Querido Crush:

Ojalá pudieras decirme que me equivoco en mis pensamientos.

Hoy pude verte de nuevo después de dos días ya que no somos del mismo curso, y cuando lo hice me dolió tanto que tuve que apartar la mirada.
Por desgracia, soy débil y por lo visto masoquista, así que volví a mirar.

Estabas junto a tu grupo, como la otra vez, aunque ahora había diferencias: mientras hablábais y teníais en alto, el rubio bajito estaba siendo abrazado por el alto; los que se reían contigo estaban más atrás comiéndose la boca; y tú tuviste que irte después de mirar el móvil, pero antes de hacerlo, besaste la mejilla de uno de tercer grado que también estaba allí, y él te devolvió un roce en el culo.

Ojalá me equivoque y realmente no seáis lo que me da miedo que podáis ser.

Att.: Dolorido anónimo.