Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

﴾Una propuesta﴿

     ¿Por qué siempre me pasan estas cosas? ¿Por qué no puedo simplemente llevarme a alguien a la cama de forma casual, como lo hacen en las películas? ¿Qué tenía de malo yo, como para que me cortaran el rollo cuando más decidido estaba de ir más allá?

     Odié por un segundo al Chico Margarita, pensando en mil formas de despedazarlo por ilusionarme como los demás. Quería golpearlo, insultarlo, llamarlo timador, calientahuevos, hijo de puta... lo que fuera con tal de sacar el enojo y la frustración sexual.

     Pero entonces me respondió y sentí vergüenza de mí mismo al instante.

—Sí quiero follar —se alejó de mí y pasó a tomar asiento sobre el lavamanos—. Pero quería proponerte algo sobre eso.

     Sí, vergüenza. Me sentía estúpido por haber metido al dulce Chico Margarita en mis generalizaciones de mierda. Entonces me di cuenta de que de verdad íbamos a follar y algo dentro de mí me quería impulsar a saltar de alegría.

     ¿Patético? Bastante.

—Dime —suspiré de alivio y reanudé mi contacto, atacando su cuello con besos. Abrí sus piernas y me metí entre ellas. Mi Chico Margarita olía tan bien.

—Es mejor que te muestre —jadeó y empujó mi pecho con ambas manos—. Tal vez no te agrade.

— ¿Es algún tipo de fetiche sadomasoquista? —Besé su cuello una vez más, pero fui rechazado automáticamente por sus manos, que se convirtieron en una desagradable barrera.

—No —contestó firmemente, casi sentía que lo estaba ofendiendo con mi bestial deseo de seguir besándolo—. Es una especie de... trabajo....

— ¿Te prostituyes? —Bromeé—. ¿Cuánto me vas a cobrar?

—Cien mil won por treinta minutos —golpeó mi hombro ligeramente, su risa me comunicó que el humor negro era lo suyo—. Imbécil. De ser así, me iría a las esquinas con una minifalda puesta.

—Puta barata —mordí mi labio, sonreí y apreté su trasero—. ¿Cuál es ese tipo de trabajo que haces, entonces?

—Pornografía —contestó con la frente en alto y una sonrisa orgullosa—. Yo te pago a ti si te dejas grabar mientras te follo.

—Alto ahí, puta barata —me exalté—. ¿Tú, follarme a mí?

— ¿Cómo es que te altera más eso, a saber que serás grabado y mucha gente se masturbará viéndonos?

—Tengo mis principios —encogí los hombros, pero no quité mis manos de su trasero—. ¿Por qué tienes que follarme tú a mí?

—Porque así trabajo —se levantó del lavabo y, con una fuerza impresionante, me acorraló nuevamente en la esquina y apresó mis manos tras mi cabeza—. Funciona de esta manera: te llevo a mi hotel, coloco mis cámaras, follamos hasta agotarnos, vendo el vídeo por internet y tú, mi querido Jimin, te quedas con el 40% de las ganancias que reciba el vídeo durante los primeros seis meses.

—Todo un profesional —me deshice de su agarre, intentando procesar todo lo que me había dicho—. Pero no estoy seguro... ¿Quién compra tus vídeos? ¿Te follas a muchas personas?

—Sólo me follo a hombres —se cruzó de brazos y volvió a sentarse sensualmente sobre el lavamanos, esta vez con las piernas cruzadas—. La gente que los compra, obviamente es amante del porno gay. Y yo hago buen porno. No soy un actor, si es lo que crees. Yo tengo sexo real, nada de actuaciones estúpidas llenas de gemidos sin sentido. En cada vídeo puedes apreciar perfectamente el placer que cada uno de los chicos ha sentido, y el mío también. Gemidos naturales, sonrisas, besos, abrazos, juguetes, muchas posiciones, charla sucia... Hago todo lo que quiero con mis chicos, dependiendo de los gustos de cada quién.

— ¿Entonces no eres actor? ¿Sólo te grabas mientras follas? ¿No es eso ser amateur?

     La curiosidad me estaba picando. Encontrar un actor porno en un bar de mala muerte no es algo que te pasaría todos los días, y es menos probable que te lo encuentres y te quiera pagar por follarte. ¿No sería ese el sueño de muchos pervertidos como yo? Probablemente yo también soñé con eso cuando era más chico.

—No soy ningún amateur —rechistó con desagrado—. Mi negocio es auto sustentable desde que empecé, soy el propio productor de mi material y tengo experiencia en ello. No creas que he comprado tanto equipo de grabación con sólo meter y sacar mi verga un par de veces. Sé perfectamente cómo dar placer a un hombre, sé dónde tocar para volverlos locos a todos...

— ¿Y por qué quieres filmar conmigo? ¿No hay otros mejores?

—Yo no elijo a mis compañeros sexuales al azar, Jimin —cruzó sus manos sobre su rodilla y sonrió casi maliciosamente—. Te he estado observando, hay algo en ti que me atrae desde hace tiempo.

— ¿Eres un acosador? —Pregunté casi sorprendido. El alcohol ya había entrado profundo en mi sistema y me sentía mareado, anonadado por la sensual figura del Chico Margarita.

—Algo así —se encogió de hombros—. He leído todas y cada una de tus publicaciones, incluso las de la secundaria y déjame decirte que te admiro por la acidez de tu superficialidad. Se nota que le das a la gente lo que quiere y ellos te aman por eso.

— ¿Y eso es todo? —Bufé inconforme— ¿Sólo me buscaste porque me stalkeaste? ¿Y qué es eso de "superficialidad ácida"?

—Me refiero a que me encanta porque no pareces hacerlo naturalmente, he visto cómo se te escapan algunas cosas intelectuales entre tus notas, como si intentaras filtrar un poco de sentido común en la gente idiota que lee columnas sobre por qué son mejores los calzones Balenciaga que los Calvin Klein.

— ¿Lees entre líneas? —Pregunté con los ojos entrecerrados.

     Sí, varias veces había dejado salir un par de críticas propias sobre los estúpidos artículos de moda que escribía. Incluso llegué a criticar suavemente a las modelos de tallas demasiado pequeñas y nadie se dio cuenta porque prefirieron ver qué tipo de tacones iban con tales piernas. ¿Ridículo? Lo es. Yo soy ridículo.

     Pero volvamos al Chico Margarita...

—Algo así. Eres inteligentemente único, Park Jimin... Y por eso es que decidí buscarte. ¿No le harías un favor a un fan desesperado?

     Mientras hablaba a modo de ruego sarcástico, inclinaba su cabeza y lucía tan hermoso...

     Y me fasciné porque nadie, ni mi padre que revisaba todas mis publicaciones, se había dado cuenta de las pequeñas chispas de mi oscuridad que llegué a salpicar en sus preciadas revistas mensuales y periódicos semanales.

—Bueno... Me halaga un montón que vieras esa parte de mí que no le muestro a nadie —ladeé mi cabeza a la par de la suya, casi conectando un beso— ¿Pero eso qué tiene que ver con ser un candidato a hacer porno contigo?

—Sucede que a mí me gusta explorar lo inexplorado —alzó su frente de forma altanera—. Y tú, a mi parecer, eres un punto ciego en mi mapa, algo que jamás había visto y que quiero conocer.

— ¿Y por qué no mejor me invitaste primero a un café en lugar de proponerme ir a la cama contigo?

—Porque ese no es mi estilo —bajó del lavabo y sacó de su bolsillo una tarjeta—. No voy a insistirte, simplemente te diré lo siguiente: quiero follar contigo porque me encantas, me vuelves loco y me he masturbado con sólo ver tu fotografía, quiero saber de qué eres capaz, mi precioso y tenaz escritor turbio. Te ofrezco esta oportunidad para hacer algo diferente, aunque sea una sola vez. Si te animas, prometo darte la mejor experiencia sexual de tu vida y mi amistad incondicional, y si no quieres, jamás volverás a saber de mí. Igual no me afectará si me rechazas, hay muchos en la lista de espera que quisieran tomar tu lugar. Tómalo o déjalo.

     Sentí un escalofrío cuando dijo eso, cosa que me hizo pensar que de verdad me seguía y estaba obsesionado conmigo. No estaba bromeando para nada.

     Eso me llevó a perturbarme porque seguramente este fue un encuentro furtivo y no casual.

— ¿Qué es esto? —Tomé la tarjeta cuando me la ofreció.

—La dirección de mi hotel y mi número de teléfono —se cruzó de brazos y clavó una fría y sensual mirada en mí—. Estaré en la ciudad el resto de la semana y no saldré mucho de mi habitación porque debo trabajar en la edición de mis videos. Si tu respuesta es un sí, avísame dos horas antes y llega preparado. Atrás de la tarjeta vienen los requisitos que debes acatar, la depilación es opcional.

     Quedé boquiabierto, pasmado por la fiereza con la que el Chico Margarita me dejó claras sus intenciones. Nadie nunca me había hablado de esa forma al mismo tiempo que me hacía temblar las rodillas.

     Miré la tarjeta y luego a él. Quise dar una respuesta inmediata, pues mi deseo por hacer algo diferente pugnaba por salir, pero sólo pude quedarme mudo durante un rato.

     Esto fue, seguramente, la toma de decisión más difícil de mi vida.

     Hacer porno con un extraño que me adulaba... Y además ser el de abajo...

     Podría culpar al alcohol por la decisión que tomé, pero lo cierto es que mi montaña rusa necesitaba nuevas volteretas, una curva más alta, aros de fuego, adrenalina, incluso tornillos flojos que ocasionaran alguna caída mortal.

     Y aquí estaba, por fin, la respuesta a mis inútiles plegarias internas de volver a sentir curiosidad y asombro por algo, aunque significara arriesgarlo todo.

—Acepto —dije sin más y le robé un beso, cosa que lo tomó por sorpresa y pude notar la tensión en su cuerpo.

— ¿Estás completamente seguro?

—Sí.

—De acuerdo, Jimin —besó mis labios cálidamente y dio un sugerente apretón a mi trasero—. El trato está hecho, lee los requisitos y avísame cuando estés listo.

     Y se fue, dejándome mudo, con un agradable sabor de boca y una decisión de la que seguramente me arrepentiría.

     Pero ya estaba hecho, la curva mortal con aros de fuego y tornillos flojos estaba esperándome.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro