5
¿Un plan?
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Dib despertó ese día con una nueva motivación. Pues desde la desaparición que aquel extraterrestre no había tenido mucho que hacer, al menos no respecto a sus investigaciones sobre lo paranormal.
Pero ahora estaba frente a un posible caso de vampirismo y era obvio que no desperdiciaría la oportunidad de volver a su antigua rutina y, de nuevo, sentirse como "el héroe del mundo" .
No tardo mucho en preparase. Se vistió, desayunó e hizo algo que creía que no volvería a hacer: sacó su viejo maletín, el cual contenía las herramientas necesarias para cazar todo tipo de creaturas sobrenaturales.
Con un humor más que estupendo bajo las escaleras y salió de su hogar, pedaleando en su bicicleta con rapidez hasta llegar a la escuela. Una vez que llegó ahí la enganchó afuera del edificio.
Entró, con el corazón latiendo rápidamente por la emoción. Buscó su salón y antes de entrar se preguntó por un segundo cuál sería la forma más adecuada de desenmascarar a Tulip. Pensó en hacerlo como alguna vez lo hizo con Zim: gritarlo a los cuatro vientos mientras señalaba con su dedo la ubicación de la chica. Sonrió por un momento pero luego se detuvo.
No podía hacerlo.
Ella había sido la única persona que lo había tratado con dignidad, además de que le parecía divertida y muy inteligente. Hacer eso los haría quedar mal a los dos o incluso podría llegar a herir sus sentimientos. Estaba también el asunto de la escuela, no quería ser expulsado de nuevo, así que se tomó un pequeño momento para aclarar sus ideas.
"Tal vez, si hago mi investigación de la manera más discreta nadie pensará nada y podré reunir evidencia. No tendré problemas, sin mencionar que nadie me tomará por un loco, incluyéndola a ella. Es... ¡Una buena idea!".
La campana sonó y al hacerlo el pelinegro por fin entró al salón. Vio que Tulip estaba sentada junto con su amiga Mikayla y que justamente la banca frente a ellas estaba vacía. Fue hacia ésta para sentarse.
- Hola Dib - Saludo su compañera pelirroja desde el asiento de atrás. Él se volvió para mirarla.
- Hola Tulip - Dijo, con el tono que una persona usaría para acusar a alguien. La joven se extraño por esto, pero antes de que pudiera contestar llegó el profesor.
La clase fue aburrida para todos excepto para Dib. Estuvo la mayor parte de ésta recopilando la información obtenida y organizandola. Para el receso ya tenía muy claro lo que iba a hacer.
En una lista escribió las singularidades que distinguían a un vampiro, tales como su alergia al ajo, intolerancia al sol, etc. Pensó en que si exponía a Tulip a cada una de estas cosas de manera inteligente bien podría probar su punto o, por el contrario, descartar la opción del vampirismo.
La pelirroja y su amiga se le acercaron en cuanto terminó la clase para preguntarle si quería acompañarlas a la cafetería, a lo que él accedió.
Ellas se adelantaron. Mientras que el pelinegro se levantó de su pupitre, escondió discretamente la lista en su gabardina y fue a alcanzarlas.
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