Especial Año nuevo: Unión de dos mundos
20 de diciembre, departamento de Evelynn, 22:43 hrs
-Kali, por favor -gimió Eve boca arriba y totalmente desnuda sobre el piso de su departamento, Akali estaba desnuda como el día en que nació y apegada al precioso cuerpo tibio de su amada. Yacía de costado, demasiado cerca de su excitada chica y, como era de esperarse, estaba dándole placer.
La súcubo se corrió nuevamente a la vez que arqueaba su escultural cuerpo en el suelo. Su labio sangró y Akali la miró creyendo que algo malo había pasado, pero su fresa salvaje solo se había mordido el labio inferior demasiado fuerte como prueba irrefutable del extremo placer sumado a su orgullo demoníaco tratando de reprimir un inevitable y fuerte gemido, sin éxito.
Los largos y finos dedos de la ninja se adentraron en ese tibio cuerpo para acariciar el área ligeramente rugosa que abarcaba el punto G y de este modo, consiguió hacer que el orgasmo de su compañera se extendiera sin medida. Akali se inclinó hacia adelante y metió uno de los erectos pezones de su chica en la boca sin dejar de mover sus dedos en el interior de ese voluptuoso cuerpo. Su lengua se movió rápida sobre el pecho que tenía más cerca y percibió ligeramente la mano de Evelynn jalando su cabello para posteriormente empujarle la nuca hacia su centro, así no dejaría de hacer eso tan delicioso. La morena dio pequeños golpecitos con la lengua de un lado a otro y sus dientes rozaron el arrugado botón muy, muy suavemente.
-Más fuerte, Kali -pidió Eve sin aliento, echando su cabeza hacia atrás y levantando sus piernas porque la prolongación de su exquisito orgasmo le exigió encoger hasta los dedos de sus pies.
Kali encontró su propio placer en los gemidos de su bella demonia. Movió los dedos dentro y fuera de ella, metiéndolos hasta los nudillos mientras succionaba su pezón tirándolo también con sus dientes. Su respuesta fue un rudo jalón de cabello, pero Kali la adoraba todavía más cuando se ponía agresiva, y ella lo sabía. Eve sabía que su chica la quería tal cual ella era, sabía que ambas podían encontrar el más dulce de los placeres solo admirando la belleza de sus cuerpos desnudos o acariciándose en la oscuridad con lentitud y ternura.
La joven ninja sonrió con suficiencia.
-Kali -comenzó a susurrar Evelynn, llevando dos dedos a su preciosa boca roja con el labial intacto para acariciar su labio inferior herido.
-Mande -susurró la ninja, levantado la cabeza.
-Yo...
La súcubo se cubrió la frente y los ojos con el antebrazo, Akali pudo ver como su chica se sonrojaba todavía más. Lo notó porque hasta sus orejas cambiaron de color.
- ¿Tú qué? ¿Quieres que coma de tu preciosa...
-¡NO LO DIGAS! -Apretó las piernas con su intimidad humecida hasta los muslos. Sentía esa extraña mezcla entre risa, vergüenza y ni hablar de la corriente placentera que subía como fuego por todo su cuerpo, y solo con imaginar a su chica lamiéndola.
Era una demonia, sí. Que no sabía amar, decían. Que era rebelde, manipuladora, ególatra, grosera decían, pero ninguno de ellos la conoció de manera tan íntima como esa chiquilla con aires de adulto.
Akali se levantó con calma, hizo a un lado la pierna de su chica, separando ambas extremidades. Le encantaba torturarla y hacer que se llenara de anticipación.
Evelynn apretó las nalgas de su chica con las manos para evitar que se moviera mientras ella se ondulaba debajo de la ninja. Akali sintió las uñas largas pintadas de borgoña mate y preciosas marcando la piel morena de esa humana que le pertenecía. Restregó el clítoris contra los labios mayores de su compañera. Akali la animó. Quería que hiciera lo que su cuerpo mandara de manera natural, porque no había nada más sexy que una mujer empoderada buscando su propio placer porque eso era lo que la volvía loca.-Eso es, mi nena. Utiliza mi cuerpo para tu placer.
Se movió sobre ella unas cinco veces con vigor y rápido para darle lo que quería y luego se quedó quieta. Rotó sus ligeras caderas, esas mismas caderas que Evelynn le había enseñado a mover para darle la fricción que su demonia necesitaba contra su clítoris. Además de lo mucho que la estimulaban esos movimientos a ella misma.
Eve gimió.
-Ay, Dios... justo así, Kali, no pares.
La ninja movió su cuerpo de manera enérgica y atrapó uno de los pezones de su compañera en su boca cuando esta arqueó la espalda nuevamente. Se las apañó para encontrar un ritmo regular que no fuera ni demasiado rápido ni demasiado lento. Ella se contoneó de manera sensual y arrolladora contra su bella Kali para ir en busca del placer de ambas, para unirlas más y para acompasar los movimientos.
La forma en la que las manos de Evelynn se aferraban a las nalgas de Akali y en la que sus mojados pliegues vaginales se contraían contra la carne suave de la otra mientras ésta se movía era indescriptible.
La joven ninja aceleró el ritmo, yendo más fuerte. Ayudó a su chica a alcanzar los niveles más altos de su clímax y se corrió con ella, guardando dentro de sus recuerdos más bellos lo preciosa que su demonia se veía bajo el suave resplandor de las lámparas de la sal y las velas. Una ligera capa de sudor cubría su cremosa piel, sus labios estaban hinchados y de un carmesí vivo y pecaminoso, y tenía los ojos cerrados con esas gruesas e infinitas pestañas cayéndole sobre la suave piel de los sonrojados pómulos mientras se dejaba llevar y hacer por el orgasmo.
La ninja se inclinó hacia delante para saborear esos deliciosos labios una vez, dos y hasta tres veces, todavía sin dejar de moverse, ni de disfrutar de ella. Los pechos de ambas estaban pegados los de una contra la otra, los labios de Eve lamieron los de Akali, y esta apuñó sus manos contra la suave alfombra sherpa cerrando los ojos y encogiendo su pequeño cuerpo por el prolongado placer.
Era demasiado, pero todavía quedaba más. De manera repentina, Evelynn dejó a Akali boca arriba y las posiciones de invirtieron y la demonia, con una sonrisa ganadora comenzó a inclinarse hasta el centro de su amada.
- ¿Qué estás....
-No preguntes, solo...
-Oh, sí que lo voy a gozar, ámonos -Y zas! le agarró la cabeza con ambas manos y hundió ese bello y tentador rostro en su vagina empapada del sabor de ambas. -Mierda...
La súcubo abrió la boca y Akali la hundió más en sus pliegues hasta que sus labios de rojo carmesí se cerraron alrededor del clítoris de su ninja.
Evelynn gimió de gusto mientras saboreaba de la tierna y rosada carne de su chica. Akali no soltó la cabeza de Eve y sus largos dedos se enredaron en el alborotado cabello de su demonia a la altura de su nuca. Desde ahí comenzó a mover su pelvis, subiendo y bajando para facilitarle a su chica las lamidas.
-¿Sabemos bien, cariño?
Ella respondió con un gemido sin apartarse de su trabajo, su mirada hipnótica se dejó ver entre esas largas pestañas al mirar hacia arriba y Akali chocó de frente con el pecado mismo; por si fuera poco, la súcubo la rodeó con sus brazos y sus uñas se volvieron a clavar en las nalgas de su compañera para acercarla más a ella y de ese modo poder hundirse más y beberla por completo. Eso fue todo lo que la ninja pudo aguantar. Se corrió gritando mientras alzaba su cuerpo y enterraba más todavía incluso la cara de Evelynn en su vagina que palpitaba con cada deliciosa ola de placer que corcoveaba por todo su cuerpo. Lentamente la demonia movió su cabeza adelante y atrás, dejando a su chica resbaladiza pero limpia.
Akali amaba y adoraba a esa bella mujer, estaba segura de que podía jurarlo.
Eve bajó del torso de su chica y se tumbó a su lado. Akali la rodeó con sus brazos y la apegó a su cuerpo para besarla una vez más.
-Guácala, qué cursi, Kali -rio Evelynn, correspondiendo (gustosa) a los mimos.
-¿Cursi yo? Cursi la gota de agua que regó la flor que contenía el algodón con el que se tejió el calzón que te sostiene esas nalgotas que te gastas, mamacita.
Ambas soltaron fuertes risotadas sin despegarse la una de la otra. La mano izquierda de Evelynn se apoyó en el vientre de su chica y esta bajó su propia mano para tocar la de su demonia.
-¿Vendrás con mi familia a celebrar navidad? -preguntó Akali volviendo a subir sus ojos negros hasta el rostro de su chica.
-Solo si tú pasas año nuevo con mi familia -argumentó la otra, levantando una ceja de manera retadora.
-A la verga, voy a conocer a Lucifer.
Evelynn le dio un suave golpecito en el hombro, aunque soltó una risa ronca y sensual con el mal chiste.
-Tomaré eso como un sí.
-Creo que no tengo opción. -susurró sonriendo, aún con diversión. -¿Vamos a la cama? Dormir en el suelo no es cómodo.
-¿Quién podría dormir en el suelo?
Akali levantó una cejacon una expresión de "¿estás retándome?" Evelynn se disculpó algoavergonzada, pues cayó en la cuenta de que era muy probable que su chicahubiera aprendido a dormir en todo sitio dada su raza.
25 de diciembre, Monasterio KinKou, 21:34 hrs
"Navidad con Akali"
Pensó que tal vez no estaba vestida para la ocasión. Pero, en su defensa, podía argumentar que no tenía ni la más mínima idea de a lo que Akali la había invitado. Jamás lo hubiera imaginado.
Su chica no le había dado muchas indicaciones. Solo sabía que estaba invitada por Akali a la ceremonia anual de gratitud dirigida por la orden de los Kinkou, y puede que conociera de antemano que ellos habían sido la cuna de su ninja favorita. Pero nada más. Con suerte, Evelynn daba las gracias a lo que sea que la hubiera llevado hasta ahí sin perderse. Su morena engreída ni siquiera se había dado el tiempo de llevarla ella misma, Eve la buscó en medio de la multitud que se agrupaba para entrar por un enorme portal, más no la encontró.
El portal era algo parecido a un torii, adornado en su altísima viga superior por las famosas campanas de viento, muy propias de la cultura nipona.
Sus zapatos negros de tacón alto no le ayudaron mucho a subir las enormes escaleras de piedra, y era una noche fría, pero los kimonos abundaban entre los asistentes a la ceremonia.
"Acabo de cruzar el... ¿torii?, y hey, ¿Vas a dignarte a venir a buscarme?" Mensajeó a Akali rápidamente y esta contestó.
"Me temo que no podré ir por ti, estoy ayudando aquí, pero toma asiento por mientras, nos veremos en un momento"
Caminó a paso firme por el sendero adornado de árboles con follaje verde y espeso a pesar de la temporada en la que estaban. Seguramente los cuidaban todo el año para adornarlos de bellas luces en esa época. Eran pequeños detalles que denotaban lo importante que era esto para Akali y su clan.
Durante el tiempo que estuvieron distanciadas supo que Kali había restaurado los lazos con los suyos, y algo muy bueno había salido de todo eso.
Aferró sus manos a la tira de su cartera y se deleitó con el bello paisaje. No pudo sentir más que orgullo de que su chica hubiera participado de todo esto.
-¡Hola! -la sorprendió el saludo de una mujer mayor de cabello negro adornado de cintas y vistiendo un kimono rosa con detalles rojos. Tenía con suerte unos cuarenta años a juzgar por su apariencia. -Mi nombre es Mayym, soy la madre de Akali
"Por el amor de Dios, es mi suegra"
No solo eso. Estaba frente a nada más y nada menos que la poderosa ex Puño de la sombra y líder prodigiosa entre los Kinkou.
-Oh, yo soy Evelynn.
-Lo sé, soy tu fan. Akali me ha hablado mucho de ti.
Evelynn sonrió con timidez, al parecer no sabía del casi noviazgo que Evelynn tenía con su hija, pero el que Akali se hubiera acordado de mencionarla a madre significaba que estaban avanzando.
-Mi bias es Ahri.
Escuchar eso se sintió como un balde de agua fría en la espalda. Quería muchísimo a su compañera de grupo, pero la suegra era algo sagrado y Evelynn no pensaba compartirla.
-Bueno, igual esto es muy extraño. Lamento haberte abordado así, qué vergüenza, Kali ya estaría regañándome. Prometí no comportarme como una fan promedio frente a su idol, pero no lo pude evitar. -Soltó una pequeña risa, suave y dulce. Se parecía mucho a Akali. La ninja realmente había heredado muchas facciones de su madre, sin embargo, Mayym tenía una dulzura espontánea que Akali no. Todavía era más difícil de creer que alguien tan adorable como ella hubiese sido el poderoso puño de la sombra en los mejores tiempos de la orden.
Mayym caminó llevando a Evelynn consigo, entraron por un portal más pequeño que el anterior y que daba hacia un patio central gigantesco el cuál pertenecía a una casa colonial de color gris. Evelynn quedó gratamente sorprendida pues el edificio tenía solo dos plantas, pero era imponente y una belleza cultural. Estaba iluminado por grandes farolas de luz fría, brillantes como la luna misma, y el espacio que rodeaba el centro estaba repleto de gradas con público protegido por la restaurada techumbre y personas en los balcones de la segunda planta, donde también había asiento para varios invitados.
Era una ceremonia importante, Evelynn frunció el ceño pensando que Akali le debía una explicación, pues jamás hubiera imaginado que cuando le habló de ceremonia de agradecimiento se refería a algo tan masivo. Ese espacio podría soportar por lo menos a unas 250 personas perfectamente acomodadas y unas 100 más de pie.
-¿Sabe dónde está Akali? -preguntó la súcubo mientras tomaban asiento en los primeros lugares de las gradas del lado derecho del patio. Mayym la observó con detenimiento y finalmente sonrió. Evelynn llegó a sentir vergüenza por parecer tan exigente cuando a los ojos de la mujer las chicas eran solo buenas amigas. Muy buenas amigas.
-Akali está ayudando a su hermana más pequeña -respondió con una sonrisa gentil. Sentándose por fin. -Forma parte del espacio artístico de la ceremonia.
Evelynn formó una "o" con sus labios y se disculpó con Mayym. Sintió una infinita ternura por su compañera y la imaginó calmando los nervios de su pequeña hermana como toda la artista experimentada que era.
Poco antes de la media noche ingresó al recinto una cantidad más grande de gente. El teléfono móvil de Evelynn le indicó que faltaban dos minutos para las doce y no fue necesario que volviera a verlo pues las personas se pusieron de acuerdo instintivamente para hacer una cuenta regresiva cuando faltaban tan solo 10 segundos para siguiente hora.
Las luces de los faroles se apagaron abruptamente. La gente contuvo sus unánimes exclamaciones de asombro y entusiasmo y pronto se encendieron una inmensidad de farolillos de papel rodeando el patio central y formando un enorme rectángulo de luz cálida.
Comenzaron a sonar dos enormes tambores taiko desde el porche de la casa. Dos hombres altos vestidos de negro se encargaron de hacerlos sonar de manera coordinada. El fuerte sonido recorrió hasta el último rincón del enorme patio y por la entrada principal ingresó un grupo muy grande de mujeres vistiendo trajes típicos de la cultura japonesa, predominaban el color naranjo fosforescente y las flores, todas llevaban coronas de flores y llamativos kanzashi a juego con el color de sus kimonos. Eran mujeres realmente bellas, llevaban un maquillaje modernizado y que acentuaba la belleza natural de cada una, nada parecido a las geishas que Evelynn y todos los occidentales asociaban con el maquillaje tradicional japonés. Llevaban cintas largas del mismo color de sus kimonos y terminaban mezclándose entre ellas en una bella danza para finalmente alzar sus brazos de manera armoniosa luciendo sus cintas y terminaban agrupándose con las demás compañeras que vestían el mismo color.
La súcubo prestó atención para ver si existía la remota posibilidad de que alguna fuera Akali. Le habría sorprendido gratamente saber que su chica había aceptado participar con los suyos. Pero no, con algo de decepción de convenció de que ninguna de esas mujeres era Akali.
Después del desfile cultural y danza femenina, aparecieron una generosa cantidad de hombres con varas largas y cintillos en la frente de distintos colores simbolizando sus niveles en la disciplina del Bojutsu. Había dos grandes grupos representando el arte marcial con movimientos coordinados al ritmo de la música, todos los sujetos se veían muy rudos, Evelynn pensó que debían ser descendientes de samuráis o algo. Luego éstos hicieron un círculo y entre ellos se abrió paso a tres bailarinas más jóvenes, eran niñas de 12 años aproximadamente, Mayym dijo con orgullo que su hija menor estaba entre esas niñas tres niñas. Evelynn juntó sus manos en su pecho igual que Mayym y juntas disfrutaron de espectáculo artístico cargado de emoción, arte y belleza en su máximo esplendor. Las tres llevaban un sencillo vestido blanco de volados que se elevaba cuando ellas daban volteretas al ritmo de una música enérgica y moderna entremezclada con instrumentos típicos japoneses y adornada por una voz femenina y poderosa.
Las niñas terminaron exhaustas su puesta en escena alzando su mano derecha al cielo y dejando su vestido caer sobre sus menudos cuerpos. El maestro de ceremonia les dio oficialmente la bienvenida a la ceremonia única en donde dos prestigiosos monasterios ninjas y dos de los más importantes clanes de samuráis del país se reunían para mirarse a la cara, darse la mano y agradecer por un año más contando con la ayuda del otro y por un año más venciendo la enemistad que tuvieron tanto ninjas como samuráis por miles de años en el pasado.
Los líderes de cada orden aparecieron de pie, mirando hacia sus cientos de espectadores, luciendo inquebrantables y vistiendo su pulcro uniforme característico. El ruido de los tambores cesó y las personas aplaudieron durante un largo minuto. Aplaudieron por todo: por un año más de unión entre razas humanas, por un año más sin guerra, por una nueva generación de guerreros con la oportunidad de expresarse mediante el arte de la danza y la música y no con armas ni violencia. Los cuatro líderes se estrecharon la mano delante de un ávido público, felicitándose de manera genuina por los avances y por sus guerreros.
Evelynn sacó su teléfono rápidamente para ver si había recibido algún mensaje de esa jodida ninja a quien la tierra se había tragado. La hermana pequeña de Akali acaba de subir a las gradas para recibir un abrazo de su madre y para seguir viendo la ceremonia juntas.
La súcubo ya estaba empezando a exasperarse y comenzó a teclear aprovechando que la ceremonia había pasado a un momento de quietud para premiar a los mejores guerreros de los cuatro clanes que se habían formado frente al porche.
-¿Puedes verla? Ahí está Akali -dijo Mayym.
-¿Dónde? -preguntó Evelynn revoloteando por todos lados con la mirada comenzando desde la entrada.
-...No puedo estar más que orgulloso de presumir entre mis filas de guerreros a la única mujer de esta generación y la primera en muchos años -dijo la solemne voz de Shen, líder de la orden de los Kinkou. Alzó su voz con gracia y fuerza para que todos pudieran oírlo, porque ella lo merecía. -Felicidades, Akali, haz hecho que tu líder se deje llevar por las ataduras de la emoción. -Fue entonces cuando se dirigió al público. -¿Puedes verla, Mayym? Esta es tu hija.
Mayyn era un mar de lágrimas, la pequeña hermana de la ninja estaba golpeando sus manitas con todas sus fuerzas mientras su sonrisa amplia y sus ojos brillantes delataban cuánto orgullo y admiración sentía por su hermana mayor...
Y Evelynn seguía anonadada por todo.
Su novia era la mujer más genial del mundo ¡¿y ella no tenía ni la más puta y mínima idea?!
Akali bajó la cabeza un segundo y tragó con fuerza su nudo en la garganta mientras sus labios se unían en una línea fina y temblorosa.
Era una chica ruda, pero hasta una chica ruda puede emocionarse ante un logro que no es solo propio. Ese gran logro era de su madre y de sus hermanitos también.
-Señores y señoras, jóvenes, señoritas y pequeños presentes -continuó Shen. -Este grupo de guerreros aquí de pie frente a ustedes son sus hijos, hermanos, esposos, padres, sus ardorosos amantes -dijo con cierta picardía que hizo sonreír a la mayoría. - Y, sobre todo, son sus protectores; quienes han dado y darían todo por ustedes. Así que sean libres, por hoy, de sentirse orgullosos y seguros. Si están aquí es porque para estos valientes ustedes son importantes y ellos han querido compartirles este momento.
El corazón de Eveynn se encogió. Mordió su labio inferior sintiendo como sus ojos se empañaban y sonrió bobamente secando sus lagrimitas antes de que estas corrieran por sus mejillas y la delataran. Supuso que estaba bien festejar el logro de su chica y, por hoy, permitirse ser sensible.
La súcubo aplaudió con cada maestro que bajó para entregar a cada discípulo un pergamino y un colgador de cuero adornado por una bella piedra semipreciosa fabricado por artesanos, en reconocimiento por una labor de años y por todo ese esfuerzo desinteresado que llevó a los guerreros a ser los mejores de su generación y de su clan.
Cada maestro premió a tres guerreros de su orden y finalmente fue el turno de Shen, él premió a sus dos guerreros varones y llegó a su chica, a su pequeña y rebelde Akali. Tomó el pergamino y la piedra ofrecidos por una señorita usando vestimenta típica mientras el maestro de ceremonia la anunciaba. El sujeto tenía que ser parcial con todos los guerreros, después de todo, que ella fuera una mujer no quería decir mucho, sin embargo, el público se encargó de hacerlo especial al aplaudir con más fuerza, incluidos los otros guerreros recién premiados.
-Nunca debí dejarlos, Shen, lo siento -murmuró ella al oído de su maestro y amigo mientras se daban el más fraterno y ameno de los abrazos.
-Sucedió como tenía que pasar, te fuiste porque algo te esperaba allí afuera, dime si no valió la pena.
"¡KALI, TE AMO!" Se escuchó un estridente grito de pronto.
Evelynn se cubrió la boca, abriendo los ojos como platos. Mayym, muy puño de la sombra y todo, casi se murió ahí mismo de un soponcio al oír semejante declaración. Eve no pensó que el público dejaría de aplaudir tan repentinamente por lo que creyó que si gritaba pasaría desapercibido. Pero no.
-¿Qué si valió la pena? -preguntó Akali apuñando sus regalos mientras sonreía. -Valió cada maldito segundo.
La ninja alzó sus brazos enseñando sus reconocimientos en dirección a Evelynn, su madre y su hermanita vociferando como una ganadora mientras sus otros compañeros la imitaban mirando de igual forma en dirección a sus familias, apuntándolas y dedicándoles su triunfo bajo un mar de aplausos y declaraciones de amor, pues, como Evelynn, al final surgieron varias más para con los otros premiados.
Para cerrar la ceremonia, los guerreros se fueron retirando hacia las gradas y los maestros volvieron al porche de la enorme casa. Solo quedaron en el centro del patio Akali y otro guerrero. Las luces bajaron y el personal asistente los rodeó presurosamente con un círculo de antorchas que se encendieron, iluminando a los dos guerreros.
Evelynn lo reconoció después de observarlo detenidamente un momento. Era el mismo espadachín con el que Akali se alió para formar True Damage. Y sí. El año que ya estaba acabando les hizo afianzar una valiosa amistad de dos corazones solitarios y guerreros que compartían el amor por la música; además, ambos habían estado lejos de casa por mucho tiempo y las circunstancias los hicieron regresar. Eran ejemplo vivo de que los ninjas y los samuráis, considerados como razas humanas y "débiles", podían aliarse, potenciarse y hacerse invencibles.
Akali alzó entre sus manos una reluciente katana, un desafío nuevo para ella pues estaba demasiado acostumbrada a sus discretas Kunai. Fue duro cambiarlas por otra arma en esta ocasión, pero, como la única mujer guerrera, se propuso demostrar su versatilidad con las espadas. Era un nuevo nivel que quería probar y quien mejor que para enseñarle que su buen amigo Yasuo, ahora supremo samurái de su generación.
Ambos chocaron sus armas y las alzaron antes de comenzar con su lucha, que era más bien una demostración de las principales habilidades de ambas disciplinas. Akali se movía grácil, silenciosa y veloz, sorprendiendo a Yasuo de vez en cuando atacándolo por la espalda o engañándolo con movimientos astutos. El espadachín no se quedaba atrás, demostraba fuerza y audacia con cada movimiento, más todavía lealtad y humildad para con su amiga y con sus hermanos los ninjas al no luchar con el objetivo de ganar o demostrar con soberbia que los samuráis eran mejores. Por fin lo había aprendido.
Sabía que su amiga tampoco tenía ese objetivo. Puede que incluso le hubiera tomado la mano libre antes de que ella perdiera el equilibrio y saliera del círculo, pues que uno de los oponentes saliera del círculo de antorchas sería equivalente a la derrota.
Aunque... puede que Akali no haya sido tan certera con sus ataques y le hubiera perdonado hasta la misma vida, pues las armas que usaban no eran de juguete.
Se detuvieron al cruzar por última vez los aceros de sus armas. Guardaron finalmente las espadas y en medio de los aplausos del público se hicieron una respetuosa reverencia uno frente al otro para finalmente darse un apretón de manos y un caluroso abrazo.
-Suficiente -dictó Yasuo. -No quiero que quedes mal frente a tu novia.
-¿Sí? -dijo Akali levantando una ceja retadora. -Yo tampoco quiero dejar viuda a tu esposa. Simio no mata a simio.
31 de diciembre, Casa de los padres de Evelynn, 22:02 hrs
"Año nuevo con Evelynn"
Los padres de Evelynn no resultaron ser Lucifer y Lilith como Akali temía. Eran demonios pertenecientes a la clase alta por lo que, obligatoriamente, debió dejar de lado su ropa informal y su cabellera indomable por algo más sofisticado y pulcro.
Al igual que Mayym, los padres de Evelynn tampoco sabían de la relación. Pero ¿qué clase de persona invita a un simple amigo a la cena de año nuevo con la familia?
Como sea. A esa "amiga" le debían el que su pequeña demonia aplacara su carácter de culo y cambiara sus comentarios sarcástico-morbosos y por los de una chica relativamente dulce que podía hacer cumplidos a terceros sin que pareciera estar sufriendo al decirlos.
Evelyyn con entusiasmo se ofreció para abrir la puerta y corrió por el pulido parqué en sus tacones blancos de charol de 15 centímetros. Ahí estaba su ninja estrella de la generación, vistiendo blanco con una chaqueta dorada adornada con felpa por el cuello y las mangas. No se habían dicho qué color vestirían para la cena, pero a sus subconscientes les valió v y se pusieron de acuerdo sin avisarles a ellas.
Al revés de Akali, el vestido de Eve era dorado y corto, con un gran escote en la espalda que Evelyyn cubrió astutamente con una chaqueta de seda blanca y corta.
-No vayas a ponerte a babear en la casa de mis padres -pidió la súcubo con sarcasmo y Akali reaccionó, meciendo la cabeza al salir del trance. -¿Te traigo un balde?
-Tráeme dos -respondió su chica con cierta picardía.
-Pasa.
Akali llevaba suelto, alisado y totalmente dominado su cabello rubio platinado. Odiaba ese color, porque gracias a la agresiva decoloración ahora tenía un cabello todavía más rebelde, sin embargo, no podía imaginar el río que había provocado entre las piernas de Evelynn por llevar su pelo así, no obstante, lo más hermoso de todo fue que la demonia notó el esmero que su pequeña ninja tuvo por verse elegante y darle una buena primera impresión a sus padres.
-Oh, por todos los infiernos ¡Eres Akali! -exclamó la madre de Eve apareciendo en la entrada y yendo a la saludar a la invitada que ya había logrado pasar. -Mi esposo es tu fan, chiquita. Se pondrá feliz de saber que viniste.
La señora tomó de la mano de la ninja sin avisar y la llevó al comedor donde un señor que tenía la misma mirada de hijo de puta de Evelynn estaba poniendo la mesa.
-Mira, infiernito lindo, a quien tengo por aquí -chilló la suegra de Akali.
El padre de Evelynn terminó de dejar los cubiertos en su lugar y miró hacia el frente abriendo mucho los ojos ámbar.
-Oh, por satán, eres... eres -Ni siquiera podía decirlo debido al asombro. -True Damage we do it -empezó a rapear imitando a Akali (y fallando brutalmente en el intento) -True Damage boyeojulge, mwodeun swipge... Igideunjideun... -La apuntó con ambos dedos índices.
-My crew-make-the beat- drop -terminó Akali siendo fiel a su flow natural, aunque apenada por su suegro.
Aquello no terminó en desastre como las chicas temían. Excepto por el momento incómodo en que a la madre de Evelynn, durante el postre y por mera idiotez más que por mala intención, se volvió hacia un lado para hablar a Akali lo suficientemente alto como para que escucharan los siete familiares de Eve sentados en la mesa.
-Ese tenedor es para el pastel -le dijo apuntando hacia el pequeño tenedor de tres puntas entre los cubiertos de la ninja.
Akali se la quedó viendo y sin meditarlo mucho le dijo: "Ya lo sé". Lo suficientemente alto como para que también lo escucharan todos.
Había cedido a la indignación. Pensaba que la señora solo era madre snob promedio que no tiene ni la más mínima idea de cómo es el mundo allí afuera y que cree que Trump es un buen presidente, pero, el que hubiera insinuado que ella no conocía reglas de etiqueta solo porque venía de las montañas le pareció imperdonable. Le había fallado a Shen. De haber sido un samurái, como Yasuo, ya estaría pensando en suicidarse.
De todas maneras, y con la hipocresía propia de los demonios, todos se dieron un abrazo fraterno a la media noche en punto. La hora que daba inicio a un nuevo año.
-Bueno, familia, ha sido un gusto, sigan disfrutando por favor, yo iré a dejar a esta chica a su casa - informó Evelynn a sus familiares cuando todavía se abrazaban y contaban anécdotas con una copa de espumante en la mano.
Sin esperar la respuesta de su familia salieron de la casa.
Al fin solas.
—¿Quieres coger? —la ninja hizo la pregunta del millón alzando una ceja.
—¿Contigo?, siempre —respondió Evelynn mordiendo su labio inferior y acercando el rostro de su compañera para atacarlo con hambrientos besos.
Pudieron darse un "Feliz año nuevo" como solo ellas sabían bajo los cristales polarizados del deportivo de Evelynn.
Los alrededores del enorme río de la ciudad se comenzaban a llenar de personas. Evelynn logró dejar su auto estacionado a costa de sus miradas asesinas de súcubo con sed. Akali ya estaba pensando en incluir esa gracia en su libro imaginario titulado "Las ventajas de salir con una súcubo".
Bajaron y se acercaron a ver las pacíficas aguas del rio, apoyando las manos en una baranda de concreto restaurada hace poco y pintada de blanco invierno especialmente hecha para agradar a los turistas que vinieran a apreciar el espectáculo pirotécnico frente al río. En medio de todo ese alboroto traído por las personas que venían a apreciar el espectáculo portando su poco digno cotillón y a abrir champañas para brindar con copas baratas en pleno puente como familia de barrio promedio apareció Ahri, más bella que nunca llevando su vestido azul satinado.
Solo ella podía llevar el corte de Dora la Exploradora y seguir viéndose increíble y extraterrenal.
Iba de la mano con Wukong, su enamorado soldado, ambos saludaron a las chicas con un cálido abrazo y se pusieron justo al lado de Evelynn, como si supieran que por el lado de Akali iba a surgir Kai'sa entre la multitud luciendo su nariz respingada y un bello entero negro y largo.
Evelynn, como era de esperarse, bromeó pesadamente para manifestar el asombro de todos al ver que al lado de Kai'sa venía Sivir.
Bueno, no era tan asombroso para Akali. Ella misma había aconsejado a Sivir para que perseverara; y si bien Kai'sa seguía tratando a la entrenadora como "una amiga", solo la ninja y la señora de la batalla se miraron diciéndose que Kai'sa había caído, pero seguía haciéndose la que no.
Chocaron los puños con complicidad.
-Que se cumplan todos tus deseos este nuevo año -le dijo Akali a Sivir aun con sus puños juntos.
Tomaron la selfie a pedido de Ahri y, aunque nadie quería, nadie se opuso. Solo Kai'sa quien después pidió a Ahri que no subiera la fotografía a redes sociales para que no sospecharan de ella y Sivir.
-¿Qué importa Sivir? si la gente habla, digan que es mi novia y punto -dijo Akali.
-¡Khié! -exclamó Evelynn haciendo arder su mirada y todos dieron un paso atrás.
-¡No! - exclamó Kai'sa por su parte, celosa hasta la médula.
El estruendoso sonido del primer fuego artificial reflejándose sobre el rio salvó el pellejo de Akali. Quién lo diría. La mejor ninja de la generación salvada de un ángel y un demonio por un fuego artificial.
A esa detonación le siguieron varias más y el cielo de la ciudad se llenó de colores y aplausos. Akali deslizó en medio de la oscuridad y las demás personas su mano cerca de la espalda baja de la súcubo e hizo que ella desviara su atención para verla a los ojos.
-Hey, chica linda, ¿aceptas pasar este nuevo año conmigo?
-Y que nada nos separe ¿bien?
-Acepto.
Se tomaron de la mano y Evelynn besó la mejilla de Akali. Otra historia de amor de dos mundos rotos e incongruentes que se unieron pese a las adversidades, pero nadie merecía vivir tal historia mejor que esas dos.
Nota de la autora
Ah, aquí les dejo algunas de las canciones que inspiraron la Navidad con Akali
EGOIST- Sakase Ya Sakase
Supercell- Hakushu Kassai Utaaawse
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro