21🍐
El agua cristalina del lago brillaba bajo los rayos de Sol, sus pies descalzos tocaban la verde hierba. Su cuerpo se sentía extrañamente ligero, no recordaba nada antes de despertar en la pradera, los árboles se mecían con el pasar del viento, después de tanto tiempo pudo respirar con profundidad sin experimentar ese agudo dolor en el pecho ¿Estaba muerto? ¿Realmente todo había acabado? Si hubiera sabido que así se sentía morir, habría aceptado su destino desde mucho antes.
—Así que finalmente me han asesinado—susurró al cielo despejado.
—Pero ¿No estabas muerto desde mucho antes?
Aquella voz calma se le acercaba por la espalda. No hizo ademán de voltear a ver de quien se trataba porque lo sabía, simplemente dejó que se acercará hasta quedar sentado a su lado a la orilla del lago.
—Es bueno verte aquí
—¿Es el cielo? Porque la vista es hermosa
Lo escuchó reír por lo bajo. —Si te dijera que es tu interior ¿Lo creerías? —dijo con voz que denotaba diversión
—Algo tan hermoso no puede estar en mí—masculló
—Yo no estaría tan seguro, pero si no lo ves es tu problema
Hizo una mueca, estando en aquel lugar sus preocupaciones se redujeron al máximo. Ya no sentía dolor o ganas de recluirse entre cuatro paredes, la tranquilidad se colaba entre sus huesos haciendo que por primera vez en años su mente fuera pura, con un pestañeo dejó ir los pensamientos que imposibilitaban sus deseos al arrojar sentimientos y emociones negativas, que se atoraban en su pecho sin dejarle respirar.
Su cuerpo ya no le molestaba, sentado en aquel río por primera vez su reflejo en el agua no fue un motivo de burla o llanto, pudo decir que por algunos momentos se amo.
—De verdad creí que serías fuerte, pero me has impresionado, no muchos llegarían a donde estas, ahora me pregunto ¿Cuáles serán las consecuencias?
—No entiendo —dijo sin mucho ánimo de hablar con él.
—¿Qué extensión tiene la sombra del dolor en tu corazón Jimin?
—¿No deberías saber tú eso?—provocó
—¿Recuerdas cuando todo era más sencillo?
Lo hacía, todos los días al levantarse y casi llorar por seguir vivo reproducía en su mente aquellos buenos recuerdos que aún quedaban impregnados en su ser, con el afán de poder soportar el monumental peso que se encorbaba su espalda. Su momento feliz era lo que lo mantenía en pie, pero a medida que transcurría el tiempo este se hacía incierto, las lagunas mentales estaban a punto de borrarlo, su memoria quería olvidar y eso le aterraba, no deseaba dejar de sentir aquella felicidad genuina, si lo hacía no habría nada en su existencia que valiera realmente la pena para continuar de pie.
Su infancia había estado compuesta por pastelillos de manzana y tardes de juego en el jardín con "capitán" su adorable perro. Antes que su madre volviera al trabajo se pasaban las tardes compartiendo el tiempo a solas hasta que llegaba su padre y comían los tres juntos.
—Mamá ¿Podemos ir al parque en la tarde?
Tenía siete años, se encontraba en la plenitud de la infancia, sus cachetitos rellenos y su adorable sonrisa lo hacían obtener todo lo que deseaba de sus padres y familiares, desbordada inocencia y amabilidad a donde quiera que iba.
—Claro corazón, sólo termina de recoger tus juguetes
Condicionado lo hizo con la mejor disposición posible. Dadas las dos de la tarde, su madre le llamó para ir a un parque cercano de la casa donde muchos niños se juntaban a jugar
—No te vayas muy lejos de mi vista, estaré sentada aquí—dijo su madre mientras sacaba de su bolso un grueso libro
El corrió al área de juegos directo a la resbaladilla, subió con dificultad porque era un pequeño— bien nutrido como decía su madre—, y sus cortas y regordetas piernas no eran muy hábiles a la hora de subir cuestas. Una vez estando arriba se acercó a la abertura de donde podía lanzarse, se sentó con paciencia ya que no había más niños y con sus manitas se agarró con fuerza a los bordes de metal a su lado; estaba por lanzarse cuando escucho a alguien venir detrás.
—Esta ocupado ¿Que hacemos ahora? —le dijo un pequeño pelinegro
—Jisigu debeos ecapal—respondió una niña con dificultad para hablar a pesar de su edad —. Nino ¿Te va a lanza?
Jimin asintió con una sonrisa
—¡No lo hagas! —exclamó el otro—. Hay que escondernos de el ogro, ven con nosotros si quieres vivir
—¡Si! —gritó la niña
—E....esta bien—respondió Jimin entrando en el juego de los extraños—. Soy Jimin
—Yo soy Jisung y ella es SuRan
Jimin les sonrió para después ponerse en camino y seguir con el juego, que al parecer se trataba de huir del monstruo. Bajaron con cuidado y se fueron escondiendo detrás de las cosas, Jimin se sentía muy bien de estar al lado de esos niños, por lo general trataba de no tener mucho contacto con otros por pena, pero cuando se llegaba la oportunidad de estar al lado de otros jugando no la desaprovechaba
—Ahí está—susurró la niña de pelo corto y oscuro
El pequeño extraño fijo su vista en donde se encontraban los columpios a unos metros de ellos, se trataba de un niño pálido que parecía ligeramente mayor que ellos
—Debemos escapar de Min monstruo—dijo Jisung caminando a gatas por debajo de las bancas
—Sillenos Jimin
Estuvieron en eso hasta que sintieron a alguien detrás de ellos cuando pasaron por los arbustos, Jimin volteo encontrándose con aquellos profundos y oscuros ojos, peculiares para un niño, era pálido casi parecía un fantasma, los tres gritaron y salieron corriendo siendo seguidos por el mayor quien actuaba aterrador en su papel de monstruo.
Jimin corrió hasta tropezar con un niño más pequeño en un oberol azul cielo, quien cayó y de inmediato se puso a llorar, el castaño se asustó y trato de levantarlo
—Lo siento pequeño ¿Estás bien? Perdón de verdad
El niño trallaba sus ojos tratando de dar término a sus lágrimas y enfocar la vista en el descuidado niño que le había hecho daño
—Malo me lolio —dijo con un puchero tierno el cual hizo a Jimin sonreír
—Lo siento fue un accidente ¿Me podrías perdonar?
El niñito quien era el más pequeño del parque sorbio su naricita. —Si perdonó ¿juegas conmigo?—preguntó animado
Jimin no hizo más que sonreír y asentir mientras lo tomaba de la mano y seguía a Jihoon quien había pasado corriendo a su lado
—Jimin ¿Robaste un bebé?
—No, lo he tirado por accidente
Jisung sonrió al pequeño y escondidos tras un árbol preguntó.
—¿Como te llamas?
—Kookie —respondió tomando con fuerza la mano de Jimin
—¡Chicos viene!—gritaba la niña que se dirigía a su escondite
—¡SuRan no lo atraigas!
Pero el niño pálido era muy rápido y terminó de atraparlos a todos, los sentó en fila y camino de un extremo a otro juzgando con la mirada
—Han desobedecido al monstruo del parque Hyuk ¡ahora serán mis esclavos!
Kookie chillo y se junto a Jimin, Jisung miró con enojo al monstruo
—¡Jamás seré tu esclavo!
—¡Pues me los comeré!
Todos salieron nuevamente corriendo y gritando por su vida, Jimin se estaba divirtiendo como nunca y sintió una enorme tristeza cuando su madre le llamo para irse. Pararon el juego y se despidió de los niños con un puchero
—Nos vemos otro día Jimin —dijo Jisung con una enorme sonrisa
A su lado SuRan se despidió agitando su manita de un lado al otro. Kookie se agarró con fuerza a Jimin no queriendo que este se vaya
—Quédate con nosotros Kook— dijo el pálido niño—. Yo te cuidaré hasta que Jimin regrese
El pequeño sonrió y abrazo por última vez a Jimin para irse a tomar la mano del pálido quien lo miraba con una hermosa sonrisa que llenaba sus ojos de luz.
Jimin se despidió por tercera vez para después correr hacia su madre.
—¿Podemos regresar mañana Mami?
Ella asintió con una sonrisa, aquella fue la primera promesa que su progenitora rompió, porque al día siguiente se presentaría a una entrevista de trabajo.
—¿Por qué me muestras esto?
—Porque fue el inicio de tu tristeza, el dia antes de que tu madre entrará a trabajar y por ende te dejara sólo cuando más la necesitabas
—No era su culpa tenía que hacerlo
Aún sin mirar a quien estaba a su lado enterró los dedos en la tierra húmeda, no iba a llorar o recordar aquello que le hacía tanto daño, no podía hacerlo, no quería hacerlo, nadie le obligaría
—¿Fueron las burlas que se intensificaron o los golpes los que te hicieron daño?
Jimin negó a sabiendas de que rumbo tomaría la conversación, el lago comenzó ha agitarse, sus calmadas aguas cristalinas se oscurecian
—¿Qué fue entonces Jimin? ¿Por qué deseas seguir en la bruma?
—Sabes muy bien lo que pasa, lo sabes y yo lo sé
—Yo no estaba ahí Jimin, tu felicidad no estaba ahí ¿Dime quién lo sabría si no eres tú?
Se quedaron en silencio hasta que sintieron como los sonidos de pasos acercándose se hacían mucho más nítidos, Jimin temblo ¿¡Que carajo estaba pasando!?
—Yo estaba ahí, yo nací esa tarde
La sombra con un aura completamente diferente se sentó en el espacio libre a su izquierda
—Sólo déjenme tranquilo ¡Salgan de mi cabeza!
—No podemos salir Jimin, somos parte de ti—dijo amablemente la voz
—¡No los quiero!
—Somos tu, ¿Por qué te es tan difícil de entender? Somos tú esencia
Tapó sus oídos tratando de no escuchar manchando su rostro y cabellos de tierra, las lágrimas estaban en los bordes de sus ojos los cuales se mantenían bien abiertos.
—No quería que fuera por las malas—dijo la segunda persona con rudeza antes de hacer que el cielo se oscureciera y las aguas del lago formarán olas que llegaban hasta sus pies descalzos los cuales sintieron la frialdad del líquido.
Comenzó con pequeños apodos, cosas que podían pasar desapercibidas por bromas de niños inocentes, pero con el tiempo las palabras cobraron nuevos significados, eran hirientes a diario escuchaba "gordo" "puerquito" "Jimin el feo" cuando lo tocaban salían corriendo gritando "germenes del gordo" para un niño esto era una atrocidad a su seguridad, con el tiempo todo cambio, ya no sonreía como antes, dejaba de preguntar si podía jugar cansado de las negativas, en su casa sus padres seguían siendo amorosos con la excepción que ahora pasaban menos tiempo con él y a penas platicaban. Jimin no se sentía con la seguridad de decir lo que pasaba, no quería preocupar a sus padres o causarles angustia, esta situación era algo que tenía que resolver por cuenta propia. No importaba lo doloroso que era pasar los recreos solo, sintiendo que no encajaba en ningún lugar, era extraño y lo único que deseaba en esos momentos era encontrar a un amigo, pero nadie lo quería cerca ¿Qué estaba mal con él? se preguntaba a menudo cuando no encontraba con quien hacer equipo en los trabajos escolares. Comía en los baños y lloraba en los jardines traseros, pero a nadie pareció importarle su dolor, los profesores lo sabían, pero se hacían de la vista gorda, porque pensaban que era problemas de niños, formaba el carácter, decían a menudo.
Al llegar a casa lo único que escuchaban sus padres era "el día estuvo bien" contaba historias inventadas sobre lo bien que se la había pasado con sus amigos, sus padres lo animaban a que los invitara a sus cumpleaños pero el alegaba que no quería fiestas grandes sólo pasar tiempo con ellos, sus padres jamás preguntaron el por qué de esa decisión y aceptaron lo que su hijo les contaba ¿Descuidados? esa era la palabra con la cual podría definir la atención que le brindaban pero ¿Qué más podía hacer? no quería exigir tiempo porque sabía muy bien lo cansados y exhaustos que estaban al trabajar tan duro para darle lo mejor, aún recibía besos de buenas noches y una comida deliciosa ¿Qué más podía pedir si lo tenía todo?
Pero claro todo eso fue antes de aquel incidente que marcaría para siempre su vida, cursaba el último año de primaria, no tenía amigos, pero al menos ahora no era tan molestado sólo ignorado que a su parecer era mucho peor. Un grupo de chicos siempre lo hacía sentir incómodo, lo asustaba la manera en que se dirigían a él, eran de secundaría y se los topaba a menudo en las afueras de la escuela ya que tenían hermanos a los cuales recogían para ir a sus casas. Un día en específico cuando tuvo que quedarse hasta tarde a ayudar a un profesor a repartir entre en consejo estudiantil algunos volantes del próximo festival, uno de esos chicos estaba en el baño cuando él entro a hacer sus necesidades. Era alto con un rostro endurecido, de complexión delgada y ojos cargados de odio, Jimin quiso irse para no interrumpir al chico que se veía mayor que él pero al intentar abrir la puerta esta estaba sellada. Su ritmo cardíaco fue en aumento, respiraba con irregularidad presa del miedo, le temía y nunca habían intercambiado palabras, pensó en gritar pero una mano en su hombro se lo impidió.
El chico lo volteó con furia haciendo que su espalda chocara dolorosamente contra la fría pared, ahogo un grito de asombro y con miedo, observó al chico quien a su ves lo hacia con ojos lascivos y mordía su labio inferior
—Su...suelte..me
Se río de él, se burló en su inocente cara, se acercó peligrosamente hasta quedar a escasos centímetros de su rostro, sólo así pudo oler su aliento lo cual no fue agradable al identificar en singular olor del alcohol ¿Por qué un chico de quince años estaba bebiendo? Jimin no lo entendía y posiblemente jamás podría entender lo que paso ese día, era un recuerdo reprimido, lo único que recordaba era haber salido de aquel baño mientras limpiaba su boca que tenía un sabor amargo, era tan asqueroso que le provocaba arcadas. Al llegar a casa se lavo la boca hasta hacerla sangrar, después se recostó en la cama y no despertó hasta el siguiente día donde ya no recordaba, su mente había olvidado por completo.
Desde ese día Jimin no fue el mismo y lo peor es que nadie lo noto.
El agua del lago desprendía un olor fétido, estaba gritando mientras estiraba su cabello en completa desesperación, no volvería, nadie lo haría volver a esa mierda de vida, lo destruyeron hasta el punto en que dentro de él se había creado dos entidades como mecanismo de defensa, estas le hablaban, le aconsejaban pero seguía siendo él representando lo puro y lo oscuro de su ser.
—Lo has vuelto loco
—No lo esta, sólo no quiere recordar, sigue siendo un cobarde que no se da cuenta que tiene que sacar toda esta mierda
—No podemos obligarlo a hacerlo, sólo somos una extensión de sí mismo
—Jamás saldrá del hoyo
—Jimin sólo debes salir de aquí, tienes que vivir
—¿Cómo le dices a alguien que se ha rendido que viva?
Jimin los escuchaba aún a través de sus manos, estaba asqueado, las arcadas no paraban, quería vomitar en la hierba o lanzarse al lago a ver si por fin podía ahogarse en su miseria pero era imposible, todo esto no era más que una realidad que sólo era visible en su interior, su cuerpo seguía postrado en una camilla de hospital con sus familiares alrededor pidiendo que volviera, podía escucharlos claramente llamarlo pero no deseaba hacer caso, por una vez en su vida quería tener el control de la situación y estar tranquilo mirando ese bello lago o el sol resplandeciente que calentaba sus extremidades frías que estaban a punto de perder la sensación.
—¡GUARDEN SILENCIO CARAJO!
Después del grito no escuchó nada más, relajo los músculos de su espalda y retiró las manos de sus oídos. Mirando al suelo con respiración irregular trato de respirar hondo, necesitaba tranquilizarse antes de volverse completamente loco. Buscó el lago el cual había calmado su cause, poco a poco todo estaba volviendo a la normalidad, deseo estar en un lugar diferente y cerrando los ojos olisqueo el delicioso aroma a café recién hecho, ese aroma le era tan familiar que no dudo dos veces en abrir los ojos.
Ya no estaba en aquel bosque que al principio fue maravilloso pero que después se había convertido en su peor pesadilla, en vez de eso estaba sentado en aquella cafetería a la que había ido con Yoongi, era increíble como su mente reproducía casi a la perfección el aspecto del lugar, estaba impresionado de no haber olvidado su esencia, todo pulcro con un olor delicioso.
En la mesa se encontraban dos tazas de café recién servido, el humeante sabor se paseaba por su alrededor brindándole una atmósfera apacible donde por fin pudo respirar con tranquilidad y sonreír un poco
—Debes volver Jimin— escuchó la gruesa voz y lentamente levantó la vista de la taza abriendo la boca con sorpresa al ver a Yoongi sentado frente a él, aquellos ojos le parecieron tan conocidos —. Sólo debes volver Jimin, no quiero que esto pase de nuevo, no soportaría perder a alguien de la misma manera, no puedes dejarme no ahora que apenas te estoy conociendo, no ahora que sé la maravillosa persona que eres, tu luz Jimin, tu luz no debe apagarse no aún, en tus ojos lo veo, estas lastimado y lo siento mucho, de verdad lo siento pero no puedes irte de esta manera, tienes que luchar aunque el camino este lleno de mierda no tengas miedo a ensuciarte, no lo hagas, sólo sigue te prometo que en algún momento de ese sendero encontraras algo hermoso. Hay tanta gente que te adora, conocí a tus padre ellos están muy preocupados y no dejan de repetir que lo sienten, todos lo sentimos Jimin, debimos ayudarte aún y cuando tu no querías. Taehyung, Jungkook, Hoseok, Wendy y Lalisa han venido a visitarte, hasta SeokJin estaba por aquí, todos queremos ir a matar a aquellos hijos de puta pero debemos hacer las cosas bien, Jimin te prometo que ellos pagaran y aunque será duro yo estaré a tu lado, prometo no irme pero Jimin regresa....por favor regresa
Con los ojos abiertos toco sus mejillas las cuales estaban húmedas por el llanto que no pudo ser contenido por más tiempo, dejo escapar un sollozo herido, trató de tocar a Yoongi pero era intangible, en realidad el pálido no estaba ahí
—No esta aquí, te habla desde afuera
—Sólo despierta maldición
Ambas presencias no lo dejarían tranquilo, lo mejor que pudo hacer era mirarlas, mirarse así mismo, la dulzura y el odio que estaba en su corazón, aquellas partes de su alma que intentaban hacerle entrar en razón y destruirlo al mismo tiempo, era él.
—Lo he intentado todo pero no ha funcionado, no puedo más
—Intentaste sobrevivir más no vivir, no te has dado la oportunidad, mira a través de la ventana
Jimin hizo caso y ahí postrados con una cara llena de dolor estaban cada una de las personas que de alguna forma habían y formaban parte importante de su camino, sus abuelos, tíos, padres, amigos y conocidos, aquellas personas que le habían brindado una sonrisa amable, las personas que lo arroparon en las noches, aquel profesor de baile que le dijo por primera vez que tenía talento, Taehyung que a pesar de apenas conocerlo le había ayudado, se puso en peligro por salvarlo, miro de nuevo a Yoongi quien lo observaba con dolor como si quisiera decirle algo pero aun no se atrevía a hacerlo
—No podré hacerlo —susurró negando
—Sólo inténtalo—susurraron ambas voces haciendo eco en la cafetería
Cerro los ojos con temor, no deseaba volver a equivocarse, pero algo dentro de él despertaba con entusiasmo ¿Y si lo intentaba y llegaba a funcionar? si regresaba debía trabajar arduamente por lo que quería pero ¿Qué era aquello que su corazón deseaba en verdad? Trató de no darle tantas vueltas al asunto y con un suspiro se dejo ir lentamente.
!Jimin por favor regresa—susurraba Yoongi, no sabía desde que hora estaba haciendo aquello, pero era su última opción —. Llevas lejos cinco días Jimin, es suficiente
¿Le dolía? por supuesto que si, pero ¿Por qué? parte de su deseo de salvarlo venía de la culpa, pero no con eso negaba que se preocupaba genuinamente de Jimin, adoraba estar con él, era una persona maravillosa, no permitiría que su sonrisa se apagara por la culpa de otros, haría lo que estuviera en sus manos para mantenerlo a salvo
—Jimin te lo suplico—susurró nuevamente mientras acariciaba su cabello y mejillas, cerró los ojos un momento y cuando los abrió pudo admirar aquellos orbes que lo miraban con confusión, su respiración paró del golpe, tomó las mejillas heladas del castaño y sonrió como idiota. Jimin no podía hablar, el tubo en su boca se lo impedía, así que con cuidado beso su frente y dijo —. No te muevas, estas en el hospital, llamaré al doctor para que venga a revisarte, por favor, no te asustes Minnie
Jimin abrió los ojos consternado, no recordaba mucho pero aquellos ojos oscuros y profundos lo llenaron de calma, asintió con cuidado mientras trataba de mantener los movimientos al mínimo ya que su garganta dolía por el tubo que se mantenía en esta. Cuando Yoongi salió de la habitación se quedo mirando al techo preguntándose ¿Ahora qué?
Holaaaa, gracias por leer si han llegado hasta aquí, ya que son unos bellos fantasmas y sé que no responderán :p les quiero desear un hermoso fin de semana, pase lo que pase miren al cielo hay cosas muy interesantes ahí <3 descansen besitos :3
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