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03

—Regresaré a Seúl.

Yugyeom se mantuvo tranquilo al oír la decisión del omega, repitiendo en su mente que eso era lo mejor para él, aún sabiendo que Jungkook era el amor de su vida. Pero no le importaba sufrir, porque al final, lo que más quería era que Jeon fuera pleno y feliz.

No dijo nada, simplemente se le acercó con una lentitud tortuosa, y forzando una sonrisa, lo envuelve con sus brazos. El mayor entendió la referencia, y enlaza sus manos en el cuello del alfa. El azabache no lo soportó, y rompió en llanto, mojando la camisa del más alto.

Le dolía tener que despedirse de su amigo, porque al final, él le demostró que realmente lo amaba. Quizá no encontraría a otro chico que tuviera el valor para luchar por su amor como lo hizo Yugyeom, pero Jungkook quería creer que su destinado estaba en Seúl.

—No me odies, por favor... —El omega escuchó unos sollozos provenientes de su jefe— Sé que no es la mejor decisión, pero...

—¿De qué hablas? Es lo mejor que pudiste haber decidido, estúpido Kookie. —Ascendió su mano hasta el cabello del mayor, acariciándolo suavemente— Gracias por ser siempre sincero conmigo, eso es lo que más amo de ti.

—¿Recuerdas cuando nos conocimos? Choqué contigo y tú me reclamaste, gritando que estabas apurado.

—Lo recuerdo perfectamente, y más porque cuando te observé atentamente, me di cuenta de lo hermoso que te veías. En ese momento se me había olvidado lo que iba a hacer, solamente me hice una meta; conocerte mejor y ser tu novio en un futuro. —Esbozó una sonrisa rota— Qué ingenuo fui.

—No digas eso.... hyung...

—¿Cómo me dijiste? —El alfa se apartó abruptamente de Jungkook, mirándolo incrédulo— ¿Acaso oí bien?

—Sí lo dije, tonto. —Golpeó el hombro ajeno, ganándose una risa del otro— ¿No era eso lo que querías? Aunque creo que es un fetiche que tienes. —bromeó.

—¡No es un fetiche! —aclaró, sintiendo que sus mejillas cambiaban de color— Es que... te ves tan tierno y lindo, y por eso yo... creí que sería bonito que me dijeras así.

—Aww, eres un encanto. —Con sumo cuidado, toma las sonrojadas mejillas del menor, y las pellizca tal cual niño pequeño— De seguro tienes a muchos omegas rendidos a tus pies.

—Eso no lo sé, porque solo me interesas tú.

[...]

No sabía cómo describir la situación. Bien, había conocido a Namjoon el día anterior. Supuestamente era amigo de Lalisa, y gracias a la alfa, ellos dos se conocieron. Pero... ¿Era normal estarse besando con el omega a solo un día de conocerse? Seokjin no entendía a su lobo, él deseaba a Jungkook, pero no pudo resistirse a los encantos de Nam.

Ambos se encontraban en un parque desierto, era un milagro si alguien pasaba por allí en ese momento. Todo había comenzado con una salida amistosa, pero de repente, el menor quiso hacer una parada en aquel parque, y allí comenzó lo que Jin catalogaría como "violación indirecta", ya que Namjoon se le acercó sin disimulo, y empezó a tocarle de manera descarada. Su pecho, sus brazos, sus labios... Hasta que el alfa sintió pánico y se le tiró encima, provocando que cayeran en el suelo.

—Auch. —Se quejó Namjoon, riendo con diversión— Me aplastas, Seokjin.

—Perdón, pero no sabía cómo reaccionar ante la situación. —confesó, echándose a un lado para no incomodar al omega.

—Nunca había conocido a alguien como tú. —Tapó su boca para permitirse reír un poco, le daba mucha ternura ver sus reacciones.

—Lo sé, soy un raro. —Rió junto a Namjoon, rascando su nuca— Me da vergüenza todo esto.

—No te preocupes, he lidiado con chicos tímidos antes. —Se levantó del sueño, extendiendo su mano hacia el mayor para ayudarlo a levantarse.

—Gracias. —Tomó la mano del menor, levantándose con un poco de dificultad— Ya estoy hecho un viejo.

Namjoon empezó a reír a carcajadas.

—Dios, no puedo contigo. Eres exactamente cómo me lo describió Lisa. —Se sentó nuevamente en la banca, observando al mayor.

—Seguramente ella te contó cosas vergonzosas de mi. —Bufó, haciendo un pequeño mohín.

—En realidad, no. Pero ella está empecinada en buscarte pareja.

—Me imagino. La conozco bien, y no desistirá hasta lograr lo que se proponga. —Suspiró, revolviendo la cabellera contraria—  Eres un buen chico, creo que podemos ser buenos amigos.

—Por supuesto, lindo. Puedo ser el mejor amigo con las personas que amo. Y definitivamente te quiero en mi vida. —habló con una sonrisa, enseñando sus lindos hoyuelos.

[...]


Yoongi cerró los ojos, soltando un suspiro. Sabía lo molesto que estaba el alfa por el reciente descubrimiento. ¿Pero no debía ser al revés? ¿No era Min el que tenía que enojarse? En su lugar, el peligris trató de ser comprensible con su novio, ¿Y qué se ganó? Un gruñido y posteriormente quejas de parte de Taehyung.

—¿No sabes cómo me siento, verdad? —Se quejó Tae— Siempre pensé en tener hijos solo contigo, mi omega. Pero viene Jihoon y rompe todos mis sueños, poco a poco..

—Yo debería estar peor, idiota. —Mordió su labio inferior, ahogando los sollozos que querían salir de su garganta— Al principio pensé que me habías sido infiel, pero ese omega dijo que fue antes de que tú y yo nos hiciéramos novios, así que no me afecta tanto.

—Te amo, Yoonie. —Taehyung habló mientras acariciaba la mejilla ajena— Y no me importa si tengo un hijo, jamás dejaré de amarte.

—Lo sé, tonto. Aunque quieras, no puedes dejarme. Desde que me marcaste, hicimos un pacto de amor, prometimos estar juntos por siempre. Tú eres el único para mí.

Taehyung besó la coronilla de su omega, juntando sus manos y admirando su belleza. Tenía tanta suerte de que Yoongi estuviera a su lado, no sabía qué haría sin él.

[...]

Parecía un sueño. Todo parecía un jodido sueño. Jeon Jungkook, alias "el gruñón", por fin había regresado a su tierra natal. Lo primero que hizo cuando sus pies tocaron el suelo surcoreano, fue ir a una heladería para degustar un delicioso helado de fresa. Mientras esperaba que viniera su orden, revisó su galería de fotos, encontrándose con una de él y Yugyeom en la playa. Suelta una risa sin poder evitarlo. No negaba que ambos habían pasado buenos momentos compartiendo como amigos.

—¡¡Ahhhhhhhhhh!!

El omega brincó en su lugar luego de oír semejante grito. Iba a voltearse para ver qué estaba pasando, mas unos brazos aprisionan su cintura. Jeon no pudo mirar hacia atrás, ya que una ronca voz que bien conocía susurró en su oído.

—¿De verdad eres tú, Kookie?

—¿T-Taehyung? —Jungkook se estremeció.

—K-Kookie... Realmente eres tú... —El mayor voltea al omega, mirando su rostro nostálgico, y no pasaron desapercibidas sus facciones. Jungkook había cambiado bastante, ya no parecía un niño pequeño— N-ni siquiera me llamaste para avisarme, idiota... —Sus ojitos se cristalizaron— ¿Ya me olvidaste?

—No, no, no. —El azabache se apresuró en limpiar las lágrimas que iban cayendo por las rojas mejillas del pelirrojo— Es que quería darte una sorpresa, ya sabes, así podría ver tu reacción.

—¡Te odio, Jeon Jungkook! ¡Esta es mi reacción!

—¡Y yo te amo, Kim Taehyung! —Exclamó, arrodillándose frente al alfa. Tomó una de sus manos y besó su dorso— ¿Te casarías conmigo?

—Estúpido... —El mayor sonrió en medio de los sollozos— Sabes que no tienes que pedírmelo. —Relamió sus labios, aún en shock— Pero levántate ya. No quiero que la gente nos vea de esta forma.

Jungkook rió, levantándose y abrazando a su mejor amigo. Dejó que el pelirrojo llorara en su cuello, tal y como lo hacía cuando eran niños y Tae se ponía triste. Pero esta vez, sus lágrimas eran de felicidad. El alfa había querido darle un abrazo a Jungkook desde que este se fue a Estados Unidos.

—Tae...

—¿Sí?

—Suelta mi trasero.

—Ups, perdón. La costumbre. —El omega rodó los ojos y le propinó un golpecito en el pecho.

—Idiota. —Escondió su rostro en la curvatura del cuello del mayor, extrañando las estupideces que su amigo de la infancia decía siempre— Me arrepiento de haberte rechazado.

—Sabía que te arrepentirías, Kookie. Después de todo, soy un alfa excesivamente irresistible. —Apretó el cuerpo contrario contra el suyo— ¿Y sabes qué? Soy padre.

—Wow, ¿Tan rápido embarazaste a Yoongi? —preguntó sorprendido.

—Bueno, eso... —Rascó su nuca— ¿Recuerdas a Jihoon?

[...]

La casa de Kim Namjoon era muy bonita y hogareña. Seokjin se percató de que los colores reflejaban la personalidad del omega; rudo y masculino. A veces el alfa se preguntaba cómo es que semejante hombre podría ser de ese rango.

—¿Qué pasa, hyung? —preguntó Namjoon al ver la curiosidad del mayor mientras miraba su hogar detenidamente— ¿Te gusta lo que ves?

Jin rió, dejando un pequeño golpecito en su pecho.

—Tu casa es muy bonita, la verdad. Aunque es bastante diferente a la mía. —Se acercó hacia una mesita en donde habían diferentes retratos. Pudo darse cuenta que en todas las fotos estaba la presencia de Nam— ¿Vives solo?

El omega bajó la cabeza, asintiendo débilmente.

—Sí, vivo solo. Mis padres no son de Seúl, así que tuve que venirme solo para acá. Además, ellos querían que me casara con un chico que habían elegido para mi. Al negarme ante eso, me echaron de casa. Pero no me arrepiento de nada. Decidí vivir mi propio destino. —Levantó la cabeza, observando al alfa quien lo miraba incrédulo— Somos dueños de nuestra vida, hyung. No puedes dejar que alguien más decida por ti.

Aquellas palabras habían hecho que una parte del corazón de Seokjin se sintiera lastimada. Admiraba tanto a las personas así, que luchaban por sus sueños y nunca se rendían ante las adversidades. Quizá si él fuera una persona más segura de sí misma, hubiera logrado más cosas en la vida.

—Tienes razón, Namjoon. Hiciste bien, ahora puedes vivir de la manera que quieras sin que los demás te reprochen.

—Pero no es fácil... A veces los extraño y quiero regresar a casa. Vivir solo no me gusta. —Lo miró de reojo, sonriendo leve— Tal vez cuando conozca al chico de mi vida, se los presentaré.

Seokjin palmeó el hombro del menor, dedicándole una sonrisa. Estaba seguro de que el chico pronto encontraría a su media naranja, era una gran persona y merecía ser feliz.

[...]

Un alto y delgado chico de cabellos dorados, se disponía a entrar a la cafetería. Sus pasos eran sutiles, y con exagerada lentitud, se detiene en la barra. Silba con coquetería al percatarse de la figura que se encontraba contando los billetes de la caja registradora. Rosé se da cuenta de la presencia de aquel desconocido, y frunce el ceño luego de que este la mirara como si fuera un trozo de carne.

—Uhm.... ¿Hola?

—Hola, linda. —Le guiña un ojo— ¿De casualidad, Kim Seokjin se encuentra?

—Él salió. —dijo con duda— ¿Quién eres tú, y por qué lo buscas?

—Wow, tienes carácter. I like it! —Aplaudió tal cual foca— Tengo que irme, bonita. ¿Pero podrías darle un recadito de mi parte?

—Claro.

—Dile que Felix quiere verlo. Estará muy feliz cuando se entere de que regresé a Corea.

Editado el 31 de marzo del 2021 ♡

Le hice algunos cambios, me gustó el resultado ^^

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