Era el día.

Gracias a una sirvienta, quien la había cuidado toda la vida pudo conseguir las cosas para escapar, aunque Chaeyoung no lo sabía.

Iba a esperar hasta media noche para salir del palacio, tenía que ser cuidadosa más de lo que había planeado, puesto que la guardia real aumento de gran manera.

El asunto del matrimonio fue adelantado, la reina viuda quería que su nieto preferido tomara el poder de inmediato antes de que el propio gobernador tuviera la mente clara como para detener aquello.

Más de la mitad del palacio estaba a favor de la anciana, puesto que si seguían a la exesposa del rey se veían perdidos en aquella guerra.

Todas las miradas estaban atentas en el próximo movimiento aunque algunos gozaban en silencio, puesto que sabían de primera mano que ellos podrían controlar al rey; no era nada más que un títere para que los ancianos con poder gobernaran.

La fresca brisa acompañaba aquel día, las flores que adornaban el palacio se veían más vivas, las personas caminaban con tranquilidad apreciando como las nubes formaban distintas figuras.

Como el viento movía lentamente las hojas de grandes árboles y como pequeñas abejas se posaban en las flores.

Mina tenía  al menos 8 chicas detrás de ella procurando cuidarla, acompañándola a todos lados de alguna manera extrañaba aquellos tiempos en donde podía ir casi libremente a la vivienda de Chaeyoung a pasar el tiempo.

Aquello quedo prohibido.

Por la reina madre no podía ver más a la menor haciendo que los días se volvieran cada día más largos y lentos aunque la relación de ellas y la chica de mejillas adorables se podría considerar una relación sentimental de alguna manera eran como hermanas.

Sabía muy bien que Chaeyoung no sabía que era realmente una relación sentimental pero ella sí, pero no lo demostraba correctamente. Aquello la mataba internamente, si la menor aceptaba irse, le iba a demostrar como era tener una relación sentimental y no una de hermandad.

Esperaba con paciencia a que el sol se ocultara entre las montañas, que el cielo se pintara de un leve color anaranjado con rayos rosados y morados.

Que el sonido de los pájaros se presentará hasta que finalmente aquel hermoso paisaje desapareciera para darle paso a la hermosa luna que decoraba completamente el cielo junto a las pequeñas estrellas que estaban a su al rededor.

El hermoso clima fresco se fue convirtiendo de manera rápida en un clima frío, las animales habían regresado a su cálido hogar, la oscuridad era lo que acompañaba a la mayoría de personas; aquello le gustaba a Mina.

A paso lento cuidando que nadie la viera o la siguiera, dejo aquel libro donde el rey pudiese verlo, mientras ella se iba con la persona a la que amaba dejaría que el infierno consumiera al reino, de ahora en adelante no le importaría que sucediese en aquel lugar.

El camino hacía la cámara de Chaeyoung fue lo más complicado, quedaba bastante lejos de donde estaba pero era el lugar perfecto para escapar, el lugar estaba completamente oscuro algo que de cierta forma daba terror.

A lo lejos se veía una pequeña luz dando indicio a que la chica aun estaba despierta, una sonrisa se formo en el rostro de Mina, apresuro su paso para llegar de manera rápida, las personas que la cuidaban ya no estaban.

Chaeyoung se encontraba sentada, con una vela encendida mientras que su mirada se mantenía fija en un papel, unos cabellos cubrían la frente de la menor, mordía levemente su labio inferior como si estuviera de manera concentrada haciendo aquello.

— Chaeyoung... — Murmuró, pero la menor escucho elevando su rostro a la persona quien la había llamado, una expresión de confusión se mostró en el rostro de Chaeyoung

— Mina... ¿Qué haces aquí? — Mina se acercó a la chica y puso una de sus manos en el hombro de la contraria

— No tengo tiempo de explicarte pequeña, pero tienes que saber que mañana este lugar arderá en fuego — El rostro de Chaeyoung se llenó de temor y más dudas la invadieron— Escaparé de aquí esta noche... ¿Vienes conmigo?

— Aquí está mi familia... yo no... — Chaeyoung tomo una de las manos de Mina — Lo siento... quiero ir contigo pero no quiero dejar a mi familia

— No me quiero ir sin ti, pero moriré si me quedo

Chaeyoung aparto la mirada de la mayor y lentamente soltó la mano de ella, Mina se quedó desconcertada un par de segundos no sabía como sentirse al respecto

— Chaeyoung... por favor

— ¿Puedo dejar una carta a alguien? — Soltó de pronto Chaeyoung, Mina accedió a la petición

El castillo era un sueño para muchas personas, luchaban y mataban a sus propios hermanos solamente para conseguir el trono un lugar que solo guarda sangre, rencor y traición.

La homosexualidad estaba mal vista ante los ojos de todos, estabas poseído por el diablo si sentías amor por una persona de tu mismo sexo; si eres alguien pobre tu vida será una miseria aunque trates de sobresalir porque al mínimo rayo de luz que salga de ti... te asesinan.

Si eras alguien con poder tus antecedentes estaban manchados con sangre y eran controlados por alguien más fuerte que ellos, tienen suerte si nacen en una familia adinerada siendo hombre porque si eres una mujer solo estas para casarte y formar una familia.

Eres alguien quien no tiene importancia. 

Cuándo sientes el aire a la libertad, alejándote de aquel lugar que pudo causarte malos recuerdos mientras tomas la mano de alguien a quien amas puede ser una de las mejores sensaciones.

La única luz que guiaba a ambas chicas era la luna, el cielo era el testigo de su escape.

— Tenemos que cambiarnos... — Mina se detuvo en una pequeña casa abandonada

— ¿Tienes ropa? — Mina asintió llevando a la menor al interior de aquel lugar, sacó una ropa extraña para la menor algo que nunca había visto en sus 15 años

— Ponte esta ropa, te ayudaré a cambiar tu peinado... nadie tiene que reconocernos cuando salgamos de aquí 

Con un poco de prisa, ambas cambiaron sus lujosas ropas a algo que venía del exterior algo que venía del Norte muy lejos de donde vivía.

Mina tomo la pequeña cuchilla que tenía en su bolso, corto la trenza que llevaba puesta Chaeyoung dejándola sorprendida sin decir nada, el largo cabello que poseía la chica de regordetas mejillas ahora era demasiado corto.

Chaeyoung miró a Mina preguntando con la mirada si aquello que estaban haciendo estaba bien, los ojos de la menor recorrieron a Myoui, un vestido que llegaba hasta sus rodillas de aparente color azul.

A pesar de no estar usando el traje con el cuál siempre la había visto, el aura de elegancia permanecía en Mina.

— Te seguiré siempre Mina

— Te prometo que estaremos juntas siempre ¿sí? No tienes porque temerle a algo, te protegeré con mi vida 

Afirmó la mayor de las dos, dejando atrás aquella cabaña descuidada, corriendo tomadas de las manos hacía su barco a la libertad.

Se veían tan cerca de abandonar todo aquello y empezar una nueva vida, donde no fueras juzgadas en donde Mina podría demostrarle su amor sin miedo a Chaeyoung.

En donde podrían tratarse más que a simples hermanas, podrían demostrarse el amor como lo hacían los amantes.

"Te amo"