Capítulo Seis
Chaeyoung esperaba pacientemente la visita de la mayor, tan solo llevaban unas semanas de conocerse sin embargo Chaeyoung sentía que su lazo de amistad era muy fuerte.
Pero sentía que había algo mal, como si le estuviera ocultando algo y esa sensación no le agradaba para nada sin embargo, a pesar de la extraña actitud de Mina últimamente, ella no dijo nada
Sentía que la espera era eterna aquello la aburría, sus tardes se habían vuelto divertidas desde la llegada de la chica así que cuando esta se atrasaba o faltaba, se notaba bastante la ausencia.
Sin embargo, las horas pasaron hasta que el sol se estaba ocultando, Chaeyoung se había quedado en el mismo lugar esperando pacientemente la llegada de Mina sin embargo esta nunca llegó.
— Señorita, ¿Está bien? — Preguntó el enunco, sabía que la menor no estaba bien puesto que su mirada de tristeza se notaba desde lejos-
— No se preocupe.. ¿Puede traerme la cena? Por favor —Pidió la chica tratando de cambiar el tema, el enunco asintió y salió de la habitación con las cortesanas para traer la comida—
Chaeyoung dejó salir un suspiro, se preguntaba que había hecho mal, o simplemente tuvo demasiada esperanza.
Todo estaba saliendo bien, las dos hablaban, el lugar se sentía vivo, tenía una amiga o al menos eso creía ella.
Ahora solo quedaba esperar a ver que le preparaba el destino.
Las piernas de Mina estaban llenas de sangre, dolían como el mismísimo infierno, una de las sirvientas, a quien Mina consideraba una hermana, estaba poniéndolo un ungüento en las piernas.
—Duele como el mismísimo infierno -— Se quejó Mina—
— Señorita no debió retar a su padre, mire como terminó... —La mujer ponía el ungüento con cuidado, ella la cuidaba de ella cuando la regañaban—
— Solo son rumores, nunca tuve nada con esa chica... ¿Me veo como alguien que sale con ese tipo de chica? —Miró de reojo, la mujer asintió con la cabeza con una sonrisa—
— Igualmente debería evitar este tipo de escándalos, usted sabe que será la futura esposa del hijo del rey —Mina suspiró fuertemente al escuchar aquello, no le gustaba aquella idea—
— Por cierto... falte a mi visita de hoy con Chaeyoung... Debe de estar preocupada —Hizo una pausa pensando si en verdad pedirle aquel favor— ¿Puedes... decirle a su Enunco o a la propia Chaeyoung que llegaré en un par de días?
— Le diré, pero usted tiene que sanar y ya no retar a su padre con ningún tipo de escándalo, simplemente limítese a seguir sus órdenes ¿si?
— Gracias... Por todo
La mujer estaba por decir algo sin embargo, la puerta de la habitación fue abierta, mostrando a un hombre mayor, con barba y con una expresión de furia.
La mujer arregló el Hanbok de Mina antes de salir de la habitación, dejando solos a Mina y a su padre.
Mina se sentó con cuidado, aunque sentía como si se estuviera sentando en miles de agujas.
— Yo.... —Un movimiento de la mano de su padre hizo que la chica detuviera sus palabras—
—No digas nada, esos rumores están ahí porque causaste algo para crear eso —El hombre suspiró pesadamente— Eres la futura reina de Goryeo, las personas no pueden estar diciendo que te gustas las chicas. Desde ahora, estarás alejada de toda mujer, te limitaras a leer tus libros y practicar para ser una buena esposa.
"Estarás alejada de toda mujer"
Aquellas palabras hicieron que a Mina se le fuera el alma del cuerpo, tan solo esas palabras podrían alejarla de Chaeyoung.
Aún no sabia por qué ella sentía esa necesidad de protegerla, tal vez era porque no quería que el brillo de inocencia en sus ojos desaparecieran o tal vez, porque no quería que viviera de la forma en la que ella lo hacía.
— De acuerdo, Padre — Se limitó a responder—
El hombre salió de la habitación y Mina dejó salir un fuerte suspiro, la tensión se había acumulado en aquella habitación.
Mina se recostó nuevamente, tenía que tener cuidado con sus movimientos, tener casi 100 latigazos en sus piernas no había sido nada bonito.
Suspiro levemente y cerro sus ojos, lo único que podría hacer ahora era dormir un poco.
Encontraría la forma de ver a Chaeyoung.
Unos días después
Chaeyoung estaba emocionada, tanto que había preparado con las cortesanas un postre, yakgwa, se había esforzado haciéndolos por Mina, pues hace unos días su enunco llegó con una explicación de porque la mayor no había llegado.
Y también que ese día llegaría sin falta, aquello había sembrado una gran alegría en ella.
— ¿Está delicioso? —Preguntó al enunco que era el sujeto de prueba para los postres—
—Están deliciosos para que los haya hecho alguien que no se ha acercado a la cocina en años... — Chaeyoung aplaudió y tomó el plato de galletas para llevarlo hasta su habitación— Es mejor verla asi que verla triste... — Mencionó el enunco cuando la chica se había alejado—
— Lo que me preocupa es que se está haciendo cercana a Mina, hay rumores sobre esa chica —El enunco y la otra cortesana voltearon a ver a la otra chica con curiosidad— Dicen que les gustan las chicas y que esta con un demonio dentro de ella.
— Eso no puede ser posible, ella es la prometida del heredero a la corona ¿No? — Afirmó Ji Soo, la otra cortesana un poco confundida—
— Será mejor que dejemos de hablar sobre eso, ella vendrá pronto —Habló el enunco para que luego fueran a la habitación de Chaeyoung—
Por otro lado, Mina había llegado al lugar unos segundos atrás encontrándose con Chaeyoung sentada, se sentó enfrente de ella con una sonrisa.
En aquel momento entró el enunco y las cortesanas, quienes luego salieron por orden de Chaeyoung.
— Hice algo especial para ti, espero te guste... —Quitó la manta que cubría las galletas y puso el plato frente a ella—
Mina sonrió al ver las galletas, sus piernas le dolían demasiado por los azotes del día anterior sin embargo era buena disimulando, tomo una galleta y la comió.
Tal vez era por la atracción que tenía hacia Chaeyoung o la sonrisa que tenía en su rostro, pero la galleta sabía deliciosa.
— Esta deliciosa —Los ojos de Chaeyoung brillaron de felicidad y entre las dos comían las galletas mientras hablaban—
Aquella tarde se pusieron a hablar sobre distintos temas, generalmente era Chaeyoung quien sabía de que conversar.
Tal vez era sólo la imaginación de Mina, sin embargo algo en su corazón le decía que podría tener algo especial con aquella pequeña.
Su corazón se fue agitado de aquel lugar en el momento en que Chaeyoung le dio un beso en la mejilla.
Rogaba a los cielos poder estar juntas.
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