39⛈
—Estoy cansado de esto—le repitió por tercera vez—. No puedo seguir en esta situación, pensé que podría manejarlo, pero me equivoque
—¿Qué quieres que hagamos? —dijo con molestia—. Sólo te estas quejando, pero no me dices que hacer
—¿De verdad eres tan ciego que no ves lo que quiero? ¿Qué acaso no he sido claro?
Suspiró molesto. —Bien, sabes, a veces me gustaría que me dijeras las cosas que están mal o lo que sientes, no tienes que ocultarte tras una sonrisa de "todo esta bien"
—¡Maldición!—dijo al borde de la frustración total, su cuerpo estaba tenso, hace mucho que quería hablar, pero no encontraba las palabras para hacerlo, siempre que intentaba las cosas se salían de contexto y su intolerancia se acrecentaba en su interior
—No me grites—dijo con seriedad—. Estamos hablando de forma madura, tan sólo tienes que decirme qué carajos quieres de esto
—¡Te quiero a ti! ¿No es obvio?
Taehyung mordió su labio inferior evitando soltar una risita, desde hace días la incomodidad de Jungkook crecía, estaba desesperado por ponerle un nombre a lo que tenían, a él realmente no le importaba, quería a Jungkook estaba enamorado y por eso deseaba hacerlo feliz, sólo necesitaba que este dijera exactamente lo que quería
—Okey entonces seamos novios—lo vio abrir los ojos sorprendido, le tomó de la mano y lo arrastro hacía la fuente de sodas—. Ahora novio cómprame un helado de chocolate
El pelinegro no tuvo de otra más que sonreír con incredulidad.
—Juegas con mi corazón—negó recibiendo un beso en la mejilla.
Jimin llegaba a su casa después de un largo día de escuela y ensayo, los autos de sus padres estaban en la entrada, algo que le pareció extraño ya que últimamente llegaban tarde del trabajo, la separación familiar era inminente, la tensión y la falta de comunicación crecían día con día, estaba cansado de estar en esa casa y estaba seguro que sus padres también deseaban huir.
Al entrar dejo su mochila cerca de la puerta, caminó hasta la sala donde vio a su madre sentada viendo a la nada mientras que su padre miraba por la ventana con un cigarrillo en la boca. Se acercó lentamente al ver lo diferente de la situación, no peleaban, estaban en completo silencio, lo cual era aún más aterrador.
—Volví—dijo con inseguridad, su madre asintió sin mirarlo—. ¿Están bien?
Su madre le miró con los ojos inyectados de dolor, aún a pesar de todo le sonrió. —Tu padre se irá de la casa
Lo descolocó por completo, miró a su padre quien les daba la espalda tratando de eludir el problema, se quedó estático sin saber qué decir, sólo observó a las personas que le habían dado la vida con profundo dolor
—Tú padre tiene a otra mujer—susurró ella completamente dolida
—No la tendría si esta familia sirviera de algo, todo se esta yendo al carajo y es por su culpa—señaló a Jimin con desprecio.
Eso lo hizo abrir los ojos con asombro, sabía, de verdad que sabía que sus padres eran diferentes desde que salió del hospital, pero nunca imaginó la magnitud de sus temores y reproches. De inmediato su madre se puso de pie
—¡Él no tiene la culpa de que seas un maldito infiel!—sollozó—. Rompiste a nuestra familia
—Tu hijo lo hizo—dijo con una sonrisa cínica—. No bastaba con ser maricon, también tenía que ser un débil enfermo mental.
Las peores circunstancias sacan los verdaderos sentimientos en algunos
—Jimin no tiene nada que ver aquí, nosotros le debemos tanto, ¿No entiendes que fue nuestra culpa?
—Mamá...lo siento—susurró llorando, veía a sus padres desmoronarse, la poca estabilidad que tenía ahora estaba por los suelos, se sentía en el limbo
—Jimin cariño sube a tu habitación—dijo su madre con tranquilidad
—Yo...
—¡Haz caso de lo que dice tu madre!
—¡No le hables de esa manera!
No pudo soportarlo y como el cobarde que era subió rápidamente las escaleras esperando no ser encontrado, una vez adentro se encerró en el el baño, se meció sentado contra la puerta, lloró desconsoladamente, todo era su culpa, las cosas se estaban terminando, todo lo bueno de la vida se le había arrebatado. Era un completo fracaso, se suponía que debía ocultar su dolor ante sus padres para no causar problemas, pero su esfuerzo de años no valió la pena
Sollozando fuertemente por escuchar los gritos en la planta baja, temblando y maldiciendo su interior tomó la navaja, era un asco y no merecía nada de lo bueno que le pasaba, corto su piel sintiendo el ardor inicial de la cuchilla al adentrarse en la fina piel, las pequeñas gotas de sangre emergieron, su llanto se hizo mucho más fuerte y parecía que no iba a ser escuchado
"Hazlo"
"No mereces estar aquí"
"El dolor se irá"
"Fracasado"
"Nunca llegarás a ser alguien"
"Te odian"
Su respiración era errática, estaba mareado, el temblor de su cuerpo no se detenía, estaba teniendo un ataque de pánico, sentía como en cualquier momento moriría ahogado, su vista se nublaba, se desmayaría, estaba asustado, quería salir corriendo y gritar a todo pulmón.
Su telefono comenzó a sonar, lo tomó con manos temblorosas tal vez le ayudarían, pero no quería contestar, no quería ser salvado, llevo el aparato a su oreja sin revisar quien le llamaba
—¡¡¿JIMIN?!! ¿JIMIN ESTAS BIEN?
Sabía que Yoongi escuchaba la manera en que respiraba, la forma en que sollozaba y arañaba sus piernas ante la desesperación
—Es....e...es...cu...lpa..
—JIMIN NO TE ENTIENDO—de repente el sonido al otro lado de la linea paro—. Cariño quiero que trates de respirar con fuerza, sé que duele y parece imposible, pero necesito que trates de traquilizarte—suavizo su voz, pero para Jimin era imposible
"Te quiere hacer daño"
Veía dolor donde no lo había, veía monstruos horripilantes que lo ahorcaban impidiendo que respirara, su alma estaba atorada, no tenía escapatoria
—Mi vida estoy llegando a tu casa, tienes que tratar de respirar hazlo conmigo, por favor Jimin—susurró tratando de respirar con profundidad,
"No vendrá"
Siguió escuchando la respiración de Yoongi quien trataba de mantenerse tranquilo, pero era imposible, tenía miedo. Los sollozos no cesaban, siguió tratando de hacerse daño pero inexplicablemente había una fuerza extraña que le impedía seguir usando la cuchilla, era ese pensamiento poco lucido que le decía que debía parar.
La puerta fue empujada haciendo que se asustara más, no podía respirar, se arrastro pataleando, cerró los ojos con fuerza cuando sintió aquellos fuertes brazos rodearlo. Lo apresaron con fuerza, el aroma, el olor conocido fue lo que le hizo abrir los ojos. Yoongi lo miraba con preocupación, le tomó de las mejillas y trato de hacer que se tranquilizara
—Carño estoy aquí, debes de ayudarme Jiminie—no dejo de ver aquellos oscuros ojos, se concentro tanto en ellos que no se dio cuenta cuando su respiración se estaba regularizando, aún con los hipidos por el llanto y sollozos pequeños —. Eso es, sigue respirando conmigo
Le abrazó acariciando su espalda y susurrando palabras que no pudo comprender en su oído. Cerró los ojos y se dejó llevar por el sonido de su voz en menos de lo que pensó estaba un poco más tranquilo
—Jimin—llamó su madre, no se dio cuenta que ellos estaban goleando la puerta y llamándolo sin poder entrar, no fue hasta que llego Yoongi, que con una fuerza sacada de la nada rompió la manija y con ello la crisis.
Jimin tembló entre sus brazos al escuchar las voces de sus padres, Yoongi lo noto y le tapo los oídos
—Ya está más tranquilo
La mujer tapaba su boca llorando por ver a su hijo de esa manera, en el hombre sólo existía la culpa, abrazo por los hombros a su compañera y miró a Yoongi
—Llévalo a dar una vuelta—dijo con dolor
—No—trato de oponerse su mujer—. Él debe estar conmigo, es mi bebé
—Escucha—la tomó de los hombros—. Estamos alterando Jimin debe estar tranquilo sólo por esta noche, debemos hablar
Ella cerró los ojos y le abrazó con fuerza. Yoongi asintió y como pudo cargo a Jimin y con ayuda de los señores Park lo llevo abajo, salió de esa casa que estaba cargada de pena y lo subió al auto en la parte trasera, Jungkook estaba en el asiento del conductor esperando realmente preocupado. Esa tarde iban a pasar por Jimin y después por Taehyung para salir, pero no se imaginó que cuando llamaría a su novio este estuviera teniendo una crisis, no pudo seguir conduciendo así que Jungkook se hizo cargo.
Le abrazó y acarició los cabellos, no estaba dormido pero tampoco alerta, el viaje fue rápido, Jungkook le ayudó a llevarlo a su habitación. Lo metió en la cama y esperó.
—¿Estás bien?—le preguntó su mejor amigo
—Eso no importa ahora—susurró —Jimin es lo que importa
El pelinegro asintió. —Si necesitas algo estaré en la habitación
Asintió para después cerrar la puerta. Se acercó a Jimin quien yacía plácidamente dormido, miró su cuerpo encontrando sus lastimados brazos, apretó la mandíbula, fue hacía el baño por una toalla mojada, desinfectante y vendas. Cuando volvió se dedico a limpiarlo y curarlo.
—No te irás, tú no lo harás, no lo permitiré—susurró mientras besaba su frente.
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