Capítulo 57.
Narras Tu.
Ya cada vez falta menos para el casamiento.
Estoy muy nerviosa con los preparativos. Cuando la familia se enteró, no cabían más de la felicidad.
Pattie y mi madre están peor que yo. No sé la razón. Pero están nerviosas.
Quedan solo dos semanas para el gran día, y gracias a dios ya está todo listo. Justin tiene su traje, Noah tiene su traje y Morena tiene su vestido.
Hoy iré a mi última prueba de vestido. Mi madre y Pattie me acompañarán. Estoy muy nerviosa, feliz, pero nerviosa.
Sonriente y sumida en mis pensamientos, terminé de preparar el desayuno y lo puse todo en la mesa.
Justin bajaría en cualquier momento con Morena, para desayunar y luego irse a trabajar.
-Hola princesa. -Dijo Justin a mi lado. Había acertado, en cualquier momento bajaría.
Me di vuelta y allí estaba ya vestido con su traje negro y su camisa blanca, con Morena en sus brazos aún en pijama. Me acerqué a él y lo besé.
Luego besé la cabeza de More y la tomé en brazos.
-Buenos días mi amor. ¿Cómo has dormido? -Pregunté.
-Bien princesa. ¿Tu?
-Muy bien. -Sonreí. -Siéntate, se te enfriará el café.
Él asintió y se sentó en su lugar.
Yo también me senté y puse a Morena en mi regazo, tomé su biberón con leche chocolatada y comenzó a tomar.
-¿No es hora de que empiece a tomar de una taza? -Preguntó Justin después de tragar su tostada.
-Lo está intentando amor. Tampoco hay que presionarla. -Dije y acaricié el pelo de mi hija.
Aún no tomaba en taza, pero hace poco comenzamos a intentar que lo haga.
-Está bien. -Acarició la mejilla de More. -¿A qué hora tienes que ir a probarte el vestido?
-A las once y media. -Sonreí nerviosa.
-Serás la novia más hermosa del mundo. -Tomó mi mano y la besó.
-Gracias mi amor. ¿Noah duerme?
-Sí, anoche se durmió tarde.
-Si, lo sé.
Nuestro pequeño ya es un hermoso bebé de cuatro meses. Es muy parecido a Justin y eso me encanta. Porque los dos son muy hermosos.
-Ya me tengo que ir preciosa. -Dijo Justin mirando su caro reloj. -En dos horas tengo una reunión muy importante con los inversionistas. -Se levantó de su asiento y yo hice lo mismo luego de dejar a Morena sentada.
-Bueno mi amor. -Besé sus labios. -Que te vaya bien.
-Gracias princesa. -Besó mi cabeza y luego la cabeza de Morena. -Adiós.
Dijo y salió de la cocina.
Yo volví con Morena y terminamos de desayunar.
{...}
-Pequeña, déjame cambiarte por favor. -Le pedí a Morena con toda la paciencia del mundo.
Estaba haciendo berrinche porque no quería sacarse el pijama.
-Por favor princesa, tenemos que salir y no puedes salir en pijama.
-No quiero mami. -Se quejó e hizo un morro. Pero hoy no me compraría con eso.
-Tienes que vestirte.
La senté en su cama y le quité su pijama para colocarle su ropa.
-Cambia esa cara Morena Bieber. -Dije al ver su ceño fruncido.
Ella me miró y frunció más el ceño. Es igual a su padre, es muy malhumorada por las mañanas.
Le coloqué sus medias que iban debajo del vestido, ya que estaba un poco fresco, le puse sus sandalias con combinaban con su hermoso vestido, y cuando ya estuvo lista me dirigí hacia el baño para agarrar el peine.
-Ya estás lista. -Dije cuando terminé de peinarla y la bajé de la cama.
Pero ella seguía enojada. Bufé y me agaché a su altura.
-¿Qué sucede pequeña? -Acaricié su mejilla. -Tenías que sacarte el pijama, y has quedado hermosa. -Le hice cosquillas en el estómago y ella soltó una carcajada. -¿Vamos a buscar a tu hermanito?
-Si. -Dijo emocionada y yo me levanté.
-Vamos. -La tomé en brazos y salimos de su habitación.
Noah ya dormía solo hace un mes, la cuna que estaba en nuestra habitación la hemos sacado porque no es necesaria.
Entré a mi habitación del bebé y senté a Morena en la mecedora.
Me dirigí a la cuna y vi que Noah ya estaba despierto, pero no había llorado.
-Pero mira quién está despierto. -Lo tomé en brazos y besé su cabecita.
Lo acosté en su cambiador y morena se bajó del sofá para venir hacia a ver al bebé.
-Noah. -Dijo y se puso en punta de pie para poder verlo. Pero no lo alcanzó.
-¿Vamos a mi habitación para que tu puedas jugar con él mientras yo lo cambio?
-Sí mami.
-¿Me ayudas a escoger su ropa? -Ella asintió y la tomé en brazos.
Después de ver que Noah no podría caerse, me dirigí a su closet y lo abrí.
-¿Qué quieres que se ponga? -Le pregunté.
-Eso. -Señaló un conjunto de remera, pantalón y campera con orejas de oso en su capucha, todo color gris. Perfecto para hoy.
-Perfecto. -Lo tomé. -Gracias pequeña.
-De nada mami.
-¿Me llevas la ropa? Yo llevaré al bebé. -Le tendí la ropa y ella la tomó.
Tomé al bebé en mis brazos y con la mano libre tomé un nuevo pañal, y las cosas con que limpiarlo.
Salimos de su habitación y nos dirigimos a la mía. Entramos y dejé a Noah apoyado en el medio de la cama, y todas las demás cosas a un costado.
Tomé a More y la senté en la cama. Ella gateó hacia el bebé y besó su cabeza.
Yo reí y me senté en la cama. Le quité toda la ropa a Noah y lo limpié para colocarle el nuevo pañal.
-¿Me das su ropita? -Le pregunté y ella me tendió el conjunto. -Gracias preciosa.
-De nada mami.
Tomé el body blanco y se lo coloqué. Luego agarré la remera y también se la puse.
Noah reía cada vez que le colocaba la ropa. Seguramente le hacia cosquillas.
Su sonrisa sin dientitos era para derretirse. Me hace acordar cuando Morena era bebé, era igual.
-Mami. -Me llamó Morena sacándome de mis pensamientos.
-¿Qué mi vida? -Pregunté mientras seguía vistiendo a Noah.
-Quiero tenerlo. -Dijo sonriendo.
-Cuando termine de vestirlo lo sostendrás.
Ella asintió y yo al fin terminé de vestirlo.
Lo acomodé más cerca de More y besé la mejilla de los dos. Luego tomé algunas cosas que usé y las dejé en la mesa de luz.
Luego las ordenaría.
-El bebé tiene que comer. -Le dije a Morena y ella asintió. -¿Quieres ver tele y luego cuándo termine lo cargas o quieres que traiga a tu perrita?
-Televisión ma. -Se sentó en la cama mirando hacia la televisión y yo tomé el control para prenderla.
Coloqué los dibujitos y ella aplaudió feliz. Me encantaba verla de esa manera.
Yo me apoyé en el respaldo de la cama y saqué mi pecho para darle a Noah. Él rápidamente se aferró al pezón y comenzó a succionar.
Quince minutos después terminé y le saqué todos los gases. Noah, ya satisfecho por la comida, se puso a jugar con un sonajero que le había traído.
-Ya puedes cargarlo mi vida. -Le dije a Morena y ella rápidamente se reincorporó en la cama.
Tomé al bebé y lo coloqué en su brazos.
-Sostén la cabeza. -Ella colocó una mano en su cabeza y con la otra mano lo acariciaba.
Agarré mi celular de la mesa de noche y tomé una foto.
Entré a WhatsApp y le envié la foto a Justin. Dejé el celular sobre la cama y me senté al lado de mis hijos.
-En un rato más llegará la abuela. -Le dije a Morena. -Iremos a ver el vestido de mamá.
-Princesa. -Sonrió.
-Sí, vestido de princesa. -Reí y besé su frente.
{...}
-¿Estás nerviosa? -Me preguntó Pattie cuando ya estábamos por entrar a la tienda.
-No tanto como la primera vez, pero sí. Me pone nerviosa que no me entre el vestido o algo por el estilo.
-No tienes que estar nerviosa ___________. Todo saldrá bien. Ya está todo listo. Y falta muy poco para el gran día. -Dijo ahora mi madre, quién llevaba a Morena en brazos.
-Lo sé. -Sonreí. -Cada vez falta menos.
Pattie suspiró feliz pero no dijo nada.
-Pattie, ¿Quieres que lleve el cochecito?
-No preciosa, yo lo llevo. -Asentí y caminamos unos minutos más.
Habíamos aparcado el auto lejos, no había nada de lugar por aquí, y tuvimos que estacionar como a seis cuadras.
-Hemos llegado. -Dijo Pattie y yo sonreí
Entramos en la gran tienda de vestidos y una chica se nos acercó.
-Buenos días. ¿Qué desean? -Preguntó amablemente.
-Buenos días. Vengo a mi última prueba de vestido.
-Por supuesto. Usted es. -Ojeó la libreta que tenía en su mano. -__________ Butler.
-Sí, soy yo.
-Bien, pasen por aquí. -Caminamos hacia una sala donde había sofás. -En unos momentos vendrá una asesora y la llevará abajo.
-Gracias. -Ella asintió y se retiró.
Mis manos temblaban descontroladamente. Mi madre lo notó, por lo que se me acercó y me abrazó.
-No tienes que estar nerviosa. Tranquilízate. -Apretó mis manos y yo asentí.
{...}
-Por dios. Cada vez me gusta más. -Dije mirándome en el espejo.
El hermoso vestido se ajustaba perfectamente a mi cuerpo.
Era todo apretado en la parte de arriba y acampanado en la parte de abajo. Todo lleno de tul.
Tenía una hermosa cola, pero no era larga, era muy corta, pero lo hacia hermoso al vestido.
-Te queda precioso. -Alagó Alice, la asesora.
-Muchas gracias. -Agradecí.
-¿Quieres salir y mostrárselo a tu madre y a tu suegra?
-Sí. -Asentí emocionada.
Ella se dirigió hacia la gran cortina que separaba el probador del pasillo y la abrió.
Mi madre y Pattie al verme abrieron la boca sorprendidas.
En la prueba anterior, el vestido quedaba grande. Pero ahora se veía perfecto.
-Oh Dios __________, estás bellísima. -Me dijo Pattie. -Justin quedará encantado.
-Gracias Pattie. -Sonreí feliz.
-Mi niña. -Dijo mi madre. -No puedo creer que te vayas a casar. -Una lágrima se deslizó por su rostro.
-Ni yo puedo creerlo. Y deja de llorar, me harás llorar a mí.
-Perdón. -Soltó una carcajada y se limpió las lágrimas.
-¿A ti te gusta preciosa? -Le pregunté a Morena y ella asintió energéticamente.
-Me encanta. -Sonrió también feliz.
-Gracias pequeña.
Me di vuelta y me miré en el espejo nuevamente. Y ahí fue cuando caí en la realidad, me casaría con el amor de mi vida.
{...}
-Ya he llegado preciosa. -Se escuchó el grito de Justin en la parte de abajo.
Yo me encontraba en toalla, recién salía de darme una ducha. Estaba muerta de sueño, y por suerte Morena y Noah ya se habían dormido luego de comer y jugar un poco.
Pero seguro que Noah en unas horas se despertaría, aún se sigue despertando a la media noche.
Caminé hacia la cama y me senté. Miré la hora en el reloj y vi que eran casi las diez de la noche.
-Preciosa. -Se escuchó nuevamente la voz de Justin ahora en el pasillo.
Me levanté de la cama para salir de la habitación pero justo cuando abrí la puerta estaba Justin allí con la mano estirada.
-Hola mi vida. -Me acerqué a él y besé sus labios.
Cuando me iba a separar Justin me tomó de la cintura y me pegó más a él.
-Hola lindura. -Volvió a besarme.
-¿Me puedes soltar por favor? -Me soltó. -Gracias.
-De nada mi vida. -Entró a la habitación y cerró la puerta tras él. -¿More y Noah?
-Ya se han dormido. -Respondí.
-Quería saludarlos. Pero por un lado mejor.
-¿Por qué?
-Porque te podré hacer el amor tranquilo.
-¿Llegaste cachondo del trabajo mi amor?
-No. -Negó con la cabeza. -Llegar y verte así me ha puesto a mil.
-Cállate. -Golpeé su hombro y me acerqué nuevamente a la cama.
Tomé las bragas y cuando estaba por ponérmelas, la mano de Justin me detuvo.
-Ni se te ocurra vestirte. Espérame en la cama, acostada, sin la toalla y de piernas abiertas.
-Estás loco.
-No, no lo estoy. Ahora te la aguantas por abrirme la puerta así.
-Tengo muchísimo sueño. -Me quejé.
-Será rápido preciosa. -Besó mis labios. -Has lo que te dije y espérame.
Asentí y él se fue al baño. Yo quité mi ropa que estaba sobre la cama y lo dejé en el sofá.
Apagué la luz y me volví a la cama. Me saqué la toalla y la tiré al piso.
Me acosté en la cama y abrí las piernas como Justin me dijo. Cerré los ojos y me puse a esperar.
Ya la situación me excitaba, y mucho. Bajé mi mano hasta mi vagina y pasé mi mano por allí un par de veces sintiendo mi humedad.
Cuando mis dedos estuvieron empapados, los llevé a mi boca y los chupé.
-¿Qué haces? -La voz de Justin me hizo sobresaltar y dejé de hacer lo que estaba haciendo.
-Nada. -Sonreí.
-Eres pícara. -Se subió a la cama y se arrastró hacia mí.
Quedó entre mis piernas y yo envolví su cintura con ellas haciendo que la cabeza de su pene choque con mi vagina.
-Oh. -Gemí y tiré la cabeza hacia atrás.
-Estás mojada nena. -Besó mis labios.
Fue bajando y comenzó a besar mi cuello. Ese era mi punto débil, no me podía resistir a sus besos.
Yo bajé mi mano y tomé su pene bien erecto en mis manos, y comencé a mover mi mano de arriba hacia abajo.
Justin gimió sobre mi cuello, lo que me hizo volver loca. Con sus manos me apretó las caderas y yo aumenté mis movimientos.
-No nena, no quiero correrme así. -Dijo con la voz ronca. Tomó mi mano y la separó de su pene.
Yo gruñí y el rió. Volvió a besarme, no me cansaría nunca de sus besos.
Siguió bajando sus labios hasta llegar a mis pechos. Pero no los lamió, subió nuevamente a mi boca y besó más ferozmente.
Se separó de mí y se estiró hacia la mesa de noche. Abrió un cajón y sacó un preservativo de allí.
Abrió el envoltorio y se lo colocó. Abrió aún más mis piernas y lentamente entró en mí.
Los dos tiramos la cabeza hacia atrás y soltamos un gemido.
Justin salió lentamente y de golpe entro, bien duro, haciéndome gritar.
-¡Justin! -Él bajo más y volvió a besarme para ahogar nuestros gemidos.
{...}
-Oh nena, estuviste fabulosa. -Dijo Justin cuando recuperó el aire después del orgasmo que tuvimos.
Salió de mi interior y se sacó el preservativo. Le hizo un nudo y se paró para ir al baño.
Yo me senté en la cama y me tapé con la sábana. Necesito otra ducha, pero hoy no, tengo demasiado sueño.
-Tu también estuviste fabuloso. -Le dije a Justin cuando volvió.
Él ya se había colocado su bóxer y una remera negra, no sé para qué la remera.
-Ha sido lo mejor, como siempre. -Besó mis labios.
-¿Tienes hambre?
-Sí preciosa, ni nos hemos preguntado como nos fue en el día.
-Tu fuiste el apurado en hacer el amor.
-Lo sé. -Rió y se paró de la cama. Yo imité su acción.
Caminé hacia el sofá y tomé las bragas, me las puse y luego me puse la remera que me llegaba un poco más abajo del trasero.
Me dirigí al baño y me coloqué desodorante. Me puse frente al espejo y me peiné un poco. Parecía que había peleado con un león o algo por el estilo.
-Vamos. -Tomé a Justin de la mano y salimos de la habitación.
Llegamos a la cocina y Justin se sentó.
-¿Te caliento las hamburguesas que dejó Morena?
-Sí preciosa. ¿Morena pudo comer una hamburguesa entera?
-No, iba comiendo de a poco. -Dije y tomé las hamburguesas que ya estaban tibias.
Las metí el microondas y esperé a que se calienten.
Cuando estuvieron listas. Las saqué y las coloqué en un plato.
Lo dejé en frente suyo y él me agradeció.
Tomé dos vasos de la alacena, el jugo del refrigerador y coloqué todo en la mesa.
-¿Cómo te ha ido en el trabajo amor? -Le pregunté.
-Muy bien preciosa. -Sonrió. -La reunión ha salido perfecta. Dentro de dos semanas hay otra.
-Me alegro por eso amor. -Acaricié su mano.
-¿Y a ti cómo te fue con la prueba del vestido?
-Me ha ido genial. Ya está en la casa de mi madre. -Sonreí emocionada.
-¿Por qué no está aquí?
-Porque sabía que querrías verlo. Y no puedes.
-Eres mala. -Hizo un puchero.
-Solo serán dos semanas.
-Dos semanas. -Repitió y se levanto de su silla. Se acercó a mí y me beso. -Sólo dos semanas para que seas la señora Bieber. -Sonrió.
-Así es. -Lo abracé. -Te amo. -Susurré en su oído.
-Yo te amo más a ti pequeña. -Besó mis labios.
-Noah se ha despertado. -Dije al escuchar el llanto del bebé en la planta alta.
-Yo lo traeré. -Dijo Justin y yo asentí.
Justin salió de la cocina y yo junté las cosas que usamos. Las metí en el lavavajillas y lo encendí.
Miré hacia el reloj y eran las doce y media. Ya era tarde, y realmente tenía mucho sueño.
Ya habían pasado cinco minutos y un poco más. Segundos después escuché unos pasos acercarse, miré hacia la puerta de la cocina y estaba entrando Justin con Noah sobre su pecho.
Sonreí y me acerqué a ellos.
-¿Qué le sucedió? -Pregunté mirándolo, parece estaba muy cómodo con la cabeza apoyada en el pecho de su padre.
-Había ensuciado su pañal. -Acarició su cabello. -Ya se está quedando dormido nuevamente. -Dijo al verlo con los ojos cerrados.
-Es un dormilón. -Reí.
-Ya ha caído dormido. -Soltó una carcajada.
-A los bebés les relaja dormir en el pecho de los padres al escuchar los latidos del corazón.
-¿En serio?
-Sí, en serio. A More le encantaba dormirse en mi pecho. Cuando estaba muy fastidiosa por el sueño la acostaba en mi pecho y se dormía rápidamente. -Dije recordando a More de bebé.
-Eso es muy hermoso. -Miró con adoración a Noah. -Estoy muy feliz de poder estar con él, pero desde el principio. No estoy diciendo que a More no la ame por no haber estado desde el principio. Eso nunca, porque son mi todo. Pero solo estoy agradecido de que la vida me haya dado la oportunidad de estar junto a uno de mis hijos desde el vientre de su madre hasta... Toda su vida. -Reí y lo besé. Coloqué una mano en la espalda del bebé y otra en la espalda de Justin. -Y esto te lo tengo que agradecer a ti.
Miró nuevamente al bebé dormir y luego me miró a mi.
-A ti te tengo que agradecer por dejarme ser parte de esto. Del crecimiento de mis hijos. -Sonrió y me besó.
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