༊*·˚Capítulo tres ༊*·˚
Namjoon escudriñó a detalle al bonito chico que se encontraba a una distancia prudente. Piel pálida, se veía tan tersa, sin ninguna imperfección a la vista. Labios voluminosos con tono rosado natural, y humectados con un bálsamo labial por el encantador brillo que poseían. Nariz de buena forma y proporción y unos orbes grandes de un atrapante color café claro, con pocas pestañas, pero siendo realzados por unas perfectas cejas pobladas.
Sin embargo, para ser honesto, el peligris podía afirmar que cada detalle que conformaba ese rostro magnifico parecía haber estado fríamente calculado para tan increíble resultado.
Los cabellos habían sido teñidos de un vivo morado, evitando saber cuál sería su tono natural, pero no importaba porque lo hacía lucir como esos dioses mitológicos de los que tanto había investigado. Los hombros ajenos eran anchos, pero encajaban con la menuda figura del susodicho, quien estaba luciendo un conjunto de ropa cómoda y casual.
Cuando Jackson le comentó que un amigo suyo necesitaba su ayuda, en su mente jamás estuvo la idea de declinar aquella proposición, pero ahora que conocía al etéreo pelimorado estaba reflexionando si fue la mejor decisión.
Pues ese chico tenía algo que podría distraerle más que cualquier libro viejo rebosante de exquisita información. Y no, no lo afirmaba solo por su físico, era algo más. Cualquiera podría llamarlo loco, pero al instante en que sus ojos conectaron con los ajenos se sintió como si estuviera volviendo a casa.
Una sensación indescriptible, pero ahí estaba.
No obstante, Namjoon temió salir herido. Nunca antes le vio lo bueno a relacionarse con alguien más allá de una amistad, por lo que optó por centrarse únicamente en sus estudios. Esperando que talvez con el tiempo esa idea cambiara, pero siempre teniendo presente que por el momento esa no era una opción. O bueno, eso creyó hasta ahora.
Aunque lo cierto era que no tenía nada para ofrecerle al chico con rostro tallado por los mismos ángeles, por lo que lo más sano era obligar a su tonto corazón a no ilusionarse.
Su camino se cruzó con aquel pelimorado solo porque aceptó ayudarle con un trabajo, no había nada más allá de eso. No era como si con el pasar de los días una historia de amor inesperado comenzará a desarrollarse. Eso era más que imposible, pues los cuentos de hada no existían.
Y debía abrir los ojos antes de que la realidad le golpeara, dañándolo sin reparo.
Pondría un escudo de indiferencia y haría lo suyo, para luego cortar lazos.
Sí, era un plan ideal.
—H-Hola—Seokjin le saludó de forma atropellada, sintiendo las mejillas calentarse por esa intensa mirada de orbes chocolate—. Soy Kim Seokjin, Jack debió hablarte de mí. Es un placer conocerte, Namjoon-ah.
El peligris tomó la mano del joven del mayor cuando este se acercó lo suficiente.
Y de manera escueta le devolvió la cordialidad, para de inmediato soltar la suave mano que encajó tan perfectamente entre la suya.
—Sí lo hizo, el placer es mío, Seokjin hyung—tomándose el atrevimiento lo llamó su "hyung", algo que tomó por sorpresa al pelimorado, pero que no le disgustó ya que también se sintió en confianza como para hablarle así. - Eres mayor a mí, y como vamos a pasar bastante tiempo a partir de ahora creo que lo mejor es que nos acostumbremos a este trato. Claro, si es que no tienes problema con ello.
—Por supuesto que no. Nunca me han gustado las formalidades—respondió con una pequeña sonrisa. Parecía que el chico le había leído el pensamiento y eso le agradó mucho—. ¿Te parece si empezamos de una vez?
—Por supuesto.
El semblante de Namjoon era completamente serio, pero eso solo lo volvía más atractivo para los ojos del doncel. Y verdaderamente atractivo, podía apreciar unos músculos trabajado por debajo de las prendas que gritaban "nerd", pero lo más llamativo eran esos orbes de dragón escondidos tras unos anteojos redondeados.
Sin querer un suspiro salió de sus labios.
No estaba buscando el amor ni mucho menos, pero su imaginativa mente no descartó la idea de que si la vida quería entregarle a alguien tan interesante como el menor estaría más que feliz.
Y es que Seokjin palpó algo que hizo que sus piernas se sintieran como gelatina cuando hizo contacto visual con el amante de la historia. Él no creía en las simples y vanas coincidencias. Así que no se cerraba a que aquel proyecto talvez le diera más de lo que necesitaba.
El pelimorado era extrovertido y exageradamente sincero, por lo que Namjoon ni siquiera podría esperar lo que se le venía.
Después de que ambos tomaron asiento uno frente al otro, en silencio el menor guardó los libros que tenía esparcidos en la mesa para que no les estorbaran. Sin embargo, Seokjin le detuvo tomándolo de la muñeca.
—¿De qué son estos libros? ¿Estabas estudiando?
—Oh... Algo así—respondió ante el auténtico interés del mayor—. Estaba adelantando una tarea sobre los hechos más destacados en la historia del arte moderno mientras te esperaba.
—Es admirable ver la manera en la que te esfuerzas, Jack no mentía—halagó, soltándole despacio mientras el contrario detallaba dicha acción con cierto regocijo que disimuló a la perfección—. Tal vez luego me puedes platicar un poco sobre ello, siempre me ha gustado aprender cosas nuevas.
—¿De verdad? —cuestionó, ahora sí dándose el trabajo de guardar los pesados libros en su mochila. Su espalda dolería, pero valía la pena si hacía un buen ensayo—. ¿No te aburrirás hyung?
—No creo que pueda hacerlo—musitó siendo un poco descarado. Aunque no mentía cuando decía que le gustaba empaparse de nuevos conocimientos—. Pero bueno, primero lo primero, Namjoon- ah... ¿Qué fue lo que Jackson te explicó para ser más precisos?
—Que requerías de alguien que pudiera ayudarte con un proyecto para una de tus materias, y que tenías la leve idea de hacerlo basándote en una leyenda o algo así.
—Exacto, fue más preciso de lo que pensé.
—Bueno, entonces me alegra que me haya pasado la información tal y como tú se la dijiste.
Sin pretenderlo el peligris hizo una broma que Seokjin no tardó ni dos segundos en captar.
—¿Lo dices por lo olvidadizo que es Jackson? Dios, él es como la personificación del juego del "teléfono dañado", ya que casi nunca da los mensajes como son, pero en mi desesperación confié en que esta vez sería diferente y soy feliz al escuchar que lo logró.
—Así es, fue un buen amigo mientras compartimos carrera, pero nunca podría defenderlo ante su mala memoria. Por suerte tu mensaje llegó a mí de la manera más correcta—aseguró con una pequeña sonrisa que formaba unos tiernos hoyuelos que embelesaron a Seokjin—. No como esa vez en la que una chica de la carrera de sociales le pidió que le comunicara a uno de los profesores acerca del motivo de su retraso.
—¿Es ese en donde le dijo que la atropellaron cuando la realidad era que ella se cayó y estaba en la enfermería?
—Ese mismo, creo que toda la universidad se enteró. Jackson se llevó un gran regaño por parte del profesor, quien se preocupó mucho y no comprendía la razón por la que no llevaron a la pobre chica a un hospital si había sido atropellada.
—Además de que se lo había dicho con una calma que dejó impresionado al profesor que lo creyó un total antipático.
—Para luego enterarse que el atropellar había sido una simple expresión—completaron al mismo tiempo, como verdaderos cómplices.
Se quedaron en silencio, sintiéndose un poco tímidos por haber coincidido tan bien. Desviaron sus miradas en seguida, y el mayor fue quien al instante decidió romper el hielo que se creó ante tan particular situación.
- Sí, esa es la idea que tengo, ya que debo hacer algunas ilustraciones, pero necesito información muy completa, y muchas veces el internet no suele ser de gran ayuda.
- Comprendo, en ese sentido son mucho más prácticos son los libros.
—Obvio, pero para eso necesito alguien que me guie con sus sabios conocimientos—argumentó con convicción, con sus orbes nuevamente posándose en los del peligris—. Solo así podré hacer un trabajo digno de una calificación perfecta.
—Ya veo, estaré encantado de ayudarte. Veo que de verdad quieres hacer algo bien hecho, y eso es de admirar hyung.
—Entonces... ¿Cuento contigo? —interrogó mordiendo su belfo inferior por los nervios, solo quería escuchar una vez más la confirmación por parte de Namjoon y una vez más podría respirar en completa paz.
—Cuenta conmigo.
Namjoon le enseñó su dedo meñique, y este pudo jurar que capturó en su mente el momento exacto en que los ojos grandes se iluminaron como los de un niño pequeño.
—Gracias, mil gracias, Namjoon-ah—copió la acción del ajeno con gusto, y segundos después el contacto se rompió mientras su felicidad inundaba el ambiente, detalle que no pasó desapercibido para el menor—. Te debo una... Cuando esto acabe déjame recompensarte de alguna forma o me sentiré mal.
—Cuando acabemos y tengas tu calificación perfecta podemos hablar de eso. No te ayudo con la intención de recibir algo a cambio hyung—informó con suavidad. Jamás había sido alguien interesado, y tampoco le apetecía serlo—. Lo hago solo porque me gusta la historia y me encanta saber que mis conocimientos pueden lograr que más personas se interesen al respecto gracias a un proyecto tan bonito como el tuyo.
—Créeme que así será, aunque muchos de mis compañeros crean que este trabajo es muy poca cosa, el ilustrar es un medio que nos permite explotar nuestro talento y creatividad al máximo.
—Ya lo creo. Hagamos que tu trabajo sea un éxito.
—Estoy ansioso por ello.
—De acuerdo, entonces por mensajes concordemos los detalles de cuando nos reuniremos, ¿bien?
—Claro, Jackson ya se adelantó dándome tu número, así que no te sorprendas cuando el mensaje de un desconocido llegue—. Seokjin rio levemente.
Inclusive la risa ajena era especial, y por más tonto que sonara, un detalle tan simple como ese le gustó en demasía al serio joven con hoyuelos.
"Este Jackson, para unas cosas si es muy sagaz, pero para otras no", el menor ironizó en su mente, quien apenas asintió para no rodar los ojos y delatar sus verdaderos pensamientos.
—Bien, lo esperaré, Seokjin hyung.
—Listo, que tengas un buen resto del día, Namjoon-ah.
—Igualmente.
El mayor se incorporó, tomando su mochila en el proceso para finalmente despedirse con un ademán, mientras el peligris le regalaba una sutil reverencia.
Aquel breve encuentro solo había sido para concretar lo básico, pues así Seokjin lo estipuló con Jackson y Namjoon estuvo conforme con ello. Por lo que media hora fue suficiente para quedar muy claros con su colaboración. Además, cada uno tenía sus propias actividades en lo que restaba de ese cansador lunes, así que lo más apto era que comenzaran a trabajar con todas las energías en el proyecto al día siguiente.
Garantizando el resultado más óptimo.
Porque si en algo eran parecidos, era en hacer las cosas bien hechas y nunca a medias.
Pero... ¿Cómo actuarían cuando el amor floreciera con excesiva naturalidad y espontaneidad?
Más pronto que tarde lo descubrirían.
Continuará...
Espero les haya gustado, no olviden recomendar este fic hecho con mucho amor.
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