Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Don't mess up my tempo

Solo ellas sabían todo lo que esa noche pasó. Ambas eran realmente buenas guardando secretos, más aún porque no era conveniente que la empresa lo supiera, ni mucho menos los fans. No toleraban las relaciones heteronormadas de sus ídolos, mucho menos aceptarían un romance homosexual. Aunque… ¿Romance? Tanto Akali como Evelynn no tenían un nombre específico para describir la relación que tenían pero, claramente, no era un romance y de eso estaban seguras.

Akali se concentró en su debut, sus compañeras de grupo la apoyaron y las tres hicieron sus nuevos desafíos como artista más llevaderos.

Ahri se quedaba con ella a practicar el canto. Cuando estaba cerca de la líder del grupo, Akali sentía que debía esforzarse el doble que estando con las demás, era muy consciente de que no podía fallarle a su líder, pues Ahri la había escogido y se mantuvo firme en su decisión de incluir a esa marginada artista callejera en el grupo aunque las chicas, el manager, la empresa o hasta los mismos fans se opusieran. La kitsune confió en ella y le dio la oportunidad de ser una chica KDA, mejorar su calidad de vida y saltar a la fama sintiéndose orgullosa de su arte callejero. La impulsó a mirar siempre hacia lo alto y mantener la ambición y la seguridad ante el mundo.

“Es tan bonita, ¿me dará la pasada así como Evelynn me la dio?” pensaba un poco como broma privada mientras Ahri hablaba sin parar sobre canto y lo mucho que le gustaba. Akali la contemplaba atentamente apoyando su mentón en la palma de su mano estando sentadas la una junto a la otra frente al enorme teclado.

—Las canciones no se cantan, cariño, las canciones se sienten, porque sentirla es lo que te ayudará a transmitirla a quien te escuche, es lo que hace que la gente ame tu voz y tu música; aunque no tengas una voz que precisamente suene "bonita", como Shakira, por ejemplo... Akali, ¿me estás escuchando?

—Lo hago —afirmó dejando caer su mano y enderezándose en la silla.

—¿Qué es lo que dije?

—Algo de que Shakira es una excelente persona.

Ahri soltó una alegre carcajada. Su risa sonaba tan linda y delicada como ella.

—Eres una chica realmente distraída.

—¿Qué es lo que les divierte tanto? —interrumpió Evelynn entrando a la sala en compañía de Kaisa. Llevaba en sus manos algunas bolsas con algo de comida rápida.

Ambas chicas dejaron de reír y Ahri movió la cabeza sin darle importancia.

—Solo le decía a Akali que no es lo mismo sonar “lindo” que sonar “bien”, la voz de Shakira no es considerada entre las más hermosas, sin embargo es única, ella canta excelente y, lo más importante, siente lo que canta.

—La voz de Shakira es hermosa —defendió Kaisa.

—Tan hermosa como tu nariz, Owen Wilson.

— Al menos no necesito disimular mi voz fea con mi enorme trasero.

Ouch.

—¡Es suficiente! —exclamó Ahri, enojándose.  

Afortunadamente una llamada entrante en el teléfono de Evelynn distrajo su atención, pero no por mucho pues rechazó la llamada sin más, aunque su expresión cambió a una notablemente más incómoda y molesta en solo cuestión de segundos y no era debido a la broma pesada de Kaisa.

—Voy al gym ahora, tengo un enorme trasero que mantener respingado como la nariz de…

—Evelynn~ —detuvo Ahri, demostrando que su histeria pendía de un hilo. Esas dos iban a matarla de los nervios algún día.

—Akali, ¿quieres ir conmigo?

A Akali la invitación la tomó totalmente por sorpresa, se quedó unos segundo asimilando la idea.

—Ve Akali, es una buena idea. Debes comenzar pronto a ponerte en forma para tu debut, recuerda que comenzamos a grabar el mes que viene —recordó Ahri, pero con su voz dulce parecía más su madre que su líder.  Acarició el brazo de su integrante más pequeña con la mano y se miraron un segundo en lo que Akali se perdía en los ojos de la Kitsune. Qué mal que Ahri no supiera la orientación sexual de la ninja y lo peligroso que era mirarla de ese modo.

—Sí, bueno. Yo ya me voy —apuró Evelynn, cruzándose de brazos y moviendo un pie con impaciencia.

Akali se levantó con una sonrisa maliciosa que intentó ocultar con todo su ser. No creía que Evelynn realmente fuera a hacer algo como eso dado que, al parecer, seguía manteniendo una relación con Twisted.   

—¿Te paso un balde para que dejes caer la baba? —le comentó con sarcasmo puro mientras Akali la seguía unos pasos más atrás deleitándose con ese hermoso trasero.

—No te entiendo. —Había entendido perfectamente, pero Evelynn celosa era algo digno de disfrutar con calma.    

—Vi como mirabas a Ahri —dijo volteándose para mirar a la ninja de frente.  

—¿Y eso qué?  —se encogió de hombros con descuido. —Soy una mujer soltera ¿Qué es todo esto, Evelynn?, ¿quién tiene 18 aquí?, tú o yo.

—Era solo una broma —mintió para tratar de disimular, pero su enojo seguía ahí.

—¿Qué? —preguntó Akali, incrédula.

—Olvídalo, tú nunca entiendes mis bromas —hizo un respingo y con el poco orgullo y la dignidad que le quedaba se dio la vuelta para seguir caminando hacia la salida.   

—Ya sabes lo que pienso de tus bromas —dijo Akali metiendo las manos en los bolsillos de su vieja chamarra azul y agradeciendo que Eve se hubiera dado la vuelta para no verle la sutil sonrisa ganadora que en ese momento llevaba en los labios.

—Si pudieras recordármelo —Evelynn la miró sacando las llaves de su deportivo y sonriendo de vuelta —Esa noche puede que haya estado concentrada en… otras cosas.    

—Gemir para mí, por ejemplo. —Ambas estaban de pie en la acera, una junto a la otra, orgullosas y muy erguidas.   

—Eres una gran actriz, nadie ha notado el secretillo que guardamos.

—Lo mismo digo, Evelynn, nos merecemos un Oscar, pero no me gustan los hombres.

— PFFF~ —Evelynn no pudo evitar soltar una sonora carcajada. —Y dices que mis bromas son malas.

—Igual te acabas de reír.

—¡Me rio de lo mala que fue!, ¡Dios!, ¡menos mal elegiste rapear!

El gimnasio estaba lleno, eran cerca de las ocho de la noche por lo que era normal que mucha gente se reuniera a liberarse de todo aquello que les significó estrés durante el día, sin embargo, a pesar de haber muchas personas, el lugar seguía viéndose relativamente vacío, cosa que no era extraño tratándose de un edificio cuyos tres primeros pisos estaban ocupados por el gimnasio.  

Akali seguía sorprendiéndose de todo lo que veía en ese mundo que era nuevo para ella, aunque no le parecía extraño en absoluto que alguien como Evelynn escogiera ese tipo de lugares tan modernos y elegantes para entrenar.

Su compañera la llevó de la mano al vestidor de mujeres, eligió una cabina vacía y se metió rápidamente con ella ahí dentro. Akali agradeció más que nunca ser lesbiana pues esta era una nueva ventaja de la cual sacar provecho. Pudo ver a Evelynn quitándose la ropa y luego colocándose unos apretados leggins y un top deportivo sin sujetador.

—Ten, deja de mirarme y ponte esto —dijo la súcubo entregando a su amiga otro conjunto deportivo.

—¿Andas con un conjunto demás? —preguntó comenzando a desvestirse obedientemente. No podía permitirse sentir pudor con alguien que ya la había visto desnuda.  

—Sabía que hoy iba a venir contigo, así que eché uno demás.

Estaba ordenando su ropa para dejarla en el bolso de Eve cuando sintió las manos de su chica rodeando su cintura desnuda y poniendo su piel de gallina. Dejó caer la ropa al suelo y se dio la vuelta para quedar frente a su sexy demonia y devolverle las caricias a la vez que la hacía inclinar la cabeza para darle unos cuantos besos traviesos en el vestidor.

—Qué pequeña te ves sin tacones —comentó Akali, apegando sus manos a la cintura de la súcubo. —Quien lo diría, en realidad soy más alta que tú.

—Y tú te ves muy sexy con ropa deportiva —reconoció Evelynn entre risas y dejando sobre los labios de su chica unos cuantos besos más.

Ordenaron todo y salieron antes de acabar desnudas en un lugar público. Aún no era el momento para cumplir ese tipo de fetiches.

Como pasaba en cualquier parte a donde Evelynn iba, la gente se la quedaba viendo por su exuberante belleza. Akali se preguntó si algún día se acostumbraría a ser la compañía de una mujer que pisaba fuerte, segura y que por lo mismo no pasaba desapercibida ante nadie. Por fortuna Twisted si era un hombre para ella, pues era realmente atractivo y con mucho misterio; según Akali, él era una pareja digna para Evelynn, cosa que no podía decir de ella misma.

—Hola, Evelynn —saludó amablemente una chica que apareció de pronto tras ellas. Era una chica bronceada y bien marcada con sonrisa blanca de comercial de dentífrico, sin busto y sin caderas, la típica chica fitness que parece que se hizo junto con el gimnasio porque nunca falta en ninguno.

—Sivir, cariño, qué tal estás.

“Sivir, quiriñi~” pensó Akali poniendo los ojos en blanco pero fue interrumpida en seguida por Eve.

—...Sivir, esta es Akali, nuestra chica KDA próxima a debutar; Akali ella es Sivir, mi entrenadora.

Ambas chicas se dieron la mano con una sonrisa por compromiso en los labios.

—Y adivina qué —exclamó Evelynn sonando entusiasmada.

—No me interesa saber qué fiesta tienes para el fin de semana, Evelynn, ya dije que me alejaría de esas andadas.

—¿Y si te digo que Kaisa vendrá?

—¿Kaisa sabe que la usas para negociar conmigo?         

Un momento. Inevitablemente algunos elementos de la conversación llamaron la atención de Akali. Que esa pequeña mole fuera lesbiana era algo que la ninja podía hasta oler, pero que involucrara a Kaisa jamás lo hubiera imaginado ¿Kaisa le correspondería? Dudaba un poco de que así fuera pues se notaba mucho que la bailarina le gustaba jugar a ser hetero, como Evelynn.

—Estoy bromeando, esta vez no es para proponerte nada indecente. Lo digo porque vas a tener que encargarte que esta jovencita que tengo aquí y te advierto desde ya que no será fácil. Me salió algo indócil —susurró dedicando una mirada descaradamente intensa a su chica.

—Ridícula —se rio Akali con timidez y ambas se miraron con una complicidad que no pasó desapercibida para Sivir. La entrenadora llevó sus manos a las caderas y les devolvió una sonrisa ladina a las dos y por lo demás, aceptó el reto de entrenar a la joven.

No había mucho que entrenar de los brazos y las piernas, pues dada la condición ninja de Akali, aún quedaban rastros de sus arduos entrenamientos en las montañas donde se lo pasaba trepada en las alturas tratando de mantener el equilibrio, la calma y aprendiendo a ser sigilosa. Estuvo comentando algo de eso a Sivir pues era ella quien le preguntaba entre descansos mientras la supervisaba en uno de sus tantos circuitos GAP para principiantes.

Evelynn se alejó, Sivir era su entrenadora y eran muy amigas pero en cuanto a acondicionamiento físico se refería ya no la necesitaba, solo a veces para las rutinas que necesitaban de alguien más que le lanzara la pelota o le hiciera el peso sujetando las correas que pasaba por su cintura para impedirle avanzar.

Akali se permitió mirar a Eve unos segundos. Si antes le parecía sumamente atractiva vistiendo su ropa de diseñador y oliendo a Chanel, ahora le parecía irreal verla en su faceta deportista, sudando y enseñando todo lo atractivo de sus curvas mientras levantaba una pesa por encima de sus hombros, Akali no sabía mucho de esas cosas pero el rostro de Evelynn lucía tranquilo y serio, sin expresión alguna, justo como debía ser un entrenamiento, sabía conservar la calma, mantener la mente ocupada y controlarla hasta el punto de suprimir el dolor y el ardor en todos los músculos de su cuerpo trabajando al máximo para superarse a sí misma cada vez más. Una belleza. Tenía piernas tonificadas, su trasero en esa postura lucía espectacular y su cintura estaba contraída formando un bonito ángulo que armonizaba con su busto abrazado por un top deportivo hecho para no andar por ahí rebotando.

“...Quiero ser el único que la oiga. Ella es mi melodía. Todo el día, sigue y sigue y oh~, así ella no se irá, la quiero a mi lado…” La música sonaba a un volumen moderado inundando cada rincón del gimnasio, era una canción muy acertada para la joven ninja.

—Vamos, Akali, no te escucho contar —aplaudió Sivir, sacando a la ninja de su trance.

Akali volvió a su propia y penosa realidad. Su maestro y su madre, ninjas de renombre, estarían avergonzados de ella al verla pues su resistencia dejaba mucho que desear para los ejercicios anaeróbicos. Estuvo a punto de rogar piedad a Sivir pero luego de ver a Evelynn levantando sepa alguien cuántos kilos en esas pesas se arrepintió y continuó.

“Nena, oír tu voz al despertarme en la mañana me hace revolotear. Te extraño aunque te veo todos los días...”

—No pienses en el dolor, Akali, suprímelo. Piensa que tienes en frente ese plato con tu comida favorita, o piensa que estás frente a la persona que más quieres y ella está a punto de besarte, ¿no es genial? Escucha la música, eres rapera, ¿no? ¡siente la música!, ¡disfrútala!, ¡vívela!, ¿puedes darme más?

“Don’t mess up my tempo~”

Akali seguía concentrada en contar más sentadillas, patadas y zancadas pero los músculos de sus muslos ardieron tanto que no pudo ignorarlos y con un quejido se detuvo, tambaleando un poco.

—Akali, hiciste solo cinco, ¿es todo lo que puedes darme?, si es todo lo que puedes darme está bien, pero, ¿estás conforme con eso?

No, claro que no. No estaba conforme con eso. Cinco no significaba nada para todo lo que necesitaba ella. Cinco no significaba nada para todos los kilos que podía levantar Evelynn.

—Akali ¿puedes responderme?, toma aire, bebe un sorbo de agua, tienes treinta segundos, ¿Estás bien?

—Sí, estoy bien. — No. No lo estaba, pero su terquedad le impidió decir la verdad. Aceptó la botella de agua que gentilmente le obsequió su entrenadora y bebió un sorbo parando un poco con el ejercicio y sintiendo sus piernas temblar como gelatina.

—¿Estás segura de que estás bien?

—Sí, estoy bien —insistió. Un poco de agua corrió por las comisuras de sus labios.

—¿Entonces, esto es todo lo que puedes darme?

—No.

—¡¿Puedes darme más que esto?!

—Sí, ¡puedo dar más que esto!

—Pruébame que puedes dar más que esto.

—¡Puedo dar más que esto! —tomó su botella como si fuera un micrófono e hizo del gimnasio su escenario. —Esta es mi área, ¡no me pongas a prueba! Si no quieres estar sola, envíame un mensaje. Ahora me tienes flexionando. Mira a tu alrededor. De este equipo que te está mirando yo soy El gran Gatsby.

Recobró fuerzas en sus piernas y el aliento regresó, sintió la música, la vivió en todo su ser tal y como Ahri y Sivir se lo habían pedido y su manera de expresarlo era a través del rap, el rap y el funk le fluían por las venas y lograba transmitir eso muy bien. Siguió la parte de Chanyeol de Exo en Tempo y cuando acabó varios aplausos cerca de ella resonaron.

—Wow, ¡eres asombrosa! —exclamó Sivir, aplaudiendo con los demás.  

El estilo callejero era su esencia, su talento nato; la gente seguía la fluidez de su rap por donde quiera que fuera, pero nunca lo había sentido tan fuerte como hasta ahora.

Tal vez había encontrado su melodía.

Llevó la mano a su vientre en lo que conseguía calmar su respiración y sonrió a su improvisado público llevando su mirada inconscientemente hacia Evelynn, una Evelynn sonriente y orgullosa de su chica.

—Ahora muévete. Aún te queda media hora y tienes que aprovecharla niñita. Vamos de nuevo con abdominales, contaré hasta treinta, haz lo que puedas pero no te aproveches.

Sin rechistar obedeció la orden de su entrenadora y así se mantuvo hasta terminar su media hora. Terminando con las últimas repeticiones Evelynn se arrodilló para apoyar sus brazos en las rodillas de su chica y animarla.

—¿Lista? —preguntó apenas su compañera dejó caer la espalda en la colchoneta, totalmente rendida.

—¿Te parece que estoy lista? —bromeó Akali entre jadeos y limpiando el sudor de su frente con el antebrazo. —Mañana no podré moverme.

—Una ducha te ayudará con eso.

—Una ducha es lo que necesito, he sudado más que un caballo.

—Si me lo preguntan, te ves sexy así —susurró con voz seductora.

—¿Quieres coger? —levantó la cabeza y una ceja mirando a su compañera.

Evelynn soltó una sonora carcajada.

—¿Cuántas veces tengo que repetirte que me gustan los penes?

—Ah, pues… ¿Hasta que te des cuenta de que no debe gustarte una persona por sus genitales, sino por lo que es ponte tú? —Akali devolvió la sonrisa tras su pregunta sarcástica y dejó caer otra vez la cabeza sobre el piso.
         
—Vamos a casa pronto.

—Tengo que tomar una ducha, no puedo llegar a mi casa así.

—Pero vives sola y yo también, ven conmigo, tengo agua caliente en mi casa.

—¿Quieres coger?

—¡No seas ridícula! Solo estoy siendo amable.

Ajá.

Akali no sabía por qué diablos a Evelynn le seguía costando mucho ser directa con ella. Era la reina de las frases brutalmente honestas pero cuando se trataba de la ninja, todo eso se iba al carajo.

Sivir interrumpió el precioso momento llegando con una toalla y otra botella de agua para Akali, pero antes, le extendió la mano para ayudarla a levantarse y para felicitarla por no rendirse como todo el mundo lo hacía en su primer día de entrenamiento.

—Si sigues así, en un mes ya estarás viendo resultados.

Akali se tambaleó presa de la hipotension ortostatica al levantarse de un salto pero unas manos fuertes la libraron de caer.

—Hey, Twisted, qué te trae por aquí —saludó Sivir alegremente. —¿Vienes a escoltar a tu reina devuelta a casa?

Akali se hizo a un lado repeliendo por completo cualquier contacto con ese hombre.

—Pues sí, con mi reina últimamente no hemos pasado mucho tiempo juntos, alguien… No contesta mis llamadas —reconoció el hombre entre dientes y mirando a Evelynn como pidiéndole una explicación.   

—Sí, bueno, justo ahora me estoy yendo a casa, Twist —dijo Evelynn secamente.

—Antes… ¿podemos hablar?, por favor, creo que lo necesitamos.

Había mucha seriedad en su voz sumado con su peculiar aire misterioso. Puede que se viera incluso algo aterrador.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro