CAPITULO V: ¿QUE ES ESTE SENTIMIENTO?
POV YOONGI
Salí de la oficina de mi padre con una expresión en blanco y el ánimo hasta el suelo, lo que me había contado no había sido algo bonito, enterarme que un crío de tan solo diecisiete años perdió a su madre a la edad de seis y sin pasar siquiera un mes de la muerte de su madre fue llevado a un campo militar, pasó de ser mimado a ser educado como un soldado. Que su padre jamás haya pensado en su hijo, que nunca le haya importado, y lo más peor es que aquel niño presenció frente a sus ojos la muerte y no de cualquier persona sino la de su propia madre.
Solo de recordarlo me hacía tener rabia por el señor Park.
—Joven amo, ¿le ocurre algo? —preguntó Sun con preocupación, lo mire y negué con la cabeza.
—Sun si ves algo volando por ahí es mi espíritu, lo traes de vuelta, por favor —sin saber que decía, mi boca se movía, pero mi cerebro no pensaba, era la primera vez que ocurría, a decir verdad, yo no conozco a mis padres biológicos, pero aun así nunca me faltó el verdadero amor de un hogar.
Volví a mi auto, decidí tomarme el día libre, iba conduciendo cuando un autobús pasó a mi lado con una pancarta de publicidad en su costado, la publicidad hablaba de un nuevo local que vende todo tipo de motocicletas y bicicletas, lo ignore y volví mi mirada al frente cuando de repente como un flash paso en frente el hecho de que llevaba una bicicleta destrozada en mi auto, gire el auto y fui al lugar que decía la publicidad que había visto.
—Bienvenido joven, ¿buscas algo en especial? —me pregunto una señorita amablemente.
—Quiero una bicicleta como esta —la señorita me siguió hasta mi auto y abrí la cajuela mostrando la destrozada bicicleta.
—Oh, lo lamentamos, ese modelo es antiguo así que ya no producimos, pero tengo modelos mejorados y parecidos, si deseas también puede personalizarla a como se ve esa— señaló con una sonrisa la bicicleta dañada.
—Haremos eso —asentí
Estuve alrededor de dos horas metido en el local porque la personalización se demoró bastante, quería los mismos diseños que en la anterior, mismo color —¿Acaso es la bicicleta de tu novia? —preguntó el hombre que la pintaba.
Sonreí y negué —No, es de... —pensé un momento—, es de un amigo —dije sin quitar la sonrisa, a esto se le llama sonrisa de negocios.
—Ya veo —dijo el hombre mirándome—, tu amigo tiene buen gusto, esa bicicleta es bastante vieja, pero muy duradera —alzó una ceja—, debe haber tenido un feo accidente para que la bicicleta haya quedado ese ese estado —suspiró triste.
—No fue grave —dije rascando mi nuca. Pasamos charlando alrededor de media hora más y por fin había acabado, estaban guardándola con cuidado en la cajuela del auto —tenga cuidado, gracias por su compra —hicieron una reverencia los vendedores, les correspondí de igual forma.
—Gracias a ustedes —entre al auto y empecé a manejar a mi apartamento el día de mañana tenía que levantarme temprano para pasar dejando esa bicicleta y llegar a tiempo al trabajo.
Cuando llegue ingrese la contraseña de mi apartamento y me lleve una interesante sorpresa, mi mejor amigo estaba dentro de la casa con un montón de fundas de comida de supermercado —Al fin llegas hermano —fue a recibirme.
—Tanto tiempo libre tienes, Hoseok —enarque una ceja y bromee.
Una suave tos surgió —Mi viejo dijo que me tomé un descanso, dentro de poco debo ir a Estados Unidos a terminar un trato y tal vez me lleve medio año allá completando todo —pusó una cara de melancolía mientras me contaba.
—Oh vaya que tristeza —mi tono fue sarcástico.
—Muy gracioso Min, al menos finge que te importo —bufó puchereando, solté una carcajada, era divertido molestarlo.
—Por cierto escuche que tuviste un accidente, ¿estás bien? —preguntó.
Empecé a tocar mi cuerpo, las costillas —Aún estoy completo, así que estoy bien —bromeé ganando un bufido por su parte—, entonces camarada, ¿qué comeremos? —pregunté mientras quitaba mi corbata y desabotonaba los puños de la camisa.
—No lo sé —alzó los hombros—, hay de todo un poco... —se quedó en silencio, estaba casi seguro de que iba a decir algo tonto—. O tal vez quieras comerme —y ahí estaba.
—Déjate de tonterías —lo alejé de mí.
—Vamos, cuando me darás esto —toco mi cintura y su mano bajo al filo de mi bóxer, su sonrisa maliciosa estaba ahí, se relamió el labio inferior.
—Déjate de tonterías —quite su mano sin brusquedad—. Sabes que somos amigos, casi como hermanos, nunca me cogería a mi hermano —con eso estaba planeando retirarme a mi habitación, me sentía cansado.
—No recuerdo que eso fuera impedimento la primera vez —su voz melosa en mi oído.
Sonreí ladino y voltee a verlo, coloque mi mano izquierda en su cintura y lo jale, pegándolo a mi cuerpo —Es cierto, no fue impedimento —acerqué mi boca a su oído—, pero esa vez aprovechaste mi estado de ebriedad —dije fuerte y claro, lo solté con brusquedad y molestia.
Suspiró resignado —Le quitas lo divertido a la vida Min —se fue a sentar al mueble, por mi lado negué sonriendo y me dirigí a mi habitación, necesitaba un baño y dormir. Las horas pasaron rápido mientras hablaba con Hoseok en un santiamén ya eran las 10:30 pm, fui a acostarme después de que mi amigo se fuera y me quedé dormido de inmediato.
El pitido de la alarma me hizo abrir los ojos, me senté en el filo de la cama y refregué mis ojos para despertarlos bien, tome el control que tenía en la mesita junto a la cama y presioné el botón de abrir, de inmediato se abrieron las cortinas de todo el lugar. Rápidamente me duche y vestí, agarré mis llaves y móvil y fui al estacionamiento era temprano así que podría ir pasando por el apartamento de ese joven y entregarle su bicicleta. En el camino me compré un café instantáneo, lo coloqué en el portavaso del auto y conduje hasta la calle X donde queda el apartamento de ese mocoso.
Detuve el auto y esperé a que el chico saliera, estuve esperando alrededor de veinte minutos, pero el mocoso nunca apareció, molesto encendí el auto y lo arranqué, hoy padre tenía una reunión con unos funcionarios importantes por lo que me dijo que llegue temprano, iba conduciendo por la ciudad cuando vi algo que me llamó la atención. Un chico iba caminando en la acera a paso lento unas cuadras más adelante, reconocía esa caminata y esa espalda, era él, estaba por acelerar cuando lo vi sentarse en la parada de autobuses y a un hombre salir de entre los arbustos, ambos se saludaron amenamente, parecía ser que se conocían, no podía ver el rostro del otro tipo solamente su espalda, me aparque a una distancia aceptable y me quede observando.
El tipo salió a buscar algo mientras que el mocoso se quedó sentado ahí, se veía en blanco como si pensara en algo, se veía sumido en sus pensamientos, como un flash paso el recuerdo de lo que mi padre me contó, tal vez estaba pensando en eso y por eso su rostro se veía oscuro y vacío, al cabo de unos minutos el otro tipo regresó con un automóvil, la esquina de mi labio inferior se curvó en una sonrisa, sin siquiera darme cuenta ya había encendido el auto y me encontraba siguiendo al otro. Llevaba alrededor de unos diez minutos siguiéndolos cuando vi que se detuvieron, decidí hacer lo mismo a una distancia, del auto bajaron ambos uno con una cara molesta y el otro... bueno es difícil de explicar su expresión.
—¿Por qué nos has estado siguiendo? —preguntó.
—Oh, quería devolver algo —dije y me dirigí a la puerta trasera de mi auto, saqué la bicicleta despacio—. La anterior no podía ser arreglada así que te compre una nueva —empecé a llevar la bicicleta en su dirección.
—Yoongi —dijo el tipo que estaba a su lado—. ¿Ustedes se conocen? —nos señaló a ambos.
—Sí —dije de inmediato y sonreí —No —respondió el mocoso al mismo instante.
Daniel, así se llama el otro tipo y resulta que lo conozco pero como estaba muy lejos no lo había reconocido, nos miró con confusión —¿Sí o no? —preguntó.
El mocoso dio un largo suspiro y asintió lentamente —De casualidad —dijo con molestia.
Mientras él hablaba yo sonreí, por alguna razón disfrutaba el verlo molesto —Bueno ya te he entregado eso, así que me debo ir —hice una reverencia e ingrese de nuevo al automóvil, arranque y conduje a la empresa.
En el camino llame a Sun para saber la situación de mi padre y esos tipos hambrientos de dinero que se hacen llamar a sí mismos funcionarios del gobierno. Sun me dijo que aún no acababa la reunión que lo mejor será que me divierta lejos por un par de horas más.
La pregunta es, ¿dónde me puedo divertir?; y como milagro frente a mi apareció un bar abierto, decidí ingresar y la sorpresa fue fascinante, a pesar de que su fachada se veía como si fuera un lugar vulgar por dentro era distinto, todo el lugar estaba moderno, la vista era un tipo de cita romántica—silenciosa, simplemente hermoso, me dirigí a la barra y pedí un whisky, la gente entraba y salía como sombra sin hacer un solo ruido, apenas unos susurros se escuchaban, mientras apreciaba el lugar y bebía mi whisky el tiempo se pasó en un parpadeo, la vibración del móvil en mi bolsillo me hizo espabilar y tomar la llamada.
—Joven amo, la reunión ha terminado, ya es tiempo de regresar —al otro lado de la línea era Sun quien hablaba, informando. Colgué y terminé el licor restante del vaso.
—Muchas gracias por venir —me sonrió el barman, asentí con una media sonrisa y recogí mi traje en el brazo, encendí mi auto y comencé a conducir a la empresa, el camino no era lejano, pero aun asi me tomaría mi tiempo llegar. Cuando llegue me aparque en la entrada de la empresa, Sun llevaría mi auto al parqueadero, estaba dando la vuelta para entrar y una masa, más bien un cuerpo, me golpeó fuertemente haciéndome caer al suelo de espalda.
—¿Acaso eres un toro suelto? —pregunté al idiota que me cayó encima, se veía distraído y al oír mi voz se enfocó en mí, repentinamente su cara hizo una mueca de molestia, nada agradable a la vista.
—De todas las personas, ¿por qué eres tú? —se quitó de encima y sacudió su ropa, aproveche a ponerme de pie y me arrime a mi auto, me dolía la cadera debido al impacto.
—Lamento no ser lo que quieres, pero es lo que hay —estaba cabreado por su actitud—.Mierda hombre, deberías ver por donde corres —dije molesto mientras frotaba silenciosamente mi cadera.
–Y tú, ¿porque estás aquí, acaso me estabas siguiendo de nuevo? —hizo un puchero que si él pensaba verse serio con eso demostró todo lo contrario. O al menos a mí me pareció gracioso.
—¡Já! En tus sueños mocoso, esta es mi empresa —señalé el edificio en frente con la cabeza—, mierda mi cabeza duele —agarré mi cabeza con la mano.
"No solo me lastimó la cadera, sino también casi me avería la cabeza, joder"
Escuche una murmuración, pero no entendí, de repente volteo su cabeza y elevo una ceja, no comprendía que hacía, pero era como si lograse entender algo de lo que no tenía idea. Se veía bastante tonto, una sonrisa disimulada escapó de mis labios.
—¿Acaso tienes obsesión por la velocidad? —después de todo no era la primera vez que nos golpeábamos—. La vez anterior te choque, no me digas que esta es tu venganza —tal vez era asi, despues de todo se sentía molesto y en cuanto vio la oportunidad decidió embestirme como un toro, sobé mi cabeza y sacudí el polvo de mi pantalón.
Sonreí malicioso al ver que no podía responderme, estaba por fastidiarlo un poco mas cuando Sun llegó corriendo alarmado —¡Vicepresidente! ¡Vicepresidente! ¿Se encuentra usted bien? —seguramente vio todo desde la oficina de mi padre.
Asentí con una pequeña sonrisa, pero Sun volteo y acercó al mocoso —¡Tú! —fue señalado completo—. Acaso tus padres no te enseñaron que no se debe correr sin mirar, que tal si hubiese sido un auto —Sun estaba echando humo de su cabeza.
—Ya me chocó un auto una vez, pregúntele a su vicepresidente, él debe saber los detalles de mejor manera —sonrió mientras me veía.
La mirada de Sun como daga se clavó en mi, fingí no notarla y solté un simple —Luego te explico —me centré en el chico—. Pero aun asi, quiero saber, ¿porque corrías? —me acerque.
—¿Te metiste en problemas y huías? —eleve una ceja burlándome.
—Hm, puede ser —alzó los hombros. Estaba por protestar y la voz de Daniel, no, sus gritos me interrumpieron. Cuando llegó se desató un pequeño teatro trágico, infantil, patético y de bajo presupuesto.
De repente los gritos estallaron, Jimin estaba de rodillas en el suelo, con sus puños apretados, viéndose tan desprotegido, sus ojos estallando en rojo por aguantar las lágrimas, su manzana de adán moviéndose como loca, mi mente de inmediato pensó en ayudarle, pero mi cuerpo rebelde no obedeció y ni siquiera dio un solo movimiento.
Su rostro se alzó y su mirada tenía rastros de dolor, tristeza, ira todos en una sola bola de emociones, sus ojos me transmitían tantas cosas que no lograba comprender, mi pecho de repente se sintió oprimido, un malestar que nunca antes había tenido de repente me había atacado. Mi corazón no paraba de latir y apretarse, y cuando sus brazos rodearon mi cuello y su rostro se oculto en la curvatura todas las emociones que estaba sintiendo se enraizaron hasta mis huesos. Me sentía perdido.
Miré a Sun y su mirada estaba peor que la mía, el otro tipo tenía su rostro hundido y sus ojos muy grandes, se notaba preocupado, volví mi mirada al chico que estaba escondiendo su rostro en mi cuello, podía sentir su respiración, sentía mi cuello húmedo de inmediato supe que estaba llorando, un pensamiento que me hizo sentir cálido y complejo recorrió mi mente.
"Asi que tú también puedes llorar así"
Sentí su nariz olfatearme y hundir su cara más en la curvatura de mi hombro y cuello, con inseguridad lleve mi mano derecha a su cabeza y la acaricie sintiendo una descarga en el cuerpo y un sentimiento indescriptible en el corazón, trataba de calmarlo con esa acción. Sin embargo, yo mismo era un manojo de emociones y sensaciones.
La otra mano la coloque alrededor de su cintura y empecé a caminar hacia el parqueadero, en el había un ascensor que me llevaba directo a mi oficina, quería evitarme el agobio de pasar por todos los pisos en la empresa para poder llegar a mi oficina y que murmuren sobre el hecho de que llevaba un chico llorando en mi hombro, mientras menos ojos veían mejor sería la situación.
Mientras caminaba escuche un pequeño susurro: —Te extraño mama, ¿por qué me dejaste?
Jimin dijo despacio y lloroso, cuando llegue a mi oficina salude a la secretaria, quien se quedó estupefacta con la escena ante sus ojos, hice una señal con la mano para que no permitiera a nadie venir a saludarme o alguna otra cosa, entre a mi oficina y cerré la puerta con seguro, cerré las ventanas con el control remoto que estaba en mi escritorio y me arrime al mismo, mientras seguía sobando la cabeza ajena y dando pequeñas palmaditas en su espalda.
Alrededor de diez minutos despues el mocoso dejo de abrazarme, pero aún no despego su cabeza del lugar —¿Por qué me ayudaste? —preguntó.
—Simplemente no te veías bien —dije sin importancia, esperando que salga de mi cuello.
—No tenías que hacerlo —sorbió su nariz y se alejó de mí con la cabeza gacha, podría asegurar que se sentía avergonzado. Puse mi mano en mi barbilla y me senté en la silla reclinable detrás del escritorio.
—No te obligare a decirme nada, cuando te sientas mejor puedes irte —dije encendiendo mi computador—. Casi lo olvido —lo mire—, si deseas comer algo solo dile a la señorita afuera —señale la puerta y volví a mi trabajo.
Lo vi estar de pie durante cinco minutos sin moverse, solo escuchaba su respiración mezclada con la mía y las teclas del computador —¿No te piensas sentar, se te durmieron las piernas acaso? —traté de burlarme, pero solo gane un bufido de su parte, sonreí mientras lo vi sentarse con incomodidad en el mueble, me levanté y senté en el mueble enfrente, cruce mis piernas mientras el me observaba, ninguno dijo nada y al cabo de unos minutos él fue quien habló primero.
—Gracias —solo dijo eso y se quedó de nuevo en silencio, sin querer sonreí.
—No hay necesidad, tú mismo dijiste que no era necesaria mi ayuda —solté y el silencio volvió.
La puerta fue golpeada y me hizo centrarme en ello —¿Quien?– pregunté.
—Desde cuando tú padre también debe presentarse —la voz del otro lado habló, rápidamente me puse de pie agitado, si veía a Jimin estaba seguro de que haría preguntas sin parar, y posiblemente esas preguntas serian dirigidas mas a Jimin que a mí.
—Hey, vamos ponte de pie —susurré ayudándolo a ponerse en pie—, si mi padre te ve, te hará preguntas sin parar —hice que se escondiera debajo del escritorio.
—Perdón, ¿pero podrías quedarte aquí por unos minuto? —asintió despacio, con rapidez fui a la puerta y quite el seguro de ella, en seguida saludé—. ¡Padre! —sonreí calmando mis nervios mientras lo dejaba pasar.
—¿Por qué te demorabas tanto en abrir? —preguntó mientras se sentaba en el mueble y pasaba sus manos en su espalda , al parecer el chisme de que había un alguien conmigo ya le había llegado porque sus ojos veían toda la oficina como si buscara algo.
CONTINUARÁ
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