08
—Y eso es todo por hoy. —habló Taehyung mientras cerraba el libro de cuentos— ¿Te gustó la historia, mi niño?
—¡Sí, papá! —exclamó Jimin moviéndose en el regazo del alfa.
Esos últimos días, el pelirrojo había salido varias veces con el pequeño Jimin, dándose cuenta de que su hijo era muy dulce y tierno, tal y como Tae habría deseado en un bebé. Al final de cuentas, no se arrepentía de nada. Park Jimin era el niño más bonito del mundo.
—¿Dónde está Yoongi hyung, papá? —preguntó el menor, llevando su dedito hacia su boca para chuparlo adorablemente— Él siempre está gruñendo a nuestro alrededor, pero no lo veo ahora.
—Yoongi salió a hacer las compras, Jiminnie. —Le respondió sonriente— Tú y yo estamos solos, ¿No quieres preguntarme nada? Pensé que tenías alguna duda, todo el tiempo me preguntas sobre algo.
—Hmm.... no tengo ninguna pregunta, papá. Pero quiero ir a la universidad y ser como tú. —Sonrió orgulloso, rozando su naricita en la mejilla del alfa.
—Aún eres un niño, Jiminie. Faltan muchos años para eso.
Tae se sentía enternecido al ver la ternura de su pequeño. Estaba feliz de que se llevaran tan bien a pesar del poco tiempo que habían pasado juntos.
—¡Ya soy un niño grande! —dijo a todo pulmón— Pronto sabré qué soy, ya crecí~
—No vas a convencerme, Jiminnie. —El menor lo retó con la mirada— Si no fueras tan bonito, diría que vas a ser un alfa. No mires así a tu padre, mocoso. —Le dio un golpecito en la frente— Le diré a Yoongi que te portaste mal.
—¡No! ¡A Yoongi hyung no! —Tapó su carita con ambas manitos— No quiero que él piense que soy un niño malo. En unos años, Yoongi hyung será mi esposo.
—¿Qué has dicho, Park Jimin? Ni se te ocurra, Yoongi es mío. —Formó un puchero en sus labios, cruzando sus brazos— Y tú serás un omega, los omegas tienen que estar con alfas.
—¡Pero yo seré un alfa! Un alfa muy lindo que cuidará de Yoongi hyung. —Imitó la acción de su progenitor, ladeando la cabeza— ¿Por qué te ríes? ¡No es gracioso, papi!
—Definitivamente eres mi hijo, Jiminie. Nos parecemos mucho. —Comentó con una gran sonrisa— Te prometo que compensaré todos estos años que no estuvimos juntos, bebé. —Acunó la carita del menor, llenándolo de besitos por todo su rostro.
—Jiminie quiere mucho a papi. —Recibió el cariño de Taehyung con una sonrisita feliz— TaeTae es el alfa de Jiminie. —dijo, haciendo que el pelirrojo palideciera por esas palabras. Sus sospechas sí eran ciertas.
[...]
La televisión era demasiado aburrida en esos momentos. Nada de lo que hiciera iba a hacer que olvidara el rechazo del alfa hacia su persona. Jungkook no era del tipo de omega que se rendía por nada, pero cuando se trataba de Seokjin, su lobo se quería poner todo sumiso. Él no permitiría que eso pasara. Por ahora, tendría que pensar qué hacer para que ese alfa cabezota aceptara estar con él de una vez por todas.
—Maldito Seokjin y su terquedad. —Masculló enojado. En cierta parte, entendía la personalidad del alfa. Pero si ambos se querían, ¿no era suficiente razón para estar juntos?
Por lo pronto, él empezaría con su plan de seducirlo. Sacó su celular del bolsillo de su pantalón, marcándole a Jin para comenzar por el primer paso.
—¿Kookie?
Con solo escuchar su voz, el omega sintió que su lobo se emocionaba.
—Jin hyung, ¿Tienes tiempo para salir hoy después del trabajo?
—Hmm.... creo que sí. ¿Está bien si es a las seis?
—¡Sí! Digo, sí. —Se mordió la lengua para contener su repentina emoción— Te espero en mi casa, adiós. —Colgó la llamada a la velocidad del viento. Miró su móvil con una sonrisa malévola— Hoy serás mío, Kim Seokjin.
...
Cuatro horas más tarde, Seokjin había llegado al hogar del omega. Se quedó estático frente a la puerta, decidiendo si tocar o mejor llamarlo. Al final dio un toque suave en la madera, pegando un salto cuando Jungkook le abrió la puerta en un santiamén. El mayor retrocedió de forma inconsciente, la sonrisa que le había dedicado Kook era un tanto extraña.
—Hola, hyung. —Saludó Jeon, observando a Jin como si este fuera un trozo de carne fresca— Pasa, hyung. Te invito a tomar un cafecito.
—¿E-estás seguro de que es solo un café?
—¿De qué hablas? Yo soy un dulce angelito, jamás te haría daño. Anda, ven. —Extendió su mano para que el mayor la tomara, y eso hizo, aunque con un poco de inseguridad.
—La última vez que vine a tu casa, me recibiste con ropa provocativa. ¿Qué puedo esperar de ti?
—¿Acaso no tienes autocontrol? Es una lástima, los alfas deberían ser fuertes y no pueden dejarse doblegar por nada. —Guió a Jin hasta el sofá, rodeando su cintura para ayudarlo a sentarse— Vaya cinturita, hyung. —Los dedos del menor examinaron esa zona del cuerpo del pelinegro— Este es un buen lugar para succionar y dejar marcas de besos, ¿no crees?
—Kookie, pensé que solo ibas a invitarme a un café. A-apúrate, tenemos que llegar temprano al cine. —murmuró bajito, sintiéndose cohibido por esos toques tan íntimos y extraños.
—Así que vamos al cine, hmm... —Caminó a la cocina para empezar a preparar el café. No se había esperado lo del cine, tal vez esa era su oportunidad para que el mayor se diera cuenta del hombre que estaba loco por él.
—Kookie está raro. —susurró Jin para sí mismo. El pelinegro no se imaginó que el omega fuera tan seductor, aún lo recordaba como el tierno chico de dieciséis años que le sonreía adorablemente.
[...]
Había pasado alrededor de media hora, ambos se encontraban dentro del cine. Mientras la película andaba, el alfa se dedicaba a mimar al menor, el cual sufría de intensos dolores musculares.
—Hyung, eres muy bueno en esto. —Jungkook se sentía más que satisfecho con el buen masaje que le daba Seokjin.
—Supongo. —Se apartó un poco, mirando hacia el frente para observar la película a la vez que le hablaba al omega— Aunque no lo creas, Lisa me enseñó a hacer los masajes. No soy tan bueno, pero me defiendo. Ella es mil veces mejor que yo, al menos puede hacerle algo bueno a Rosé.
—¿Algo bueno? Hablas como si ella no supiera hacer otra cosa.
—Digamos que... Lisa no piensa con la cabeza, sino con otra parte de su cuerpo. —Sonrió al recordar el comienzo de la relación entre Lisa y Chae, ya que ellas fueron mejores amigas durante muchos años— A veces creo que ellas no son la una para la otra... Pero se aman, y eso es lo más importante.
—El amor es lo que importa, idiota. Olvida si ellas son diferentes o no, piensas demasiado. —Se cruzó de brazos, haciendo un tierno puchero.
—Uy, parece que alguien se molestó. —El mayor picó una de las mejillas del azabache.
—Cállate, estoy viendo la maldita película. —Bufó, obteniendo como respuesta un fugaz beso en la mejilla izquiera— ¿P-pero qué...?
—Te ves hermoso cuando te enojas, mi conejito. —Le dedicó una sonrisa llena de amor— Por eso, te besaré.
—¿Qué? ¡N-no, espe...!
Seokjin calló al menor con sus labios, juntándolos con los de Jeon para así comenzar a mover su boca y profundizar el beso un poco más. Jungkook se quejó un poco, mas no puso resistencia cuando Jin posó sus manos en sus caderas, tratando de acercar su cuerpo lo más que podía. Ambos cerraron sus ojos desde el primer segundo, disfrutando de aquel momento.
El omega enlazó sus manos en el cuello de Jin, pero eso fue en el instante en el que Kim se apartó para tomar un poco de aire.
—¿Qué haces? ¿Por qué te separas?
—Para ver la película.
Respondió el alfa con simpleza. Quitó amablemente las manos de Kook de su cuello, enderezándose en su asiento y dejando perplejo al azabache. ¿Qué diablos creía que estaba haciendo? Primero lo besaba intensamente y después se apartaba como si nada hubiera pasado. Pero si algo sabía el menor, era que Jin no se salvaría. ¡Tenía que ser suyo sí o sí!
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