Seokjin ingresó a su hogar todavía manteniendo en su cara esa sonrisa que delataba lo embobado que Namjoon lo tenía. Justo ahora parecía ver todo de color rosa, y las mariposas en su estómago no querían dejar de revolotear en su interior.

Sin embargo, antes de poder seguir perdido en las nubes, una voz lo trajo de vuelta a la realidad.

—Un poco más iba a entrar en pánico, Seokjinnie, ¿qué son estás horas de llegar jovencito?

—Mamá... ¿Por qué sigues levantada? —el pelimorado sabía que su madre solo estaba bromeando, pues claramente le había explicado en el mensaje que le envió que podía irse a su habitación a descansar, ya que él se encargaría de cerrar bien la puerta de su hogar para que no se preocupará.

—Vaya manera de cambiar el tema, cariño. Se suponía que debías hacer un puchero como cuando eras pequeño y decirme que estaba exagerando.

—Ay, mamá—el menor rodó los ojos con diversión, acercándose lo suficiente para que su progenitora lo abrazara con fuerza. Porque una de sus cosas favoritas en el mundo era sentir la calidez de su madre—. Ya no soy un niño por si no lo has notado.

—Pero a veces te puedes comportar como uno, así como en este momento—la mayor le besó la frente con cariño—Y que te quede algo muy claro, Jinnie... —el susodicho le prestaba atención a pesar de seguir abrazándola con fuerza—. Podrás cumplir sesenta años, pero para mí siempre serás mi niño, mi bebé, mi retoño, ¿de acuerdo?

—Tú ganas, mamá... —se rindió de inmediato, aspirando el suave olor a lilas del perfume de la mujer—. Solo porque me gusta ser mimado por ti—condicionó divertido.

—Lo entenderás mejor si tomas la decisión de tener hijos propios cariño.

Seokjin sonrió sin poder disimularlo. Todavía era joven, pero la idea le hacía muchísima ilusión. Por lo que su mente no demoró en jugarle una mala (buena) pasada, ya que se imaginó una maravillosa imagen donde Namjoon y él tenían un pequeño bebé entre brazos. El fruto de un fuerte amor.

Un hijo al que amarían con su vida, y criarían de la mejor manera.

Realmente era muy pronto, pero cuando se trata del futuro uno nunca sabe.

Tal vez algún día esa preciosa estampa se hiciera realidad.

—Mi muchachito está muy feliz, lo podría jurar por el amor que le tengo a tu padre—la fémina musitó con un tono alegre—Soy todo oídos, Jinnie. A fin de cuentas, por ese motivo es que sigo levantada. ¿O acaso creíste que me esperaría hasta el día siguiente cuando en el mensaje claramente me dijiste que me contarías todo ni bien pusieras un pie aquí?

—El chisme tiene poder, ¿eh? —inquirió, haciendo contacto visual con la mujer cuando se separaron—. Que curiosa eres, mamá.

—Para qué negarlo—admitió sin pena alguna—. Te escucho, Jinnie.

—Pero y, ¿papá? ¿Sigue despierto?

—Tu padre justo ahora es una roca, ya sabes que mañana es de los días que más temprano ingresa a su trabajo, por lo que me dijo que te diera las buenas noches en su nombre.

—Entiendo, las recibo con gusto—le guiñó un ojo, y no tardó en ser correspondido por la mayor con una tierna sonrisa—. ¿Qué excusa le inventaste?

—Que estabas haciendo un trabajo con tus amigos y que muy probablemente demorarías. Algo que definitivamente no es cierto, así que vamos a la cocina para que sueltes la sopa mientras yo me hago un delicioso té verde.

—Te sigo, mamá.

La mujer le dio la mano a su hijo, dirigiéndolo hacia el destino establecido. Donde el menor antes de tomar asiento, le envió un mensaje a su chico, quien rápidamente le contestó, dejando tranquilos a ambos después de aquel día tan increíble que compartieron. Cuando Seokjin se ubicó en uno de los bancos de la isla de granito en medio la amplia cocina, comenzó a relatarle todo lo acontecido ese día a su progenitora, mientras la susodicha preparaba su bebida caliente.

—¡Mi chiquito tiene novio! —la mayor celebró, dejando muchos besos en la mejilla de Seokjin—. Pero lo que más feliz me hace es verte tan contento cariño. Además de que el causante sea el chico que te ayudó en el proyecto y que yo ya había notado que llamó tu atención, mi Jinnie.

La fémina soltó un suspiro, haciendo sonrojar con fuerza al pelimorado, quien se arrepentía en silencio de haber sido tan transparente con su madre cuando le hablaba del joven de hoyuelos—. Es muy lindo ser correspondido. Espero pronto tener el gusto de conocerlo.

—Yo también deseo poder presentárselos, mamá, pero por el momento supongo que tomaremos las cosas con calma.

—Así es mejor, no tienen que apresurar nada. Solo fluyan con su relación.

—Eso haremos. De verdad que esta relación me hace mucha ilusión...

—¿Sientes como si fuera el indicado?

El joven de hombros anchos asintió repetidas veces, demostrando lo convencido que estaba, provocando que su madre riera.

—Lo imaginaba, me pasó con tu padre y no me equivoqué. Esperemos que así sea mi vida, porque tú mereces ser amado y amar con tanta intensidad como en las leyendas que tu abuelo contaba.

El menor le dio la razón a su madre solo con su mirada.

Él definitivamente quería vivir un romance tan fuerte como el de la leyenda del príncipe y el campesino.

Un amor verdadero que no conocía de obstáculos, y que, si las vidas pasadas de verdad existían, no dudada en que podría traspasar las barreras del tiempo.

Por eso en silencio deseó que su anhelo dejara de ser un sueño para volverse una realidad.

A partir de la declaración de sentimientos entre Namjoon y Seokjin, las cosas solo fueron para mejor. Disfrutando de sus horas libres para pasar juntos, anhelando tener más tiempo para armar citas preciosas entre ellos.

Pero dejando eso de lado, el pelimorado ya tenía avanzada gran parte de su proyecto, y hasta había sido revisada por su profesor, quien estaba esperando muy ansioso a la presentación final, porque según sus palabras era el que más prometía después de haber visto al del resto de sus compañeros, que, aunque también le gustaron, no podían ser comparadas con la idea tan novedosa del pelimorado.

Además de que su relación con Namjoon seguía fortaleciéndose a tal punto de volverse la más envidiada de la universidad en la que el par de enamorados estudiaba.

Y a pesar de que ambos acordaron ser discretos, les fue imposible, por lo que la noticia en menos de diez días se regó como pólvora por cada una de las facultades.

Sin embargo, los jóvenes se sintieron feliz al lograr confesar a sus amigos la buena nueva antes de que se enteraran por otras personas.

Empezando por Wheein y terminando con Jackson.

—¿Tu novio es el chico nerd con musculitos que te ayudó en el proyecto? —cuestionó con sorpresa, pero la fémina no tardó en regalarle una mirada cómplice—. En definitiva, quiero ser como tú, Jinnie.

—Te pasas, Whee—le dijo, haciendo reír con ganas a la chica de brillante sonrisa—. Solamente se dio, ninguno de los dos lo planeó.

—No cariño, todo indicaba que iría en esa dirección. Yo pude percibir esa tensión entre ustedes y tú te hiciste el desentendido.

—No me darás tregua hasta que lo acepte, ¿cierto?

—Que bien me conoces, Seokjinnie.

Su amiga le pellizcó una mejilla, incitándolo a que fuera cien por ciento sincero con ella.

—Pues sí, lo aceptó. En ese entonces ya me encantaba, y por ese motivo es que te lo estoy contando.

—Awww, me siento especial—Wheein le regaló una expresión satisfecha, mientras expresaba su sentir—. Pero me sentiría más especial si me lo presentas. Tengo que darle mi visto bueno y una respectiva advertencia por si quiere pasarse de listo con mi mejor amigo.

—Eso es justo lo que voy a hacer.

—¿Qué? ¿En serio?

—Si, le dije que lo veremos en la parte trasera de la facultad—aseguró, queriendo reír por la boca abierta de la contraria—. Aprovechando que hoy terminaremos más pronto la clase.

—Bien... Entonces dejemos de charlar y terminemos este trabajo.

El pelimorado asintió conforme, notando que no hay mejor motivación para su amiga que el chisme. Minutos más tarde, la esperada presentación entre el joven de hoyuelos y la chica de cabellera ondulada se llevó a cabo.

—Es un gusto conocerte, Namjoon-ssi. Por favor cuida a mi amigo, adóralo tanto como yo o te la verás conmigo.

La fémina se lo dijo en tono de broma, pero Seokjin no olvidaba lo protectora que podía ser su amiga, aunque algo le decía que en esta ocasión esa preocupación no sería necesaria.

—Tienes mi palabra, lo que más quiero es hacer feliz a Jinnie hyung.

—Confío en que lo harás—concordó al ser testigo de la manera tan bonita en la que el peligris observaba a su querido amigo—. Y por eso es que les invitaré a tomar un helado a modo de celebración, ¿les parece?

—Por supuesto.

La pareja se dedicó una mirada suave que confirmó que ambos estaban de acuerdo con el plan, alegrando a la chica, quien sentía que podría salir con una subida de azúcar al ser testigo del amor del par de tortolitos.

Esa tarde estuvieron juntos comiendo un cremoso helado, donde la chica aprovechó a conocer más al chico que enamoró a su querido amigo. Quedando más que feliz con lo que veía y escuchaba, porque podía notarse a leguas lo centrado, educado, amable y sincero que era.

Dándoles su voto de confianza sobre que su relación sería duradera e inolvidable.

Tiempo después sabría que no se equivocaría.

Mientras que, en el caso de Jackson, Namjoon lo había citado en el parque cercano a la universidad para conversar con más privacidad, evitando ojos y oídos curiosos. El susodicho llegó a dicho lugar sin saber que esperar, hasta que divisó a Seokjin siendo abrazado fuertemente por su amigo.

—Ustedes...

—Sí, por eso te citamos. Queríamos contártelo—anunció el pelimorado con verdadero entusiasmo, separándose lo justo y necesario del menor—. ¿A qué no te lo esperabas?

—Claro que sí, yo les vi mucho potencial. No saben lo mucho que me alegra verlos juntos.

—Muchas gracias, Jackson—Namjoon le dio los cinco al susodicho, quien se veía radiante por la buena noticia—. Lo digo por tus lindas palabras, y por sin querer habernos unido.

—Ha sido un gusto. Doy clases los jueves, no cobro mucho.

Jackson bromeó, provocando la risa en la pareja. Siendo esa la primera tarde compartida con la pareja de enamorados, en la cual aprovecharon a ir a una sala árcade donde se volvieron realmente competitivos. No obstante, Seokjin fue el que terminó venciendo con creces en cada uno de los juegos a su novio y a su amigo.

Definitivamente habían vivido un momento muy entretenido, que no cambiarían por nada del mundo.

Sin embargo, estos acontecimientos apenas eran la punta del iceberg de lo que sería la relación más memorable en aquella universidad.

Continuará..

Un capitulo suave y de transición, pero en los próximos volvemos a tener a nuestro Namjin juntito y dándose amor. Gracias por leer, y solo por avisarles, si hay alguien que le gusta el taekookv (versátil) pueden ir a darle una oportunidad a mi nuevo fic llamado Bad (good) decisions, donde Koo es un vampiro y Tae un escritor frustrado. Les tqm, cuídense.