El pequeño pelinegro observaba con ojitos brillantes cómo su padrastro, aquel hombre que lo crió durante años, le regalaba una pulserita de colores. Era el cumpleaños del menor, el alfa siempre lo celebraba dándole varios obsequios. La madre de Seokjin miraba la escena con una sonrisa. Amaba ver la hermosa relación de su hijo con su esposo.

—¡Papá! Ya falta poco para saber lo que seré. Estoy muy ansioso. —dijo Jin, abrazando fuertemente al hombre— Mis amiguitos dicen que seré omega porque amo las cosas rositas. Pero Felix dice que seré su alfa.

Yoonhee rió, acariciando la cabellera de su pequeño.

—Seas omega, alfa o beta, siempre serás mi hijo. Te amaré de cualquier manera.

—¿Siempre me amarás mucho, papá?

—Demasiado, Jinnie. Eres mi mayor bendición.

Aunque Yoonhee no fuera su padre biológico, Seokjin lo consideraba su modelo a seguir. Era la persona en la que más confiaba, era su héroe.

.
.
.
.
.
.

—Y bien, Kim Seokjin. ¿Tienes pensado marcar a JungKook? —preguntó Jennie, fulminando con la mirada al alfa.

—¿No cree que es demasiado pronto, señora? Apenas estamos saliendo. Marcarlo sería muy precipitado. —respondió el pelinegro, pasando sus dedos ligeramente por la pulsera de colores que estaba colocada en su mano izquierda— Creo que debemos esperar un tiempo antes de tomar tal decisión.

—¿Esperar un tiempo? ¿Estás bromeando? Ambos se gustan, ¿Cuál es el problema?

—Quiero hacer las cosas bien. Y usted, mejor que nadie, debe de proteger a su hijo. Una marca de unión es algo demasiado importante para un omega. —comentó con una sonrisa.

La mayor asintió derrotada. Seokjin era realmente un buen alfa, se preocupaba mucho por Jungkook.

—Bien. Entonces comiencen a salir y luego vean lo que sucederá en el futuro. —Jennie se levantó del sofá, extendiendo su mano hacia Jin— Me alegro que Kookie tenga un alfa tan apuesto y amable.

—Espere... ¿Eso significa que me da su aprobación? —cuestionó estrechando su mano con Jennie.

Realmente no se lo creía. ¿Por fin podría estar con Jungkook después de tanto tiempo? Dios, Kim iba morir de felicidad ahí mismo.

—Por supuesto. Eres un buen chico y sé que cuidarás a nuestro hijo. Además, llevas años amando a Kookie. —Asintió, esbozando una pequeña sonrisa— Ya puedes ir a ver a Jungkook. Tienes una hora para estar a solas con él, luego te irás a casa. Es muy tarde para que un muchacho tan guapo ande solo.

—Pero usted dijo que podríamos dormir juntos... —susurró haciendo un leve puchero.

—¿Dijiste algo, Seokjin? —El menor negó asustado, rascando su nuca.

—Claro que no. Digo que ustedes son muy amables. —habló el alfa mirando a ambas chicas con una sonrisa.

Jennie miró a Jin mientras señalaba el cuarto de Kook, dándole a entender que podía ir a ver al omega. Kim hizo una reverencia a la pareja y caminó directo a los aposentos de su amado.

Abrió la puerta sin siquiera tocarla, sorprendiéndose al sentir unos brazos envolviendo su cuello y unos finos labios besando los suyos.

—¡Hyung! ¿Qué te dijeron mis madres? ¿Te aceptaron, cierto? ¿Cuándo nos casamos? —interrogó el menor, dándole pequeños piquitos en sus labios y cerrando la puerta de la habitación para poder estar a solas.

—Calma, bebé. Apenas me dieron su aprobación. Primero debemos tener más citas, conocernos mejor...

—Pero nos conocemos hace mucho, Jinnie. Quiero que seamos algo más, quiero presumirte con todos... —murmuró Jeon con los ojos cristalizados, bajando la mirada para que el mayor no viera su rostro triste.

—Kookie bebé... perdón por ser un tonto. Pero no soy experto en las relaciones, no sé cómo reaccionar ante esto. Te prometo que seré un buen alfa para ti, ¿Sí? —Seokjin tomó al menor del mentón, dejando un besito en su frente.

El más bajo lo observó esperanzado, parándose de puntitas para rozar sus narices con suavidad.

—Gracias por llegar a mi vida, hyung. Jamás me había sentido así con nadie, yo sabía que tú eres el indicado.

—Te amo, Jungkook. —confesó, sintiéndose un manojo de nervios en esos momentos. Pero nada podía evitar que por fin dijera todo lo que había estado reteniendo durante tanto tiempo. Ya era hora de ser sincero.

Por otro lado, Jungkook se quedó petrificado en su lugar al escuchar esas dos palabras. ¿No era un sueño? ¿De verdad Seokjin dijo "te amo"? Se cacheteó tres veces para comprobar que todo era verdad.

—¿Kookie?

—Oh, lo siento... Es que estaba sorprendido. —admitió con sus mejillas rojas de la pena y vergüenza que sentía— Yo también te amo, Seokjin hyung. Desde que te vi por primera vez quise que fueras mi alfa.

El menor miró a Jin con un brillito en sus ojos. Definitivamente ambos chicos estaban conectados de manera especial, al igual que sus lobos. Jungkook sabía que de ahora en adelante todo sería diferente, por fin los dos podían ser sinceros con sus sentimientos.

—Hyung. —llamó Kook con una sonrisita.

—¿Sí?

—¿Vamos a dormir juntos hoy, cierto? —susurró Jeon alzando una de sus cejas con picardía— Hoy podemos...

—Koo-Kookie, tu madre me dijo que solo puedo estar aquí una hora y luego debo irme a casa. —tartamudeó bastante nervioso por la repentina cercanía con su menor. Envolvió sus brazos alrededor de su cintura, acariciando levemente la cabellera del omega.

La felicidad que irradiaba el lobo de Jungkook no podía compararse con nada más en el mundo. Con ningún otro alfa se había sentido de esa manera. Seokjin le daba la protección y el amor que siempre necesitó en su vida.

Estaba seguro de que el mayor era su alfa destinado.

—Entonces, ¿Podemos vernos mañana? No puedo esperar a presumirte delante de todos y que sepan que tienes dueño. —murmura Jungkook, rozando la punta de su nariz en la curvatura del cuello ajeno— Mi alfa, solo mío.

Seokjin soltó una risa, el omega delante suyo era el más precioso de todo el mundo. Se aseguraría de protegerlo y amarlo, ya no tendría más miedo de demostrar sus sentimientos ante los demás.

—Claro que podemos vernos mañana. Después de todo, ahora estamos saliendo.

Seokjin se separa un poco del menor para tomarlo por los hombros y mirarlo fijamente.

—Por cierto, quería preguntarte desde hace rato... —Carraspeó la garganta, rascando leve su nuca ante la aparición de muchas mariposas en su estómago. Se sentía nervioso, mucho. Sobre todo si Jungkook lo miraba expectante— ¿Te gustaría ser mi novio oficialmente? Sé que no preparé algo romántico para pedírtelo, pero necesito que seas mi novio ya.

El omega miraba al mayor como si le hubiera salido otra cabeza. Pasaron dos minutos hasta que Kook salió de su trance, abrazando con fuerza al alfa.

—¡Claro que quiero! No sabes el tiempo que esperé para escuchar esas palabras. Pero todo valió la pena, porque ahora eres mi novio. —habló el menor antes de besar los gruesos labios del alfa. Su corazón quería salirse de su pecho, estaba más que feliz— Le contaré a Tae la noticia hoy mismo, estará feliz por mi.

Seokjin asintió con la cabeza, en silencio mientras maquinaba en su mente cómo formar las palabras adecuadas para hablar.

—Aunque no lo creas, ha sido difícil para mí reunir el valor para sincerarme contigo. Tal vez haya cosas de mi vida que no conoces, por eso debes tenerme paciencia. ¿Crees que puedas con eso, Kookie? —Suspiró, acariciando las suaves hebras de su amado.

—¿Bromeas? Puedo con eso y más. Entiendo que necesitamos tiempo para conocernos a fondo, con gusto esperaré. No te escaparás de mí tan fácilmente, hyung. —Soltó una pequeña risa, observando a su ahora novio.

Ambos sonrieron antes de fundirse en un suave beso. El 17 de agosto era una fecha que nunca olvidarían, ya que fue el comienzo de su esperada relación.