El ambiente en el auto era ameno, después de lo que había pasado en la oficina del director ninguno de los dos dijo alguna palabra sobre el tema. No estaban listos para tener esa discusión, por una parte Yoongi no podría calmar su molestia y Jimin no estaría dispuesto a confesar lo que guardaba su interior.

—¿Estamos saliendo de la ciudad?—preguntó Jimin al ver el letrero que indicaba que estaba entrando en carretera.

—Sí—confirmó Yoongi con una tenue sonrisa—. ¿Te preocupa? No soy un asesino en serie.

—Supongo que está bien, ammm nunca había salido de la ciudad en carretera, el paisaje es bonito.

Y lo era, la carretera estaba rodeada de densos árboles que aún conservaban sus hojas casi intactas a pesar del frío otoño.

—Deberías verlo en primavera es simplemente un paraíso, tal vez te traiga en unos meses

—¿¡De verdad!?—aclamó con los ojos llenos de ilusión

Yoongi lo miró y al ver su expresión tan inocente sonrió sintiendo su corazón inusualmente lleno de una sensación que hace tiempo no sentía. —Lo haré, si con eso puedo ver esa sonrisa, no dudes en que te traeré las veces que quieras

Jimin enrojeció ante las repentinas palabras de Yoongi, a decir verdad desde que habían salido de la escuela su cercanía era más notoria. Yoongi en cambio regañaba a su boca y mente por ser tan imprudentes, aunque su nerviosismo cerca de Jimin incrementaba con el paso del tiempo, debía ser cuidadoso con lo que decía y hacia sino quería confundirlo y hacerlo pensar cosas que no eran, porque él no estaba interesado románticamente en Jimin, no, su interés radicaba en algo más fuerte e importante, y eso era la justicia.

—Espero que Taehyung no crea que algo me ha pasado y no he traído mi teléfono para avisarle

—Toma mi teléfono y mándale un mensaje explicándole, de paso haz lo mismo para Jungkook.

Jimin asintió y tomó el celular de la guantera, este no tenía patrón o clave, así que desbloquearlo no era gran problema. Al hacerlo vio como fondo de pantalla una fotografía del pálido con una chica de llamativo cabello verde y un chico sonriente.

—Es una linda foto ¿Son tus hermanos?

Yoongi se tenso al instante, pero negó tratando de tranquilizarse. —Son mis amigos, se fueron lejos de aquí

—Oh, lo lamento tanto

Eso trajo en él algo de afabilidad, Jimin era muy lindo y tierno cuando se lo proponía, agradecía que aquellos desgraciados aún no hubieran acabado con esa parte de él.

—Esta bien, ha pasado tiempo, no tienes que sentirlo, nuestra conexión va más allá de la cercanía física.

Se quedaron en silencio por unos minutos, sólo el sonido de la radio podía escucharse, Jimin se sentía inseguro ¿Habrá dicho algo malo?

Como siempre arruinando las cosas, inútil

No pasa nada está bien intentaba darse ánimos a pesar de sus malos pensamientos, pero era en vano.

Claro que no está bien, se alejará de ti, después de lo que hiciste en la mañana, ya no tendrás su apoyo. Eso te pasa por ser débil.

Suspiró y fijó su vista en la carretera, a lo lejos observó lo que parecía ser un pequeño pueblo pintoresco y con fachada antigua llegando al esplendor de lo colonial.

—Es ahí—señaló Yoongi—. Venía aquí con mi padre cundo era pequeño, es lo único bueno que me ha dejado

Jimin sonrió con emoción, las calles eran preciosas y sus habitantes sonreían, sin duda sería perfecto vivir en aquel lugar, un lugar ideal para escapar. Yoongi estacionó el auto en una calle frente a un pequeño establecimiento lleno de plantas y mesas de jardín

—Es aquí, ¿Has probado café artesanal? —miró a Jimin quien negó aún sin retirar su vista del lugar—. Pues hoy lo harás.

Yoongi se quitó el cinturón de seguridad y al ver que Jimin aun no era capaz de salir de su asombro, también lo hizo con el suyo sorprendiendo al chico con las mejillas coloreadas.

—¿Bajamos?

—Claro—susurro aún presa de la sorpresa.

Ambos bajaron del auto con una sonrisa en los rostros que horas atrás habían demostrado cansancio, como si al entrar a ese lugar, hubieran dejado las cargas atrás.

—Te encantará el café de aquí, es simplemente perfecto

—Ya lo creo, es un lugar muy hermoso

Entraron al establecimiento siendo golpeados por un adictivo y delicioso olor a café, se les hizo agua la boca. Llegaron a una silla cerca de la ventana y esperaron a ser atendidos

—¿Vienes aquí a menudo?

—Sólo cuando la situación lo requiere

—Woow es un hermoso lugar—repitió huyendo de la mirada de Yoongi.

Yoongi sonrió ante la imagen tierna de Jimin, parecía un pequeño en una juguetería.

—Eres al primero que traigo aquí

—¿En serio? ¿Por qué?

—Es mi lugar especial, vengo aquí cuando las cosas en la ciudad se ponen pesadas, es mi ruta de escape, hoy creí que necesitabas escapar por lo menos unas horas

Jimin contuvo las lágrimas, estaba conmovido ya que nadie se había preocupado por su abrumada vida, la confesión de Yoongi le hizo sentir vergüenza de la actuación de aquella mañana. 

—Lamento lo que pasó esta mañana, era mi oportunidad de acabar con todo pero no pude hacerlo, sé que pensarás que es estúpido, y al contrario de lo que puedas llegar a creer no me gusta ser tratado de esa manera, pero tengo miedo, y ya no es sólo miedo por lo que me pueda pasar sino también lo que les pueda pasar a quienes estén a mi alrededor, ellos son aterradores Yoongi, no puedes imaginar las cosas tan horribles que han hecho, estoy a su merced porque han hecho de mí un insecto débil al que pueden pisotear cuando quieran, aunque hable las cosas no serán diferentes, no estoy listo para enfrentarlos, no aun

Yoongi en verdad quería darle un golpe en la nuca o un abrazo, lo que viniera primero, entendía su temor pero no estaba feliz de la decisión tan estupida que había tomado al negarse a hablar

—Si tú no hablas, no hay nada que podamos hacer, eres tú el que tiene el control de pararlo, ellos pueden hacerte daño, pero no es nada en comparación a lo que te estás haciendo a ti mismo, nada cambiará Jimin, todo irá en aumento, créeme que en este momento me gustaría llevarte a la Fiscalía para que interpongas una denuncia pero no se puede si tú no estás dispuesto a hablar, el silencio tiene un precio

Tomó su mano a través de la mesa trataba de encontrar las palabras correctas para hacerle entender que debía hacer algo por su situación, no estaba bien que sólo se quedará sentado esperando ser violentado de esa manera

—No hay nadie que pueda ayudarme Yoongi, los padres de YiFan son poderosos ¿Crees que en verdad pagará por lo que ha hecho? Lo único que lograré es darles un motivo para destruirme más de lo que ya lo han hecho

—Podrá tener el poder que quiera, pero eso no quita el hecho de que debes de pelear por tú libertad, no estás solo

—Pero es como si lo estuviera— continuó con lágrimas en los ojos—. La gente sabe y ha presenciado todo y nadie ha hecho nada, mis padres se ciegan ante una realidad que yo he creado para ellos, te conozco hace unas semanas ¿Qué me dice que no te alejaras?

—Nadie puede salvarte más que tú mismo, pero Jimin tal vez no confías en mis palabras y creo que debí ganarme tu confianza antes de actuar, pero quiero que sepas que estaré contigo

Jimin lo observó suplicante, su labio inferior temblaba y sus miedos lo confontaban, no podía creerle. —¿Por qué harías eso?

—Porque no quiero seguir siendo un espectador

Se quedaron mirándose tratando de leer sus rostros para saber que más decir, pero no pudieron encontrar las palabras correctas.

—¿Gustan ordenar?

Una chica castaña se acercó a la mesa rompiendo su concentración, Jimin evitó la mirada y por lo bajo limpio sus lágrimas

—Sí, traegame dos cafés clásicos ¿Jimin quieres un postre?

Este negó al darse cuenta que no debía comer más de la cuenta. Yoongi lo observó y asintió

—Y dos pastelillos de frutillas y nata por favor

—Enseguida los traigo

Cuando la chica se alejó Jimin mordió su labio inferior jugando con sus dedos

—Yo no puedo comer pastel

—No te arrepentirás, además estas muy delgado, un pastelito no hará gran diferencia

¿Delgado? ¿Había escuchado bien? O se trataba de su mente que hambrienta le había jugado una mala broma

—Te equivocas, yo no podría ser delgado

Yoongi lo observó con detenimiento, llevo una de sus manos a la barbilla del castaño quien se encogió ante el toque, pero no se alejó

—Mmm déjame ver—ladeo la cabeza aún pensativo—. Sí, lo eres tienes un buen cuerpo ¿Qué no te ves en un espejo?

¿Qué si no se veía? Todos los días y lo que mostraba su reflejo no le gustaba

—Sí

—Pues parece que no, llevamos tres semanas de conocernos y cada día hay un cambio nuevo en ti, tus cachetes están desapareciendo y tu ropa te queda un poco más grande ¿Estás seguro que no necesitas lentes? Mi madre conoce a un buen oculista puedo conseguirte un descuento si así lo quieres

La afirmación del pálido lo hizo reír, soltó una ligera carcajada tapando con su mano su boca

—Deberías ser payaso de fiesta, dices buenos chistes

—No lo hago, si me dedicó a eso es posible que muera de hambre

—Eres todo un caso Yoongi—rodó los ojos.

—No tanto como tú Jimin, me pregunto cuando es que me dejarás entrar

Jimin palideció, la forma en que le hablaba y miraba lo hacían sentir especial, pero en su mente sabía que no debía fiarse de él, porque había una posibilidad de que este lo lastimara peor de lo que podían hacer YiFan y sus amigos

—Jimin ¿Me dejarías conocerte mejor? Deseo que puedas llegar a confiar en mi

Estaba indeciso pero haciendo caso omiso a las alarmas que sonaban en su interior, asintió y le sonrió con temor.

—Esta bien Yoongi

Y fue así que ambos pasaron una tarde tranquila, llena de pláticas sin sentido y risas genuinas. Jimin llegó a su casa flotando en una nuve, se baño y preparó para dormir, no le importaba que sus cosas siguieran con Taehyung o que sus padres hayan dejado un mensaje diciendo que no llegarían a dormir. Esa noche se recostó en su cama y durmió plácidamente, sin siquiera darse cuenta que después de diez difíciles días había comido finamente algo sólido y delicioso.

🍉