Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

•Parte 9: Confesión•

Luego de una sesión de besos, Jungkook y Seokjin se separaron jadeantes. A ambos les faltaba el aire, producto de sus hormonas locas y sus lobos, ya que estos no querían parar con los besos que se estaban dando el alfa y el omega. El menor desvió la mirada, aún sin creerse lo que había pasado. ¡Seokjin lo había besado, a él! Y por supuesto, Jin se encontraba en la misma situación. Los dos chicos tenían las mejillas teñidas de rojo, y no se atrevían a mirarse.

—Bueno, y-yo... —Comenzó a hablar Kook— ¿Por qué lo hiciste, hyung? Es decir, ni siquiera nos conocemos bien, y...

—Espera. —interrumpió el alfa— No quiero que te hagas ideas que no son, Kookie. —aclaró el mayor, sintiendo algo parecido a una estaca clavarse en su corazón— Tú no me gustas.

Jungkook se quedó helado con esas palabras.

—Eres un chico muy bonito, de seguro pronto encontrarás a un alfa que te cuidará como te lo mereces. Pero tampoco quiero que pienses que yo me estoy fijando en ti o algo así. Eres como mi pequeño hermanito al que debo proteger. —No tuvo el valor de mirarlo mientras decía esas palabras.

Resiste, Seokjin. Tú puedes con esto...

—Yo no dije nada de que yo te gusto, hyung. Puedes estar tranquilo, lo que pasó es algo sin importancia. —Su labio inferior tembló, y bajó la mirada para que Jin no viera sus ojos cristalizados.

—S-supongo... —Rascó su nuca nerviosamente— Mejor vámonos por ahí, Kookie. Quiero invitarte a un helado.

—S-sí...

[...]

Los dos chicos fueron todo el camino sin mirarse a los ojos. La tensión era palpable, y Jin deseaba golpearse la cabeza por haber sido tan estúpido. Si solo le hubiera dicho al omega que le gustaba, nada de eso estuviera pasando. Pero como siempre, su cobardía estaba por delante.

Encontraron una buena heladería, y se dispusieron a sentarse en una mesa. Pidieron lo que tomarían, y luego de eso el silencio fue abismal. Ninguno se movió en lo absoluto, sin embargo, Jungkook sentía unas imperiosas ganas de lanzarse a los brazos de Seokjin y comérselo a besos. No le importaba que él solo lo viera como un hermano. El omega deseaba a ese alfa, y extrañamente, su lobo le pedía entregarse a Jin, tanto en cuerpo como en alma.

—Hyung... —llamó el menor— ¿Podrías olvidar todo eso? En serio no quiero desechar nuestra amistad por un... impulso.

—Pienso lo mismo, Kookie. Después de todo, somos amigos. —Intentó reír, quedando como un tonto.

—Jin hyung, ¿A ti te gusta alguien? —cuestionó el pelinegro curioso— Es que no puedo creer que aún no tengas pareja. Digo, tú eres un alfa muy guapo, y no dudo que hayan muchos pretendientes detrás de ti. —Esbozó una sonrisa, sintiendo que su corazoncito se destrozaba con cada segundo que pasaba. Seokjin no merecía estar con un omega feo como él.

—Bueno... sí me gusta alguien. —Lo observó— Él es el omega más hermoso del mundo. Cada vez que me mira, yo... —Sonrió, viendo de reojo esos finos labios que pedían ser besados nuevamente— Me vuelve loco. —confesó, preocupándose al ver la tristeza reflejada en los ojos de Jungkook. ¿Era lo que se imaginaba?

—N-no sabes lo feliz que estoy al oírlo, hyung. Ese omega tiene mucha suerte, espero que sean felices.

Jin se tensó al notar unas pequeñas lágrimas que adornaban las mejillas del menor.

—No, no, Kookie. ¿Por qué lloras?

—Porque estoy feliz por ti, hyung. —Limpió sus lágrimas como pudo, formando su mejor sonrisa fingida— Bueno, mejor hablemos de nuestras vidas. ¿Cómo fue que comenzaste a trabajar en la cafetería de Chaeyoung?

—Ella es como una hermana para mi. De hecho, yo no pude estudiar en la universidad. No tenía los recursos necesarios para poder hacerlo. —Suspiró, sintiéndose un inútil por no ser universitario. Esperaba que Jungkook no lo juzgara— Pero al final ella y Lisa me ayudaron mucho. No me arrepiento de no haber estudiado, aunque eso no quiere decir que esté orgulloso de ser un don nadie. —Tomó una bocanada de aire, sin atreverse a mirar al omega.

—No eres un don nadie, hyung. Tú eres el alfa más trabajador y guapo que he conocido en mi vida. Eres muy dulce, comprensivo, cariñoso, y sobre todo, protector. Solo por no tener un título universitario, no significa que seas inferior a los que sí lo tienen. —Llevó tímidamente su mano a la de Seokjin, acariciándola por encima de la mesa.

—Gracias, Jungkookie. Eres el omega más hermoso que pueda existir. —El mayor juraba que en esos momentos sus ojos lanzaban corazones por todos lados, pero no podía evitarlo, no después de que Kook haya tomado su mano con tanto cariño.

—Claro que no, Jin hyung. Soy muy feo. —Quitó su mano, dejando un vacío en el alfa— Mi nariz es gigante, y me han dicho que parezco un conejo. ¿C-cómo puedes decir que soy hermoso?

—Tu nariz es perfecta, Kookie. Y en caso de que parecieras un conejo, serías un adorable conejito que necesita que lo mimen mucho. Los demás están ciegos como para no darse cuenta de tu belleza.

—Hyung... estás avergonzando a Kookie. —Con sus brazos tapó su rostro, provocando que el contrario comenzara a soltar carcajadas, sin importarle estar rodeado de personas. En esos instantes Seokjin era feliz, Jungkook era la causa de su inmensa felicidad.

—Pero a hyung le gusta hacer que Kookie se sonroje. —Le siguió el juego, encantado con la imagen del menor todo rojito— ¿Dejarías que hyung le diera un besito a Kookie?

—¡Hyung!

Y siguieron todo el día entre insinuaciones del mayor, que por más que intentaba cortejar al omega de manera disimulada, no lograba nada. En conclusión, era el peor alfa del universo. Jungkook pensaba que solo eran bromas de parte de Seokjin. Así terminó el día de la cita de ambos, un total fracaso para sus corazones y sus lobos que deseaban un contacto más profundo que simples abrazos ligeros.

Seokjin lo había acompañado a su casa, despidiéndose con un casto beso en la mejilla y yéndose de allí avergonzado. Jungkook rió divertido por la tímida reacción del alfa. Le gustaba que Jin se pusiera nervioso cuando habían besos de por medio, aún si eran puros besos en la mejilla.

El pelinegro entró a su departamento a la velocidad de la luz, ignorando a sus madres que lo esperaban impacientes para que les contara cómo había sido la cita. El omega se acostó en su cama, esbozando una sonrisa de tonto enamorado, y sacó su celular para mandarle un mensaje al chico de sus sueños.

Chat

Jungkook 🐰

¡Hyung! ¿Cómo llegaste a casa? ¿Te divertiste hoy? ¿Te quedaste con hambre?

Jin hyung ❤️

Wow, wow.  Haz una pregunta a la vez, Kookie

Llegué bien a casa

No me quedé con hambre jaja

Y claro que me divertí hoy. Eres mi Kookie bonito. Jamás me aburriría estando contigo

Jungkook 🐰

Digo lo mismo, hyung 👉🏻👈🏻

Jin hyung ❤️

Eres muy tierno, ¿Sabías?

Jungkook se lo pensó bien, y creyó que si iba a confesarse, tendría que hacerlo de la manera que mejor sabía; por mensajes. De esa forma no pasaría tanta vergüenza. Porque él sabía que sería rechazado, así como había pasado hacía unas horas atrás. Pero quería confesar sus sentimientos, a pesar de que no conseguiría nada con ello.

Chat

Jungkook 🐰

Hyung, tengo algo que decirte...

Jin hyung ❤️

¿Qué pasa, Kookie?

Jungkook 🐰

Probablemente me odiarás por esto, pero quiero serte sincero

Jin hyung  ❤️

No hagas que me preocupe...

Jungkook 🐰

Me gustas, hyung ✔️✔️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro