en serio, quería a alguien que la quisiera de verdad para empezar a hacer las cosas bien pues su edad ya estaba avanzando y, aunque en el fondo doliera, tenía que dejar ir a Akali para que viviera todo aquello que le correspondía. Estaban en etapas distintas y no iba a privarla de disfrutar de lo que aún le restaba de adolescencia, aunque en varios aspectos ya fuera toda una mujer.

Cerró los ojos para imaginar que tenía a su ninja sobre su cuerpo desnudo y no a Talon. Estaba ebria, agotada después una extenuante fiesta llena de música, alcohol, drogas y baile en tacones de 15 centímetros con la música a todo volumen. Lo único que quería era llegar a casa y quitarse todo, pero de improviso salió su lado libertino y desinhibido cuando la granadina subió a la cabeza y pronto se vio besando a su compañero de fiesta en plena pista de baile. Lo llevó a su departamento porque eran las tres de la mañana y su lado oscuro y lujurioso le exigía sexo duro y del bueno. Era una súcubo, no esperaba más de ella misma que romper el límite de todo sin importarle nada, estaba en su naturaleza adorar el pecado y los placeres, no obstante, en medio del acto cerró los ojos e imaginó la mirada posesiva e intrigante de Akali sobre sus propios ojos, y sin abrirlos aferró sus manos al rostro de Talon para atraerlo hacia ella y besarlo con erotismo y también con implícita necesidad de afecto.

—Tócame... — "Akali" pensó, pero se detuvo porque aún estaba lo suficientemente consciente como para saber que ese no era su chica porque, de partida, estando con Kali no habría tenido la necesidad de rogarle que la tocara.

El muchacho deslizó sus manos por el cuerpo curvilíneo de la demonia. Talon no se merecía eso, pero ambos sabían que era sexo casual y además el chico era un excelente compañero sexual, por lo que valía la pena intentarlo.

—Tócame aquí —exigió sacando su lado caprichoso e impaciente mientras guiaba la mano del soldado hacia su sexo humedecido.

Talon, excitado por la efusividad de una mujer demandante, se incorporó un poco para restregarle la erección que aún guardaba bajo su bóxer de Calvin Klein. Claramente, iba a ir directo a lo que él quería, pero, para sorpresa de Evelynn el chico le separó las piernas antes de plantar su boca directo sobre esa vagina apetecible.

El jadeo de la amiga con derecho de Akali inundó la habitación pequeña y desordenada en la que estaban. La chica dejó que la ninja comiera de sus pliegues con ansia, Akali succionó como solo ella sabía para finalmente penetrarla con tres de sus dedos largos y delgados, tocando la piel rugosa de su interior y disfrutando de acariciarla. Esa sensación en la yema de sus dedos la excitaba de sobremanera, más todavía cuando notaba como lo estaban disfrutando sus parejas sexuales. Se lo dejaban en claro chorreando fluidos a raudales y gimiendo como posesas.  

Akali cerró los ojos y sintió la mirada de su demonia favorita sobre ella. Quería perderse en ese momentos en sus ojos color ámbar, ardientes y bellos, los cuales le reprocharían duramente esta traición. 

"Por qué Akali, si sabes que puedo darte eso y más". 

Amaba oír a una mujer gemir, Akali se excitaba excesivamente escuchando lo que para ella era música, pero, como buena amante, sabía que no todas las mujeres gemían igual y sí, quizá estaba encaprichada con Eve, pero ninguna de sus amantes se escuchaba más hermoso que ella, tanto en el canto, como en la cama. 

No quiso abrir los ojos mientras hacía el trabajo con su boca. No quiso ver que en realidad no estaba con ella. No quiso recordar que la demonia estaba en ese minuto con alguien más.

De pronto, Talon se detuvo y esto forzó a Evelynn a abrir los ojos. La chica levantó la cabeza para verlo ponerse un preservativo.

"Ahí lo tienes... Eso que tanto dices que prefieres" pensó con sarcasmo en su cabeza, dejándola caer de vuelta a la almohada. 

Akali tenía razón. Si nos guiáramos solo por lo que hay entre las piernas de una persona, cualquiera podría satisfacernos. 

Fue entonces cuando se dio cuenta de manera brutal que el género no era lo realmente importante. 

Lo que realmente quería la demonia, por fin, después de tantos años disfrutando del sexo sin tapujos era ver la cara de una persona que para ella fuera realmente especial y a su vez, anhelaba que ésta persona en cuestión la hiciera sentir única e irresistible. No solo como... alguien más.

Cerró los ojos sintiendo un apremiante deseo de llorar. 

Deseaba a una mujer. 

No, demonios. Deseaba a Akali.

Akali dejó caer su cuerpo en su lado de la cama en silencio. Sumergió su rostro en la almohada y ahí se quedó, inmóvil.  La amante de turno sonreía en silencio y respiraba de manera agitada por el esfuerzo, removía sus piernas desnudas y rozaba sus muslos llenos de fluidos. La piel había quedado tan sensible y llena de mordidas como su clítoris después de los cinco orgasmos que la ninja le provocó sin siquiera dejarla descansar. Era una salvaje. Una sexy salvaje. 

Kali casi estaba esperando el chiste malo al más puro estilo de cierta súcubo heterocuriosa antes de dormirse, pero éste nunca llegó.

—¿Hey, qué tal estuvo ese fin de semana con Talón? —preguntó Ahri inocentemente a su amiga, observando detenidamente qué tal le quedaba su atuendo frente al espejo del enorme probador improvisado. —¿No es muy corto este short?

—Es un short, Ahri —comentó Evelynn, con sarcasmo, aunque estaba justo al lado de Ahri haciéndose la misma pregunta internamente con respecto a su propio outfit y frente al mismo espejo.

—¡No me esquives la pregunta! —berrinchó la líder como una niña.

—Estuvo genial, ¿sí?, tal vez se repita —comentó la súcubo, sonriendo con ese aire pícaro.

—Me alegra escucharlo, pequeña —comentó la kitsune antes de echar un vistazo al resto de las chicas.

Kai'sa estaba batallando con colocarse unos botines negros y Akali estaba concentrada viéndose bailar con la ropa frente al espejo. La ninja no podía explicarse en qué momento se había vuelto tan vanidosa. Probablemente se debía al hecho de rodearse de chicas tan bonitas. Se sentía con la implícita obligación de no desentonar.

Estaba observando qué tan bien lucía su trasero en esos leggins de cuero cuando se percató de que Ahri estaba a su lado observándola, muy sonriente.

—Luces muy bien —le hizo un cumplido muy honesto y amable a la bebé del grupo, porque quería animarla y porque conocía todo el esfuerzo que Akali estaba colocando en el gimnasio y en sus clases de canto y baile.

La ninja se sonrojo y agradeció el cumplido bajando la mirada, muy cohibida.

—Tú... tú también luces bien —se atrevió a decir, aunque fuera muy en contra de su personalidad discreta.

La kitsune era alguien rebosante de dulzura y humildad a pesar de su despampanante belleza, parecía una deidad con su mono negro y sexy unido a un top blanco que abrazaba su busto, sin embargo, parecía no estar conforme con lo que veía frente al espejo.

—¿Qué es lo que tanto te ves, Ahri?, ya me estás poniendo nerviosa, de verdad —comentó Evelynn acercándose a ambas chicas y entrometiéndose en la conversación.

—Confieso que este traje tiene un poco de relleno en el busto —confesó. 

Sí. Akali ya lo había notado. Ahri tenía un busto pequeño y la experiencia había convertido a la ninja en alguien realmente buena para percibir ese tipo de detalles.

—Se nota mucho, ¿creen que se ve vulgar?

—Sigue viéndose muy bien —opinó Akali.

—Eso disimula todo lo que se te han caído los senos con la edad.

—¿Por qué me tratas como una mujer de setenta, Evelynn?... ¿De verdad tengo los senos caídos?

—Ahri, no seas tonta, cariño, ¡solo bromeaba!

Akali se acomodó la gorra, bajando la cabeza y de este modo se dio el lujo de sonreír a escondidas después oír eso. Otra vez Evelynn y sus bromas malas haciendo de las suyas.

—Yo sé que Akali va a darme su opinión sincera —dijo Ahri entonces, acercándose a la ninja y tomándola por ambas muñecas. —¿Crees que mis senos están caídos?

Y Boom! Sin quererlo, ni presagiarlo, las manos de Akali se vieron sobre los pechos de la kitsune por encima de su top. 

—Dile que sí, Kali —alentó Kai'sa muy divertida con la escena.

Akali ni siquiera podía pensar con claridad, estaba en el paraíso. Al carajo los coqueteos de chica hetero de Evelynn, ya todo le importaba un nabo después de un momento tan glorioso como ese. 

—No es por nada, pero Akali es lesbiana.

Hubo un silencio incómodo en el improvisado probador que pareció durar una eternidad. Evelynn, presa de unos celos que jamás reconocería, acababa de soltar la bomba como una víbora destilando todo su veneno.

Ya estaba. El secreto mejor guardado de la menor de las integrantes, por fin había sido revelado.

Ahri, sabiamente, alejó las chichis de esa pequeña traviesa, retrocedió un paso y luego otro sin una expresión definida en su bello rostro de muñeca, hasta que de pronto algo comenzó a subirle desde el fondo del estómago hasta la garganta. Todas se llevaron las manos a los oídos anticipando su chillido con voz casi ultrasónica.

¡Kya!~

Akali, contrario a lo que todo el mundo hubiese creído, inclinó la cabeza dejando que la gorra ocultara su rostro y enseñara solo su sonrisa confiada por unos instantes.

— ¿No vas a decir nada? —le preguntó Kai'sa, sin creer lo que Evelynn acababa de decir. Esperaba a que la ninja se defendiera del bullying, así como solía hacerlo ella.

—¿Qué puedo decir? Si es verdad. Gracias, Evelynn.

—Oh, santos cielos —exclamó Kai'sa como solo un ángel podría haberlo hecho.

—Oh, no hay problema, nosotras te queremos como eres, cariño. —dijo Ahri, por fin saliendo del shock y recuperando su faceta maternal. —Haremos llorar a la chica que te haga sufrir, pequeña. —Fue hacia la ninja para abrazarla después de haberla espantado con su chillido. —¿Ya hay una afortunada a la que debemos conocer?

—Tal vez —confesó con una sonrisa.

Nota de autora

Vean este meme y digánme si no nos representa a algunos jajaja #todossomosteamAhri!

Gracias por elegir al novio de la kitsune, niños, son los mejores!

Será hasta la próxima. Sean felices, no sean Evelynn en la vida Jaja. No se olviden de la estrellita.

Los amo.

Magaa.

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